tag:blogger.com,1999:blog-145400513733537612024-03-05T01:50:23.314-08:00EL LOCO DE LAS ESTRELLAS"Giordano Bruno, el loco de las estrellas" fue la primera novela publicada por mí, en el año 2000. Desde entonces he hecho muchas cosas, que os ofrezco, porque la vida sin compartir no es nada.Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.comBlogger1217125tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-79955879077253470052022-12-22T02:06:00.001-08:002022-12-22T02:08:55.482-08:00Presentación de la 2ª Edición de mi novela Los Viajes del padre Pinzón, con motivo del 500 aniversario de la 1ª vuelta al Mundo.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD0UHKKqS3wYqtI8Zlg2-Y1hjX8OHyA9CVVCig7UVrvqPtI22zjf_KyfJXaTBAS-eo1xXwBWbkU-Q2kW7s35-sInIvCLV210yEpzFB2MUMXTGepOJWyKqa-fVG7eETal79gPn0FDca50F5bkoPWIuq1OA3QEdl8w5pH5I9YaELkFq0Ilyz7g3B0Uwh/s3509/img750.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2550" data-original-width="3509" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD0UHKKqS3wYqtI8Zlg2-Y1hjX8OHyA9CVVCig7UVrvqPtI22zjf_KyfJXaTBAS-eo1xXwBWbkU-Q2kW7s35-sInIvCLV210yEpzFB2MUMXTGepOJWyKqa-fVG7eETal79gPn0FDca50F5bkoPWIuq1OA3QEdl8w5pH5I9YaELkFq0Ilyz7g3B0Uwh/w640-h466/img750.jpg" width="640" /></a></div><br /> <p></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-78843162502773438962022-11-01T09:29:00.000-07:002022-11-01T09:29:49.455-07:00QUEL DELICATESE<p> </p><h1 class="ct-headline" id="headline-3-35" style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: Montserrat; line-height: 1.25; margin: 0px; text-align: center;"><span class="ct-span" id="span-4-35" style="box-sizing: inherit; display: inline-block; text-decoration: inherit;"><span style="font-size: xx-small;">Quel delicatesse</span></span></h1><div class="ct-div-block" id="div_block-17-35" style="align-items: flex-start; background-color: #670009; box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: column nowrap; font-family: "Open Sans"; height: 3px; margin-bottom: 10px; margin-top: 5px; text-align: center; width: 150px;"></div><img alt="" class="ct-image" id="image-5-35" src="https://www.ellibrodurmiente.org/wp-content/uploads/2022/10/QUELLE-DELICATESSE_Blog.jpg" style="border-bottom-color: rgb(44, 50, 43); border-bottom-width: 3px; border-style: none none solid; box-shadow: rgb(66, 60, 60) 0px 10px 15px -10px; box-sizing: inherit; color: #404040; display: block; font-family: "Open Sans"; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; max-height: 500px; max-width: 100%; min-height: 350px; object-fit: cover; text-align: center; width: 1120px;" /><div class="ct-div-block" id="div_block-16-35" style="align-items: flex-start; box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: column nowrap; font-family: "Open Sans"; padding-left: 20px; padding-right: 20px; width: 1120px;"><div class="ct-text-block" id="text_block-6-35" style="box-sizing: inherit; width: 1080px;"><span class="ct-span oxy-stock-content-styles" id="span-7-35" style="box-sizing: inherit; display: inline-block; text-decoration: inherit;"><span style="font-size: xx-small;"><p style="box-sizing: inherit;">“Historias del abuelo Miguel” por Miguel Ángel Pérez Oca.</p><p style="box-sizing: inherit;">No tiene una clara traducción al castellano. ¿Delicadeza, finura… detalle elegante? Eso, quizá “detalle”, en el sentido de complemento de buen gusto, edulcorante, quizá el colofón o la guinda de un pastel que puede no ser tan dulce como sería de desear. Ese detalle que “hace bonito”, tan francés, tan glamoroso… como, por ejemplo:</p><p style="box-sizing: inherit;">Al condenado a muerte se le ofreció una opípara última cena y un impoluto pañuelo para taparse los ojos ante el pelotón de fusilamiento. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El director del banco, después de anunciar al desahuciado que a pesar de entregar su piso en pago de la hipoteca, tendría que seguir abonando la diferencia entre el valor actual de la finca devaluada y el precio original en el momento de la tasación, le dio la mano y unas palmaditas en la espalda, y le dijo con voz compungida. “Lo siento”. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El ministro anunció que iba a modificar la ley del aborto, endureciéndola, porque estimaba que consentir la libertad de aborto es un acto de “violencia de género” contra la mujer. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El inquisidor dio a besar un crucifijo al hereje con la promesa de que, si se arrepentía sinceramente de sus errores teológicos nauseabundos, sería estrangulado antes de proceder a su incineración en la hoguera, con lo que se ahorraría terribles sufrimientos. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El exterior del búnker estaba cubierto con una capa de dos dedos de cemento que ocultaban la débil estructura interior de adobes. El dinero del presupuesto para el cemento armado se lo había embolsado alguien, pero, para compensar, habían colocado a la puerta de la frágil fortaleza un cartel, destinado a los sufridos soldaditos, que decía: “Defenderás esta posición hasta derramar la última gota de tu sangre”. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El jefe invitó a comer y obsequió con un ramo de flores a su empleada para anunciarle a los postres que estaba despedida. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El general, después de la solemne ceremonia fúnebre, entregó a la madre del soldado muerto una banderita y una medalla. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">“Entre, por favor” le dijo el carcelero al preso, abriendo la puerta de su celda. