martes, 30 de junio de 2009

CUATRO SUICIDAS EN EL RING



El RING es un local que se proclama “Sala experimental de Arte” y que se encuentra en la calle Barcelona, nº 4, de Alicante. Es un lugar de encuentro regentado por mi amigo Vicente Leal, donde uno se puede tomar una cerveza mientras presencia un ensayo teatral, ve una exposición de arte alternativo, escucha música no convencional o asiste a un recital de poesía. Es un sitio de aspecto austero, con un espacio para teatro, con su pequeño escenario y un “patio de butacas” sin butacas, donde uno puede permanecer de pie o sentarse en el suelo para presenciar algún inesperado espectáculo de interpretación, en un ambiente muy especial. Os aconsejo que entréis en la página Web de EL RING y veréis la rica programación que ofrece a todo aquel al que no satisfaga del todo la cultura oficial y prefiera participar de una forma de entender los hechos culturales más inconformista, más honesta y más auténtica.
El otro día fui invitado a asistir a la representación de una obra titulada “Cuatro vidas que se cierran”, producto del último taller de teatro impartido por Vicente Leal. Ya el ambiente inicial, nada más entrar al espacio de teatro de EL RING, me resultó bastante impactante. Lo que en un teatro convencional sería el patio de butacas, es un espacio desprovisto de asientos, donde los asistentes quedan apoyados contra la pared o se sientan en el suelo. El escenario, con un espejo, una cortina roja en el centro y delante una taza de water, ya nos indicaba que lo que íbamos a ver no era corriente. La obra consistía en cuatro monólogos interpretados por sendos suicidas que se inmolaban ante el público, jugando muy hábilmente con las luces y la oscuridad. Por primera vez en mi vida me di cuenta de lo gráfica que puede resultar la oscuridad en una obra teatral. Una chica, sentada en el water se suicidaba ingiriendo pastillas de un frasco, mientras se lamentaba de su cuerpo, según ella demasiado obeso, hasta que la oscuridad se tragaba a la chica y al artilugio sanitario. Al encenderse la luz, un personaje de aspecto sofisticado nos decía que no tenía más remedio que suicidarse para que sus amigos supieran que era capaz de hacerlo, pese a su fama de frívolo, y mientras especulaba sobre la nada y la eternidad, arrastraba una bombona de butano con la goma cortada y abría la espita. La luz se iba apagando mientras dejaba en el aire el sonido inquietante del gas saliendo de su recipiente. Y pude percibir la inquietud entre algunos asistentes que, como yo, olisqueaban temiendo que un alarmante olor a butano nos hiciera salir huyendo de la sala. La luz no se encendía, sino que desde la puerta de entrada aparecía una muchacha con un manojo de velas encendidas en los brazos. Las iba depositando en el suelo, mientras increpaba al público por su insensibilidad, por su indiferencia ante su sufrimiento. Después iba apagando las velas y volvía a salir, aunque de pronto aparecía por una ventana del segundo piso que daba a la sala y hacía además de lanzarse al vacío, ante el creciente estupor de los asistentes. Y por último, mi amigo Vicente interpretaba el último monólogo, en el que un hombre confesaba a sus hijos que había matado a su madre para vengar su pasividad ante los abusos del padre, mientras subía al escenario con una cuerda que dejaba en el suelo. Volvía después a por una pesada escalera, que plantaba en medio del escenario y bajaba por segunda vez a por una silla, mientras iba desarrollando su discurso sobre la ley, la muerte, la vida… Al final ataba la cuerda a una viga del techo, le hacía un nudo corredizo, apartaba la escalera con parsimonia y se subía a la silla, pasándose el nudo de la cuerda por el cuello. Se apagaba la luz y todos oíamos, sobrecogidos, el pesado sonido del cuerpo al quedar colgando y de la silla al rodar por el escenario. La luz tardaba en encenderse, y el público angustiado esperaba comprobar que, cuando volviera, no iba a ver a Vicente ahorcado, balanceándose en el escenario…
Desde luego, si un actor quisiera suicidarse ante su público, esta obra sería la ideal.
Cuando volvió la luz, la cuerda, felizmente, se balanceaba sola, y Vicente y sus compañeros Patricia Pantoja, Sandro Cavaliere y Sara Ruiz salieron de distintos puntos de la sala para subir al escenario a saludar. Todavía Vicente interrumpió los aplausos con un gesto y la chica de las velas encendidas nos dijo que no querían que les aplaudiésemos sino que los besáramos, y bajaron a la sala para recibir nuestro afecto y nuestra admiración.
Ha sido una experiencia singular y muy emotiva. La interpretación fue perfecta y el texto invitaba a reflexionar, en una representación que me sugiere que no hay necesidad de asistir a salas profesionales y tradicionales para ver algo que nos puede llegar muy dentro; que el arte debe ser original o no es arte, y que lo auténtico surge a menudo entre minorías y en lugares modestos e inesperados.
Enhorabuena, amigos. Eso es hacer cultura.
Miguel Ángel Pérez Oca.

viernes, 26 de junio de 2009

HUMO NEGRO EN LA NOCHE DE SAN GUILLERMO.


