"Giordano Bruno, el loco de las estrellas" fue la primera novela publicada por mí, en el año 2000. Desde entonces he hecho muchas cosas, que os ofrezco, porque la vida sin compartir no es nada.
sábado, 31 de diciembre de 2016
jueves, 29 de diciembre de 2016
¡CULPABLE!
Monumento a Giordano Bruno en Campo di Fiori (Roma)
La tumba de su verdugo, San (?) Roberto Belarmino en el Gesú (Roma)
EL CULPABLE.
El fraile herético
había sido declarado culpable del peor delito que la Iglesia de entonces
castigaba, no con la muerte, puesto que hipócritamente sostenía que “la Iglesia
aborrece la sangre”, sino con su entrega al brazo secular, que era el encargado
de castigarlo de la manera más conveniente, que, por cierto, siempre era la
muerte en la hoguera; porque la hoguera tiene, como cantaría siglos después el
genial Javier Krahe “un qué sé yo, que solo lo tiene la hoguera”. Y es que el
espectáculo edificante formaba entonces una parte fundamental de la institución
religiosa. Sin embargo, el acusado, cuando oyó la sentencia del Santo Tribunal,
había respondido insolente: “Maiori forsam cum timore sententiam in me fertis, quam
ego accipiam”, o sea: “Pronunciáis vuestra sentencia con más miedo del que yo
siento al escucharla”. Así… con dos cojones.
Y
es que el fraile herético no era cualquier infeliz. Lo de menos, para el
Cardenal Juez Instructor, eran sus afirmaciones de que las estrellas son soles
como el nuestro, rodeados de planetas habitados por gente como nosotros. No,
eso podía ser calificado como craso y absurdo error filosófico, pero no como
herejía peligrosa. En cambio, su concepto panteísta de un Universo infinito y
eterno que es el cuerpo de Dios; y de Dios, como alma de ese Universo; del
átomo, como unidad mínima e indivisible de alma y cuerpo; de la identidad de
los seres según las formas en que se organiza la materia atómica; de la
eternidad del Espíritu Universal al que todos pertenecemos en una realidad
grandiosa, donde la muerte no es más que una anécdota; todos esos postulados
eran los que irritaban a los teólogos del Santo Oficio, porque presentaban un
Dios infinitamente más grande y maravilloso que el limitado, celoso y cruel Señor
al que ellos decían representar. Y les resultaba intolerable que el reo
pretendiese superar la religión oficial con una idea tan por encima y tan fuera
del control de los administradores morales del castigo y el perdón. No lo
podían consentir. Por eso lo habían declarado culpable de ser, a más de un repugnante
hereje, un temible heresiarca.
Ahora,
el Cardenal se sentía necesitado de confirmar la culpabilidad del filósofo con
cualquier señal significativa, y espiaba su martirio desde una discreta ventana
de la torre más alta de su palacio. A esas horas de la madrugada, cuando las
llamas iban a contrastar con un cielo todavía cuajado de estrellas invernales,
el condenado, desnudo, era atado al poste, sobre la pira. No podría manifestar
al pueblo sus perniciosas teorías, dado que una escarpia sujeta a su boca le atravesaba
la lengua, no fuera a convencer a algún ingenuo, o a algún pecador en potencia,
de unos argumentos que, de creerse ciertos, se resolverían en una inversión de
la culpa. Porque entonces, alguien podría pensar en él como la víctima de unos
jueces prevaricadores.
-¡Besa,
besa la cruz, maldito arrogante! – gritaba el Cardenal para sí, cuando vio que
el hereje rechazaba el crucifijo que le ofrecía un sacerdote; mientras el
verdugo se acercaba ya, indiferente, con una antorcha encendida en la mano.
Porque besar la cruz hubiera sido un gesto de arrepentimiento que confirmaría
su culpabilidad. Entonces, generosos, los clérigos presentes hubieran
autorizado al ejecutor a que lo estrangulara antes de que padeciese los dolores
terribles de la cremación. Pero aceptar la culpabilidad significaba absolver a los
jueces; y eso era algo que el condenado no les concedería. No había llegado
hasta allí para perder la integridad por miedo al dolor.
Entre
el público expectante había una bellísima mujer atormentada por la pena de ver
consumirse en el fuego a su amado. El fraile la vio desde lo alto de la pira y,
desgarrando definitivamente su lengua, gritó por encima de todas las cabezas:
-¡Giulia!
¡Giulia! ¡Amore mío…! – y después recuperó la serenidad y esa enorme dignidad
con la que murió desafiante, firme y silente entre las llamas.
Y
el Cardenal, aunque nunca lo confesaría, ni siquiera a sí mismo, se vio
culpable; y se sintió pequeño y asqueroso como un gusano.
Miguel Ángel Pérez Oca.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
¡ÚLTIMAS NOTICIAS! ¡LOS AMERICANOS NO FUERON LOS PRIMEROS EN PISAR LA LUNA!
Por fin se ha desvelado el misterio. Neil Amstrong no fue el primer humano en pisar la Luna. Fuentes fidedignas han publicado al fin la auténtica fotografía del primer hombre en nuestro satélite. Se llamaba Nelo Fortbrás y pronunció la famosa frase: "Este es un pas xicotet per a un home, pero un salt de xagant per a Catalunya". En 1969, Franco prohibió su publicación y la censura manipuló la foto, sustituyendo la Senyera por la bandera norteamericana y traduciendo la frase al inglés. La NASA consintió dicha manipulación informativa por miedo a que España declarase la guerra a Estados Unidos y recuperara Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Texas, Nuevo México, Montana, Florida y California. Los soviéticos, cuyo servicio de espionaje conocía la verdad, también la consintieron para evitar que Franco les mandase de nuevo a la División Azul.
La base de lanzamiento del cohete Monturiol V, que llevó a la Luna a la nave Perdigot, estaba instalada en las afueras de Vilanova i la Geltrú, administrada por la Pirotécnica del Vallés, de los hermanos Capdevila, que a cambio de su silencio recibió el Primer Premio de Mascletás en las Fallas de Valencia de 1970 y de Fuegos Artificiales de las Fogueres de Sant Joan de Alicante del mismo año.
Los compañeros de Fortbrás eran los astronautas Collóns y Pujol, que posteriormente se dedicaría a la política. Y según algunos rumores no confirmados, Nelo Fortbrás llevaba en un bolsillo una pequeña estelada que hoy conserva el señor Rufián.
La base de lanzamiento del cohete Monturiol V, que llevó a la Luna a la nave Perdigot, estaba instalada en las afueras de Vilanova i la Geltrú, administrada por la Pirotécnica del Vallés, de los hermanos Capdevila, que a cambio de su silencio recibió el Primer Premio de Mascletás en las Fallas de Valencia de 1970 y de Fuegos Artificiales de las Fogueres de Sant Joan de Alicante del mismo año.
Los compañeros de Fortbrás eran los astronautas Collóns y Pujol, que posteriormente se dedicaría a la política. Y según algunos rumores no confirmados, Nelo Fortbrás llevaba en un bolsillo una pequeña estelada que hoy conserva el señor Rufián.
¡INOCENTES, INOCENTES...!