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">Chu Lin ya llevaba dos años en España y entendía bastante el castellano. Así que, mientras trabajaba sus 16 horas diarias en el taller clandestino instalado en un sótano, escuchaba su pequeño transistor, eso sí, con auriculares, para no molestar a sus doscientos compañeros. Y oía la voz del presidente de Mercadona que respondía a las preguntas de un entrevistador radiofónico al que decía que a los trabajadores españoles, lo que les hacía falta para salir de la crisis era tener la “cultura del esfuerzo” de los chinos. Chu Lin bostezó y apagó el aparato. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El presidente de la Caja de Ahorros le dijo a su secretaria por el interfono: “Rosario, entre usted a recoger el documento en el que aprobamos la venta de nuestra Obra Social para poder superar la quiebra técnica. Ya lo he firmado. En cuanto a la subida de mi pensión vitalicia en 12.000 euros más al mes… la firmaré mañana. Hoy no me apetece, ¿sabe? Me parecería de mal gusto. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">El Papa, después de bendecir los cañones que Mussolini mandaba a Abisinia, le dijo a su camarlengo: “Tenemos que celebrar una misa por la conversión al catolicismo de todos los africanos”. ¡Quel delicatesse!</p><p style="box-sizing: inherit;">Dios hizo el Universo y lo contempló complacido. “Ahora crearé al ser humano a mi imagen y semejanza”, se dijo. Y construyó el Infierno. ¡Quel delicatesse!</p></span></span></div></div>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-87250093643790603372022-10-09T02:37:00.000-07:002022-10-09T02:37:15.117-07:00<p> </p><h1 class="ct-headline" id="headline-3-35" style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: Montserrat; font-size: 32px; line-height: 1.25; margin: 0px; text-align: center;"><span class="ct-span" id="span-4-35" style="box-sizing: inherit; display: inline-block; text-decoration: inherit;">Persianas vivas</span></h1><div class="ct-div-block" id="div_block-17-35" style="align-items: flex-start; background-color: #670009; box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: column nowrap; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; height: 3px; margin-bottom: 10px; margin-top: 5px; text-align: center; width: 150px;"></div><img alt="" class="ct-image" id="image-5-35" src="https://www.ellibrodurmiente.org/wp-content/uploads/2022/10/PERSIANAS-VIVAS_Blog.jpg" style="border-bottom-color: rgb(44, 50, 43); border-bottom-width: 3px; border-style: none none solid; box-shadow: rgb(66, 60, 60) 0px 10px 15px -10px; box-sizing: inherit; color: #404040; display: block; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; max-height: 500px; max-width: 100%; min-height: 350px; object-fit: cover; text-align: center; width: 1120px;" /><div class="ct-div-block" id="div_block-16-35" style="align-items: flex-start; box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: column nowrap; padding-left: 20px; padding-right: 20px; width: 1120px;"><div class="ct-text-block" id="text_block-6-35" style="box-sizing: inherit; width: 1080px;"><span class="ct-span oxy-stock-content-styles" id="span-7-35" style="box-sizing: inherit; display: inline-block; text-decoration: inherit;"><span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><p style="box-sizing: inherit;">“Historias del abuelo Miguel” por Miguel Ángel Pérez Oca.</p><p style="box-sizing: inherit;"><span style="box-sizing: inherit; font-weight: bolder;"> </span>No, el pueblo no está desierto, de ninguna manera. Las calles aparecen silenciosas y vacías, pero… pero las persianas están vivas, muy vivas. Detrás de cada persiana, levemente levantada por uno de sus lados, palpita la atenta mirada y los no menos atentos oídos de multitud de viejas, y no tan viejas, comadres chismosas.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Es que se aburren, con el marido en el bar, y por eso se pasan las horas fisgando en las vidas ajenas – me había dicho Lola cuando le comuniqué mis sospechas.</p><p style="box-sizing: inherit;">Lola y yo estamos liados, gloriosa y placenteramente liados. Se trata de sexo puro, no nos engañemos, del sano, del bueno, del que no produce traumas ni complejos, ni exige compromisos ni responsabilidades, del que no tiene nada de exclusivo, de posesivo ni de celoso. Ella tiene su vida y yo la mía, y una vez al mes, más o menos, voy a visitarla al pueblo, a su casita rural, como ella la llama; y allí, lejos del mundanal ruido, aislados del asfalto y las premuras, nos entregamos al frenesí de los placeres de la carne. Ahora me doy cuenta de que los alaridos gozosos de Lola deben haber hecho las delicias de las viejas chismosas que acechan tras las persianas y me espían cuando dejo el coche en la plaza del pueblo y me dirijo por la estrecha Calle de la Tahona, camino de la casa de mi… bueno, ahora se dice “follamiga”.</p><p style="box-sizing: inherit;">Todas la conocen desde que era una niña, cuando vivía aquí con sus padres, pero no regresó al pueblo hasta que la vida de la ciudad llegó a atosigarla, y algún desengaño amoroso, de esos que esconden pretensiones institucionales, la empujó al exilio en su mundo del pasado de inocencia infantil. Ella prefiere bajar todos los días a su trabajo de la ciudad, pero descansar luego en su casa campestre. En cambio sus padres se mudaron a la capital hace años y no quieren para nada regresar a la aldea que les parece triste y agobiante; pero Lola quiso recorrer el camino inverso y se instaló aquí, con sus traumas y su afán de libertad.</p><p style="box-sizing: inherit;">Un día me confesó su tristeza por lo vacío de su vida, y yo la convencí con muy poco esfuerzo de que la solución a sus cuitas estaba en agenciarse un amante sin complejos ni compromisos que le diera gusto a su cuerpo y no le atormentase el alma.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Sí, pero, ¿dónde encuentro yo un chollo así? Todos los hombres sois posesivos y celosos…</p><p style="box-sizing: inherit;">-Yo no, Lola, yo no. Y también me hace falta un desahogo en libertad de vez en cuando.