viernes, 24 de diciembre de 2010

¿HABEIS VISTO "SERRALLONGA"?


Estos últimos días, después de "Cuéntame", hemos podido ver en la Primera de RTVE una magnífica miniserie en dos capítulos, producida por la televisión catalana, titulada "SERRALLONGA", dedicada a un famoso bandolero catalán del Siglo XVII, durante el reinado en España de Felipe IV. El realismo de la serie nos permite apreciar el lamentable estado de miseria y explotación en que se encontraban los campesinos catalanes en esa época. Los nobles catalanes querían independizar el Principado y sustraerlo de la férula castellana, pero para ser cabezas de ratón mejor que colas de león y seguir explotando sin ingerencias foráneas a sus siervos de la tierra. En el fondo, a estos señores "nacionalistas" la suerte del pueblo catalán les importaba un bledo, mientras lo pudieran exprimir hasta límites intolerables, tal como les permitían las medievales leyes mantenidas por los Austrias. Así que, ante esta situación humillante e injusta, Serrallonga y sus compañeros se rebelaron y se convirtieron en bandoleros, adorados por el pueblo que los consideraba unos libertadores.

Visto lo cual, no comprendo el amor que le tienen los actuales nacionalistas a las viejas leyes austracistas, y el odio que guardan a Felipe V y los siguientes Borbones, que intentaron uniformizar el Estado para que todos los ciudadanos (plebeyos, se entiende, que estos tampoco eran unos ángeles), tuvieran los mismos derechos y deberes. La Guerra de Sucesión, como todas las guerras, fue una colección de salvajadas, así que decidme por qué hemos de abominar del Caballero D'Asfeldt porque quemó Xátiva, y no de los "maulets" que saquearon los pueblos de la huerta alicantina y no arrasaron Alicante porque no se dejó, y porque tenía un castillo de Santa Bárbara muy bien artillado.

Si lo que añoran nuestros nacionalistas es la situación que sufría el pueblo antes de Felipe V estamos aviados.

Y es que, como dice mi hermano, "no hay rey bueno", como no sea este que tenemos ahora, que más que Soberano (que soberano es el pueblo) es una especie de presidente de la república, al estilo italiano pero vitalicio.

Así que, por favor, amigos nacionalistas, dejáos de tonterías históricas, que la Historia es la que es, y su función es dotarnos de la experiencia necesaria para no caer en los viejos vicios. Las leyes de los Austrias favorecían a los nobles y a los señoritos locales, y las de los Borbones lo mismo, pero con la ventaja de ser más modernas y más uniformes, que la igualdad, con la libertad y la fraternidad, son todavía virtudes revolucionarias.

No os inventéis traidores en la persona de quienes, como Nicolás Peris, defendieron una opción tan respetable, o poco respetable según se mire, como la contraria. Y pensad que los alicantinos de entonces fueron mayoritariamente botifleros, y a mucha honra, que lo moderno suele acompañar a la gente cosmopolita, mas ligada al mar abierto que al terruño cerrado.

Lo importante, amigos, no es un determinado cantón geográfico sino las personas en general, sean de donde sean, y las leyes que rigen la sociedad. Que hoy sigue habiendo señoritos explotadores como en tiempos de Serrallonga, aunque en lugar de llamarse condes, duques y marqueses, que ostentaban la propiedad de los medios de explotación "por la Gracia de Dios" y la pretendida nobleza de su sangre, ahora se denominan "mercados" y procuran mantener sus identidades anónimas, como sus sociedades, para poder esconder mejor sus latrocinios y sinvergonzonerías "legales".

Que la Historia debe servir para algo, mecachis.

Miguel Ángel Pérez Oca.

ZOOLOGÍA URBANA. LA EXTRAÑA SIMBIOSIS.


Uno no debería asombrarse de que haya gente con conciencia ciudadana, que cumple con sus obligaciones. Pero en este mundo insolidario y caníbal, ver al dueño de un perro recoger las cacas con una bolsa de plástico y tirarlas a la basura sigue siendo un espectáculo de agradecer. Cuando esto ocurre, uno ve lo que debe ver: una persona humana (valga la no sé si redundancia, porque me da que hay personas que no son humanas), paseando a su perro o perra y cuidándolo, o cuidándola, con el amor que debe esperarse de un ser superior hacia su inocente mascota.