Ayer, día 26, el diario INFORMACIÓN de Alicante me publicó este artículo que os pongo en el blog. Si entráis en la página web de este periódico ( www.diarioinformacion.com ), buscáis la edición del día 26 y pincháis en "opinión", veréis también este artículo y, además, las opiniones que ha merecido a algunos lectores, unas a favor y otras en contra. Afortunadamente, los que están a favor ganan por goleada. Así que todavía nos queda la esperanza de que nuestro querido Alacant tenga arreglo.

HOGUERAS DE HUMO NEGRO EN LA NOCHE DE SAN JUAN.

Es que los alicantinos somos la mar de originales. Quemamos nuestras hogueras con un día de retraso, en la que es, a partir de las 12 de la noche, precisamente cuando comienza la “cremá”, la noche de San Guillermo; aunque les llamemos “Fogueres de Sant Joan”.

No os diré cuál fue la hoguera que vi quemar este año, para que no se crea que estoy criticando a una sola, sino a la mayoría, con todo el dolor de mi corazón. Después de contemplar, desde la plaza del puerto, la “Palmera del Foc”, que he de reconocer que este año ha sido perfecta, airosa y brillante, mis acompañantes y yo nos acercamos a ver la “cremá” de una hoguera cercana. Tras un hermoso y atronador castillo de fuegos artificiales con traca, el monumento comenzó a arder, aunque una espesa masa de humo negro e irrespirable ocultaba las llamas hasta el punto de no saber a ciencia cierta si el monumento era ya pasto del fuego o no. Se nos estaba hurtando el maravilloso espectáculo de las llamas ascendiendo hacia el cielo mientras consumían la airosa estructura de madera. Todo era humo negro, tóxico y quizá cancerígeno, proveniente de los ninots de plástico expandido, eso que parece corcho blanco y que ha suplantado impunemente al viejo y saludable cartón de los viejos tiempos. ¿No hay quien controle este desafuero? Las pavesas, de un material pegajoso y ardiente como el napalm pueden pegarse a la piel de los asistentes y causarles quemaduras profundas o prender fuego a persianas y toldos, por la persistencia de sus llamas de origen plástico, en un ambiente hostil y artificial…

Cuando nos alejamos apresuradamente de aquella atmósfera irrespirable, nos encontramos ante el muro infranqueable de la valla metálica de un “racó”, contra la que se apretujaban los fugitivos, que ríete tú del muro de Berlín o la alambrada de Ceuta. Las calles, intransitables y resbalosas por el agua de la ya tradicional “banyá” mezclada con detritus de todas clases procedentes de barracas y “racós”, propiciaron más de un aparatoso resbalón, no sé si con fracturas o contusiones.

Yo me pregunto si el Ayuntamiento o la Federación de les Fogueres, o como se llame el órgano rector de “la nostra festa” no podría organizar mejor estas cosas. Porque un día va a haber una desgracia y entonces vendrá el llanto y el rechinar de dientes, y la búsqueda de responsabilidades. Hay que regular severamente los materiales a emplear en la construcción y posterior quema de las hogueras, hay que ordenar mejor el uso de vallas que entorpecen las calles, y hay que decirles a los presuntos músicos de las barracas que para ser un artista musical no hace falta poner los bafles a toda pastilla, que en las casas de alrededor hay niños, ancianos, enfermos y curritos que al día siguiente tienen que trabajar, y que se cena mejor con una música agradable de fondo que no entorpezca las conversaciones con los amigos.