</p><p style="box-sizing: inherit;">Y a ella le pareció de perlas, y desde entonces, todos los meses, la armábamos en la casita del pueblo.</p><p style="box-sizing: inherit;">Sin embargo, hoy, cuando llegué, Lola estaba furiosa y se sentía acosada.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Mis padres están recibiendo anónimos sobre lo nuestro. Debe mandarlos alguna de esas brujas que nos espían desde detrás de las persianas.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Bueno - le dije -, pues nos buscaremos otro refugio más discreto. ¿Qué te parece mi casa de la ciudad? Allí a nadie le importa la vida de los demás.</p><p style="box-sizing: inherit;">Pero el caso es que la dichosa casita le resulta tan entrañable, tan apropiada para nuestros devaneos carnales, que no sé si Lola se encontrará a gusto en otro sitio.</p><p style="box-sizing: inherit;">He salido a la calle enfurruñado, cabreado con las brujas de las persianas. De momento, hoy, Lola y yo hemos decidido no pasar a la acción erótica, por aquello de sentirnos espiados y con nuestra intimidad violada. Porque Lola si no grita no disfruta, y no le apetece gritar sabiendo que los oídos tensos nos rodean.</p><p style="box-sizing: inherit;">Me he parado en medio de la calle solitaria, me he bajado los pantalones y, con el culo al aire, me he tirado un sonoro y terrible pedo, brutal, telúrico, mientras voceaba:</p><p style="box-sizing: inherit;">- ¡Brujas asquerosas, que os den por el culo!</p><p style="box-sizing: inherit;">Y, al unísono, cien persianas, a lo largo de toda la calle, han recuperado su verticalidad con un ligero rumor de maderitas entrechocadas.</p></span></span></div></div>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-72184107642501281482022-10-02T10:07:00.001-07:002022-10-02T10:07:33.892-07:00EL VIEJO DESERTOR.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDnGY3dZBy0BVG2NUV5G82_OammE9WwOMdxVCjheTDPfjb9_JnoKt6D54WLHoFtU40ubcNFRtOQp48Wyu9v84KY7DqJZRaJSP70rvrgwqDdhXpga7NMhxH0ncFhzuWtjxZAwcJNCXoROCaRQPnRTnjgYW_5klrdiEcRsRWFvt7bsfcpyKfE1HYjS33/s470/comienzo%20guerra%204.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="269" data-original-width="470" height="229" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDnGY3dZBy0BVG2NUV5G82_OammE9WwOMdxVCjheTDPfjb9_JnoKt6D54WLHoFtU40ubcNFRtOQp48Wyu9v84KY7DqJZRaJSP70rvrgwqDdhXpga7NMhxH0ncFhzuWtjxZAwcJNCXoROCaRQPnRTnjgYW_5klrdiEcRsRWFvt7bsfcpyKfE1HYjS33/w400-h229/comienzo%20guerra%204.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">Lloviznaba sobre el puerto de Alicante. Miles de republicanos cansados, sucios, vencidos, esperaban en vano los barcos del exilio bajo los tinglados castigados por las bombas. De vez en cuando se oía un tiro de pistola, y un hombre caía al suelo con la sien perforada en medio de la indiferencia abstraída de sus vecinos de infortunio.</span><p></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">Tres camaradas se acurrucaban alrededor de una pobre hoguera hecha con maderas de un cajón roto. En una marmita asentada sobre dos ladrillos, comenzaba a hervir el agua de un café; y uno de ellos, el capitán, removía el líquido negro con su navaja suiza de mil usos. Otro, comisario político, embutido en su raída cazadora de cuero, miraba a hurtadillas a su alrededor por debajo de la visera de su gorra ladeada.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-No vendrán los barcos. No vendrán. Me lo ha dicho el comandante Etelvino Vega. Los últimos fueron el Stanbrook y el Maririme… Y el próximo será de Franco y nos freirá a cañonazos. Para colmo, el capitán del Marírime solo admitió 30 pasajeros.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">El tercero era un sargento que había sido miliciano anarquista de la Columna Maroto, antes de ser encuadrado a la fuerza en el Ejército Popular.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-Ya lo sé – dijo con voz ausente -. Lo sabemos todos. ¿Por qué te crees que se han suicidado todos ésos? Ya no hay nada que hacer sino prepararse para la prisión y la muerte. Los italianos nos esperan ahí fuera y mañana nos obligarán a escoger entre rendirnos o morir acribillados. La República ha muerto, la guerra se ha perdido…</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-La guerra se perdió en la retaguardia – destiló el comisario con rabia – por culpa de los imbéciles que querían hacer la revolución antes que ganar la guerra.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-Cómo yo, ¿verdad? – preguntó con sorna el anarquista, mientras el otro asentía en silencio con gesto despectivo, y se volvió hacia lo alto del faro metálico de la bocana, donde un loco gritaba obscenidades antes de lanzarse al vacío.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">- ¿Os acordáis del viejo desertor? – dijo de pronto el capitán, saliendo de su mutismo. Se le había derramado el café, apagando la triste hoguera.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-Si, me acuerdo de él como si estuviera aún delante de nosotros – decía el sargento anarquista, mirando acusadoramente al comisario -. No debimos fusilar a aquel pobre hombre.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">- ¡Pues, sí! ¡Había que fusilarlo! – protestó el comisario – Había que mantener la disciplina. Si el capitán no lo hubiera mandado fusilar, todos los reclutas lo habrían imitado huyendo en desbandada. ¡Había que ganar la guerra a los fascistas!</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-Pues, ya ves, la hemos perdido – le reprochó el sargento – y nadie le devolverá la vida al viejo infeliz. ¿Os acordáis? Lo trajo la patrulla, abrazado al saquito donde guardaba sus pobres pertenencias. Era un cabrero analfabeto, ni siquiera sabía de qué iba esta guerra. Solo quería volver a su pueblo, con su familia y sus cabras. Murió sin saber qué pasaba, con los ojos desorbitados de miedo y de sorpresa…</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-Y yo le di el tiro de gracia en la sien, y sus ojos se me quedaron clavados en el alma para siempre – acabó el capitán, dando el tema por zanjado.