Pero, ay, otras veces uno ve, o pisa, que es peor, una repugnante caca de can abandonada enmedio de la acera para disfrute de las suelas de los convencinos. Es curioso que estas mierdecillas, o mierdotas, que de todo hay, nunca se depositan ante el domicilio del dueño, o dueña, del animalito.

Los últimos estudios de eminentes zoologos de gran prestigio aseguran que en estos casos se da una original simbiosis urbana, la llamada SIMBIOSIS CATABÓLICA CÁNIDO-PORCINA, que es cuando un PERRO cagón va acompañado de un CERDO.

No somos nadie.

Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 19 de diciembre de 2010

PIOVE, PORCO GOBERNO. LA TRISTE HISTORIA DE LA CABEZA DE TURCO.


Cuando la gente se siente frustrada, cuando teme hundirse en el paro y la consiguiente miseria, o ya se ha hundido en él, o algún ser querido lo sufre, suele buscar un culpable sobre el que descargar su ira. Por esa razón, en los malos tiempos, suele irle tan mal a los gobiernos. Muy pocos jefes de gobierno sobreviven a una crisis. A eso se le llama "buscar una cabeza de turco", y la frase italiana de expresar la contrariedad porque esté lloviendo, con un insulto al Gobierno, es típica.

La verdad es que estoy más que harto de oir o leer frases de amigos que se desahogan tachando a ZP de culpable de todo lo que nos pasa. Y como algunos deshonestos politicos, empeñados en tapar sus corruptelas y la incapacidad de sus líderes, y hambrientos de votos que les den no solo el gobierno de la nación sino también la impunidad de sus presuntos delitos, se han empeñado en convencer a los más tontos de que toda la culpa de la crisis que nos atenaza la tiene Zapatero, nuestro sufrido Jefe de Gobierno se ha convertido en la cabeza de turco por antonomasia. Él es el culpable de todo, incluso de los problemas del resto del mundo occidental, de la huelga salvaje de los controladores, del dopaje de algunos atletas, de que nieve a destiempo y de que a mí no me toque la Lotería de Navidad. Zapatero es el más inútil de los gobernantes, tonto de baba, incapaz de sacarnos del atolladero, y urge, según esos mostrencos que aspiran a recuperar la finca del abuelito, que le demos a ellos la confianza para estar en el machito cuando pase la crisis y así colgarse la medalla y afianzar su dominio caciquil por unas cuantas décadas, o mejor para siempre jamás. Entonces si que les harán trajes de gorra y demás sobornos y prebendas, como es tradicional en los modos de la derecha carpetovetónica de toda la vida.

Y, claro, como la gente es tonta, van a ganar las elecciones de calle, ¿o no es tonta? ¿Lo saben que es tonta o solo lo creen? That is the question.

Sin embargo, yo sigo convencido de que el pobre Zapatero hace lo que puede, como todos los demás jefes europeos y americanos. Se le dice que es inconstante y que improvisa sobre la marcha; y yo creo que la que improvisa es la Crisis, y más que ella los hijos de puta que responden al evanescente nombre de "mercados". Y claro, ante un enemigo que ataca cada día con un nuevo y sofisticado golpe, hay que improvisar, hay que desarrollar una esgrima económica que nos permita defendernos. También se le acusa de haber negado la crisis, pero yo sé que esta economía de mierda se basa en la confianza y que la confianza se pierde cuando los agoreros nos cuentan una historia de miedo. Que Zapatero, como otros estadistas, negara la crisis, no fue más que una táctica para evitar el sálvese quien pueda y que las ratas abandonaran el barco antes de hora.

Pues, nada, lo que está de moda es echarle la culpa a Zapatero. y uno parece tonto si no lo hace. Si ZP intenta paliar los daños a los más necesitados es un socialistoide imprudente que nos llevará a la ruina, y si se pliega a las exigencias de los mercados, es un traidor que ha renegado de sus principios. Quisiera yo ver a todos esos críticos de salón en su lugar. Porque me temo que unos y otros, los derechones ansiosos y los izquierdosos puristas, en su lugar, harían exactamente lo mismo (o peor) que lo que está haciendo este "porco Goberno". Si no al tiempo.

