lunes, 29 de diciembre de 2014

2014, 2015 ¡QUÉ AÑOS!



Se murió Suárez, abdicó Juan Carlos I, dimitió Ana Mato, la Castedo, el Gallardón, se fueron a la cárcel el Matas, el abuelito del aeropuerto sin aviones, la tonadillera mamá de Paquirrín, se suicidaron dos de los mejores actores de Hollywood, nació PODEMOS, conocimos a Garzón, Pablo Iglesias, Errejón, Monedero y ese discapacitado maravilloso, solo comparable con Hawking, que se llama Pablo Echenique. Solo falta un himno, una poesía, una lírica épica que describa el momento, porque lo que viene va a ser sonado; mientras el Pedro Sánchez del PSOE y sus acólitos siguen pensando, en el más puro estilo vigesimónico, que las elecciones se ganan con espectáculo y cara bonita. Como si escalar el Peñón de Ifach fuera un valor democrático. Y no digamos nada del estólido, inexpresivo e impasible Rajoy, hundiéndose en el puente de mando mientras lee el Marca y los músicos del Titanic (Floriano, Alonso, Saenz de Santamaría y demás) le siguen cantando nanas y la Espe intenta salvar al menos la chalupa de Madrid (lo que se van a reír los madrileños).
La Transición se hunde, mientras el nuevo Rey nos suelta sus grises discursos que ya no nos emocionan (nunca lo hicieron, ni los suyos ni los de su papá). Un mundo obsoleto intenta permanecer a flote, pero se hunde irremisiblemente. Por fin ha despertado la juventud y salen a la superficie los nuevos y virginales líderes del sentido común. Ojalá no sean de cartón piedra y nos sirvan para unos cuantos años; al menos hasta que una nueva oleada de indignados y aburridos los destrone para traer otra nueva verdad, en un nuevo giro de tuerca. Que la Historia se escribe así, nos guste o no.
En fin, os vaticino y deseo un feliz, divertido e innovador año 2015.
Ay, que jolgorio.
                                                                            Miguel Ángel Pérez Oca. 

jueves, 25 de diciembre de 2014

2015, EL AÑO DE LA ESPERANZA.


ADIÓS, 2014.


HOLA, 2015

         Dice uno de mis yernos que este año que finaliza es el último de los viejos tiempos obsoletos y que el 2015 será el primero de una nueva era. Yo también lo creo.  Creo que los malvados están entrando en la cárcel, los corruptos están dimitiendo y los mentirosos van a perder todas las elecciones. Creo que en los nuevos tiempos hay una demanda general de una verdadera democracia en la que no haya castas ni puertas giratorias, donde los elegidos en listas libres y abiertas entre candidatos nombrados en primarias y asambleas populares, sean en todo momento revocables si defraudan al pueblo. Creo, o espero, que a nivel mundial los pueblos acabarán repudiando el capitalismo salvaje y que las élites de verdugos y banqueros (las dos profesiones más despreciables de la Historia) serán desterradas a las tinieblas. Creo que el futuro no puede venir de la mano de la cerrazón, el fanatismo y las maniobras de los privilegiados, y que pronto veremos caer, por su propio peso irracional, a las religiones machistas y a las sectas integristas sangrientas, y la gente, al fin, podrá tener un despertar feliz en un tiempo nuevo.
          Y si no es así, seguiremos luchando, desde la paz y la firmeza, para que así sea.
         Yo creo que esta vez podemos, que esta vez ganaremos, que esta vez los viejos luchadores, los indignados y los jóvenes sin lastres se unirán para traer el mundo feliz y justo que reclama la Humanidad, porque, sobre todo, ES POSIBLE, mal que le pese a los canallas.
         Aquí, en Alicante y en nuestro País Valenciano, las cosas están cada vez más claras. Todos sabemos ya que nos engañaron y que miles de ingenuos votaron a un partido “popular” cuyos líderes sabían de antemano que no iban a cumplir ninguna de sus promesas; porque no tenían la más mínima intención de hacerlo. Sabemos también que ante esa pandilla de estafadores sin legitimidad democrática, había una oposición “socialista” sumida en luchas fratricidas e intereses inconfesables, paralizada de tanto mirarse el ombligo. Y sabemos que la izquierda real trataba en vano de ganar la confianza de la gente, dividida en grupúsculos empeñados en mantener a toda costa presuntas purezas ideológicas y discusiones bizantinas, en un ambiente de creciente frustración. Le hacía falta el amalgamante empuje de una juventud vuelta a concienciar. Y el milagro ha ocurrido al fin. Ahora podemos ganar… ¡Ganemos! ¡Guanyem! Unamos voluntades y seamos fuertes.
         Que ya va siendo hora.
         ¡FELIZ AÑO 2015!
                                                        Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                    

jueves, 18 de diciembre de 2014

EL ÚLTIMO CUADRO QUE PINTÉ HACE UNOS 10 AÑOS.


Hace unos 10 años pinté este cuadro al óleo de 85 x 62 cm. Pensé entonces que nunca haría ya nada mejor y que no tenía sentido intentar mejorarlo; así que ya había creado todo lo que era capaz de pintar. Definitivamente, el mensaje y el simbolismo del cuadro completaban todas mis inquietudes de ese mmento. El texto que aparece en el marco dice: "El Universo y yo. ¿Dónde está la frontera? ¿Dónde están mis límites? Decía Lao Tsé que el nombrar es la madre de las cosas y que "YO" es solo una palabra. Preguntar qué me ocurre cuando  muero es como preguntar a dónde va el puño cuando abro la mano. Entonces, ¿qué temo? Tengo la llave pero no encuentro la cerradura." Por otro lado, sobre la paleta de mi autorretrato como pintor están los colores básicos blanco, negro, azul, amarillo y rojo, que, combinándose, forman todos los colores posibles y se convierten en figuras y cosas con sentido para nuestra vista y nuestra mente. Y es que las cosas solo existen en nuestro cerebro. Fuera, dicen los Zen, solo está el Tao que todo lo abarca y todo lo es.
Comprenderéis que una vez llegado a estas conclusiones en un cuadro, sobraba seguir pintando y era mejor ponerme a escribir... y hasta ahora.
Os quiero a todos.
                                                                             Miguel Ángel Pérez Oca.

martes, 16 de diciembre de 2014

UN RELATO Y UNA POESÍA

Ayer, en la pasada tertulia de El Filandón, le tema era "Venganza" y "Noche", y yo presenté el trabajo que os pongo. También escribí una poesía que también someto a vuestro juicio. A ver qué os parecen:



LA NOCHE DE LA VENGANZA
Cuando regresó a Castrillo del Duero para dedicarse de nuevo a las faenas del campo, Juan el “Callao” no respondió a las muchas preguntas que le hacían sus vecinos sobre los motivos que le habían llevado a abandonar la honrosa profesión de carabinero. “Me cansé de llevar uniforme”, fue toda su explicación. Con el tiempo, su carácter taciturno había ido empeorando. Fue, quizá, a partir de la fecha en la que, jubilado por motivos de salud, también volvió al pueblo el prestigioso comandante don Juan Manuel Martín Arranz, alias “Empecinado”, según unos, por ser sobrino carnal del famoso guerrillero que luchó contra los franceses, o el “Manco”, según otros, por una vieja lesión sufrida en acto de servicio, que le impedía algunos movimientos del brazo izquierdo.
Una tarde estaba el “Callao”, tan silencioso como siempre, en un rincón de la taberna, cuando escuchó a los hermanos “Tejuela”, hijos de un sargento de carabineros fusilado en 1844, lamentarse del deshonor que sufrían por la deslealtad del padre, y lo comparaban con los honores merecidos del comandante “Empecinado”. Juan los agarró del brazo y se los llevó a la calle, donde nadie los pudiera oír.
-Malditos críos – increpó a los dos mocetones - . Vuestro padre fue un hombre honrado y leal, que murió por defender la Constitución. El “Manco” sí que es un canalla…
Y, haciendo gala de una locuacidad desconocida en él, les contó la historia de la rebelión del coronel Pantaleón Boné en 1844, en Alicante. Y de cómo fue traicionado por su mejor amigo, el capitán “Empecinado”, quien, a cambió del perdón, entregó el castillo de Santa Bárbara al general Roncali, que había venido a sofocar la sublevación.
-Vuestro padre se opuso a la entrega del castillo y gritó desde las almenas “¡Afuera el Manco!”, para poner en aviso a los liberales que ocupaban la ciudad. Pero fue apresado con más de veinte compañeros. Los fusilaron de rodillas, con las manos atadas a la espalda, como traidores. Y aún tuvieron el valor de gritar con su jefe, el coronel insurrecto, “¡Viva la Libertad!”, antes de morir todos juntos. En cambio, el “Manco” salvó la vida y se ganó un ascenso. Ese criminal hizo la lista de los que había que fusilar, y puso en ella a vuestro padre que, como yo, era su paisano. Y a mí me obligó a formar parte del pelotón de fusilamiento. Por eso me fui del cuerpo de Carabineros…
Algunas noches más tarde, un enorme griterío se escuchaba hacia la Plaza Mayor. Dos grupos de jóvenes, unos de Castrillo y otros de un pueblo vecino, se enfrentaban con palos, piedras y navajas, por una disputa política entre liberales y carlistas.
-¡Llamad al “Empecinado”! – demandaba la gente de orden, con la esperanza de que el militar supiera poner un fin razonable a la pelea que ya había producido varios heridos.
Y, enseguida, un grupo de ciudadanos encabezados por el comandante retirado se dirigió hacia la plaza para imponer la paz en aquella absurda batalla campal.
El “Callao” vio entonces la ocasión de vengarse impunemente. Descolgó su viejo trabuco, lo cargó con metralla, se metió una pistola en la faja y se apostó en un portal a oscuras, en medio de la noche sin luna, esperando a que el “Manco” regresara a su casa. Le pegaría un tiro en el vientre para que muriera rabiando, por traidor y canalla; y todos creerían que había caído en una trampa tendida por los muchachos de fuera.
Pero cuando pasó ante él, ufano por el éxito de su gestión pacificadora, vio que iba en compañía de su cuñado Eugenio Arranz y no tuvo valor para apretar el gatillo; pues habría tenido que matar también al pariente que no tenía la culpa de nada.
Sin embargo, al cabo de la calle, dos embozados se plantaron ante ellos y dos secos disparos de trabuco acabaron con sus vidas. El “Callao” supo que los asesinos eran los hijos del sargento “Tejuela”; pero se dispuso a ser más callado que nunca.

Se retiró a su casa, volvió a colgar el trabuco y a esconder la pistola, y se arrodilló ante el tosco crucifijo que presidía el comedor, para dar gracias a Dios por no haber permitido que se manchase su conciencia con la sangre del traidor.      
                                                                                            M. A. Pérez Oca.





LUZ.

Luz te doy, me das y quiero.
Luz espero de tu amor.
Luz que viene desde el cielo.
Luz que tiene tu candor.

Luz que abrigo en mi esperanza.
Luz que quiero al despertar.
Luz que tiene la fragancia,
Luz, de rosas en la mar.

Luz quisiera darme al viento.
Luz que espero redimir.
Luz que expresa lo que siento.
Luz que no quiere morir.

Luz que requiere un futuro.
Luz que indica el caminar.
Luz sin recuerdos oscuros.
Luz que vence en el final.

Luz que aprende la enseñanza.
Luz que atañe a la razón.
Luz que veo en lontananza.
Luz que intuye el corazón.

Luz que soy, que somos todos.
Luz que el Cosmos nos la dio.
Luz que ilumina los fondos.
Luz sin sombra, luz de amor.

¿Luz…?
¡Luz!

                                                                                   Miguel Ángel Pérez Oca.


miércoles, 10 de diciembre de 2014

FELIZ Y DEMOCRÁTICO 2015 (y otras cosas).



Os pongo este dibujito mío con los mejores deseos para el próximo año 2015, así como para que paséis unas felices Fiestas del Solsticio de Invierno, o Saturnales, o Navidades (por riguroso orden histórico de institución).



También os anuncio que en la tarde de hoy, dia10, a las 19,30 horas, en la Lonja del Pescado de Alicante y patrocinado por el Ateneo, daré una charla sobre don Trino Quijano, héroe de los alicantinos.



Y el viernes próximo, día 12, presentaré de nuevo mi libro ALICANTE, BIOGRAFÍA DE UNA CIUDAD en el FNAC de Alicante, en la Av. de la Estación. Me hará la presentación mi amigo José Tevar, compañero de astronomía, literatura y tantas otras cosas.
Os espero.

Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

CUARTO ANIVERSARIO DE LA TERTULIA.

Ayer celebramos el cuarto aniversario de la Tertulia Literaria que, como ya no se celebra en la Bodega Adolfo, sino en el hotel Abba Centrum, le hemos cambiado el nombre y ahora se llama Tertulia Filandón (Filandón es un término leonés que describe a una tertulia de mujeres hiladoras, una de las cuales lee o cuenta historias para sus compañeras). Hicimos una fiesta estupenda, con una cena magnífica, incluida tarta en forma de libro con cuatro velitas, a la que asistieron muchos compañeros de los que no se prodigan, además del "núcleo duro", y los "deberes" consistían en escribir un "cincuento", un cuento brevísimo de 50 palabras exactas.
Yo escribí dos:


Aquella tarde tediosa, el editor me invitó a ir a una tertulia donde se cenaba comida exótica. De eso hace ya cuatro años llenos de magia literaria, poemas apasionados, reflexiones profundas y gente extraordinaria, que despertaron de nuevo mis ganas de escribir… Pero yo solo había venido a comer canguro.