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-No me rendiré. No, señor – dijo el sargento como para sí -. En cuanto oscurezca me tiraré al agua, a ver si consigo escapar nadando hasta la playa de San Gabriel.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-El coronel Burillo – afirmó el comisario - nos ha recomendado que nos quitemos las insignias e intentemos pasar por soldados rasos, pero yo no voy a renunciar a mi uniforme. Me fusilarán, lo sé. Soy un comisario comunista y me fusilarán, pero mi deber es morir con dignidad – y poniéndose en pie se dirigió a la entrada del puerto.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">El capitán también se levantó y se acercó a las rocas de la escollera.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">-Te lo debo, viejo desertor – dijo para sus adentros, y sacó la pistola para apoyarla en su sien. Era la misma pistola con la que un día había rematado al fugitivo.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">Cuando sonó el disparo, nadie se movió bajo la llovizna en el puerto de Alicante.</span></p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;"> <b><i>Miguel Ángel Pérez Oca.</i></b><br /></span></p><div class="ct-div-block" id="div_block-9-35" style="align-items: center; border-bottom: 1px solid rgba(66, 60, 60, 0.2); border-top: 1px solid rgba(66, 60, 60, 0.2); box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: row nowrap; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; justify-content: space-between; margin-bottom: 20px; margin-top: 20px; padding: 10px; text-align: justify; width: 1120px;"><div class="ct-div-block" id="div_block-19-35" style="align-items: flex-start; box-sizing: inherit; display: flex; flex-flow: column nowrap; text-align: left;"></div></div>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-81110209849353242152022-09-15T04:08:00.001-07:002022-09-15T04:08:10.830-07:00¡QUÉ MIEDO!<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsDwwWHira_OhqRZsZKU_1JEIZwNALpdIWbws_419a4ydV2Ea6M8xer48lMjRX6djrRvQPQVhRxFHmsKaBgA3ZHPOr4U-L-2Szg_mzXjBkZMhjZVUYwLyu8h36QjgnfxCW7Q5DZBn_nOuzdtbZAp2HIGHgKLBzn9wg_zRxEMZiTUq6MMnsc4PwQz00/s280/miedo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="280" data-original-width="280" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsDwwWHira_OhqRZsZKU_1JEIZwNALpdIWbws_419a4ydV2Ea6M8xer48lMjRX6djrRvQPQVhRxFHmsKaBgA3ZHPOr4U-L-2Szg_mzXjBkZMhjZVUYwLyu8h36QjgnfxCW7Q5DZBn_nOuzdtbZAp2HIGHgKLBzn9wg_zRxEMZiTUq6MMnsc4PwQz00/w400-h400/miedo.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">EL HOMBRE DEL RINCÓN.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">“María,
hermana… ¿Estas ahí, María?... Bueno, espero que cuando vuelvas a casa escuches
este mensaje que te dejo en el contestador. Me está pasando algo muy extraño,
¿sabes?… ¿Te acuerdas que te dije que me iba una semana a descansar a la casita
de la playa? Pues el sábado, cuando llegué, me encontré a todo el pueblo
invadido por una plaga de mariposas negras… No sabría decirte a qué especie
pertenecen esos insectos. Son como polillas negras y tienen una picadura muy
molesta… En el pueblo se decía que aparecieron después de que un meteorito muy
brillante cayera en el mar en la noche del jueves. Pero creo que la gente tiene
mucha fantasía y que los dichosos bichitos no eran más que una de esas plagas
que provoca el cambio climático… En fin, que cerré todo y me fui con el coche a
ver si encontraba un lugar más cómodo. En ningún otro pueblo de la costa había
mariposas negras; pero me fastidiaba que unos insectos estúpidos me
condicionasen las vacaciones. Así que esta mañana he decidido dejar el hotel
donde me hospedaba y volver al pueblo. Ya no hay en él mariposas negras, pero
sus calles están desiertas, demasiado tranquilas…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y cuando he entrado en la casita… ¡He visto
al hombre del rincón! Entre la chimenea y la ventana hay un hombre de espaldas,
como empotrado en el rincón, con la cabeza baja y los hombros encogidos. Le he
gritado, he intentado tirar de él con todas mis fuerzas, pero parece estar
pegado a las pareces. Respira, pero no se mueve ni reacciona a mis gritos y
golpes. He salido despavorido a coger mi pistola de la guantera del coche, sin
la que no me habría atrevido a entrar de nuevo en casa para llamar a la
policía. Me han dicho que “llegarán enseguida”........... ¡María! El hombre se
ha movido, ha levantado la cabeza… Al separarse del rincón han surgido muchas
mariposas negras que ahora vuelan por toda la estancia. Se está girando y
vuelve su rostro hacia mí… ¡Dios mío!¡El hombre del rincón es papá! Ya sé que
murió hace años, pero está aquí y se me acerca con lágrimas en los ojos y un
insoportable gesto de reproche en su pálido rostro... La casa está llena de
mariposas negras... Me<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuesta mucho