Así que ZP está ya amortizado y quemado, se ha convertido en la Cabeza de Turco de la crisis. Los insidiosos del P.P. lo han conseguido con su habilidad dialéctica y sus medios mediáticos... o ha sido porque tenían delante a una buena persona incapaz de defenderse; pero no les arriendo la ganancia. Porque a fuerza de personalizar en ZP todos sus ataques, para conseguir su caída inmediata, han conseguido convencer a los bobos de que esta crisis tiene un solo padre y que hay que cortar la cabeza de ZP para que todo se solucione. Y con eso le han dado al PSOE un respiro y la probable solución a sus cuitas. Basta conque presenten a última hora otro candidato, alguien convincente y con facilidad de palabra (la gran carencia de ZP), que sepa desligarse a tiempo de la herencia de Zapatero, que sepa convencer al personal de que él, o ella, "es otra cosa", que tenga la suficiente mala leche como para saber devolver los mordiscos a la jauría derechona, alguien experimentado y curtido en viejas luchas, mejor que otro pollito inocente y sacrificable, porque la inocencia, el talante y la deportividad no son ya para estos tiempos de mala sangre, frustración, mentiras y jugarretas.

En fin, que nunca nos pase, que nadie pueda convencer nunca a los más tontos de que somos culpables de sus problemas y nos convierta así en su cabeza de turco.

Pensad, idiotas, que la alternativa es Rajoy, y temblad.

Pobre ZP.

Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 13 de diciembre de 2010

MARTA, MARTA, ¿QUÉ HAS HECHO?


Hay que ver cómo duelen las desilusiones. Uno se hace viejo con ellas y aprende a base de palos que no todo lo que reluce es oro. Y de oro va la cosa. De oro de medallas olímpicas y de oro de curso legal. No sé si es por el oro de una clase o de la otra, pero, si las imputaciones son ciertas, la más maravillosa sonrisa de nuestro atletismo nos habrá sumido en la desilusión más dolorosa, nos habrá hecho envejecer a todos y nos habrá dado un buen palo moral. Si se confirma lo que los jueces sospechan, nunca más podremos decir: "Una chica con esa sonrisa no puede defraudarnos". Porque entonces estaríamos equivocados y la mejor de las sonrisas podría esconder un espíritu mezquino y nada deportivo. Y tendríamos que olvidarnos del refrán que dice que: "La cara es el espejo del alma".

Pero el caso es que uno se resiste a creerlo, y se busca alguna explicación razonable: Todo es un complot urdido por los envidiosos... O la carne es débil, la voluntad se puede manipular, un espíritu malvado ha arrastrado a nuestra Marta a ese mundo escuro del dopaje y, lo que es peor, del tráfico de material dopante. ¿Y todo esto para qué? ¿Para qué necesita una persona que está en la cumbre, futura madre, campeona del mundo, con la vida resuelta y con la admiración y el cariño de millones de personas en todo el mundo; una persona que es profeta en su tierra donde sus paisanos la idolatran; para qué necesita, digo, lucrarse con una actividad delictiva y deshonrosa? Es algo que escapa a mi capacidad de comprensión, porque que no parece tener justificación alguna. Y entonces, cuando uno ve rostros que parecen ser tan sinceros, tan nobles, de gente tan esforzada, tan ejemplar, como el ciclista Contador y la atleta Marta, la más maravillosa sonrisa de nuestro deporte, amenazados por la imputación judicial de que puedan ser culpables del más vil delito deportivo, de que puedan ser culpables de haber obtenido sus laureles con trampas, con drogas estimulantes, con actividades castigadas por la ley, y que, además, en el caso de Marta, puedan verse agravadas por su tráfico lucrativo, a uno se le caen los palos del sombrajo y le dan ganas de llorar. O a uno se le ocurre pensar que algo no funciona en nuestra asquerosa sociedad, y que el verdadero culpable es este ambiente antinatural que reclama triunfadores ambiciosos y desalmados para los que lo que debe contar es el ego triunfante a costa de lo que sea. Y uno maldice a este mundo capitalista y consumista de moral calvinoide, sin otros valores que los que cotizan en bolsa, y se siente extraño, como un marciano en una procesión o un pulpo en un garaje.