Miguel Ángel Pérez Oca
(La firma no entra en el
 computo de las 50 palabras).


Y este otro:

Si supierais que oigo vuestros pensamientos. Si supierais que llevo cuatro años espiándoos mientras vertéis dióxido de carbono en vuestra atmósfera, hasta que sea respirable para nosotros y podamos invadiros. Si supierais que, dentro de este traje espacial que imita a un ser humano, os acecha una espantosa criatura alienígena…


Este último, además, es verdad........... 
 Miguel Ángel Pérez Oca... 
o la espantosa criatura alienígena
 que habita en su interior.




martes, 2 de diciembre de 2014

MI MANIFIESTO EN EL INFORMACIÓN.

En el diario Información de hoy, en la sección de Voces y Miradas (Opinión), me han publicado mi MANIFIESTO PERSONAL POR LA CONFLUENCIA. Ayer Guanyem Alacant consiguió reunir las 5.000 firmas que se había propuesto para hacer su presentación  en Alicante, con vistas a una confluencia de la Izquierda en las próximas Elecciones Municipales. Así que ya sabéis dónde estaré durante toda la próxima campaña electoral. ¡GUANYEM!




viernes, 28 de noviembre de 2014

MANIFIESTO PERSONAL POR LA CONFLUENCIA


La noticia, dada por los medios locales, de que las dos candidaturas de PODEMOS que se presentan en Alicante coinciden en ser partidarias de la confluencia en GUANYEM  ALACANT, me ha movido a escribir estas reflexiones.
            En los últimos tiempos, y enfrentándome a opiniones de amigos y amigas muy queridos que me acusaban de practicar el voto útil, he venido votando “a la contra”. Mi prioridad absoluta, mi obsesión, había sido desplazar al PP del gobierno de mi ciudad, de mi autonomía y de mi país, por encima de todo. Por eso no estaba de acuerdo con las afirmaciones de Cayo Lara, que afirmaba que votar al PP y votar al PSOE era lo mismo. Por eso apoyé la candidatura de mis amigos Elena Martí, Pablo Rosser, Ana Paula Cid… del PSOE al Ayuntamiento de Alicante, a pesar de ciertas reticencias ideológicas que se confirmaron con su defenestración por parte de la casta socialista local.
            Hoy, las cosas están más claras. La crisis nos ha abierto los ojos, y vemos claramente que el bipartidismo inevitable, de antes, se está derrumbando y que se puede votar “a la contra” y de manera consecuente, y con esperanzas, a un tiempo. Según mi modesta opinión, el espectro político se define ahora en tres sectores muy bien diferenciados: 1) La derecha, representada por el PP, retrógrada, clerical, neoconservadora y en ocasiones tardofranquista. 2) El centro, personificado en el PSOE, progresista en ocasiones, pero neoliberal y sumiso a los poderes económicos. Ya no tiene nada de socialista, ni siquiera socialdemócrata, pero todavía hay que agradecerle ciertas actuaciones y leyes avanzadas, como la del aborto, el matrimonio homosexual, la Memoria Histórica (hasta cierto punto), la sanidad universal, la depedencia, etc. No es lo mismo votarlos a ellos que votar a la derecha; pero no es tampoco lo que el pueblo necesita en esta hora de feroz crisis capitalista. 3) La Izquierda Real, fraccionada en distintas formaciones, como PODEMOS, EU, COMPROMÍS, etc. cuya unidad de acción es imprescindible para poder enfrentarse a las dos opciones del sistema de castas, bipartidista, corrupto y caduco, de la Transición; ya de sobra amortizado.
Así pues, se impone una Confluencia de la Izquierda que la convierta en una opción real con posibilidades de gobierno. Dejémonos de aprensiones, personalismos y prejuicios sectarios disgregadores, olvidemos ese pecado original de la Izquierda que son las discusiones teóricas bizantinas, y hagámonos fuertes, superemos diferencias, porque lo más importante es cambiar a este país y a esta ciudad, para que el pueblo sea al fin realmente soberano.
Y cuando hablo de la Izquierda Real incluyo, naturalmente, a PODEMOS, aunque algún avispado dirigente de esta formación nos quiera decir que “no son de izquierdas ni de derechas”. Como bien ha dicho Garzón, de IU, “cada uno es lo que hace”, y las soluciones que propone PODEMOS son claramente de izquierdas y, además, las mismas que IZQUIERDA UNIDA viene proponiendo desde hace lustros. Nadie va ahora a descubrir el Mediterráneo. Nadie va ahora a inventar la rueda. Las soluciones de izquierda llevan ya en el programa de formaciones de larga trayectoria, como IU, desde sus comienzos; pero ahora la crisis las hace más evidentes y parecen obra de unos recién llegados. Hay otras maneras de afrontar la crisis, nos han dicho unos y otros, pero se necesita, digo yo, la unidad de todos para poder realizarse. Esa es la Confluencia que nos propone, al menos a nivel local, el proyecto GUANYEM ALACANT. Bienvenida sea la coincidencia que nos puede dar un Ayuntamiento decente en esta ciudad, alejado definitivamente de chanchullos bipartidistas, maniobras de la Casta y corrupciones y reticencias que nos avergüenzan a todos los ciudadanos.
Yo afirmo solemnemente, desde este escrito, que si esa Confluencia se produce en Alicante bajo la candidatura de GUANYEM ALACANT en las próximas elecciones, tendrá todo mi apoyo. Me pondré a su entera disposición para todo lo que haga falta. Ese es mi compromiso.
Y desde aquí hago un llamamiento en este sentido a todos los intelectuales alicantinos. Apoyemos la Confluencia de todas las fuerzas políticas que representan a la indignación popular y proponen soluciones para el pueblo, y no para la banca y las multinacionales.
A ver si esta vez va en serio y la escoba de la gente honesta y trabajadora, con sus votos, barre de una vez toda la podredumbre que ha estado castigando y avergonzando al pueblo alicantino.
Guanyem, Alacant !

Miguel Ángel Pérez Oca.