pensar…...... María....”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">(piiiiiiiiiiiiii..........).</i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-55942272743932993002022-09-12T10:04:00.000-07:002022-09-12T10:04:41.392-07:00LOS VIAJES DEL PADRE PINZÓN.<p> <span style="color: var(--primary-text); font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; white-space: pre-wrap;">ACONTECIMIENTO 500 AÑOS</span></p><div style="font-family: inherit;"><div class="" dir="auto" style="font-family: inherit;"><div class="d2hqwtrz r227ecj6 ez8dtbzv gt60zsk1" data-ad-comet-preview="message" data-ad-preview="message" id="jsc_c_62" style="font-family: inherit; padding: 4px 16px 16px;"><div class="alzwoclg cqf1kptm siwo0mpr gu5uzgus" style="display: flex; flex-direction: column; font-family: inherit; margin-bottom: -5px; margin-top: -5px;"><div class="jroqu855 nthtkgg5" style="font-family: inherit; margin-bottom: 5px; margin-top: 5px;"><span class="gvxzyvdx aeinzg81 t7p7dqev gh25dzvf exr7barw b6ax4al1 gem102v4 ncib64c9 mrvwc6qr sx8pxkcf f597kf1v cpcgwwas m2nijcs8 hxfwr5lz k1z55t6l oog5qr5w tes86rjd pbevjfx6 ztn2w49o" dir="auto" style="color: var(--primary-text); display: block; font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; line-height: 1.3333; max-width: 100%; min-width: 0px; overflow-wrap: break-word; word-break: break-word;"><div class="m8h3af8h l7ghb35v kjdc1dyq kmwttqpk gh25dzvf n3t5jt4f" style="font-family: inherit; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">El pasado 6 de septiembre de 2022 se han cumplido 500 años desde que se completó la primera vuelta al mundo realizada por la expedición Magallanes-Elcano. </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">El 10 de agosto de 1519 las cinco naos de la expedición iniciaron el viaje desde el río Guadalquivir (Sevilla), aunque permanecieron hasta el 20 del mismo mes en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), desde donde partieron 244 hombres. </div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">El 6 de septiembre de 1522, una única nao con 18 hombres, capitaneada por <span style="font-family: inherit;"><a style="color: #385898; cursor: pointer; font-family: inherit;" tabindex="-1"></a></span>Juan Sebastián Elcano, completó la vuelta al mundo, llegando al puerto de Sanlúcar de Barrameda. Dos días después llega a Sevilla, desde donde salió.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">ACONTECIMIENTO LITERARIO POR LOS 500 AÑOS</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><a class="qi72231t nu7423ey n3hqoq4p r86q59rh b3qcqh3k fq87ekyn bdao358l fsf7x5fv rse6dlih s5oniofx m8h3af8h l7ghb35v kjdc1dyq kmwttqpk srn514ro oxkhqvkx rl78xhln nch0832m cr00lzj9 rn8ck1ys s3jn8y49 icdlwmnq cxfqmxzd d1w2l3lo tes86rjd" href="https://www.facebook.com/miguelangel.perezoca?__cft__[0]=AZW0JGam7YP7Si624F96CQeD87zvxRanZ-lAZXTtSPO019_TI4UHoxdPG-DqBFyCuOScY-VAk48mBjtRtinxsZOX6Wim0rZ2onSDtFRA77_uJYTwG1tijuVKdKk_4NfVOzZLui-3vTaxNhHrsl8MMx-ci2gdBomIHFppXmCFICtzww&__tn__=-]K-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; font-family: inherit; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0"><span class="rse6dlih" style="display: inline; font-family: inherit;">Miguel Ángel Pérez Oca</span></a></span> saca a la venta su libro LOS VIAJES DEL PADRE PINZÓN, en la que el autor se pregunta (y contesta):¿Realmente fueron Juan Sebastián Elcano y sus 17 compañeros de la nao Victoria los primeros seres humanos que dieron la vuelta al mundo? ¿O fue Enrique de Sumatra, esclavo e intérprete de Magallanes, el primero en culminar tal hazaña? Esta es una de las más importantes e interesantes incógnitas que se despejan en la presente epopeya histórica publicada en AMAZON a precio de lector sabio, aquí os dejo el enlace:</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><a class="qi72231t nu7423ey n3hqoq4p r86q59rh b3qcqh3k fq87ekyn bdao358l fsf7x5fv rse6dlih s5oniofx m8h3af8h l7ghb35v kjdc1dyq kmwttqpk srn514ro oxkhqvkx rl78xhln nch0832m cr00lzj9 rn8ck1ys s3jn8y49 icdlwmnq cxfqmxzd ezidihy3" href="https://l.facebook.com/l.php?u=https%3A%2F%2Facortar.link%2FMFFXMd%3Ffbclid%3DIwAR2JYtq6ibyah78_yyOBteGJDO_os0oKPiipRAu-zN_z-4EQmRNDxdN3gTs&h=AT2zxGFTmi3CJSmBwPjaT-UvuXHoaxjFSyYDw7wFhcfSxLXCe870sKd_x7BWPzrJpd9Tuu5jHvtwTGmzmZNZKduSU-zIMWhJDNAHX11T2O_IY0doBJh4Y2vGaYCngb28&__tn__=-UK-R&c[0]=AT0eK6cT8ISUm5j8VwNBVg21MmMUdku0FxqKeUPcChf1Q7mzb-RDz5xywhcTuPKskHjHGGXos7YjZNolyCsjrcSFwyKXk8tUfZd_KpU_h_REIkpgf36Jz4lG8XZGoJ2e0iCtlMDWo-Kg95uiFSBxGCnMs-aZUJvHUG_OTXaDYOIVfVJCE1xsLQ" rel="nofollow noopener" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; font-family: inherit; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0" target="_blank">https://acortar.link/MFFXMd</a></span></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> <b><i> Manolo Condevolney</i></b><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><b><i><br /></i></b></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><b><i><br /></i></b></div></div></span></div></div></div></div><div class="om3e55n1" id="jsc_c_63" style="font-family: inherit; position: relative;"><div class="om3e55n1" style="font-family: inherit; position: relative;"><div style="font-family: inherit;"><a class="qi72231t o9w3sbdw nu7423ey tav9wjvu flwp5yud tghlliq5 gkg15gwv s9ok87oh s9ljgwtm lxqftegz bf1zulr9 frfouenu bonavkto djs4p424 r7bn319e bdao358l fsf7x5fv tgm57n0e jez8cy9q s5oniofx m8h3af8h l7ghb35v kjdc1dyq kmwttqpk dnr7xe2t aeinzg81 srn514ro oxkhqvkx rl78xhln nch0832m om3e55n1 cr00lzj9 rn8ck1ys s3jn8y49 g4tp4svg o9erhkwx dzqi5evh hupbnkgi hvb2xoa8 jl2a5g8c f14ij5to l3ldwz01 icdlwmnq b6ax4al1 stxxomeh" href="https://www.facebook.com/photo/?fbid=10225811340823166&set=a.1030223408791&__cft__[0]=AZW0JGam7YP7Si624F96CQeD87zvxRanZ-lAZXTtSPO019_TI4UHoxdPG-DqBFyCuOScY-VAk48mBjtRtinxsZOX6Wim0rZ2onSDtFRA77_uJYTwG1tijuVKdKk_4NfVOzZLui-3vTaxNhHrsl8MMx-ci2gdBomIHFppXmCFICtzww&__tn__=EH-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; align-items: stretch; border-bottom-color: var(--always-dark-overlay); border-left-color: var(--always-dark-overlay); border-radius: inherit; border-right-color: var(--always-dark-overlay); border-style: solid; border-top-color: var(--always-dark-overlay); border-width: 0px; box-sizing: border-box; color: #385898; cursor: pointer; display: block; flex-basis: auto; flex-direction: row; flex-shrink: 0; font-family: inherit; list-style: none; margin: 0px; min-height: 0px; min-width: 