PUTO 2016
Vaya año estúpido y desgraciado. Como ha dicho una famosa cantante "A ver cuando 2016 se va a la mierda". Se han muerto Leonard Cohen, Fidel Castro, la princesa Leya de la Guerra de las Galaxias, George Michael, cantantes, famosos astros del cine, científicos... Y menos mal que Kirk Douglas ha cumplido cien gloriosos otoños; es la excepción que confirma la regla. Porque en España, a pesar de las alegrías que nos dan Carmena y Ada Colau, la Historia se ha detenido durante todo un año con repetición de elecciones en las que este desgraciado pueblo con Síndrome de Estokolmo Franquista ha ido eligiendo al PP de forma creciente... En el seno de los partidos de izquierda (Podemos) y de centro izquierda (?) (PSOE) hay mar de fondo y luchas intestinas. Las nuevas políticas se revelan tan viejas como las intrigas venecianas o de tiempos de Calígula y Claudio. La tontaina de Susanita alardea de aspirante a la Secretaria General del "partido aternativa" que va a gobernar sin necesidad de coaligarse con los podemitas, por los que siente repeluznos de señorita andaluza. El mesiánico Pablo Iglesias II pide perdón ahora por la vergüenza que nos ha hecho pasar a todos con sus enfrentamientos incómodos con el posibilista Errejón, pero más que pedir perdón parecía que estaba amenazando con aquello de "O yo o el caos", del viejo general Degaulle. Y los izquierdosos irredentos lloramos la puñetera tendencia cainita de nuestras formaciones de izquierdas, plagados de puros y virginales profetas de lo imposible. Y Rajoy se frota las manos y se cisca con la Ley de la Memoria del genocidio franquista, que promulgó el tímido Zapatero, mientras a su ministro de las pelas, el ínclito Montoro, le entra la risa cuando nos dice que no va a hacer más recortes y que va a bajar los impuestos. Y los independentistas catalanes y los patriotas españolistas retroalimentándose y hartándose de mutuos rechazos y líneas rojas, mientras la democracia se viste de lagarterana y la general corrupción se esconde detrás de las sagradas banderas... Y mientras, en la Europa del Brexit, los enemigos xenófobos y criptofascistas de los refugiados celebran cada atentado de los integristas islámicos; porque cada litro de sangre europea vale muchos votos de extrema derecha en futuras elecciones... Y Rusia probando armas de última moda en Siria... Y para colmo, los idiotas estadounidenses, esos de la Biblia, la escopeta, el sombrero vaquero y la música country, van y votan al mamarracho Trump, el de la tortilla francesa en la cabeza y el boñigo intracraneal. Y siguen las guerras, el hambre, el capitalismo salvaje, los economistas amaestrados y tontos del culo, las religiones excluyentes, los patriotismos egoístas, en un Mundo donde debería haber de todo para todos... ¿Qué nos traerá 2017? Pues con el material que le ha dejado 2016, nada bueno...
¡Puto año!
UNA TRIPULACIÓN HEROICA
El 19 de noviembre de 1939, un submarino nazi, el U57 comandado por el capitán Claus Korth, cometió una de sus muchas felonías al torpedear un buque mercante desarmado en el Mar del Norte. El buque de matrícula de Londres "Stanbrook" con sus 20 tripulantes al mando de "master" (capitán) Archibald Dickson, se hundió en pocos segundos arrastrado con él a todos los avezados marinos que lo servían. Todos murieron.
Unos meses antes, en la noche del 28 de marzo de 1939, el capitán Dickson y sus hombres habían protagonizado la más hermosa gesta de nuestra Guerra Civil. Despreciando las ganancias que les iba a reportar el transporte de un importante cargamento de azafrán y tabaco, el capitán y sus hombres se apiadaron de los miles de personas desesperadas que se apelotonaban en los muelles alicantinos en una vana espera de barcos que los llevaran a un exilio doloroso, pero menos trágico que su captura por los franquistas que querían exterminarlos.
El Stanbrook navegó con grandes riesgos y una sobrecarga de nada menos que 2638 refugiados, combatientes, mujeres, niños y heridos, hasta Orán, donde las autoridades francesas los recibirían con muchas reticiencias y un trato inhumano.
Mese más tarde, cuando llegó al norte de África la triste noticia de la muerte de Dickson y sus hombres, los españoles confinados en campos de trabajo de Argelia y Sahara guardaron un respetuoso minuto de silencio.
Hoy día, en el Memorial Tower de Londres, hay un monumento recordatorio de todos los marinos mercantes británicos muertos en la II guerra Mundial. Entre los homenajeados figuran los 20 tripulantes del heroico buque Stanbrook, que mi sobrino Arturo fotografió en un reciente viaje.
Son los siguientes, a los que debemos el respeto y la admiración que despiertan los héroes:
TRIPULACIÓN DEL BUQUE STANBROOK.
(Hundido el 19 de noviembre de 1939 en el Mar del Norte)
Capitán (Master).- Archibald Dickson.
Abdullah Ahmed
Ahmed Ahmed
Ali Ahmed
A. Andi
F. Atkinson
V. J. Begas
M. Bey
R. Briggs
R. Charlin
W. Clark
C. L. Francis
M. García
D. W. Hughes
O. Johansen
H. Lillystone
M. Nagi
J. Nearchou
W. Oldakoff
D. A. Tagg
Alicante debe un sentido reconocimiento a estos valientes marinos. El paseo elevado del puerto debería llamarse "Paseo del Capitán Dickson" y el muelle que ahora es la Zona Volvo "Muelle Stanbrook", así como nuestra ciudad debería hermanarse con Cardiff, ciudad natal del capitán y de alguno de sus tripulantes. Son gestiones que lleva a cabo la Comisión Cívica de Alicante para la recuperación de la Memoria Histórica, con el apoyo de todos los alicantinos de bien.
miércoles, 14 de diciembre de 2016
martes, 13 de diciembre de 2016
COLILLA
“COLILLA”
A
lo largo de toda mi vida he sentido pena por muchas personas, pero nunca tanta
como por “Colilla”. Yo era entonces un niño travieso que militaba en la panda
de golfillos de la calle Juan de Herrera, enemigos irreconciliables de los de la
vecina calle del Padre Mariana. A menudo nos retábamos a batallas campales en
las faldas del Tossal, a la sombra del castillo de San Fernando, donde nos
liábamos a pedradas de las que, de ordinario, resultaba alguno con una brecha
sangrante en la cabeza. Éramos unos salvajes, producto de la violencia, aún
latente, de la Guerra Civil terminada hacía solo unos pocos años. Todavía teníamos
en la cárcel a alguno de nuestros parientes, condenado por su pasado republicano.
Y entre los chicos mayores del barrio, había varios huérfanos con padre
fusilado o muerto en combate. Así que, en nuestros juegos, reproducíamos los
enfrentamientos que habían arruinado a nuestras familias y a nuestro país.
Pero, en una cosa siempre nos poníamos de acuerdo: en hacer burla de “Colilla”.
“Colilla”
era un hombre alto, de ademanes distinguidos y léxico culto, que arrastraba su desgracia
bajo unas ropas raídas que antaño fueron de calidad. Antes de la guerra debió
ser todo un personaje. Yo me lo imaginaba como alto funcionario, abogado,
catedrático o político vencido, humillado y abandonado a su suerte en la calle
hostil. Llevaba la ropa andrajosa, sí, pero muy limpia; y su rostro demacrado
se escondía bajo una gran cabellera blanca, bien peinada. Los zapatos, un día
elegantes, iban reforzados en las suelas con cartones de los que asomaban unos
calcetines granate llenos de agujeros. Un amplio gabán muy desgastado ocultaba el
viejísimo traje gris con remiendos en codos y rodillas, y bajo él, un chaleco
destrozado y una camisa deshilachada, con corbata muy bien anudada pero tan vieja
y descolorida como todo lo demás. Su andar, que antes debió ser majestuoso, era
ahora el de un hombre encorvado por una vejez temprana y avergonzado de sí
mismo. Vivía de la caridad de algunos vecinos que debían conocerle de otros
tiempos y lo trataban con respeto: el señor Pascual, de la tienda de
ultramarinos, que le preparaba algunas mañanas un bocadillo de sobras de caballa;
López, de la mercería, que le daba monedas de perra gorda a escondidas de su
mujer; don José, el relojero tullido, que a veces, en la tarde, lo convidaba a una
taza de malta con paparajotes. Porque él no era capaz de pedir limosna
abiertamente, pregonando a voces su miseria, como hacían otros por las calles y
plazas.