Y que nadie se atreva a llamarme aguafiestas o mal alicantino. En mi ya larga vida solo me he perdido tres “cremás”: dos porque estaba en Ifni haciendo la mili, y otra porque estaba en Madrid haciendo oposiciones. Aparte de esas no he faltado a ninguna, y he podido observar el progresivo deterioro de la convivencia por culpa de los ruidos y la suciedad, así como el peligroso incremento de las amenazas a la salud, a causa de los materiales que se utilizan en los monumentos. Y porque amo nuestro fiesta, precisamente porque la amo y quiero que sobreviva, me planteo esta crítica constructiva, que me temo no será oída por los presuntos “amantes de les fogueres” que administran esta locura que cada vez dura más días y se hace más insoportable. No hay más que ver una estadística de la cantidad de alicantinos que se marchan fuera en estos días. Treinta mil personas, como mucho, no pueden amargarle la vida a trescientas mil. Y si no llevamos cuidado, un día ganará las elecciones municipales el partido en cuyo programa figure la erradicación de les “fogueres”. Que, no nos engañemos, igual que surgieron de la nada en 1928, por inspiración de un gaditano, pueden desaparecer por el hartazgo de muchos alicantinos.

Con lo poco que costaría regular este asunto a gusto de todos.

Miguel Ángel Pérez Oca.


martes, 23 de junio de 2009

VICENTE FERRER Y EL SILENCIO DE LA IGLESIA


En la India florecen los santos: Gautama Buda, Mahatma Gandhi, la madre Teresa de Calcuta y Vicente Ferrer en este enorme país lleno de espiritualidad y miseria. Buda nos enseñó a desentendernos de las riquezas materiales si queremos alcanzar la felicidad, Gandhi que los más ambiciosos cambios políticos se pueden alcanzar sin violencia, la madre Teresa consolaba a los moribundos y Ferrer enseñaba a vivir a los pobres. Hoy se nos ha ido Vicente Ferrer, nada que ver con aquel santo medieval, predicador inflamado y milagrero, cuya presencia en las ciudades solía ir precedida o seguida de matanzas de judíos que se resistieron a la conversión. El Vicente Ferrer de nuestro siglo no pretendía convertir a nadie, no exigía penitencias ni adoraciones, su obsesión era dar al pueblo paupérrimo los medios necesarios para sobrevivir por si mismo. No se trataba de caridad, de dar limosnas, sino de facilitar herramientas, construir pozos, conceder micro créditos, que los beneficiados deberían devolver cuando les fuera bien, con el fin de perpetuar la cadena. El campo de la madre Teresa era la muerte, el de Vicente Ferrer era la vida. Gracias a él y su esposa, hijos y colaboradores, un movimiento de redención y dignidad ha ido progresando en la India emergente de hoy día, y continuará hasta la erradicación final de la pobreza congénita de ese país siempre entregado al espíritu, pero que tan mal se ha ocupado de los cuerpos vivos. Vicente Ferrer es la revolución del amor, del compromiso, del testimonio evangélico, de la reflexión serena y consecuente de las enseñanzas de un rabino judío de hace 20 siglos llamado Jesús de Nazareth.

Vicente Ferrer se ha muerto longevo, rozando los 90 años, pese a todas las enfermedades adquiridas en su trabajo entre los pobres, tan frecuentemente víctimas de males contagiosos, y pese a su frágil cuerpo. Fue jesuita, hasta que se exigió a sí mismo más de lo que podía dar dentro de una orden religiosa, y sin dejar de ser cristiano, ejemplarmente cristiano, se casó, tuvo hijos e hizo su revolución. Fue muy valiente y consecuente hasta el fin de sus días. No quiso ser enterrado en España, en su Cataluña natal, sino en la India, donde se encontró a si mismo.

Y la Iglesia de los obispos antiabortistas y los papas antiprofilácticos, la Iglesia que de siempre se interesó por las almas de los infieles, pero rara vez se ha ocupado de sus condiciones de vida, calla, no pronuncia una palabra sobre uno de los más ejemplares de sus hijos. Al parecer, no le interesa nada Vicente Ferrer. Quizá porque colgó sus hábitos y desertó de su labor evangelizadora, para preocuparse “solo” por el bien material de los indios. Aunque yo sospecho que el pecado que más le reprocha a Ferrer es que dejara el celibato para amar y reproducirse. Para mí, la madre Teresa y Vicente Ferrer son dos de esos santos que a veces da el Cristianismo en tierras de infieles, esos misioneros esforzados que, pese al desinterés de sus jefes, acaban apiadándose de los pobres, conversos o no, y se desviven por atenderlos en condiciones heroicas; pero la diferencia entre uno y otra, es que la primera permaneció virgen y el segundo practicó el sexo con naturalidad, una naturalidad que no gusta nada a los que otorgan el título de santo. Qué obsesión tienen estos monseñores con los asuntos de la entrepierna.