(Autor de “25 de Mayo, la tragedia olvidada”

y “Alicante, biografía de una ciudad”)

martes, 25 de noviembre de 2014

INUNDACIÓN VITAL



El tema de ayer en la Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo era "Desbordarse". Y un recuerdo traído por casualidad a mi memoria y que me impactó mucho, la semana pasada, me inspiró este relato, que es auténtico, aunque se han cambiado los nombres y alguna otra circunstancia poco importante. Ahí va:

CUANDO LA VIDA SE DESBORDA.
Tenía razón Jorge Manrique cuando escribió que “Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar…”; y, tal como los ríos, a veces, la vida se sale de su cauce, y uno, como un río, se siente desbordarse y abarcar terrenos que nunca soñó cruzar. En ocasiones, ocurre que uno se entera, a toro pasado, de que la vida pudo tener otras dimensiones, otras consecuencias. Pero también percibe que el pasado, como una inundación pretérita, ya no le pertenece y que el cauce, ahora, ha vuelto a su dimensión cotidiana y que es vano pensar en lo que “pudo haber sido y no fue”, y que los viajes en el tiempo no tienen sentido. Y, sin embargo, capta en lo más hondo del tiempo el ímpetu de desbordamientos pasados que no supimos encauzar.
El otro día, con motivo de un acto social, alguien me presentó a una amable señora cuyo rostro me parecía familiar.
-No sé si te acuerdas de mí – me dijo – pero yo te conozco de cuando estudiábamos en la Escuela de Comercio, hace más de 50 años – y tras dudar un momento, me preguntó - ¿Te acuerdas de Nina, la que vivía en Santa Cruz, donde los guateques? ¡Qué tiempos!
Yo asentí, aunque no era capaz de recordar con claridad la cara de la tal Nina.
-¿Sabes? Ella estaba enamorada de ti, en secreto, pero tú no le hacías caso. La pobre organizaba los bailes en su casa con la esperanza de que vinieras; aunque tú, la mayor parte de las veces, andabas por las montañas haciendo alpinismo…
Claro, ahora recordaba a la dulce Nina. Entonces yo estaba en otra onda. Iba loco por Mari Luz, la que se sentaba en el pupitre de delante; la que siempre llevaba el pelo recogido, y su cuello blanquísimo y suave me soliviantaba, cuando se giraba y se le formaban unas mórbidas arruguitas que me provocaban deseos inconfesables. Era la más guapa de la clase, y no me prestaba la más mínima atención. Así que yo, despechado, me marchaba a las montañas a escalar cumbres y ni me fijaba en la pobre Nina. Al final, Mari Luz acabó casándose con un machorro posesivo, rico y estúpido.
-¿Y qué fue de Nina? – pregunté a mi interlocutora, que bajó la cabeza con un gesto de vago pesar.
- La pobre se murió muy joven. Como tú no le hacías caso, se buscó un novio en el barrio, y 20 días antes de casarse falleció de un ataque de diabetes. Resulta que era diabética, pero no lo sabía, y cuando fueron al restaurante donde tenían que celebrar el banquete de bodas, para hacer una degustación del menú, comió una porción de tarta y se puso muy malita, se desmayó y alguien dijo que había que darle mucha agua con azúcar. Fue empeorando por momentos hasta que se le paró el corazón… a la pobre – y concluyó -. Si tú hubieras sido más cariñoso con ella, a lo mejor no se habría muerto.
Y en mi interior sentí un desbordamiento, una inundación de emociones, de penas inmensas, de una vida antigua que se revolvía en los recuerdos y me anegaba.
Me marché a Santa Cruz y subí las viejas escalinatas por donde bajan al Cristo en la más espectacular procesión de nuestra Semana Santa. Casi sin pensarlo me di de bruces con la vieja casa de Nina - ahora viven en ella unos extranjeros -. Atisbé desde abajo la terraza donde se hacían las fiestas y desde la que se puede contemplar todo Alicante, desde las faldas del Benacantil hasta el puerto, y la mar, esa mar a donde van a parar los ríos de Jorge Manrique; y más allá, justo en el horizonte, la Isla de Tabarca, con las prominencias de su iglesia, la Torre de San José, el faro… y el minúsculo cementerio que acoge a los tabarquinos cuando sus vidas desembocan en la mar que es el morir…

Volví de nuevo la mirada al portal donde Nina me esperaba en vano en las tardes domingueras de guateque. La volví a ver, menudita y graciosa, con su cara tan linda y tan triste por mi ausencia. Y me sentí culpable y estúpido; y los sentimientos desbordaron el río de mi vida, y también mis ojos, desde los que unas ya inútiles lágrimas recorrieron mis mejillas.                                            
                                                                    Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 17 de noviembre de 2014

EL DÍA 20 EN EL ATENEO.


Alicante renacentista.

Alicante en 1700

Alicante a finales del siglo XVIII

Alicante, hoy.


El próximo jueves, día 20 de noviembre, a las 19,30 horas, en el ATENEO CIENTÍFICO, LITERARIO Y ARTÍSTICO DE ALICANTE, calle Navas, 32, daré una conferencia-presentación de mi libro ALICANTE, BIOGRAFÍA DE UNA CIUDAD, con acompañamiento de imágenes Power Point basadas en las ilustraciones de la obra.
Estáis todos invitados.
                                                   Miguel Ángel Pérez Oca.

LOS MONIGOTES DE SANTA BÁRBARA


El Diario Información de Alicante ha teñido la amabilidad de publicarme esta carta al Director el pasado sábado, día 15 de noviembre:

LOS MONIGOTES DEL CASTILLO DE SANTA BÁRBARA
-  El Otro día intervine en el Pleno Municipal en Representación de la Comisión Cívica de la Memoria Histórica para manifestar nuestra opinión favorable a la Iniciativa de EU de que se consignase una modesta partida presupuestaria que permita la retirada de nombres franquistas en el callejero de Alicante y los gastos de mantenimiento de los memoriales de la plaza del 25 de Mayo y del Campo de los Almendros. Dicha iniciativa fue desestimada por los votos mayoritarios del grupo municipal del PP. Más tarde ascendí al Benacantil y pude observar con disgusto unas figuras de hierro montadas en varios lugares de la fortaleza, que representan guerreros medievales cristianos y musulmanes luchando entre sí. Esto significa una falta absoluta de conocimiento de nuestra historia; ya que en ningún momento de la misma hubo enfrentamiento alguno entre hombres de las dos religiones en nuestro castillo, que fue entregado sin lucha al príncipe Alfonso de Castilla en 1248, después de que el señor Zayyan Ibn Mardanish abandonase la plaza y se marchara a Túnez. ¿Hay dinero para pagar esos monigotes sin ningún respeto por nuestra historia y no lo va a haber para dedicar alguna calle a quienes lucharon por nuestra democracia? Pues qué bien.