Cuando
veía una colilla en el suelo, miraba a ambos lados, con miedo de ser descubierto,
y se inclinaba rápidamente a recogerla y guardársela; de ahí su mote:
“Colilla”. Después, en la cueva donde moraba, decían los mayores que se liaba
cigarrillos de segunda mano para el día siguiente. Pero no siempre lograba su
propósito de no verse sorprendido en tan lamentable empeño, pues nosotros, los
diablillos de Juan de Herrera y Padre Mariana, lo espiábamos desde las
esquinas, y en cuanto se agachaba le gritábamos con toda la fuerza de nuestros
pulmones: ¡Colilla, Colilla, Colilla…!
Y
él se alzaba de inmediato, tratando de recuperar su maltrecha dignidad, y nos
recriminaba con un lenguaje trasnochado: “Son ustedes unos groseros. Sus padres
deberían educarlos mejor. No tienen ustedes respeto por las personas mayores…”
Y a mí, ya entonces, me daba una pena
enorme, que disimulaba para no hacer el ridículo ante mis crueles e insensibles
compañeros de trastadas.
Un
día, “Colilla” dejó de venir por el barrio. Se comentó que lo habían detenido
por alguna vieja cuenta política pendiente y que estaba otra vez en prisión - quizá
murió allí -, y no lo vimos más; así que nos dedicamos a hacer burla de otros
desgraciados: mendigos, tontos o gente de rostro enloquecido, que tanto
abundaban en esos días.
Y
pasaron los años y con ellos vinieron tiempos mejores. Nos hicimos adultos y
civilizados, pero, al menos yo, nunca olvidé a “Colilla”, la estampa de la
derrota.
Miguel Ángel Pérez Oca.
martes, 29 de noviembre de 2016
¿HOTEL?
Con motivo del 6º aniversario de la tertulia, el tema a aportar era "Hotel" con una extensión máxima de 50 palabras, o lo que nosotros denominamos "un cincuento". La reunión fue muy amena y agradable y mi aportación fue la que os presento, ilustración incluida:
domingo, 27 de noviembre de 2016
RITA BARBERÁ, MARCOS ANA Y FIDEL CASTRO. EL SIGNIFICADO DE LOS MUERTOS.
Me
ha dado mucha vergüenza ajena ver a los cubanos de Miami, votantes de Trump,
festejando con jolgorio la muerte de Fidel Castro. Como también me ha dado
mucha vergüenza ver cómo los voceros del PP pretenden aprovechar la muerte de
Rita Barberá para justificar su cobarde abandono a la correligionaria, echando
la culpa de su reventón a un pretendido “acoso” de los medios y los políticos
de la oposición; y hasta quieren aprovechar, una vez más, una muerte para barrer
para casa; en este caso, para ver si consiguen alterar los pactos con
Ciudadanos y salvar así de la quema a alguno de sus muchos corruptos. Como en
otras ocasiones, utilizan el dolor ajeno en su beneficio. Ya nos tienen
acostumbrados. ¿Es que no tiene vergüenza esta gente de la Derecha? Pues claro, si la tuvieran habrían dedicado algún espacio de sus medios amaestrados para
recordar la limpia trayectoria del poeta Marcos Ana, el hombre que ha muerto sin
rencor después de ser el preso político español que más años ha soportado las
torturas y la prisión bajo la bota de ese disimulado icono de la derecha más
casposa, llamado Franco.
Estos
días se nos han muerto tres personas muy notables, por muy diversas razones.
Analizar sus trayectorias sería un ejercicio muy útil con el fin de saber
valorar qué circunstancias de nuestra vida tienen verdadero valor.
La ex
alcaldesa casi perpetua de Valencia, Rita Barberá, murió de infarto, abandonada
por sus correligionarios que evitaban saludarla, no fuera a ser que alguien reparase
en ellos y tirara de la manta. Toda la prepotencia y la soberbia de la inefable
Rita se esfumó de pronto, ante los indicios de corrupción que desvelaban
policías, jueces y periodistas, amenazando una vez más la credibilidad del PP (“¿Partido
Podrido?”). Se la expulsó vergonzantemente del partido, aunque poco antes se le había dado un
puesto de senadora, aforada, para protegerla. Pero no valieron trucos legales y
al final se ha muerto “de pena”, según alguno de sus Judas. Y ahora, los mismos
que la relegaron y la evitaban pretenden sacar partido de su enojosa defunción.
Lamentable, lamentable una vez más.
Fidel
se ha muerto de viejo, jubilado por enfermedad y senectud, y la tormenta de opiniones buenas y malas se ha desatado
inevitablemente. Pero el caso de Castro hay que estudiarlo en su contexto. No
se puede comparar Cuba con Europa. Hay que verla en su lugar de la América
Latina y caribeña, con sus países subdesarrollados y violentos de dictaduras pasadas de extrema derecha, sus
desigualdades y la presión constante del Imperio Yanki del capitalismo feroz (faltaba
Trump para terminar de arreglar las cosas). El caso es que una democracia
formal, con los partidos de derecha subvencionados por las multinacionales, es
muy difícil de sostener como verdadera democracia. Pero, por otra parte, mantener durante tantos años una
dictadura voluntarista revolucionaria conduce inevitablemente a la atrofia (o a la
hipertrofia, que es peor), fácil presa para la contrapropaganda, dirigida por el capitalismo depredador y sus
agentes del exilio cubano, hacia la
izquierda en general. Así que, ¿qué decir de Castro? Pues que representó, con
Che Guevara, la dignidad de los sudamericanos que querían ser libres del colonialismo
del Norte, pero cuya lucha de resistencia demasiado larga no podía conducir más
que al anquilosamiento burocrático y policial. Como diría mi abuelo: “entre
todos la mataron y ella sola se murió”. El socialismo, como dice Cristina
Almeida, no puede desarrollarse sin libertad. Pero hay veces y lugares en que
la libertad, que siempre es frágil, no es posible si su precio es la
desigualdad, la injusticia y la dominación. Castro quiso salvar a América de América
y no pudo; pero lo intentó, pese a los que ahora, vergonzosamente, festejan su muerte.
Marcos
Ana fue un ser puro, un comunista de verdad, ferviente y honesto. Se nos ha ido también, y los
medios amaestrados de la derecha española no le han dedicado el homenaje
póstumo que se merecía. Y es que la honradez no es noticia. Nadie habla de
quien no concita odios y opiniones encontradas. Y eso es lo que le ha pasado a Marcos
Ana, de manera muy injusta, porque en este mundo desagradable que nos ha
tocado vivir, la honestidad, la integridad, la bondad y el amor a la justicia
deberían ser noticia, entre otras cosas, por su excepcionalidad. Pero se impone
el silencio, promulgado por la Derecha (otra vez la dichosa Derecha), que no
consiente que una persona de izquierdas sea considerado un ejemplo.
Afortunadamente, y pese al silencio de determinada prensa, somos muchos los que guardaremos toda la vida una enorme admiración por Marcos Ana, el mejor de los muertos de este noviembre.
martes, 22 de noviembre de 2016
EN LA SELVA BOLIVIANA.
El tema de la tertulia de ayer era "Selva" y yo recordé mi estancia en la selva boliviana y escribí el trabajo que ahora os pongo en este blog. Espero que os guste.
EL REY DE LA SELVA.