Afortunadamente, la verdadera santidad que se manifiesta en veneración y reconocimiento, la otorga el pueblo, no los obispos, y para los indios que ayer despedían a Vicente Ferrer, y para el común de los mortales, cristianos, musulmanes, hinduistas, budistas y ateos, santos son Gandhi, Teresa y Ferrer. Porque santo es aquél que con su ejemplo y sacrificio contribuye a la construcción de la ética superadora de falsas morales.

Estoy seguro de que a Vicente Ferrer le hubiera complacido más la sonrisa de un niño indio sano y feliz que una nota oficial de reconocimiento del Vaticano.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 20 de junio de 2009

IRÁN, TAL COMO YO LO VEO.



El Sha Reza Pahlavi era un tirano corrupto. Sin embargo, bajo su mandato, la civilización occidental se había abierto un camino entre los sectores más cultos y capitalinos de la sociedad persa. Jomeini llegó en olor de multitud, apoyado en principio por una juventud harta de corruptelas y traiciones a la idiosincrasia musulmana. Pero el caso es que a los ayatolás, como a todos los fanáticos religiosos a los que se les da poder, se les fue la mano. Hoy día la mujer culta en Irán se siente aplastada por las exigencias integristas de los dirigentes chiítas, y los jóvenes estudiantes no pueden expresar la más mínima objeción a la interpretación estricta del Corán por parte de los clérigos gobernantes, que les imponen un comportamiento que no les gusta. La vigilancia ahoga a los librepensadores, a los escépticos, a los tibios y sobre todo, a los que se sienten demócratas y quieren que en su país se respeten los Derechos Humanos. Ahmadineyad es un extremista enloquecido que se ha atrevido a negar el Holocausto y que va detrás de poseer la bomba atómica. Es un peligro mundial, y a ninguna persona informada de Irán se le escapa que por ese camino puede conducir a su país a un desastre irreversible. Los ejemplos los tiene Irán a sus dos costados: Iraq y Afganistán están sumidos en un lodazal de sangre, removido por los intransigentes. Pero en la cúpula de los ayatolás hay gente inteligente, que sabe muy bien el extraordinario futuro económico que le esperaría a Irán si condujera su tecnología y su política hacia una convivencia pacífica con occidente. Las nuevas tecnologías han penetrado en Irán inevitablemente; porque no se puede estar construyendo la bomba atómica y a la vez impedir que se popularice Internet. Las ciencias y técnicas modernas forman parte de un paquete único que o lo tomas o lo dejas. Así que, por muchos vigilantes de la revolución que se esfuercen en mantener al pueblo sumiso y entregado a la oración, dentro de muchas casas los medios extranjeros informan de la realidad exterior, del bienestar material que proporciona la tecnología bien dirigida, de los negocios que podrían realizarse y de lo bien que podrían pasarlo los jóvenes si las chicas y los chicos fueran más libres.

De ahí parte la revuelta de los disconformes con los resultados de las elecciones, haya habido o no pucherazo. Porque, si lo ha habido, no es porque peligrase la candidatura oficial, que iba a ganar claramente, sino para evitar una segunda vuelta en la que los discursos de los dos candidatos más votados, el integrista oficial y el reformista, hubieran dado lugar a nuevos contrastes de opinión. Porque los dirigentes integristas tienen pavor a la libertad de pensamiento, y sienten que los restos de aquella burguesía capitalina occidentalizada en tiempos del Sha y las nuevas generaciones de jóvenes con ordenador y televisión vía satélite, van a reclamar cada vez más libertades, entre las que está una interpretación más permisiva del Corán e incluso el ateísmo. Ellos saben muy bien que la información es poder y que el mayor enemigo de la religión es la cultura; y que la fuerza religiosa se basa, principalmente, en la ignorancia y la sumisión, en un país donde todavía se ahorca a los homosexuales y se ejecuta públicamente a las adúlteras. Las nuevas generaciones reclaman el despegue, más allá de lo ofrecido por Musavi, el candidato reformista. Irán podría hacerlo, si se liberase de la pesada herencia de Jomeini y la vieja y corrupta sombra del Sha, para entrar en el mundo de las democracias. Pero, me temo que para ello tendrá que haber un baño de sangre entre los capitalinos cultos y los campesinos fanatizados, con el terrorífico telón de fondo de Ahmadineyad y su bomba atómica, amparado por los más casposos de los ayatolás.

No me gustaría ser iraní en estos momentos… O sí, porque luchar por la libertad siempre es estimulante. Los que vimos caer al franquismo y al comunismo, como peras maduras, sabemos que, con el tiempo, a los férreos dictadores intransigentes se les hacen los pies de barro, y que los que están hartos de tiranías, desde abajo, y los que ven los buenos negocios que podrían hacerse sin la rémora del viejo régimen, desde arriba, terminan aliándose para derribar al gigante de un soplido.