Miguel Ángel Pérez Oca

miércoles, 12 de noviembre de 2014

GIMNASIA POLÍTICA


Nunca había asistido a un pleno municipal y confieso que aún no me he repuesto del todo. Esta mañana, a las 9,30 horas, se iniciaba la sesión en el Palacio Consistorial y yo tenía que intervenir en representación de la Comisión Cívica de Alicante para la recuperación de la Memoria Histórica con el fin de manifestar nuestra adhesión a la iniciativa de Esquerra Unida del Pais Valenciá de que en los presupuestos de 2015 se consigne alguna cantidad destinada a atender los gastos que pueda ocasionar el eventual cambio de nombre de algunas calles, que todavía figuran a nombre de golpistas y personajes de la casposa dictadura franquista, así como al mantenimiento de los memoriales instalados en la plaza del 25 de Mayo y el Campo de los Almendros. Como era de esperar, el rodillo del PP con mayoría absoluta desestimó tal iniciativa; faltaría más. Así que cuando haya que hacer algo de provecho, los tardofranquistas de la derechona volverán a tener la excusa de que no tienen presupuesto para pagarse unas plaquitas de nada. Pueden llenar el Castillo de Santa Bárbara de monigotes metálicos figurando, parece ser, musulmanes y cristianos dándose leña, que a saber lo que habrán costado; pero no tienen para una estatua al capitán Dickson o un rótulo callejero a Amado Granell. Qué cosas más peripitosas. Y es que, aunque lo disimulen, se les acaba siempre viendo el plumero.
Sin embargo valió la pena asistir a tan singular espectáculo tragicómico. La ínclita alcaldesa procedió a dirigir la ceremonia de votación de las enmiendas propuestas por la oposición, a una velocidad que parecía sacada de una película muda de los tiempos de Buster Keaton. "A ver, punto uno, uno. Votos a favor, votos en contra, abstenciones" Y alternativamente se levantaban los brazos unánimes de la derecha, los menos disciplinados de la izquierda y, solo en ocasiones, algún disconforme o dubitativo estratégico. "Punto uno, dos..." y otra vez igual. Lo más parecido a esto sería una tabla de gimnasia sueca. Solo hubiera faltado una música apropiada y haber finalizado con una carrerita en chandal, eso sí, con corbata los derechosos, alrededor del Salón Azul. Creo que quedarían mejor haciendo pilates. ¡Qué rapidez, qué energía, Dios mío!
En fin, en cuanto a mi intervención, visto cómo se las gastan sus señorías (¿los concejales también son señorías?) , que se dicen de todo y se ponen a caldo, ya se sabe: burros, corruptos, ignorantes y demás lindezas, salí pensando que mi texto podía haber sido más agresivo. Pero yo, iluso de mí, creía que estaba en un sitio serio. Quizá algún día, ojalá que pronto, lo vuelva a ser.
Bueno, pues mi intervención fue como sigue:

La Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica forma parte del Grupo de Trabajo creado por este Ayuntamiento para aplicar la Ley de la Memoria Histórica y rescatar los "lugares de la Memoria" que existen en la ciudad en relación con la guerra civil y la dictadura franquista. Una de sus tareas, que se ha desarrollado con muchas dificultades y con escasísimos resultados, pues apenas se ha eliminado del callejero alicantino el nombre del general golpista Millán Astray, ha sido precisamente la de eliminar de ese callejero los nombres de quienes apoyaron y protagonizaron el golpe de estado de julio de 1936 y de cuantos contribuyeron a la aparición y mantenimiento durante muchos años de la dictadura franquista. En alguna ocasión se ha puesto como excusa para no abordar decididamente ese mandato de la Ley de la Memoria, que es a la vez exigencia moral de cualquier sociedad democrática, la inexistencia de unas cantidades presupuestadas con tal fin. Por ello, nos parece muy oportuna la iniciativa de Esquerra Unida del País Valenciá para que se consigne en los presupuestos de 2015 alguna cantidad con esa finalidad, que también serviría para el mantenimiento de los memoriales enclavados en la plaza del 25 de Mayo y en el Campo de los Almendros.
La pérdida de la memoria supone la anulación de la personalidad, tanto en los individuos aquejados de Alzheimer como en los pueblos. Por eso es tan importante preservar la Memoria Histórica, que ha de servirnos para que la experiencia nos guíe a través del quehacer diario, evitando que se repitan penosas situaciones antidemocráticas cuyo recuerdo ha de dolernos a todos.
De presupuestarse esta cantidad, no supondría en absoluto un gasto superfluo. Sería, en todo caso, una inversión modesta pero de muy primera necesidad, si lo que nos importa es que el pueblo de Alicante conserve su esencia cultural y su dignidad; lo que no sería posible sin el conocimiento colectivo de la propia Historia, que debería reflejarse en calles y plazas.

En fin, que salí cariacontecido y un tanto corrido, y me apresuré a llegar a casa y darme el gusto de un buen vermut rojo, con rodajita de limón, cubito de hielo, y acompañamiento de almendras fritas y unos taquitos de queso. Que eso siempre es un consuelo.
                                                   Miguel Ángel Pérez Oca.

EL ONCE DEL ONCE A LAS ONCE EN LA ONCE.



Ayer fui a la ONCE a presentar mi libro "ALICANTE. BIOGRAFÍA DE UNA CIUDAD" en la tertulia que se celebra allí todos los martes, dirigida por el bibliotecario de la institución, Antonio Díaz Palao. Como siempre que me han llamado, he acudido gustoso a reunirme con estos entrañables amigos a los que expliqué las circunstancias que se han dado en la edición del libro, así como les hice un resumen del mismo. Me han pedido permiso para reproducirlo en una grabación que ellos puedan escuchar; a lo que he accedido con mucho gusto. Lo considero un honor. La reunión fue muy agradable y firmé varios libros dedicados a familiares de los presentes.
Mis amigos de la ONCE saben que me tienen siempre a su disposición.

VOLVERÉ A TABARCA.

                  Telescopio solar que me llevaré a Tabarca para la próxima sesión de observaciones.

Como el fin de semana del 28 al 30 de noviembre volveré a Tabarca con los chicos de Centro 14, se me ha ocurrido escribir este extraño poema que también presenté en la Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo.

LA ISLA EN INVIERNO.

Este invierno iré a Tabarca,
con mis telescopios y mis prendas de abrigo.
Y me sobrecogeré en medio de la ciudad vacía
de San Pedro y San Pablo,
dentro del oscuro entorno amurallado que tantas vidas y muertes
ha encerrado en su interior a lo largo de los siglos.

El viento helado curtirá mi rostro,
y el aire límpido y vacío
dará a la oscuridad una rara transparencia.
En el ocular, los cráteres lunares
se me mostrarán cercanos y precisos,
y estrellas, planetas y galaxias se desnudarán ante mí.
Pero, a mi alrededor, el peso de la Historia,
de las historias de los viejos tabarquinos,
de sus vidas duras y monótonas,
de sus muertes en la mar cercana,
de los naufragios,
de los ataques de los piratas,
agobiará mi ánimo como no lo hace en Verano,
cuando la vorágine de los forasteros
 agita la noche y la llena de ruidos estúpidos.

Presentiré el mórbido aliento de un fantasma
que pasará su dedo helado por mi espalda
en lo que podría ser tan solo un escalofrío.
Y en esa soledad oscura,
cuando solo una docena de isleños duerme entre las murallas,
sospecharé que mi nuca es el objetivo de la furtiva mirada
de miles de espectros que se ríen de mí, en silencio.

Y el viento marino parecerá traerme gritos pretéritos,
alaridos de aquellos locos de la isla que,
como vergonzantes cautivos
languidecían antaño en las noches oscuras y silenciosas,
confinados en las tenebrosas grutas
 y subterráneas mazmorras de la fortaleza.
Presentiré sus aullidos lejanos en el tiempo, y me estremeceré.