Una vez fui a Bolivia y recorrí
la selva del Mamoré, subafluente del Amazonas en la región del Beni. Los ríos,
las charcas y la jungla forman allí un laberinto de vida y de muerte. Las
pirañas y los caimanes son los depredadores que se nutren de peces y de
mamíferos que se acercan a beber a las orillas. Las capibaras -especie de ratas
gigantes-los delfines ciegos de color rosa, los monos de cola prensil, los
papagayos y otros extraños bichos más o menos peligrosos pululan por todas
partes, en medio de la intrincada masa forestal por donde discurren hormigas
bravas, de dolorosa picadura, bajo un cielo que, al atardecer, se cubre de
mosquitos sedientos de sangre. A un amigo, un pequeño insecto volador le
arrancó un bocado de pantorrilla de donde salía la sangre a borbotones; y a
nuestro guía, un minúsculo pero bien armado pececillo le atravesó el dedo
pulgar, desde la yema hasta la uña, mientras se lavaba las manos. Esa es la
selva.
En medio de tanta
espesura, rodeado de árboles gigantescos, se alza, soberbio, un palacio
inesperado. Hoy es la Academia de Guardiamarinas de Bolivia, país que no tiene costa,
pero cuya intrincada red de ríos selváticos justifica una marina de guerra
compuesta por patrulleras que guardan sus fronteras con los estados vecinos.
El origen de
esa mansión descabellada tiene una historia tremebunda que nuestro guía nativo
nos contó en voz baja, como temeroso de que los espectros de los allí asesinados
pudieran castigar su indiscreción.
El
palacio, traído piedra a piedra de los lejanos Andes, fue la residencia del amo
Pacheco, llamado “el Rey del Beni”, un terrateniente riquísimo, señor de una
finca tan grande como una provincia europea, donde incluso se acuñaba moneda de
oro a su nombre. Necesitado de mano de obra en sus plantaciones de caucho, y una
vez que hubo explotado hasta la
extenuación a las tribus locales, marchaba de vez en cuando a Santa Cruz de la
Sierra, ciudad populosa del llano fértil del sur del país, y allí despilfarraba
sus monedas de oro, prometiendo grandes ganancias a quien se fuera con él a sus
tierras. Pero, una vez que la caravana llegaba al Beni, los capataces sometían
a los recién llegados y los convertían en esclavos. Las enfermedades, el
agotamiento y los castigos inhumanos iban diezmando a aquella desgraciada
población, cuyas defunciones eran suplidas por nuevos incautos que el amo traía
de las tabernas de Santa Cruz de la Sierra.
Pacheco
estaba casado con una señora europea muy digna y elegante, que le había dado un
hijo en cuya adolescencia ya empezaba a emular a su padre en crueldad y
despotismo. Y aunque era hijo único, tenía más de 50 hermanos, puesto que el amo
se llevaba a su lecho a todas las indias hermosas que capturaba en sus
correrías. Después, cuando se hacían viejas o dejaban de satisfacerle, las
abandonaba en la selva, y si osaban volver a la mansión las echaba a los
caimanes o las pirañas para que las devorasen. Y ese fue el fin de muchas de
ellas. En cuanto a los hijos mestizos del amo, no recibían ningún trato de
favor, sino que pasaban a engrosar la nómina esclava.
Este
régimen insoportable se prolongó durante años, hasta que los bastardos fueron
tantos que pudieron coaligarse contra el amo y, en una noche sangrienta, dieron
muerte a los capataces, capturaron a Pacheco, a su remilgada esposa y a su hijo
despótico y los acuchillaron en brazos y piernas, para que sangrasen antes de
echarlos a las pirañas. Después, cada cual se marchó a su tribu, al fin
liberada, mientras los cautivos santacruceños regresaban a su ciudad, tras
saquear la finca que quedó abandonada hasta que el Estado la convirtió en
Academia Naval.
Al
pasar por el río ante el sombrío palacio, sentí el repeluzno de un fugaz y
helado contacto en mi espalda, tal como si los fantasmas de los masacrados en
aquella tierra maldita quisieran reclamar mi atención, para que no olvidase
nunca la tiranía y los crímenes que un día tiñeron de rojo las aguas del
Mamoré, en el corazón del Beni.
Miguel
Ángel Pérez Oca.
jueves, 10 de noviembre de 2016
TRUMP, LA CATÁSTROFE.
Me tendréis que perdonar si no escribo mucho este mes. El peluquín oxigenado de Trump me pesa en el alma como una losa. Estoy en pleno shock, en plena depresión. La melancolía invade mis glándulas políticas y sociales. No tengo ganas de escribir, no tengo ganas de pensar, no me atrevo a hacer planes ni a intentar adivinar el futuro. Porque esta es la revolución de los idiotas que, como una mancha de aceite, se extiende por todo el mundo. Primero fue el Brexit, ahora Trump, mañana quizá Le Pen... y aquí, con la dicha de no tener aspirantes tonto-fascistas, con la dicha de que nuestra oposición al sistema es de legítima izquierda, así que podríamos... padecemos la abstención del maltrecho PSOE y la alegría beata y sumisa de Rajoy al nuevo Calígula mundial.
Todo empezó, me parece a mi, con la caída del muro de Berlín. Todos nos felicitamos entonces por el advenimiento de la democracia en el Este; pero la verdad es que el capitalismo salvaje se vio sin competidor al frente y se creyó que todo el monte era orégano. Décadas después, la desigualdad creciente, la globalización, el cambio climático, las guerras del petróleo, el fenómeno de la inmigración y los refugiados, la violencia generalizada, el fracaso de los estados pobres y tantas otras cosas, evidencian que el capitalismo, además de ser intrínsecamente injusto, no puede mantener su equilibrio si no se le controla, como a cualquier esquizofrénico. La sociedad del bienestar está amenazada y es pasto de demagogos parafascistas que crecen al socaire de la estupidez y la ignorancia de las clases más perjudicadas, que en lugar de alzarse en demanda de un socialismo civilizado, claman por el liderazgo de payasos y estúpidos integrales, como el tal Trump.
¿A dónde va nuestro Mundo? Yo creo que, víctima de la ola de irracionalidad, ignorancia y visceralismo que nos acosa, podemos dirigirnos directamente a la catástrofe global.
Si este artículo hubiera sido escrito en los años 30 y hablara de un tal Hitler, podría contener las mismas palabras, más o menos, salvo algunos matices actuales que aún lo hacen más alarmante.
Perdonadme si no escribo más. Ya os he dicho que estoy en shock y me acosa la depresión.
Que Dios nos coja confesados.
martes, 8 de noviembre de 2016
RELATIVIDAD.
Yo soy un gigante,
frente a una hormiga
y soy un enano ante
un elefante.
Todo es relativo, mi
querida amiga,
si estudias aquello
que tienes delante.
Dice el sabio que la
luz es absoluta
y el tiempo relativo
a su velocidad.
Si lo sabrá el amante
cuando escruta
relojes y estrellas en
espera de amar.
Las horas se alargan y
añoro tus dones
y me desespero al no
verte llegar.
Ojalá cabalgases
sobre los fotones
y en un Arco Iris pudieras
volar.
Pasan los minutos
como siglos lentos,
pero al fin te veo
cruzar la avenida,
y el reloj, ahora,
corre como el viento.
Todo es relativo:
Tiempo, luz y vida.
LOS ESPECTROS.
El tema de la Tertulia de ayer era "Espectro" y yo escogí la acepción científica del término. A ver qué os parece:
ESPECTROS DE OTRO MUNDO.
Llegar
a ser director del observatorio astronómico más grande del mundo había sido muy
duro, porque la competencia era feroz. El profesor podría al fin realizar su
proyecto científico tantas veces soñado. Y esa misma noche comenzó su tarea con
entusiasmo. La primera estrella que se propuso estudiar con su telescopio reflector
de 50 metros de diámetro, en busca de algún planeta que pudiera albergar vida,
fue 3-001, una enana amarilla cercana, a tan solo 42 años luz, de la misma clase
espectral que nuestro sol. Aplicó el coronógrafo (*) al objetivo, con el fin de
ocultar el brillo de la estrella, y a continuación se dedicó a localizar
pequeños puntos brillantes a su alrededor. Conectó el espectroscopio y los fue
enfocando para obtener la composición de sus atmósferas. Más tarde, ya ante la
pantalla del ordenador, fue estudiando las quebradas líneas de sus espectros.