En fin, que ya soy un poco más viejo, aunque todavía confíe en la presunción de inocencia; porque si se confirman las sospechas, maldita sea, no me voy a fiar nunca más de una sonrisa, por muy maravillosa que parezca.

Qué pena.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 4 de diciembre de 2010

UNA CALLE PARA AMADO GRANELL





































































































Amado Granell Mesado fue el héroe de la liberación de París, en la II Guerra Mundial, y fue vecino de Alicante en los últimos años de su vida. Vivió tres guerras y fue protagonista de aventuras que podrían servir de guión a excelentes películas bélicas e, incluso, de espías. Durante toda su existencia dio ejemplo de tesón, integridad, valor y lucha por la democracia. Poseedor de múltiples condecoraciones y distinciones, cuando fue nombrado caballero de la Legión de Honor francesa, el general Leclerc dijo: “Si la Legión de Honor fue creada por Napoleón para premiar a los bravos, nadie se la merece más que usted”.
Granell había nacido el 5 de noviembre de 1898 en Burriana (Castellón), y en 1921, indignado por lo acontecido en el Desastre de Anual, se enroló en la Legión y luchó en nuestra Guerra de África.
En 1927, ya licenciado, nos lo encontramos en Orihuela al frente de un negocio de bicicletas y motocicletas. Por entonces era militante de Izquierda Republicana y estaba afiliado al sindicato UGT. Al estallar la Guerra Civil, formó parte del comité que se hizo cargo del Ayuntamiento oriolano y ayudó a salvar las valiosas obras de arte del Colegio de Santo Domingo y otros templos de la población.
En noviembre de 1936 es ascendido a capitán, al frente del llamado “Batallón de Hierro”, unidad de motoristas armados de fusiles ametralladores cuya denominación oficial era Batallón Motorizado de Ametralladoras, que sería ampliado a Regimiento. Por entonces manda los blindados que participan en el sitio de Santa María de la Cabeza.
Ascendido a Comandante en diciembre de 1938, se hace cargo de la 49 Brigada Mixta, con la que participa en la ofensiva de Fuente Ovejuna.
Al mando de la 49 División, en 1939, se ocupa de la defensa de Castellón ante el avance de las tropas de Franco.
En los últimos días de la guerra, decidido a continuar la lucha desde el exilio, se embarca el 28 de marzo de 1939 en el vapor Stanbrook, del capitán Dickson, último buque que parte del puerto de Alicante con casi 3000 refugiados. Granell lleva consigo su fusil ametrallador, que tiene que entregar a las autoridades francesas de Orán, donde es internado en un campo de trabajo.
Pero Granell no se da por vencido, y en 1942 se une a los americanos que acaban de desembarcar en el norte de África y los ayuda a tomar Orán. A continuación se enrola en los Cuerpos Francos de África, junto a otros muchos exiliados republicanos españoles, y tiene que tragarse su orgullo aceptando el grado de subteniente que le otorga el Ejército Francés. Participa en la campaña de Túnez en 1943, luchando contra las tropas alemanas del Afrika Corps del general Rommel. Allí es herido de gravedad y ascendido a teniente.
Por entonces, el general Leclerc llega del Chad con sus tropas de la Francia Libre y funda la División Acorazada que lleva su nombre. Granell se integra en ella como adjunto del capitán Dronne, en la mítica compañía 9ª, conocida como “La Nueve” en castellano, por estar integrada casi en su totalidad por exiliados republicanos españoles. Embarcados en el buque Franconia son enviados a Gran Bretaña para su entrenamiento y preparación con vistas a un futuro desembarco en el continente.
Y el desembarco de Normandía tiene lugar el 6 de junio de 1944. Una vez acondicionados los puertos prefabricados para recibir material pesado, la División Leclerc desembarca a su vez en Normandía el 1 de agosto y participa en los combates que consolidan el establecimiento definitivo de la cabeza de puente, en los que se distingue Granell al frente de su sección.