La isla, en invierno, recuperará su alma momificada
y me acechará bajo el Universo.

Miguel Ángel Pérez Oca.



¡MUERTE AL IMPÍO!

           Proceso a Giordano Bruno, bajorelieve del monumento en el Campo di Fiori.

El tema de la reunión del pasado lunes en la Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo era "La Impiedad", y a mí se me ocurrió el relato que os adjunto. A ver qué os parece:

REO DE IMPIEDAD.
La luz del amanecer apenas entra por entre las rejas del estrecho ventanuco de la celda. El reo se ha pasado la noche en vela, sentado en su camastro, esperando ser conducido al lugar de la ejecución. Lo han condenado a muerte por impío, por no obedecer las sagradas normas que han establecido aquellos que legislaron en nombre de Dios.
¿Cómo será ejecutado? ¿Será quemado vivo en la hoguera? ¿Será fusilado ante un acribillado paredón de cemento? ¿Será degollado ante una cámara de televisión?
¿Quién es el reo? ¿Es un cosmólogo del tiempo de la Contrarreforma? ¿Es un republicano ateo y español? ¿Es un rehén europeo en manos de los yihadistas?
¿Quiénes son sus jueces? ¿Inquisidores, militares facciosos o islamistas radicales?
¿Por qué lo han condenado? ¿Por afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol? ¿Por querer para su patria un Estado laico independiente de la Iglesia? ¿Por no respetar el Ramadán y permitir que las mujeres vayan con la cabeza descubierta?
Los pasos de los verdugos resuenan en el pasillo. El reo se levanta y respira hondo. Sabe que va a morir.
Camino del Campo dei Fiori, el filósofo Giordano Bruno soporta las burlas del populacho, a lomos de un pollino y vestido con sambenito y capirote. Lleva la boca sellada con un bozal de hierro dotado de una escarpia que le atraviesa la lengua, porque sus verdugos no quieren que proclame sus heréticas teorías ante el pueblo pío e ignorante.
Junto a las tapias del cementerio, el viejo maestro republicano mira desafiante a sus asustados ejecutores, unos desgraciados soldaditos temerosos del fiero oficial que manda el pelotón. No hay público alrededor, así que al militar fascista no le importa que antes de morir, el “rojo” grite: “¡Viva la República!”
En pleno desierto, ante un fondo de dunas y peñas desoladas, el periodista europeo, arrodillado delante de su verdugo, que blande un afilado cochillo con el que va a degollarlo, recita un mensaje en el que justifica su propia muerte. Sabe que si se niega a hacerlo será salvajemente torturado y su muerte resultará todavía más horrible.
Los verdugos hinchan el pecho, satisfechos de su justicia. Ellos están convencidos de que tienen razón y que matar al impío es un acto que honrará y satisfará a Dios.
Ya le pasó antes a Sócrates, también acusado de impiedad y obligado a beber la cicuta. Y a los cristianos del Coliseo, y a las brujas de Salem, y a los moriscos y judíos de España, y a los musulmanes de la antigua Yugoslavia, y mañana le pasará a otros si Dios no lo remedia. Sí, me refiero a ese Dios, o Yavéh, o Alá que, según sus más fanáticos adoradores, se complace con la aniquilación de los infieles.
Y el caso es que, en el fondo, los verdugos son buena gente, excelentes hijos, padres, vecinos y esposos. Hombres piadosos que observan estrictamente los mandamientos de su religión milenaria, interpretada, todavía hoy, al pie de la letra, y que se afanan por implantar en el mundo el reino de lo espiritual, la virtud y la fe.
No comprenderían que el descreído agnóstico que escribe estas letras les dijera que no concibe un acto más impío que el matar a alguien por el hecho de ser impío.
Y es que, como dijo Bertrand Russell: “El que una buena persona haga el bien es lo natural, pero para que una buena persona haga el mal, hace falta la religión”.
El impío, ahora, yace en el suelo, quemado y convertido en cenizas y huesos calcinados, acribillado a balazos y con el tiro de gracia en la sien, degollado y decapitado ante la televisión. Se diría que es siempre el mismo, que ha muerto tres - o mil - veces, a manos de los creyentes dignos y honrados, escandalizados de su reprobable conducta.
Se ha hecho justicia.
Alabado sea Dios.                                                                   

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 1 de noviembre de 2014

GARCIA LORCA EN "EL TUMBAO"



Ayer, en la sala cultural "El Tumbao" de Benalúa, tuvo lugar un recital de poesías de Federico García Lorca, realizado por el grupo teatral "El Desván" que dirige Carmina Pacheco, dentro de un ciclo dedicado a los poetas de la Generación del 27. Yo tuve el honor de hacer la presentación, leyendo el escrito que os adjunto.