0px; outline: none; padding: 0px; position: relative; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation; user-select: none; z-index: 0;" tabindex="0"><div class="i85zmo3j k0kqjr44 alzwoclg cqf1kptm lq84ybu9 hf30pyar om3e55n1 mfclru0v" style="align-items: center; background-color: #fef200; display: flex; flex-direction: column; font-family: inherit; overflow: hidden; position: relative; width: 500px;"><div style="font-family: inherit; max-width: 100%; min-width: 500px; width: calc((100vh + -325px) * 0.666667);"><div class="nuz1ool1 lq84ybu9 hf30pyar om3e55n1" style="font-family: inherit; height: 0px; overflow: hidden; padding-top: 750px; position: relative;"><div class="s8sjc6am ekq1a7f9" style="font-family: inherit; height: 771.638px; position: absolute; top: 0px; width: 500px;"><img alt="Puede ser una imagen de texto" class="z6erz7xo on4d8346 pytsy3co s8sjc6am myo4itp8 ekq1a7f9 mfclru0v p9wrh9lq" height="1301" referrerpolicy="origin-when-cross-origin" src="https://scontent-mad1-1.xx.fbcdn.net/v/t39.30808-6/306517520_10225811340783165_5339619166897364559_n.jpg?stp=dst-jpg_p843x403&_nc_cat=109&ccb=1-7&_nc_sid=730e14&_nc_ohc=U2oGojY_bZIAX9mLKC_&_nc_ht=scontent-mad1-1.xx&oh=00_AT_tkuseZTdCy8Wn-_TGquguwYPCUyyp10ZAD2VyEgDP8w&oe=63240A19" style="border: 0px; height: 771.638px; inset: 0px; object-fit: cover; position: absolute; width: 500px;" width="843" /></div></div></div></div><div class="a05blw6y r8vnayig z6erz7xo on4d8346 l10tt5db s8sjc6am myo4itp8 ekq1a7f9" style="border-bottom: 1px solid var(--media-inner-border); border-top: 1px solid var(--media-inner-border); font-family: inherit; inset: 0px; pointer-events: none; position: absolute;"></div><div class="o9erhkwx dzqi5evh hupbnkgi hvb2xoa8 z6erz7xo on4d8346 jkp44r48 l10tt5db s8sjc6am myo4itp8 ekq1a7f9 pym4i58u ldembo95 mwa1sm0y" data-visualcompletion="ignore" style="border-radius: inherit; font-family: inherit; inset: 0px; opacity: 0; pointer-events: none; position: absolute; transition-duration: var(--fds-duration-extra-extra-short-out); transition-property: opacity; transition-timing-function: var(--fds-animation-fade-out);"></div></a></div></div><div aria-hidden="false" class="hf30pyar lq84ybu9" style="font-family: inherit; overflow: hidden;"></div></div></div><div style="font-family: inherit;"><div class="hf30pyar lq84ybu9 ta68dy8c kpwa50dg lk0hwhjd cmg2g80i" data-visualcompletion="ignore-dynamic" style="border-radius: 0px 0px 8px 8px; font-family: inherit; overflow: hidden;"><div style="font-family: inherit;"><div style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px;"><div style="font-family: inherit;"><div class="om3e55n1" style="font-family: inherit; position: relative;"><div class="i85zmo3j rtxb060y alzwoclg k1z55t6l siu44isn oog5qr5w m8h3af8h rj0o91l8 kjdc1dyq p9ctufpz pvreidsc oxkhqvkx n68fow1o nch0832m mfycix9x" style="align-items: center; border-bottom: 1px solid var(--divider); color: var(--secondary-text); display: flex; font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; justify-content: flex-end; line-height: 1.3333; margin: 0px 16px; padding: 10px 0px;"><div class="i85zmo3j alzwoclg cgu29s5g lq84ybu9 hf30pyar" style="align-items: center; display: flex; flex-grow: 1; font-family: inherit; overflow: hidden;"><span aria-label="Consulta quién ha reaccionado a esto" class="g4tp4svg" role="toolbar" style="font-family: inherit; z-index: 0;"><span class="i85zmo3j alzwoclg lcfup58g" id="jsc_c_65" style="align-items: center; display: flex; font-family: inherit; padding-left: 4px;"><span class="rwcj441r l81i4mgl b0f3p4px bshgfmwz bfr0abcb bl7c5lgs mqfnz3g2 fo6lbr4k s9ok87oh s9ljgwtm lxqftegz bf1zulr9 gvytbark hh61tlkm ntrxh2kl jjmr0tki rkk71h3c rng1terr om3e55n1 otncrh77 j7qd3pol" style="border-bottom-color: var(--card-background); 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margin: -6px -4px; min-width: 0px; padding-left: 12px; padding-right: 12px; padding-top: 0px; position: relative; white-space: nowrap; z-index: 0;"><div class="bdao358l om3e55n1 g4tp4svg alzwoclg cqf1kptm jez8cy9q gvxzyvdx aeinzg81 fzd7ma4j lcfup58g bmgto6uh f9xcifuu" style="box-sizing: border-box; display: flex; flex-direction: column; flex-shrink: 0; font-family: inherit; max-width: 100%; min-width: 0px; padding: 6px 4px; position: relative; z-index: 0;"><span class="gvxzyvdx aeinzg81 t7p7dqev gh25dzvf exr7barw b6ax4al1 gem102v4 ncib64c9 mrvwc6qr sx8pxkcf f597kf1v cpcgwwas m2nijcs8 hxfwr5lz k1z55t6l oog5qr5w innypi6y rtxb060y" dir="auto" style="color: var(--secondary-text); display: block; font-family: inherit; font-size: 0.9375rem; font-weight: 600; line-height: 1.3333; max-width: 100%; min-width: 0px; overflow-wrap: break-word; word-break: break-word;"><br /></span></div></div></div></div><div class="bdao358l om3e55n1 g4tp4svg alzwoclg cqf1kptm gvxzyvdx aeinzg81 jg3vgc78 cgu29s5g i15ihif8 pdnn8mpk f1iqohp5 bmgto6uh f9xcifuu" style="box-sizing: border-box; display: flex; flex-direction: column; flex: 1 1 0px; font-family: inherit; max-width: 100%; min-width: 0px; padding: 6px 2px; position: relative; z-index: 0;"><div aria-label="Envíalo a amigos o publícalo en tu biografía." class="qi72231t o9w3sbdw nu7423ey tav9wjvu flwp5yud tghlliq5 gkg15gwv s9ok87oh s9ljgwtm lxqftegz bf1zulr9 frfouenu bonavkto djs4p424 r7bn319e bdao358l fsf7x5fv tgm57n0e jez8cy9q s5oniofx m8h3af8h l7ghb35v kjdc1dyq kmwttqpk dnr7xe2t aeinzg81 srn514ro oxkhqvkx rl78xhln nch0832m om3e55n1 cr00lzj9 rn8ck1ys s3jn8y49 g4tp4svg o9erhkwx dzqi5evh hupbnkgi hvb2xoa8 fxk3tzhb jl2a5g8c f14ij5to l3ldwz01 icdlwmnq" role="button" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; align-items: stretch; background-color: transparent; border-bottom-color: var(--always-dark-overlay); border-left-color: var(--always-dark-overlay); border-radius: inherit; border-right-color: var(--always-dark-overlay); border-style: solid; border-top-color: var(--always-dark-overlay); border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline-flex; flex-basis: auto; flex-direction: row; flex-shrink: 0; font-family: inherit; list-style: none; margin: 0px; min-height: 0px; min-width: 0px; outline: none; padding: 0px; position: relative; text-align: inherit; touch-action: manipulation; user-select: none; z-index: 0;" tabindex="0"><div class="o9erhkwx dzqi5evh hupbnkgi hvb2xoa8 z6erz7xo on4d8346 jkp44r48 l10tt5db s8sjc6am myo4itp8 ekq1a7f9 pym4i58u ldembo95 mwa1sm0y" data-visualcompletion="ignore" style="border-radius: inherit; font-family: inherit; inset: 0px; opacity: 0; pointer-events: none; position: absolute; transition-duration: var(--fds-duration-extra-extra-short-out); transition-property: opacity; transition-timing-function: var(--fds-animation-fade-out);"></div></div></div></div></div></div></div><div class="k0kqjr44 laatuukc" style="color: #1c1e21; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px; margin-bottom: 4px;"></div></div></div></div>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-8488870222925252962022-09-09T03:17:00.001-07:002022-09-09T03:17:25.341-07:00EL VIEJO BARRIO.<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8MWk7jzF9CKCLdp7WvBCU9wEbdHVg3Vo5wJEZEn988WDzLZlw9-wJBnhttSQA0QFp3Qb1yMC_EXFEl2EpW65iUn1aWgAdYN1fRgi5mpgBsNijBZruiv9fHvO5dGSzF-M62NgaflJSfkGebuXLD8ZCYIwAuIvJSBP7slIl7aBiNB4MT1DNNvBs7uWN/s3648/viaje%20a%20bilbao%20034d.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2736" data-original-width="3648" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8MWk7jzF9CKCLdp7WvBCU9wEbdHVg3Vo5wJEZEn988WDzLZlw9-wJBnhttSQA0QFp3Qb1yMC_EXFEl2EpW65iUn1aWgAdYN1fRgi5mpgBsNijBZruiv9fHvO5dGSzF-M62NgaflJSfkGebuXLD8ZCYIwAuIvJSBP7slIl7aBiNB4MT1DNNvBs7uWN/w400-h300/viaje%20a%20bilbao%20034d.JPG" width="400" /></a></div><br /><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">UN BARRIO EN EL CIELO.<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En
el barrio todos nos conocíamos. Yo era allí un niño feliz. Jugaba en la plaza
con otros muchachos, a la sombra de unos árboles frondosos bajo los que se
amparaban los bancos de hierro y madera donde los viejos se contaban batallitas
de una guerra lejana. A su alrededor, los comercios, modestos y fiables,
acompañaban a la pequeña iglesita blanca coronada por una espadaña con su
campanita de agudos sones. Don Fadrique era el párroco, amigo de todos, fueran
o no sus feligreses. Enfrente estaba la sucursal de la Caja de Ahorros, con sus
estirados empleados que venían a trabajar desde el centro, y se marchaban en el
autobús azul, sin mirar ni saludar a nadie. Eran los únicos extraños que
acudían al barrio a trabajar. Los vecinos, por el contrario, solían marchar
fuera de él a sus quehaceres cotidianos; los hombres a la cercana fábrica
de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>repuestos industriales y las mujeres,
en el autobús, a servir a algunos señoritos de la ciudad, como chachas o cocineras,
o a las fábricas de tejidos. La escuela de niños y la contigua de niñas eran
regentadas por don Rosendo y doña Finita, que estaban casados y ocupaban la
modesta vivienda del piso superior del inmueble, detrás de la iglesia. La
frutería de la señora Pepita, gorda, chistosa y amable, era parada obligatoria
de la pandilla a la que la dueña obsequiaba con alguna manzana, melocotón o
cualquier otra fruta y unos caramelos. En el taller de Tancredo “el Manitas”,
donde se reparaban muebles, aparatos eléctricos y utensilios de cualquier clase,
nos abastecíamos de listones y clavos con los que nos fabricábamos espadas y
fusiles para nuestras imaginarias batallas en lo que llamábamos “El Campo”,
unos solares abandonados, poblados de malas yerbas, que separaban el barrio de
la ciudad, lejana y misteriosa.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Un
día vinieron unos obreros con picos, palas y una espectacular maquinaria pesada
con la que empezaron a excavar un enorme agujero en el centro de la plaza, que
fue nuestra distracción por unos meses. Don Rosendo nos informó, orgulloso, que
el barrio iba a tener parada de metro. Y a partir de entonces, los empleados de
la Caja y las mujeres que trabajaban en la ciudad ya no utilizaron más el
autobús azul, sino que bajaban las misteriosas escaleras, por las que los
domingos descendíamos también nosotros, con nuestros padres y hermanos, en
busca de emociones capitalinas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Poco
a poco, la ciudad fue acercándose al barrio y las torres de cemento y cristal
nos arrebataron el campo de nuestros belicosos juegos. Más tarde, se inauguró
muy cerca un centro comercial y la señora Pepita cerró su frutería. La gente
compró coches y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>televisores, y se
acostumbró a tirar las cosas viejas, y Tancredo se marchó a trabajar a otra
ciudad. Don Fadrique se murió y don Rosendo y doña Finita se jubilaron, y la
iglesia, la escuela y otras casas del barrio, fueron derribadas para construir
unos enormes bloques de viviendas en cuyos bajos se instaló un nuevo y moderno
templo, que solo abría los domingos, cuando venía a decir misa un cura joven
que tocaba la guitarra. Yo ya me había hecho mayor, me había casado con la
mujer de mis sueños y tenía dos hijos varones. Y el barrio fue cambiando
conmigo hasta hacernos irreconocibles, el barrio y yo. Pasó mi vida, como un
tren a toda velocidad por un andén desierto. Mi amadísima mujer falleció y mis
hijos se fueron a Barcelona, y yo me quedé solo y jubilado, con los restos de
mi barrio donde ya no conocía a casi nadie.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Hoy
la plaza ya no tiene árboles, sino marquesinas metálicas, y en su centro han
puesto un adefesio abstracto de hierro oxidado que nadie sabe qué representa.