Ojalá la sangre no llegue al río.

Miguel Ángel Pérez Oca.

20-6-2009

miércoles, 17 de junio de 2009

¡ME VOY DE VACACIONES RADIOFÓNICAS Y TELEVISIVAS!


Con motivo de las próximas fiestas de Fogueres de Sant Joan y del consiguiente veranito, he decidido tomarme un descanso en mis intervenciones en radio y televisión, hasta septiembre, más o menos. Sin embargo este blog seguirá abierto, porque no quiero cortar el contacto con mi amiguetes.
Os pongo este artículo que en principio iba destinado a la radio, pero que si espero a septiembre quizá haya perdido vigencia.

RELATIVIDADES.

“En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”, que dijo Einstein, aquel señor de bigote y melenas blancas que para todo el mundo fue el más grande genio de la historia, menos para los nazis, que pensaban que era inferior, por ser judío. Y es que todo es relativo: el espacio-tiempo, la política, el fútbol, el Plan Rabassa, todo.
Miren si no: Por ahí van los del P.P. dando la murga con su arrollador triunfo en las elecciones europeas, porque han sacado dos escaños más que los del P.S.O.E. O sea, que si los votantes de uno solo de esos dos escaños, hubieran votado al de enfrente, ahora estarían empatados. Y con esa porquería de ventaja ya quieren que ZP dimita y convoque nuevas elecciones; a ver si consiguen gobernar antes de que pase la crisis y se puedan apuntar el tanto. En realidad, el partido que ha ganado es el de los que no votaron, que fueron muchos más. ¿No creen?
¿Y la crisis, que me dicen de la crisis? Según la derecha, la crisis va a durar diez años y la única forma de acabar con ella es poder despedir gratis a los trabajadores, y que cobren menos. Que digo yo que podían empezar por Cristiano Ronaldo, ese señor que da patadas a una pelota por 96 millones de euros. ¿A que si en vez de decir “96 millones de euros”, decimos “15.360 millones de pesetas”, suena como a más? Eso será porque todo es relativo. Y seguro que a este, y a ese otro con un nombre al que le salva el acento - Kaká -, no los pueden despedir gratis. ¿Cuántos puestos de trabajo se podrían crear con lo que Florentino se ha gastado en dos futbolistas? Y los forofos del Madrid que están en el paro, ¿qué piensan? ¿Sí? Pues vaya.
Nada, oye, que todo es relativo. Como el Plan Rabassa, que para uno es una bendición de puestos de trabajo y pisos protegidos - que no es lo mismo que baratos -; y para otros una barbaridad urbanística que nos costará un riñón a los alicantinos y que no entregará los primeros pisos, si los entrega, hasta 2014. Porque, ¿a que tampoco suena igual “ya” que “a lo mejor, dentro de unos cuantos años”?
Pues, lo dicho: que todo es relativo.
Miguel Ángel Pérez Oca.

martes, 16 de junio de 2009

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "RELATOS DE UNA CIUDAD DORMIDA" DE ALICANTE VIVO.


Ayer, en la Sede Universitaria de Alicante, se presentó el libro de Alicante Vivo "Relatos de una Ciudad Dormida", editado por ECU. La sala Miguel Hernández estaba llena, pese a que no funcionaba el aire acondicionado. Creo que lo mejor que puedo hacer para mostraros cual es mi opinión al respecto es poner en el blog las palabras de presentación que leí. Ahí van :