EL DESVÁN REPRESENTA “POETA EN NUEVA YORK”.
Mi tío Perfecto, hermano de mi madre, fue quien me puso en primer contacto con la poesía, cuando era un niño. De él oí los primeros versos que llenarían para siempre mi corazón y lo abrirían a la magia de las palabras.
Después, en la Escuela de Comercio de Alicante, un joven profesor ayudante de Lengua y Literatura, llamado Enrique Cerdán Tato, nos habló por primera vez de los poetas mártires, Miguel, Federico, don Antonio Machado, muertos por culpa de la Guerra Civil. De sus labios oí por vez primera la Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández: “Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano…”, que todavía me emociona y me hace llorar cuando la recito para algunos amigos, con los que visito la casa del poeta en Orihuela; en el huerto, junto a la higuera: “Volverás a mi huerto y a mi higuera, por los altos andamios de las flores...”
Algo más tarde, ya siendo un adolescente inquieto, me reunía con mi pandilla en un pub inglés de la Playa de San Juan, “The Hideaut” (La Guarida), y allí, mi amigo Guillermo Armengol, en pleno éxtasis poético, se subía alguna vez a una mesa, sobresaltando a los “guiris” presentes, y recitaba “La sangre derramada”, dedicada por Federico a la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías: “¡Que no quiero verla! Dile a la Luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Que no quiero verla! La Luna de par en par. Caballo de nubes quietas, y la plaza gris del sueño con sauces en las barreras. ¡Que no quiero verla! Que mi recuerdo se quema. ¡Avisad a los jazmines con su blancura pequeña! ¡Que no quiero verla!...” Y nos dejaba a todos temblando de emoción, incluso a los extranjeros que no habían entendido el texto...
Miguel y Federico murieron cuando eran todavía unos jóvenes treintaañeros (Federico tenía 38 años y Miguel 32), con toda una vida de creaciones por delante, asesinados, por acción u omisión, por los secuaces de Franco. Porque Franco y sus secuaces, además de ser  unos delincuentes despreciables y asesinos en serie, fueron unos poeticidas. Y por su culpa murieron Miguel y Federico… Y nos privaron de unas obras nonatas que jamás podremos recuperar, ni siquiera adivinar. Los bestias que fusilaron a Federico, los fariseos (el canónigo Almarcha y el padre Vendrell) que dejaron morir a Miguel sin los cuidados que podrían haberle salvado la vida, no solo les hurtaron la existencia a dos seres humanos, también nos robaron a todos, y para toda la eternidad, quién sabe qué obras encendidas y maravillosas que hubieran escrito, enriqueciendo al Mundo, si se les hubiera permitido morir de viejos.
¿Os imagináis que el turco que dejó manco a Cervantes en Lepanto hubiera tenido mejor puntería y le hubiera dado en todo el pecho? Nunca se hubiera escrito el Quijote y ahora careceríamos de esa importantísima referencia cultural universal. Aunque no lo sabríamos. Pero quizá un vacío extraño nos invadiría cada vez que nos faltase ese símil extraordinario del loco-cuerdo y el tonto-sabio.
A mí, al menos, me pasa eso algunas veces. Siento que me han robado algo muy importante. Porque siento que me faltan los mejores versos de Federico y Miguel. Y me pregunto qué nos ofrecerían hoy los amigos del Desván, bajo la dirección de Carmina Pacheco, si habitásemos en un mundo paralelo donde los poetas no hubieran sido exterminados por el fascismo en la España de la Guerra y la Posguerra Civil. Qué oiríamos esta tarde, que nos llenaría de gozo, y que los franquistas nos han robado al robarnos la vida de Federico. Los franquistas nos privaron de muchas cosas: de la democracia, la dignidad de ciudadanos, el orgullo, la poesía y el arte comprometidos, una infancia feliz, la libertad de pensamiento y expresión, el progreso… Y, yo al menos, no los voy a perdonar jamás.
Afortunadamente para nosotros, Miguel y Federico fueron unos poetas prolíficos e inspirados, y en el poco tiempo que les concedió la vida dejaron una obra ingente. Hoy veremos y escucharemos al grupo “El Desván” representar a Federico García Lorca en su obra “Poeta en Nueva York”.
Perteneciente, como Hernández, a la Generación del 27, Federico escribió este conjunto de poemas con motivo de su viaje a la megápolis americana en los años 1929 y 1930. En ellos, como escuchareis, expresa el horror que le produce ese mundo urbano e industrial deshumanizado por el capitalismo; la soledad insolidaria en un laberinto tecnológico repleto de masas de gente que se  amontona en un entorno cruel, movido tan solo por el interés y el dinero de los poderosos egoístas; la opresión de los negros; la brutalidad de un mundo sin amor… Y el poeta nos llama al regreso a la Naturaleza y a la descalificación de esa sociedad de tecnología perfecta, pero tan ignorante de los verdaderos valores humanos, que oprime y explota a las criaturas inocentes e indefensas.
Oigamos a los compañeros del Desván y reflexionemos sobre qué cimas de la poesía universal hubiera alcanzado Federico si los bárbaros no lo hubieran fusilado, junto a un maestro de escuela y dos toreros, el 18 de agosto de 1936, en el camino que va de Víznar a Alfacar, provincia de Granada. Según sus verdugos, lo ejecutaron por los delitos - ¿qué delitos? - de ser republicano y homosexual; aunque yo creo que lo asesinaron por ser poeta.
Solo por ser poeta.

Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 30 de octubre de 2014

EL MONOLITO DEL CAMPO DE LOS ALMENDROS RESTAURADO.



                            El monolito limpio de pintadas y con la placa puesta por el Ayuntamiento.

El pasado sábado 25 de octubre de 2014, con asistencia de miembros de la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica y del concejal Adrián Santos por parte del Ayuntamiento, que ha colocado la placa conmemorativa, se procedió a reinaugurar el monolito que en el pasado junio había sido cubierto de pintadas fascistas, que ahora han sido borradas.
No se puede poner vallas a la Historia. Así que el monolito seguirá en pie y será debidamente restaurado y limpiado cuantas veces sea mancillado por esos salvajes antediluvianos. El tiempo pasa, para bien y para mal, y no hay manera de detenerlo.
A ver si aprenden.

martes, 28 de octubre de 2014

NUESTRO TRÁGICO MEDITERRÁNEO.


                                   El heroico capitán Archibald Dickson, del Stanbrook.


El tema de ayer, en la Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo era "Mediterráneo", y esto fue lo que yo escribí:

MEDITERRÁNEO.
Pepito amaba el mar. Había nacido a orillas del Mediterráneo, en el Arrabal Roig de Alicante, barrio marinero y pescador sobre un acantilado fortificado que se yergue entre el antiguo espolón del Portal Nou y la Ermita de la Virgen del “Socós”. Le fascinaban las historias de piratas que le contaba su abuelo; no de piratas del Caribe, como los de las películas americanas, sino de piratas berberiscos y de un pueblo industrioso y valiente que se defendía de sus ataques en las viejas torres de la huerta. El Mediterráneo es un mar habitualmente sereno y transparente cuyas ondas suelen morir con languidez en las orillas arenosas de la Playa del Postiguet; aunque a veces se enfadaba y golpeaba con furia los contrafuertes del vecino puerto, y sus olas, crecidas y salvajes, saltaban por encima de los muros, encogiendo el ánimo. Desde la casa de su abuelo, junto a la vieja ermita templaria, Pepito había podido sobrecogerse contemplando espantosas tormentas de rayos y truenos que flagelaban al mar embravecido; y hasta una vez observó, paralizado, cómo una gigantesca trompa gris, que sorbía el agua espumosa, perseguía a un pobre balandro que, con las velas desgarradas, trataba de ponerse a buen recaudo más acá de la bocana. Afortunadamente, las más de las veces, el mar se mostraba tranquilo y hasta sumiso, y entonces Pepito bajaba a la playa y se entretenía recogiendo conchas y pequeños cangrejos, o mirando a las viejas de luto, viudas de pescadores, que reparaban las redes y cotilleaban en valenciano.
Pero la guerra lo cambió todo, y Alicante, pese a estar en la retaguardia, fue castigada por las bombas de los aviones fascistas. Pepito no entendía bien por qué pasaban esas cosas, y se figuraba que en los corazones de los hombres adultos también estallan tormentas, como las que azotan las costas cuando el mar se enfada.
Aquella noche, padre entró demudado en su cuarto.
-Pepito, vístete deprisa que te vienes de viaje con madre y conmigo.
-¿Vamos a ir por el mar? – preguntó el niño, ilusionado, mientras el padre suspiraba y, después, apremiaba a la madre para que terminara de preparar un sucinto equipaje. El abuelo rumiaba maldiciones en un rincón, decidido a quedarse y salvar la pobre hacienda familiar de la rapiña de los moros franquistas, los nuevos piratas berberiscos.
Poco después, todavía de noche cerrada, la corta familia cruzaba el Paseo de Gómiz, camino del puerto. Otros grupos de gente aterrada también se afanaban en su huída.
En el muelle, un viejo y solitario barco británico, de nombre Stanbrook, había tendido la pasarela. Subieron a bordo, y Pepito nunca se olvidaría de aquel capitán de ojos claros que estrechaba la mano a todos sus asustados pasajeros, y que le acarició el pelo revuelto que ocultaba su frente. Los marinos le llamaban con respeto “Master Dickson”. Al poco tiempo, cubierta y bodegas estaban llenas de gente que gemía y murmuraba, mientras otros muchos se habían quedado en tierra, sin conseguir plaza en un barco que ya iba atestado e incluso escoraba peligrosamente por exceso de carga.
Los tripulantes soltaron amarras y el buque se fue alejando del muelle con las luces apagadas. Cuando ya salían por la bocana, un estremecimiento general agitó a la multitud. “Aviones, aviones”, susurraban todos sin atreverse a alzar la voz. Y de pronto, justo a popa, estallaron varias bombas que no los alcanzaron de milagro. Ni siquiera ante tal estruendo se atrevió nadie a gritar. Parecía que todos temieran llamar la atención de los pilotos asesinos. Pepito lloraba en silencio, muy asustado; aunque después, el rítmico sonido de las máquinas y el olor a mar calmarían su ánimo.
Y tras un tiempo de incertidumbre y tensa esperanza, empezó a salir el sol.
-¿A dónde vamos, madre? – preguntó, ya tranquilizado y hasta contento de viajar por primera vez en un barco, como había soñado tantas veces.
-Vamos a la libertad – contestó la mujer, mientras una lágrima bajaba por su mejilla.