Enseguida le llamó la atención una de ellas, cuyo pico de oxígeno resaltaba
junto a las líneas de absorción del nitrógeno, el vapor de agua, el dióxido de
carbono, el ozono y ciertos trazos de gases nobles. La comparó con el espectro
de la atmósfera de nuestro planeta y vio que… ¡eran prácticamente iguales!
Muy
emocionado, llamó inmediatamente a su colega, el responsable del
radiotelescopio gigante adscrito al programa.
-Oye
– le dijo -, tienes que rastrear la estrella 3-001 en todas las frecuencias. ¡Uno
de sus planetas tiene un espectro idéntico al nuestro! Y ya sabes que el
oxígeno libre solo puede provenir de la fotosíntesis vegetal. Así que, ¡Allí
hay vida! ¡Seguro!
-Sí
– le contestó, escéptico, el otro –, pero que tenga vida no quiere decir que ésta sea inteligente y que, además, esté
emitiendo en radio. Nuestro mundo contiene vida desde hace más de 3.500
millones de años, pero solo en el último millón ha habido aquí seres inteligentes y hace menos de un siglo que tenemos tecnología
electrónica.
-Bueno,
bueno – le contestó el profesor con impaciencia - , tú rastrea, por favor – y
se excusó -. Es que tengo una corazonada…
-¡Ja!
– fue la respuesta burlona del colega, ante ese rasgo de irracionalidad.
Pero
la corazonada se cumplió. Meses después, el jefe del radiotelescopio llamaba al
profesor, excitadísimo.
-¡Director,
director! Henos captado emisiones artificiales de ese planeta. Su potencia es
muy débil; por eso se ha tardado tanto en encontrarlas. Te mando el vídeo de
uno de sus programas de televisión para que veas a sus habitantes… ¡Son
increíbles!
Después
de unos segundos de estática, fueron apareciendo en la pantalla unas figuras de
apariencia completamente inverosímil. En primer término, un ser rechoncho, de
blandas y temblorosas carnes pálidas, coronado por unos finísimos filamentos
dorados, emitía extraños sonidos por el orificio que poseía en la parte
delantera de su cabeza, y cantaba: “Happy berthday to you, happy berthday,
mister President…”
-¿Sabes?
Por lo visto es una hembra considerada por todos sus congéneres como un maravilloso
símbolo sexual… Se llama, o se llamaba hace 42 años, Marilyn Monroe.
-¿Símbolo
sexual, ese bicho tan repugnante? ¡Si es asqueroso! – exclamó el profesor
mientras agitaba sus gelatinosos tentáculos prensores y daba saltitos nerviosos
con su pedúnculo locomotor; a la vez que mantenía muy abiertos sus tres ojos amarillentos,
cruzados de venas verdes, desorbitados por la incredulidad.
-¿Y
cómo llaman esos seres a su mundo? ¿”Asco-landia”? – preguntó, irónico.
-Pues,
según nuestro programa traductor, unos lo llaman “Earth” y otros “Tierra”. Y a
su estrella, la llaman “Sol”, “Soleil”, “Sun”... Es que usan varios idiomas.
-Y
a nuestro planeta, ¿sabes cómo lo llaman?
-Ah,
tienen un nombre muy bonito para nuestro sol: “Capella de Auriga”. Suena bien,
¿verdad? En cuanto a nuestro planeta, todavía no lo han descubierto.
Miguel Ángel Pérez Oca.
(*.- Coronógrafo.
No confundir con cronógrafo.)
lunes, 31 de octubre de 2016
PALABRAS DE PEDRO SÁNCHEZ.
Lo que dijo Pedro Sánchez en la entrevista que le hizo Ébole ayer me ha dado mucho que pensar. Qué lástima que no tuviera el valor de decirlo cuando aún era tiempo de imponerse a los "poderes fácticos", a los Felipes-Guerra ga-gá y a las Susanitas, y haber forzado un gobierno alternativo de izquierdas. Aunque supongo que los mandamases no lo hubieran consentido y el PSOE hubiera saltado por los aires antes que dejar que se aliara con Podemos. Por otro lado, tras las primeras elecciones de diciembre, se notaba demasiado que Podemos quería forzar unas segundas, a ver si había suerte y "sorpasso" y el Gobierno se lo llevaba Pablo Iglesias. Pero en ese caso, tampoco hubieran sido posibles alianzas con el PSOE, o a Pedro le hubieran dado "matarile" todavía antes. Ahora, quizá, si Pedro sabe maniobrar y conquistarse a la militancia, será posible salvar a la Democracia, al PSOE y a los votantes de la verdadera izquierda... Lo que está claro es que con la izquierda dividida no hacemos nada. Por cierto, lo de que Catalunya es una nación sería una perogrullada si no fuera por el empecinamiento de la derecha pepera de buscarse enemigos para forzar situaciones imposibles y líneas rojas, y forzar así su dominio a base de dogmas, como la vieja Iglesia. Hacen lo mismo con los vascos y con los "radicales populistas" de Podemos.
Como no nos espabilemos, Rajoy y sus muchachos tienen cuerda para rato, con todos esos pobres de derechas que los votan porque son más tontos que Abundio, y más cobardes y egoístas que el malo de la película.
Lo dicho: Si la izquierda no se une no se comerá una rosca. Lo vengo diciendo desde hace muuuuuucho tiempo. Pero los sectarios no escuchan.
jueves, 27 de octubre de 2016
ACEPTACIÓN.
Influido, seguramente, por el ambiente político que se respira hoy en este país, y como continuación del artículo precedente, he presentado en la Tertulia este trabajo sobre el tema propuesto, que era "Aceptación". Seguro que os resulta familiar, ¿verdad?
LA HORA DE LA ACEPTACIÓN.
El abuelo tiene
muchos años, tantos que le permiten gozar de una perspectiva histórica lo
suficientemente amplia como para juzgar muchas cosas. Luchó en la Guerra Civil,
combatió en el Maquis francés contra los nazis, sufrió un largo exilio lejos de
sus hijos y no volvió a España hasta que murió el dictador. En su juventud fue
testigo de los enfrentamientos entre los partidarios de Prieto y los de Largo
Caballero en el seno del Partido Socialista, su partido de siempre, cuyas crisis
actuales no le sorprenden lo más mínimo y se las toma con filosofía; aunque a
veces le indignan las manifestaciones simplistas y demagógicas de los actuales políticos
de la izquierda y la derecha.
-Entonces
nos enfrentábamos con pasión y sin ocultar nada. Al pan le llamábamos pan y al
vino, vino… - me dice a menudo – Y no como vosotros, siempre cautelosos y
maquiavélicos, con el discurso prefabricado a base de argumentario.
El abuelo se sienta
en su mullida butaca, frente al televisor, y se entretiene limpiando su vieja
pipa de espuma de mar, que no usa ya por prescripción facultativa.
-¿Qué
te han parecido mis declaraciones de hoy en la tele, abuelo? – le pregunto.
Y
él me mira con sus viejos ojos descoloridos, que ya han visto tantas cosas.
-Me
han parecido una mierda – me responde. Y yo, desde mi soberbia de flamante dirigente
de la nueva política, me siento herido, aunque ya me lo esperaba.