Conocí a los chicos de Alicante Vivo en la terraza de una cafetería cercana al monumento a Canalejas. Mi hermano ya me había recomendado entrar en su blog, que me pareció magnifico, y les facilitó mi teléfono para que se pusieron en contacto conmigo con el fin de hacerme una entrevista.
Recuerdo que Juanjo Amores trajo varios ejemplares de mi libro “25 de mayo, la tragedia olvidada” para que se los firmara. Me trataron con tanto respeto y deferencia que me sentí a la vez halagado y algo incómodo, porque no creo merecer un trato tan especial por el hecho de haber escrito un libro que debería haberse concebido hace ya 20 ó 30 años, cuando aún vivían los testigos más interesantes de aquel terrible bombardeo. Escritores en Alicante, más prestigiosos que yo, los hay con creces y, cordialmente, no les perdono que me hayan reservado este honor inmerecido.
La verdad es que después de ver y analizar con curiosidad el blog de estos amigos, me di cuenta inmediatamente de que estaba ante un fenómeno social sin precedentes en Alicante. Era como una fuerza imparable de la Naturaleza, como un chorro de aire fresco, con su novedad, con su juventud, con su enfoque desenfadado y serio a la vez, con su fuerza y con la fuerza de las nuevas tecnologías que irrumpen en el campo de los medios de comunicación, dejando atrás las clásicas vías del papel diario y de las ondas. Tanto trabajo desinteresado, sin hipotecas políticas, ideológicas ni mucho menos económicas, sin servidumbres publicitarias, sin favores que agradecer a nadie, se nos ofrece desinteresadamente, con todo el valor de sus colaboradores, con todo su amor a Alicante. “Oye - nos dicen -, si quieres lo tomas y si no lo dejas; es gratis, y además te permitimos opinar libremente, sin cortapisas, y puedes decirnos lo que quieras y que todo el mundo se entere”. Y, además, en tiempo real, inmediato. Nada más y nada menos. Nuestra ciudad y nuestra provincia hace ya muchos años de desidia y de amnesia que necesitaban la voz y las imágenes de Alicante Vivo. Es el escaparate de nuestra historia con minúsculas y de la Historia grande, de anécdotas entrañables y enormes tragedias, de personajes ilustres y populares y modestos que no se merecen el olvido, de hitos ciudadanos, de nuestra música, nuestras costumbres, nuestro carácter. En estos tiempos de homologación y de nivelación universal nos hace falta alguien que nos diga: “Para el carro, xé, que som alicantins”. Porque ser alicantino, de nacimiento o adopción, que eso da igual, es muy serio, muy honroso, muy hermoso. Porque tenemos una historia maravillosa, y unas originales costumbres, y un modo socarrón y especial de comportarnos. Y esas cosas, con nuestras señas de identidad y nuestro patrimonio y nuestra memoria histórica, han de conservarse, han de recopilarse y han de difundirse; para que podamos sentirnos orgullosos de ser alicantinos, para que adquiramos de nuevo la fuerza de quien puede exigir a los poderes públicos un respeto para nuestra idiosincrasia. Porque un buen alicantino no es solo el que ama a les Fogueres de Sant Joan, va con La Peregrina a la Santa Faz y aplaude al Hércules, sino, sobre todo, quien se preocupa de verdad por su ciudad y por su entorno, ciudades hermanas, pueblos y comarcas. Y para eso, para adquirir esa conciencia ciudadana, no hay nada mejor que entrar diariamente en el blog Alicante Vivo y, si se puede, colaborar en él.
Yo creo que mis amigos de Alicante Vivo no se valoran lo suficiente, que no tienen conciencia de la importancia histórica de su iniciativa. Son demasiado modestos. Pero han de saber que los importantes son ellos. Los que me hacían un gran honor con entrevistarme eran ellos. Los que están por encima de los medios de comunicación clásicos, son ellos, porque llegan más hondo, más rápido y más lejos. Y son ellos los que le hacen un honor a un medio o a un personaje, cuando lo mencionan en el blog; que no lo olvide nadie.
Ya han conseguido 500.000 visitas, y ahora irán a por el millón, como tiene que ser.
Hoy presentamos este libro delicioso, editado además por ECU, la editorial alicantina que ha adquirido un importante compromiso con la producción literatura de Alicante. Y es que el mundo de hoy empieza a pertenecer a los que son capaces de plantear las cosas desde una óptica innovadora e independiente; y aquí se da una feliz coincidencia de dos fuerzas emergentes: Alicante Vivo y Editorial Club Universitario. Este libro es, más que un compendio que necesitaría miles de páginas, una muestra de las actividades de Alicante Vivo, un recuerdo para guardar y leer una y otra vez. Algunos de sus mejores artículos están en él, para nuestro gozo, para que nos hagan compañía, para que lo podamos mostrar a los raros especimenes humanos que todavía no saben visitar Internet, que aún los hay. Y para que quede constancia de su magia en un objeto material, tangible, como un monumento hecho libro. Porque de todos los medios de difusión, el único que pervive a través de los siglos y ha de pervivir para siempre es el libro, ese cacharro de papel lleno de letras que ya ha cambiado el mundo en varias ocasiones. Aunque en la actualidad, otros medios más rápidos aunque más efímeros le disputen la atención de los ciudadanos. Alicante Vivo, ahora, está en la red y en la imprenta, ¿qué más se puede pedir?
Enhorabuena y muchas gracias.
Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 8 de junio de 2009

MI NIETA SARA YA ESTÁ ASÍ DE GUAPA.