Los aliados avanzan hacia el Este tratando de alcanzar Alemania, aplastando a las tropas enemigas que se retiran. En París, la Resistencia se ha alzado contra los ocupantes y se ha hecho fuerte en el Ayuntamiento, mientras los alemanes todavía se mantienen en su Cuartel General. La situación es muy tensa, con escaramuzas y combates callejeros, mientras el general Von Choltitz, gobernador de París, espera la llegada de alguna división Panzer para cumplir las órdenes de Hitler de destruir la capital con todos sus monumentos. Si los resistentes no reciben ayuda inmediata puede producirse una matanza como la que ha ocurrido en Varsovia, donde la resistencia no ha recibido ayuda de las tropas rusas y los alemanes la han aplastado sin contemplaciones, provocando una masacre. De Gaulle y Leclerc quieren ir en auxilio de París, pero Eisenhower, Patton y Montgomery tiene otros planes. Para ellos lo importante ahora es destruir a los enemigos en retirada y prefieren rodear la capital francesa. Leclerc no se resigna y manda hacia París a su mejor compañía, “La Nueve”, en una misión que oficialmente es de reconocimiento. El capitán Dronne, al frente de una sección de unos 50 hombres en sus vehículos blindados, y el teniente Granell, al mando de otra sección, se dirigen a París por dos caminos distintos. Dronne deberá ir hacia el cuartel general alemán con el fin de hostigarles y conminarles, si puede, a que se rindan. Granell irá al Ayuntamiento, a reforzar a los resistentes que lo han ocupado. Por el camino encuentran un puente que sospechan está minado, dispuesto para estallar cuando sea cruzado por un vehículo. La columna se detiene y Granell, solo sobre su jeep, lo cruza el primero, comprobando que no tiene cargas explosivas, tras lo cual anima a sus hombres a pasar al otro lado. Los parisinos desconfían de aquellos soldados que hablan un idioma extranjero y llevan en sus tanquetas la bandera de la II República española, así como exóticos nombres (Guadalajara, Brunete, Belchite, Madrid) pintados en sus costados. Pero cuando comprueban que pertenecen al ejército de la Francia Libre estalla el entusiasmo. La unidad de Granell se interna por las calles de París, recibiendo esporádicos disparos de los alemanes, hasta que llegan a la Plaza del Ayuntamiento, a primeras horas de la noche, y toman posiciones. “Hemos llegado a París, manden refuerzos”, dice el mensaje que envían por radio a Leclerc. El teniente Granell se presenta a los líderes de la Resistencia, en la que militan también muchos exiliados españoles, y estrecha la mano de Georges Bidault y Chaban-Delmas, que llegarán a ser importantes políticos franceses. Y así toma posesión oficial de la ciudad de París. Las vecinas campanas de Notre Dame comienzan a voltear. Un bombero francés, burlando la vigilancia alemana, se encarama a la Torre Eiffel y despliega una gigantesca bandera francesa. La gente se echa a la calle, en un júbilo imprudente que todavía se cobra algunas vidas bajo los disparos de francotiradores alemanes. Cuando el capitán Dronne llega por fin al Cuartel General alemán, el gobernador Von Choltitz cree que la División Leclerc en pleno ha invadido la capital y se rinde sin condiciones a un cabo extremeño al que regalará su reloj de pulsera. Cien españoles han conquistado una capital de 6 millones de habitantes. Ni Hernán Cortés se atrevió a tanto.
Ante los hechos consumados, el general Leclerc obtiene de sus superiores permiso para entrar en París con toda su división, lo que realiza la mañana siguiente. El día 26 el general De Gaulle, jefe del Gobierno Provisional francés, llega a París y recorre los Campos Elíseos a pie entre el Arco del Triunfo y la Plaza de la Concordia. Tras él, abriendo el desfile que tiene lugar a continuación, va Amado Granell en su destartalado jeep lleno de abolladuras e impactos, y detrás toda “La Nueve”, entre los gritos de entusiasmo de los parisinos. En la prensa de todo el mundo ha aparecido la foto de Granell y los jefes de la Resistencia parisina, bajo el lema “ Ils sont arrivés!”