-Mira,
muchacho – prosigue -, perdóname, pero me cabrea la gente como tú. Parecéis
loros con la lección aprendida. Hacéis juegos malabares con las palabras para
no decir nada que os comprometa… A ver, cuando esa periodista tan valiente te
ha dicho: “Pero, señor diputado, sobre este asunto, ¿cuál es su opinión
personal?”. Tú te has evadido con citas a no sé qué filósofo y al final te has
escudado con el argumento fácil de que se hará lo que acuerden los militantes
en una próxima asamblea… ¡Coño! Eso no es lo que te ha preguntado. Eso ya lo
sabemos, pero la periodista te ha pedido tu opinión personal y tú te has
escurrido como una anguila. Y todos los políticos de ahora sois así de
demagogos, y se os ve el plumero. Me enfadé mucho cuando mi candidato decía que
votaría NO a facilitar la investidura del Jefe del Gobierno, que NO se aliaría
con partidarios de la consulta catalana y que NO habría nuevas elecciones…
Pero, ¿cuál era, entonces, su alternativa? – Yo le doy la razón con un gesto
mudo pero elocuente, aunque reconozco que los demás, a la izquierda y la derecha,
son igual de manipuladores; y él se me enfrenta iracundo – Vale, y en este caso
de hoy, ¿cuál es tu opinión? ¡Porque ese rollo de la alianza secreta entre
malos y traidores no me lo trago!
Empiezo
a argumentar complicadas frases evasivas, que él me corta enseguida.
-¡Déjate
de rollos conmigo, Maquiavelo de vía estrecha! Y dime la verdad.
Yo
admito que el caso tiene un análisis muy complejo, pero que lo que más conviene
a los míos es explotar la consigna más simple, contundente y maniquea…
-Sí,
merluzo, pero ¿cuál es tu opinión? Dímela sin tapujos. ¡La tuya, coño!
Y
yo bajo la cabeza y reconozco cuál es la que proclamaría si de mí dependiera.
-¿Y
por qué no lo dices en público, abiertamente?
-Porque,
si después mi partido adopta otra posición, podría costarme el cargo…
-¡Malditos
hipócritas! Pero al día siguiente de que vuestra dirección tome una decisión
firme, todos coincidiréis con ella, ¿verdad? Por eso la gente ya no cree a los
políticos, ni nuevos ni viejos. Pues, mira, yo te exijo que seas honesto y le
digas a esa periodista cuál es tu verdadera opinión. Y déjate de pamplinas para
crédulos.
Me
marcho de casa del abuelo muy afectado. El viejo tiene toda la razón. Y pienso
que ya es hora de que alguien diga la verdad al pueblo. Estoy dispuesto a aceptar
mi condición de poseedor de un criterio personal. Es la hora de la aceptación.
A
la puerta del Congreso me espera de nuevo la periodista. Hincho el pecho y me
dirijo a ella, aceptando al fin confesarle la verdad, mi verdad.
MAPérezOca.
domingo, 23 de octubre de 2016
MENTIRAS POLÍTICAS.
Todos
nuestros políticos actuales mienten como cosacos (con perdón de los cosacos).
Mentía Pedro Sánchez cuando nos decía que votaría NO a la investidura de Rajoy,
que no se aliaría con los partidarios de la consulta catalana y que no quería
que hubiera nuevas elecciones. Mentía porque al menos una de las alternativas
que nos proponía era imposible, dado que se excluían mutuamente. Pero también
mienten los actuales rectores del PSOE cuando nos dicen, unos, que hay que
abstenerse por el bien del país que necesita estabilidad, y otros, los que
persisten en el No para no darle el poder a Rajoy. Los de la abstención no la
predican en busca de la estabilidad, los del No no lo hacen por no darle el
poder a los corruptos de PP. Ambos se mueven buscando la supervivencia de su
partido, porque saben muy bien que unas próximas elecciones le darán más poder
todavía a Rajoy que, incluso, podría alcanzar la mayoría absoluta con la ayuda
de Ciudadanos; lo que hace inoperante ese NO que se predica con cara de falsa
honestidad. Que Iceta nos reconozca que el No de los socialistas catalanes es un
intento de recuperar protagonismo en su autonomía. Que los que propugnan la
abstención reconozcan también que lo hacen en busca del mal menor PARA SU PARTIDO, porque saben que en unas próximas elecciones el PSOE podría sacar
todavía menos votos que la última vez, y que cuatro años de concienzuda
oposición le podrían devolver el prestigio perdido.
Pero
también mienten Bescansa, Pablo Iglesias, Errejón y Echenique, cuando nos
hablan de que la abstención del PSOE va a suponer el nacimiento de la Gran
Coalición. Eso, más que una exageración, es también una mentira, porque tanto
PSOE como Ciudadanos van a tener que demostrar que hacen oposición al PP si no
quieren desaparecer dentro de cuatro años. Lo que pasa es que Podemos querría
merendarse al PSOE y ostentar el monopolio de la oposición de izquierdas. Se
les ha notado demasiado cuando, después de las elecciones de diciembre de 2015
soltaron su discurso de “las manos manchadas de cal viva” y las exigencias de
ministerios; pero también tuvieron la culpa del desacuerdo ciertos barones (y
dama, sobre todo la dama Susana) del PSOE, imposibilitando cualquier intento de
Pedro Sánchez de llegar a un acuerdo con podemitas y nacionalistas. Ambos
cortaron los puentes con una sarta de mentiras justificadoras que han hecho
posible el increíble ascenso del PP, que
ha sabido movilizar a los mezquinos de este país, a los que no afecta la
corrupción por encima del miedo a perder las migajas del señorito.
Que
la derecha miente no nos debe extrañar, porque está en su naturaleza. No se
pueden defender los privilegios de unos pocos con el voto de la gran mayoría de
los explotados sin mentirles descaradamente. Así que no hace falta analizar con
demasiado detalle las mentiras del PP, siempre retorciendo los argumentos para
justificar sus apaños y corruptelas. En cuanto a Ciudadanos, la simple proclama
de que pertenecen a una nueva forma de hacer política ya es una gran mentira. Son los alevines de la derechona de
siempre, eso sí, recién duchados.
Pero,
¿es que nadie va a salir a la palestra a decirle al pueblo la verdad? La verdad
es que las élites de cada partido buscan el poder por encima de todas las demás
consideraciones. Que los argumentarios son fórmulas para engañar a los
presuntos votantes y a los honrados militantes de toda la vida, que las verdades molestan y escuecen porque dejan
a los ambiciosos con el culo al aire y que uno, cada día, se descubre más
incapaz de militar en ningún partido liderado por mentirosos. Esa es la verdad.
miércoles, 12 de octubre de 2016
MI AMIGO MOHAMED ESTÁ EN LA CÁRCEL.
Tengo un amigo en la cárcel y no sé qué hacer por él. Por esa razón, en la pasada Tertulia del día 10 puse este trabajo que también he enviado a la prensa y voy a mandar a todos mis amigos.
Difundid esta noticia, por favor. Que se acabe la injusticia que sufren los jóvenes de Ifni que reclaman la nacionalidad española.
Gracias.
Difundid esta noticia, por favor. Que se acabe la injusticia que sufren los jóvenes de Ifni que reclaman la nacionalidad española.
Gracias.
Imágenes de la represión sobre la población de Ifni en los disturbios de hace unos años.
UN OTOÑO SIN FRONTERAS.