Fotos: Toni Soler.

Ahora tiene 55 días. Sin comentarios.

El abuelito feliz.

domingo, 7 de junio de 2009

¡OTRA VEZ LA MURGA DE RABASSA!


Nada, que no desisten, se han empeñado en hacer de Rabassa el forúnculo de Alicante, y no paran. Ahora la Consellería da el visto bueno definitivo y el tumor urbanístico se podrá desarrollar impunemente. Han estado 16 años sin hacer una sola vivienda protegida, y ahora, ante la necesidad de contar con cierto apoyo popular, utilizan la demagogia y quieren hacernos creer que, esta vez sí, se van a hacer un montón de viviendas baratas en Rabassa. Todas las viviendas baratas juntitas en un gueto, como le gusta a la derechona local. Más demagogia: Las desaladoras eran lo peor de lo peor, una desaladora, según un preboste del P.P., polucionaba más que no sé cuantos miles de coches con el motor en marcha; pero ahora, como hace falta agua para Rabassa, pues la desaladora de Mutxamel ya es buena y saludable. Pero qué empeño, qué obsesión con Rabassa. ¿Por qué será? ¿Dónde estará el negocio, ahora que nadie vende un piso ni por casualidad?
Yo, generalmente, paso de estos rollos de la economía, pero es que este me intriga. Algo estudié en mi tierna adolescencia, que hice Comercio y soy Profesor Mercantil; aunque siempre me habían importado un rábano los negocios, hasta hoy. Yo estudié Comercio a la fuerza, porque entonces no teníamos Universidad en Alicante, y era lo que había. Y esta sería una buena ocasión para recurrir a los conocimientos adquiridos entonces. Pero ya les decía antes que, a pesar de mis viejos estudios, no consigo entender dónde está el negocio. En mi barrio hay tres obras paradas porque los constructores no encuentran compradores para sus pisos, y en la tele he visto a un promotor madrileño que regala pisos para quitárselos de encima. Así que, ¿para qué quiere nuestro Gran Constructor levantar 14.000 viviendas ahora, en plena crisis del ladrillo, precisamente en Rabassa? La verdad, yo debo ser muy burro, porque no acierto a explicarme cómo se puede sacar dinero hoy día de un monstruo de cemento. ¿Alguien me lo puede explicar?
¿No será que el Gran Constructor es un filántropo que quiere hacernos felices a todos realizando allí la Utopía de Tomás Moro? Pasta para intentarlo tiene, pero si no ha conseguido que suba el Hércules…

Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 3 de junio de 2009

EL DOCTOR BALMIS, EL MÁS GRANDE Y BENÉFICO DE LOS ALICANTINOS, ES UN DESCONOCIDO EN SU PROPIA TIERRA.


Hoy, en INFORMACIÓN TV, en el programa de Ana Antolín, voy a hablar del doctor Balmis, el más ilustre de todos los alicantinos, injustamente ignorado en la tierra que le vió nacer.

Aquí, en Alicante, su tierra de nacimiento, solo una modesta placita de estilo pseudo-Gaudí le está dedicada. Si el mérito se debe medir por las buenas obras, Balmis salvó millones de vidas en su famosa Expedición de la Vacuna, financiada por el Rey Carlos IV a principios del siglo XIX. Balmis era un sabio, que estuvo estudiando e investigando toda su vida. Cirujano militar, estudió Cirujía y Álgebra en la Universidad de Valencia, si hizo Bachiller en Artes en la Universidad de México, estudió Botánica cuando ya era Cirujano Real y todavía estudió Medicina Clínica, cuando su prestigio científico le hubiera exonerado de obtener dicho título. De sus viajes a América trajo diversas plantas medicinales para la cura de enfermedades venéreas. Y habia traducido el libro más importante sobre la vacuna de la viruela, que había sido descubierta por el inglés Jenner unos años antes, y en cuya aplicación se había especializado Balmis. Por todo ello, tenía méritos sobrados para que se le encomendase la expedición, en la que viajó con 22 niños de un hospicio de La Coruña, junto a su ayudante Salvany, que dejaría su vida tratando de llevar la vacuna a los confines de América. La técnica, en una época en la que no había cámaras frigoríficas, consistía en ir inoculando la vacuna a unos niños tras otros durante la travesía, de manera que la cepa llegase viva a su destino. Fue una apuesta arriesgada que la genialidad de Balmis supo llevar a buen fin. De Puerto Rico, Cuba y Venezuela, la expedición, a bordo de la "María Pita", llegó a México, y de allí a Filipinas y Macao, donde el barco que les conducía naufragó, con un saldo de 20 muertos. Y de Macao a Cantón, desde donde la vacuna se extendería por toda China.