Y el Stanbrook, ya lejos de la guerra, se adentró en el Mediterráneo.     
                                                                                                        M.Á.Pérez Oca.

lunes, 20 de octubre de 2014

EL DÍA 25, DE NUEVO AL CAMPO DE LOS ALMENDROS.

Después de borrar las zafias pintadas fascistas que ensuciaron la roca que conmemora el cautiverio de los últimos republicanos en el que fue bautizado por Max Aub como "Campo de los Almendros", la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica invita a los alicantinos y alicantinas a una ceremonia de reinauguración en la que se colocará una placa realizada por el Ayuntamiento.
Tendrá lugar en el Campo de los Almendros el próximo sábado, día 25, a las 11,30 h.
Se prevé la participación de representantes de la Comisión Cívica y de la Corporación Municipal.
No os lo perdáis.
Os adjunto la invitación.




domingo, 19 de octubre de 2014

ASÍ TE PARTA UN RAYO.



Con todo el follón de la presentación de mi libro, se me había pasado poneros mi último escrito para la Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo. El tema era "El Rayo" y yo escribí este cuento optimista y medieval que demuestra que no tengo arreglo. A ver qué os parece.

EL DEDO DE DIOS.
Había llovido toda la noche y el suelo de la aldea estaba embarrado y lleno de charcos. A la mañana, el Conde y sus soldados bajaron del castillo y se dirigieron al conjunto de chozas miserables habitadas por los siervos. Al llegar, los caballeros rodearon el poblado con el fin de alancear a todo el que intentase huir, mientras que la compañía de peones, con el Conde al frente, se dispuso a ocupar la plaza. El Conde, sobre su caballo negro cubierto de hierro, lucía una armadura bruñida, con relieves dorados, a juego con su empenachado casco. En su diestra brillaba una enorme y legendaria espada.
-¡Palurdos! – gritó con desprecio a los labriegos que asomaban por el dintel de sus chozas, algunos armados con piedras y palos - ¡He venido a cobraros el impuesto que me debéis; y si no me pagáis ahora mismo, hasta la última onza, os pasaré a cuchillo a todos, hombres, mujeres y niños, y arrasaré la aldea para que no quede memoria de ella!
-Señor – le replicó un anciano que hablaba en nombre de todos -. La cosecha se ha perdido por culpa del pedrisco y apenas nos queda dinero suficiente para subsistir. Si no nos perdonáis al menos una parte de la deuda, moriremos de hambre. Y no es justo que aquellos que damos el pan al mundo nos muramos por falta de pan…
Los labriegos ni siquiera tenían hoces, guadañas y picos para defenderse, pues las herramientas eran propiedad del Conde y éste las guardaba en su castillo cuando no era tiempo de labor. También era el dueño del molino y de los silos del trigo y la harina.
-¡Yo soy vuestro amo por la gracia de Dios y solo Él puede negar mis derechos! – gritó el Conde enfurecido, mientras se volvía hacia sus hombres.
-¡Desenvainad las espadas y alzad las lanzas, para que estos asnos sepan lo que les espera si no cumplen con sus obligaciones!
El cielo se había oscurecido de nuevo y unos negros nubarrones se retorcían en lo alto, amenazando con una inminente tormenta o, al menos, con el desenlace de una tragedia.
Los soldados alzaron sus espadas, siguiendo el ejemplo del Conde. Sus armaduras brillaban contra el cielo gris, cubiertas por delgados hilillos de agua, y un peculiar olor metálico, áspero y dulzón, se enseñoreó del aire. En lo alto de algunas espadas y lanzas se insinuaban inciertos resplandores de tonos verdosos…
Y entonces cayó un rayo tremendo y cegador, acompañado de su trueno. Fue un extraño meteoro múltiple, como un enorme y selectivo látigo de mil colas, que se posaban en las puntas de las espadas y las lanzas, aniquilando de un golpe a todo el ejército condal. Hombres y caballos cayeron fulminados, cocidos dentro de sus armaduras, mientras un desagradable tufo a carne y vísceras carbonizadas se extendía por el entorno.
Los campesinos se tentaban el cuerpo y se miraban unos a otros, incrédulos y maravillados. Ni uno solo de ellos había sido siquiera rozado por las centellas.
La renegrida calavera del Conde, con sus mandíbulas desencajadas, se podía ver a través del hueco de la visera de su casco, parcialmente fundido y deformado.
-¡Ha sido el dedo de Dios! –gritaba entusiasmado el nieto del viejo, que iba para fraile – Pues solo Él puede haber ordenado al rayo que mate a unos y respete a otros.
El viejo sonrió al muchacho, con mirada socarrona.
-A mi abuelo lo mató un rayo que le entró por un pico que llevaba al hombro. Has de saber, querido nieto, que los rayos suelen ser atraídos por los objetos metálicos de forma puntiaguda… Pero dejemos que todos crean que ha sido obra de Dios. Así el Rey pensará que ha recibido una advertencia divina para que los nobles de su reino sean más considerados con los siervos.
Y el chico bajó la cabeza y pensó que, de todos modos, algo habría tenido que ver Dios en todo aquello.

Sobre el peto chamuscado del Conde, un crucifijo de oro se había fundido y convertido en hilillos brillantes que se confundían con la lluvia.                
           Miguel Ángel Pérez Oca.