Mi
amigo Mohamed Derbal está en la cárcel. Está preso en Marruecos, condenado a
varios meses de prisión por haberse manifestado con otros jóvenes ifneños y
ocupado el viejo edificio español de la Pagaduría para reclamar que se les conceda
la nacionalidad española. Mi amigo Mohamed quiere ser de los nuestros, pero no
le dejan. Y eso que su abuelo era sargento de nuestro ejército y participó con
otros bahamaraníes de Ifni en lo que se llamó, por parte de los fascistas
sublevados contra la República legítima, “Glorioso Alzamiento Nacional”. A
aquellos pobres habitantes de los páramos ifneños les comieron el coco con
promesas de botín y consignas de ir a Europa a salvar a España de los “ateos
comunistas enemigos de Dios”. Dieron su sangre y muchos de ellos su vida, en la
creencia de que eran españoles de pleno derecho, habitantes de la provincia
española de Ifni. Pero cuando a Franco le convino pactar con Hassan II la
entrega del territorio, en l969, consumó la traición a sus antiguos esbirros,
negándoles la nacionalidad de la que, según los franquistas, “se habían
beneficiado provisionalmente”. En el colmo de la desfachatez, se les dio 3
meses para presentarse en una de las nuevas comisarías de policía marroquí para
manifestar que no querían ser súbditos del rey alauita y poder reclamar la
ciudadanía española. No fue nadie, pues ¿quién se atrevería a cometer tamaña
insolencia y arriesgarse a ser convencido a bofetadas, o algo peor, de que
debía mantener su patriotismo impuesto? Así que los baamaraníes, habitantes
seculares de Ait Ba Amarán (Ifni para los españoles) pasaron a ser marroquíes, muchos de ellos a su pesar. Y es
que cuando el coronel Capaz, en nombre de la II República Española, tomó
posesión del territorio, en 1934, no lo hizo negociando con el gobierno de
Rabat, sino con los notables del pueblo local, que nunca se sintió integrado en
Marruecos. La historia se repetiría años más tarde, en 1975, a la entrega
vergonzante del Sahara, con la triste ventaja para los saharauis de su notable superioridad
numérica. Los ifneños, en cambio, al ser
tan pocos, nunca han tenido eco en los medios, ni España ni Argelia los han
protegido, ni siquiera en los disturbios de hace unos años, cuando las
protestas de los jóvenes de Ifni, ciudad de poco más de 20.000 habitantes, hicieron
caer sobre ellos a más de 7.000 policías y soldados. Entonces, mi amigo Mohamed
tuvo que permanecer escondido para evitar represalias, y después intentó
alcanzar Canarias con una patera, siendo capturado por nuestra policía y
devuelto a su patria forzosa.
Yo
lo conocí en un viaje que hice en 2007 al lugar donde había cumplido mi
servicio militar en 1966. A regañadientes, pues sabía que la razón era de ellos
y no nuestra, vigilé durante 17 humillantes meses aquella frontera injusta que
todos sabíamos que iba a desaparecer en breve. Entonces, Mohamed no había
nacido aún y su abuelo debía ser un militar retirado, convencido de que había
dado su sangre por España, cuya nacionalidad se había ganado a pulso. Pero hoy
su nieto reclama en vano la deuda contraída por el odioso dictador con su
abuelo, y en vano manifiesta su derecho a ser español, y ha acabado en la
cárcel, sufriendo sabe Dios qué insoportables vejaciones.
Y
España calla, no vayan a salir perjudicados sus intereses comerciales con
Marruecos; tal como calla la injusticia saharaui. Y yo, que no reconozco más
patria que el planeta Tierra, ni más pueblo que la Humanidad trabajadora, que
me asquean las palabras-trampa escritas con mayúscula, como Honor, Fe, Patria, Himno,
Bandera…; yo, que me declaro incompatible con todo lo sagrado, porque estimo
que esa calificación es un invento de los poderosos que se nutren de nuestra
cándida sangre; yo no sé cómo ayudar a mi amigo Mohamed Derbal, como no sea
denunciando los hechos en público y deseándoles, a él y a sus compañeros, que
este Otoño, devenido Primavera, les depare un glorioso y justo mundo sin
fronteras y sin cárceles para presos políticos.
Ya
sé que eso es una utopía y que pasarán siglos hasta que la Tierra sea un lugar
decente, si alguna vez lo es; pero la esperanza es libre. ¿No creen?
lunes, 26 de septiembre de 2016
HABLANDO DE TRISTES NEGOCIOS.
Los temas de la Tertulia de hoy eran "La Casa Blanca" y "Delincuencia". Mi trabajo, en el que entran los dos, es el que os pongo a continuación:
HABLANDO DE NEGOCIOS.
Los
mayordomos de la Casa Blanca siempre hemos sido negros. Lo fue mi abuelo Tom
durante muchos años y, a su jubilación, heredé el cargo. Aunque en 1945 yo era todavía
un camarero aspirante a mayordomo. Y aquel fatídico día me tocó a mí, por
primera vez, servir el café en la reunión de los viernes del Comité de Guerra,
en el Despacho Oval. Confieso que me temblaba el pulso mientras servía el
refrigerio a tan altos personajes, todos hombres blancos, algunos de ellos
uniformados y con el pecho cuajado de medallas. Sin embargo, no me sentí
abrumado cuando llené la taza del Presidente. El señor Truman era un hombre
tranquilo y amable al que ya había servido café otras veces, cuando se pasaba allí
las horas, solo, estudiando importantes papeles.
-Llena
la taza hasta el borde, joven John – me dijo alguna vez -, que necesito estar
despabilado esta noche. Con lo feliz que vivía yo en mi mercería de Kansas
City, vendiendo corbatas y cintas de seda. ¿Quién me mandaría a mí meterme en
estos líos?
Aquel
viernes, el Comité debía tomar una decisión muy importante, y sus miembros no reparaban
en mí, modesto sirviente atado al silencio por un juramento de confidencialidad
cuya transgresión me hubiera costado muchos años de cárcel. Ellos iban a lo
suyo, con la segura frialdad de quien habla de negocios y conoce bien el tema.
-Debemos
echar esas bombas atómicas sobre Japón – decía con engolada afectación el
Secretario de Guerra, señor Stimson, atusándose el bigote.
-Sí,
pero no hace falta lanzarlas sobre núcleos de población llenos de niños,
mujeres y ancianos – objetaba el subsecretario Mc Cloy, de voz aflautada y
tímida.
-¡Esos
no son niños, viejos y mujeres, sino alimañas a exterminar!– gritó, algo
alterado, un general de aviación muy alto, gordo y rubio –. Debemos provocar la
mayor destrucción posible y el mayor daño moral, para forzar la rendición de
esos monos amarillos. Yo las tiraría sobre el mismo Tokio… las dos, la de
uranio y la de plutonio.
-Pero
– objetó el Presidente -, si matásemos al Emperador y a todos sus ministros,
¿con quién negociaríamos la rendición?
-Muy
bien – admitió el general, apoyado por los otros militares presentes y la
mayoría de los civiles -, pues las lanzaremos sobre otras poblaciones
importantes, como Kioto, Hiroshima, Yokohama o Nagasaki. Lo importante es que les
hagan mucho daño y los fuercen a la rendición incondicional. De lo contrario,
habría que llevar a cabo una invasión que nos costaría al menos 300.000 vidas
de nuestros soldados; y la vida de un soldado americano vale más que mil vidas
japonesas, incluidas las de mujeres y niños.
-Se
podrían echar en la bahía de Tokio, a la vista de todos, para demostrarles
nuestro poder sin necesidad de matar a niños inocentes… - insistía Mc Cloy.
Pero el almirante jefe del Servicio Secreto le interrumpió, con voz autoritaria
y mirada fría.
-Seamos
sinceros. No se trata solo de intimidar a Japón. Los rusos bolcheviques también
le han declarado la guerra e invadirán las islas sin reparar en bajas propias y
ajenas. Y no queremos un Japón comunista, ¿verdad? Así que es muy urgente
forzar la rendición inmediata y, de paso, advertir a los rusos y dejarles claro
quién manda aquí.
Y
un abrumado señor Truman carraspeó, miró al suelo y dio por zanjada la cuestión,
después de emitir un sonoro suspiro. Se encogió de hombros y dijo:
-Que
se lancen sobre ciudades. Yo me hago responsable.
Al
salir del Despacho Oval me temblaban las piernas y dos lágrimas incontenibles
rodaron por mis negras mejillas. Acababa de ser testigo de la organización de
uno de los más horribles asesinatos de la Historia. Más de 200.000 personas iban
a morir por decisión de unos hombres de apariencia honorable y ambición
desmedida.