El doctor Balmis logró salvar a millones de vidas, redimiendo a su Patria de los pecados realizados en sus colonias por los conquistadores avariciosos. Millones de seres humanos viven hoy gracias a que sus antepasados se salvaron de la viruela por las vacunas de Balmis y Salvany. En muchas ciudades de América, Filipinas y China hay calles, plazas y monumentos dedicados al doctor Balmis, mientras que en esta ciudad de Alicante, su tierra, los alicantinos, en su mayoría, ignoran quien fue este científico ilustre. Una vez más, el desarraigo, la indolencia y el "menfotismo" nos impiden estar orgullosos de nuestra "terreta". Qué pena.


Os pongo a continuación una breve nota biográfica del doctor Balmis.


EL DOCTOR BALMIS.

Francisco Javier Balmis y Berenguer.-
Alicante 2-12-1753 - Madrid 12-2-1819 a los 65 años.

Nació el 2-12-1753 en la Plaza de la Fruta, hoy Santa Faz, junto a nuestro Ayuntamiento, hijo de un cirujano-barbero de ascendencia francesa. Ingresa a los 17 años en el Hospital Militar de Alicante como practicante de cirujano. En 1778 (25 años) se gradúa en Cirugía y Álgebra en la Universidad de Valencia. Ingresa en la Armada, siendo destinado a los hospitales de Argel y el sitio de Gibraltar. En 1781 es cirujano del Ejército en el Regimiento de Infantería de Zamora.
Va a América en 1781, 1791, 1795 y 1798, ascendiendo a Cirujano Mayor del Hospital Militar del Amor de Dios de México y obtiene el título de Bachiller en Artes en la Universidad de México. Allí estudia las propiedades del ágave y la begonia para enfermedades venéreas y va a España a dar cuenta de sus descubrimientos.
Obtiene el título de Bachiller por la Universidad de Toledo y cursa estudios de Botánica en el Real Jardín de la Corte. En 1795 Carlos IV lo nombra Cirujano Honorario de Cámara. Entre 1799 y 1801 cursa estudios de Medicina Clínica y se gradúa como doctor. En esa época traduce el libro de Jacques Louis Moreau “Tratado Histórico y Práctico de la Vacuna” (la vacuna de la viruela había sido descubierta en 1796 por el médico rural inglés Edward Jenner).
Ante los estragos que la viruela causa en las colonias americanas y las dificultades para trasladar la vacuna, el 2 de julio de 1803 Carlos IV nombra a Balmis director de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que de noviembre de 1803 a septiembre de 1806 circunnavegará el planeta vacunando a miles de personas y enseñando la utilización de la vacuna a los médicos locales.
Balmis parte de La Coruña el 30-11-1803, con 22 niños huérfanos de entre 8 y 10 años, que irá vacunando sucesivamente con el fin de que la cepa permanezca viva durante todo el viaje. Va con su ayudante el doctor José Salvany y Lleopart y varios médicos, practicantes y enfermeros, así como la cuidadora de los niños, Dª Isabel Sendales y Gómez.
Tras pasar por Canarias, el 9 de febrero el “María Pita” llega a Puerto Rico. El 12 de febrero llegan a Venezuela. Desde allí la expedición se divide en dos. Una, al mando de José Salvany, recorrerá Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia. Salvany fallecerá en Cochabamba el 21 de julio de 1810. Por su parte, Balmis va a Caracas y de allí a La Habana y México.
En febrero de 1805 sale de Acapulco para Filipinas con 25 niños mejicanos. Llegarán tras 67 días de penosa travesía. El 2-9-1805 parte con 3 niños filipinos hacia la colonia portuguesa de Macao, en China. Durante la travesía naufraga la fragata, con 20 muertos entre la tripulación. De Macao van a Canton y desde allí la vacuna se extenderá por toda China, y Balmis y los suyos regresan a Europa vía Lisboa.
Edward Jenner, el descubridor de la vacuna de la viruela escribió: “No creo que exista un ejemplo de filantropía más noble y extenso que este en los anales de la Historia”.
En 1810, en plena Guerra de la Independencia, Balmis vuelve a América, desde el puerto de Cádiz, para reorganizar las juntas de vacunación.
Regresa a España en 1812, y se le otorgan títulos y cargos que desempeña hasta su muerte en Madrid el 12-2-1819.


Miguel Ángel Pérez Oca.