De Gaulle propuso a Granell ascenderlo a comandante si se nacionalizaba francés, pero este le contestó: “Mi General, yo quiero a España como a mi madre y a Francia como a mi novia. No me pida usted que reniegue de mi madre”. Así que seguiría de teniente por todo lo que le quedaba de guerra. De todos modos, Granell recibiría la Cruz de Guerra con Palma, cinco menciones y sería nombrado Caballero de la Legión de Honor.
La División Leclerc siguió su avance hacia el este, en las campañas de Los Vosgos y Alsacia, en cuyos combates volvió a distinguirse Granell; pero cuando llegó por fin al Rhin y pisó tierra alemana, tuvo que ser evacuado y hospitalizado, aquejado de una intoxicación o envenenamiento que le retendría en retaguardia hasta la finalización del conflicto.
“La Nueve”, ya sin Granell, alcanzaría su último objetivo conquistando “El Nido del Águila” de Berchtesgaden, residencia veraniega de Hitler en los Alpes. El centenar de españoles que integraban al principio esta unidad, y los que se fueron incorporando para cubrir bajas, sufrieron 35 muertos y 97 heridos, quedando solo 16 supervivientes en activo al final de la guerra.
Pero la odisea de Granell no acaba aquí. Recién terminada la guerra, los aliados se plantean invadir España y desalojar a Franco del poder. Granell, con la tapadera de viajante de comercio, cruza España clandestinamente en repetidas ocasiones, poniendo en contacto a los líderes socialistas Largo Caballero e Indalecio Prieto, exiliados en Francia, con los monárquicos de D. Juan de Borbón y Gil Robles, exiliados en Portugal. Se trata de organizar un gobierno provisional con D. Juan como Rey Constitucional y Miguel Maura como primer ministro. A Granell se le ofreció el cargo de Ministro de Defensa.
Pero Don Juan prefiere asegurar la monarquía al precio de consolidar la dictadura franquista, y se entrevista con Franco en el yate Azor el 25 de agosto de 1948, pactando la sucesión en la figura de su hijo Juan Carlos. Franco, a su vez, pacta con los americanos la instalación de bases militares. Y las esperanzas de los demócratas españoles se ven frustradas definitivamente, hasta la muerte del Dictador.
Granell, desilusionado, decide regresar a España y se instala en Barcelona con su compañera Lina. Se dedican al comercio de electrodomésticos y aparatos y piezas de radio. Viven después en Madrid y en Valencia, y acaban instalándose definitivamente en Alicante en 1969, donde montan una tienda de electrodomésticos en la Avenida del Poeta Zorrilla.
Yo me casé en 1970 y compré los electrodomésticos de mi nuevo hogar en una tienda cercana, sin saber que aquel señor circunspecto y amable que me atendió era el héroe de París. Lo que son las cosas.
El 12 de mayo de 1972, Amado Granell murió cerca de Sueca en un oscuro accidente de tráfico, mientras se dirigía de Alicante a Valencia para formalizar en el consulado francés unos documentos referentes a su pensión. En su tumba del cementerio de Sueca hay una lápida pagada por el Gobierno de Francia, donde figura una palma de plata y las iniciales L. H. (Legión de Honor). Por solo tres años no pudo ver el regreso de la Democracia por la que tanto había luchado.
Quiero agradecer a Marcelina Gaubeca (Lina), compañera del héroe y vecina de Alicante, la aportación de toda la documentación y fotografías que figuran en este artículo.
Y quisiera que este trabajo sirviese como solicitud ante nuestro amigo y compañero de Alicante Vivo, Alfredo Campello, integrante de la Comisión que ha de revisar el callejero de nuestra ciudad, para que se le otorgue a nuestro convecino Amado Granell la calle que sin duda merece. Porque los alicantinos haríamos muy bien en sentirnos orgullosos de su memoria.
Miguel Ángel Pérez Oca.