Cuando
se lo conté a mi abuelo en las cocinas, sonrió con tristeza y me dijo:
-Querido
John, debes saber que la delincuencia más inhumana es hija del poder y tiene
sus guaridas en lugares como la Casa Blanca.
Miguel Ángel Pérez Oca.
jueves, 15 de septiembre de 2016
¿ES DECENTE VOTAR AL PP?
¿Era
decente votar a Hitler? Y, sin embargo, Hitler ganaba elecciones. ¿Era decente
votar a Reagan o a Bush? Pues ganaban y gobernaban, para bien o para mal. ¿Es
decente votar a un partido que se hunde diariamente en la más abyecta
corrupción y cuyo líder mira para otro lado cada vez que le preguntan por sus
socios corruptos y, además, cree que gobernar es no hacer nada y esperar que
escampe? Pues en cada elección saca más votos. ¿Cómo es posible? ¿Está este
país lleno de votantes indecentes? ¿Deberíamos renegar de la democracia formal?
¿Son más importantes las formas democráticas que la mismísima Ética? Un dilema
tremendo se cierne sobre la gente honrada de este país. La gente honrada es la
que piensa que quien vota a los corruptos es un cómplice de sus delitos o un
tonto ingenuo… O quizá un mezquino, un cobarde, un inconsciente, un ignorante…
Sin embargo, en caso de que aceptásemos el hecho de que es una indecencia votar
a determinados partidos, ¿quién ha de ponerle el cascabel al gato? ¿Quién
debería estar ungido de la autoridad de decidir qué partido es indecente y cual
no? Todos, o casi todos, sabemos quiénes son los indecentes, pero si
confiásemos en alguien para prohibir el voto a los corruptos, este alguien
podría a su vez corromperse y censurar el voto libre a quien él quisiera, fuera
o no indecente. Es como una pescadilla – o pesadilla - que se muerde la cola.
La libertad no es libertad si se limita la libertad a los enemigos de la
libertad. ¡Por ahí te salvas, Rajoy!
Pero es tan
triste ver cómo hay gente que vota a los que le mienten y explotan.
Así que no
queda más remedio que tener paciencia y perseverar, en espera de que alguna
vez, en este país, haya un pueblo inteligente y unos políticos honrados que
asuman de verdad la misión sagrada de ser los representantes del pueblo.
Triste sino.
martes, 13 de septiembre de 2016
DECLINAR
El tema de la Tertulia de ayer era "Declinar", y yo presenté el trabajo que a continuación os muestro. Espero que os guste y que esteis de acuerdo conmigo. Ya va siendo hora de que en este país evolucionemos hacia el verdadero Homo Sapiens. ¿No os parece?
DEBÍ DECLINAR AQUELLA INVITACIÓN.
Debí declinar
aquella invitación, pero no lo hice. Y después me he arrepentido mil veces de
no haberlo hecho; aunque quizá la experiencia valió la pena y mi pecado de
entonces contribuyó a forjar mi carácter. El caso es que la invitación era muy
tentadora. Nunca volvería a tener la ocasión de presenciar un espectáculo como
aquel, al menos en esas condiciones excepcionales.
Miguel
Pomata, el conserje de mi oficina, era amigo del padre de un famoso torero,
quien lo había invitado a que acudiera con unos cuantos compañeros a la plaza de
toros de Benidorm, donde el “maestro” iba a matar dos astados en privado, para
entrenarse con vistas a la próxima temporada. La corrida se haría con toda la
parafernalia habitual: cuadrilla entera con sus trajes de luces, picadores con
sus caballos, suerte de banderillas y estocada final, como está mandado, pero
sin público, salvo diez o doce personas de confianza. Y Pomata nos propuso asistir
con él a varios colegas: a Paquito, gran aficionado a la tauromaquia, a Tomás,
el interventor, y a mí, por la gran amistad y casi parentesco que unía a nuestras
dos familias.
De
entrada me impresionó ver el enorme coso vacío y oír desde la grada las
conversaciones de los toreros, potenciadas por la sonoridad de aquel desierto
cóncavo.
-Durante
toda la lidia debéis guardar silencio, porque el bicho, al no oír el murmullo
del público, se puede distraer con cualquier ruido – nos advirtieron.
Ver
una corrida de toros en medio de un silencio sepulcral es algo que no se me
olvidará nunca. Oíamos las voces del matador, cuando citaba al morlaco negro y
astifino, y la respiración agitada y los mugidos de dolor y de rabia del animal.
Entonces
comprendí la inmensa tragedia de aquel pobre ser vivo, burlado en su corto
sentido de la vista y su pobre inteligencia por unas sombras que se movían a su
alrededor, ocultándose tras unas formas verticales que quizá interpretara como
postes en lugar de humanos quietos, y unos seres extraños que surgían de la
nada para clavarle objetos punzantes que le dolían y le irritaban. El pobre
herbívoro estaba muerto de miedo, presentía su muerte, y reaccionaba de la
única forma en que sabía defenderse, intentado atacar con sus astas a los enemigos
malvados que lo estaban torturando. Sus bufidos entrecortados, perfectamente
audibles en aquel templo de silencio, delataban su angustia y su terror, que
culminó con un estertor agónico, cuando el estoque atravesó su cuerpo y le produjo
una espantosa y definitiva hemorragia. Después, ya muerta la víctima, los invitados
rompieron el silencio con gritos de entusiasmo y palmas.
El
espectáculo se repitió con el segundo toro, lo que me sirvió para comprobar de
nuevo que el miedo y el dolor son el precio de la fiesta taurina, que el toro
es un pobre comedor de yerba, inofensivo y pacífico, al que la Naturaleza ha
dotado de dos cuernos para defenderse de los depredadores; aunque en este caso
sus verdugos no buscan legítimo alimento,
sino sádica diversión de violencia y muerte.
Debí
haber declinado aquella invitación, pero no lo hice. Sin embargo, la
experiencia me resultó reveladora y nunca más he asistido a una corrida de
toros, ni siquiera por televisión, ni he participado en ningún espectáculo
violento contra animales inocentes. Que nadie me proponga ir a una cacería, a
la matanza de un cerdo o a una de esas fiestas salvajes en las que se tira una
cabra de un campanario, se le arranca la cabeza a un ganso o se martiriza y
humilla a un toro por las calles de un pueblo. Que nadie me invite a ver esas
cosas, porque rechazaré, ofendido, su propuesta.
Soy
carnívoro, como la mayoría de mis congéneres, y reconozco el derecho a matar
animales para alimentarnos, porque esa es nuestra naturaleza, pero exijo que se
les respete, que no se les haga sufrir, que se les dé una muerte instantánea e
indolora, y que nadie se divierta torturándolos, ni convierta su sacrificio en
un espectáculo.
Seamos,
de verdad, humanos.
Miguel
Ángel Pérez Oca.
martes, 6 de septiembre de 2016
¿TAN DIFÍCIL ES?
¿Tan difícil es establecer una
tregua? ¿Tan humillante renunciar a nuestras líneas rojas por un periodo de
tregua? “Yo renuncio por dos años a mostrarme intransigente en esto si tú haces
lo mismo con esto otro”, no tenéis más que decir. Y negociarlo. Por dos años,
lo suficiente para reparar los daños más urgentes y tomar un camino nuevo,
destronando de una santa vez al preboste estólido y podrido con toda su
canalla. En este país enfermo, atiborrado de gente cobarde, miserable,
mezquina, heredera de un viejo dictador y sus sacerdotes y verdugos, hace falta
la sangre nueva de los adalides de la honestidad, de la verdadera libertad y del
progreso. Pero, ¿sois vosotros esos campeones? No sé… Porque si no sois capaces
de establecer una tregua para salvar a este país de la mugre miserable que lo
atenaza, es que no lo sois y tendremos el liderazgo casposo que los viejos
podridos nos quieren imponer…
Vosotros
veréis.
(Dedicado
a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Ribera)
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