Mi vieja casa de planta baja sobrevive sola entre torres de cemento llenas de
gente extraña. No quise venderla a la constructora, aunque me ofrecían una
fortuna, y ha quedado como último testimonio de un barrio del que solo queda el
nombre en su parada de metro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Los
domingos acudo a la nueva iglesia y le rezo a un Dios que no sé si existe, y le
pido que, si hay un cielo para la buena gente, me devuelva allí mi viejo barrio
para que pueda vivir en él, con los míos, por toda la Eternidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel Ángel Pérez Oca.</i></b><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-79727562886868537182022-08-17T01:21:00.003-07:002022-08-17T01:21:24.322-07:00UN PENSAMIENTO QUIZÁ... ¿INGÉNUO?<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOuZqX72xO43cqyExGxDAdgyYRsNnvp25hY3cjW-_zxHngHLKy6Pmc_TpDFA87WR-stCgdy8tIgWAzemmRGIG7twYZNYMkpD8feGMOLmkX5m0JfaSsG04A0dw97nMlP69x5g1YCtfOvrrp9JjNniVRM4vCan5tAA0hNYBAaWAylx3R6_FiEx3_uum0/s3089/escanear0006.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3089" data-original-width="2240" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOuZqX72xO43cqyExGxDAdgyYRsNnvp25hY3cjW-_zxHngHLKy6Pmc_TpDFA87WR-stCgdy8tIgWAzemmRGIG7twYZNYMkpD8feGMOLmkX5m0JfaSsG04A0dw97nMlP69x5g1YCtfOvrrp9JjNniVRM4vCan5tAA0hNYBAaWAylx3R6_FiEx3_uum0/w464-h640/escanear0006.jpg" width="464" /></a></div><br /> <p></p><p>Si cada soldado tirara sus armas.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si cada ciudadano se negara a ser movilizado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si cada pueblo depusiera a sus gobernantes cuando declaran
la guerra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si a cada niño se le enseñara que la violencia es repugnante.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si a cada mujer se le reconociera el derecho a negar sus
hijos a la guerra.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Si fabricar y vender armas se considerara un delito capital.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Entonces, quizá, llegaríamos a ser lo que creemos ser.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Leído
(o soñado) no sé dónde.<o:p></o:p></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-25979699686046494772022-08-11T02:52:00.002-07:002022-08-11T02:52:30.857-07:00GALICIA MÁGICA.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJphYf631Uyk7vlbixKdivpPvqkitUUZrzigtxJ8JB3oftJB3rlRvz1htwK5GJEbLbkUMDsvuj1SHVE0kBhKjipgWT4ldfl_eI0ZxOGmVUiPzzq6uuZhmXV2rXLi8xrIynorZbwRo3VapynguPE6KeqnGzV8ofhktS5d6S5zyycTvmkb3zOslKmfre/s2272/galicia%202011%20173.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1704" data-original-width="2272" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJphYf631Uyk7vlbixKdivpPvqkitUUZrzigtxJ8JB3oftJB3rlRvz1htwK5GJEbLbkUMDsvuj1SHVE0kBhKjipgWT4ldfl_eI0ZxOGmVUiPzzq6uuZhmXV2rXLi8xrIynorZbwRo3VapynguPE6KeqnGzV8ofhktS5d6S5zyycTvmkb3zOslKmfre/w400-h300/galicia%202011%20173.JPG" width="400" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: #2a2a2a;">CORREO PARA UNA MUJER GALLEGA</span></b><span style="color: #2a2a2a;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #2a2a2a;">Ay, Deva, que me he enamorado de
Galicia. Ese paisaje brumoso donde la neblina difumina los perfiles de las
cosas y las vuelve irreales, misteriosas y dulces, sin una línea recta del
horizonte que nos recuerde que vivimos en la superficie de una esfera, sin unos
campos yermos que nos digan que la vida puede rendirse bajo el sol y la sed,
tal como en mi tierra rigurosa e intransigente. Todo verde y todo suave. Y la
gente, dulce, suave y firme a la vez, cariñosa, trabajadora, con un punto de
superstición y con la cautela de quien vive cerca del bosque y de las olas
bravas. Celtas de los poblados de granito y paja en los altos de Santa
Trega, con la desembocadura del Miño a los pies en un raro día de sol.
Pontevedra y sus callejas de granito, sus soportales, y una amable y fuerte
gallega que nos prepara un pulpo con pimentón junto a un bar que nos sirve un
vasito de Alvariño y un pan jugoso como no los hay ya por estos lares.
La Coruña con sus galerías blancas frente al mar y María Pita en su
estatua, matando al inglés. Combarro con sus hórreos junto al mar, lejano en
marea baja y amenazador cuando crece por influjo de la luna. Santiago, con el
santo que hay que abrazar, aunque yo lo saludé en voz baja, y le dije:
"Hola, viejo Prisciliano, siempre habrá quien no te olvide, camarada
revolucionario. Tú eres tú y aquel palestino, discípulo de Cristo, que murió en
Tierra Santa, usurpó tu fama, pero no lo consiguió del todo, ¿verdad?" y
el misterio, tan gallego él, continuó presidiendo el magnífico templo románico
enmascarado tras una inoportuna fachada barroca. Qué bella debió ser la
catedral cuando el Pórtico de la Gloria lucía desnudo en su frontispicio de
arcos de medio punto, antes de Trento y sus truculencias y
recargamientos. No he visto panorama más impresionante que el que se
divisa desde la Torre de Hércules, al son de una gaita tocada con maestría por
un celta que no era precisamente gallego, sino irlandés (cosas de la vida y de
la globalización), ni escultura más inquietante que la del "Cuerpo
Danone" al comienzo del camino que conduce al faro eterno. Y Baiona, con
su réplica de la Pinta y sus mariscadoras de brazos hercúleos, estampa viva de
la fuerza de las mujeres gallegas. La guía nos hablaba de las féminas de estas
tierras, de su energía, de su férrea voluntad y de su dulzura. Recordó los
gigantescos restos de una mujer celta de más de dos metros de altura,
encontrada en unas excavaciones de la catedral de Santiago, de María Pita, de
la Bella Otero, de doña Emilia Pardo Bazán, y de la inigualable Rosalía de
Castro:<br />
"Adiós, ríos, adiós, fontes;<br />
adiós, regatos pequenos;<br />
adiós, vista dos meus ollos;<br />
Non sei cando nos veremos..."<br />
Es la morriña, la nostalgia, tan gallega ella, hecha poesía, y sobre todo la
galleguidad, auténtica y retunda. Ah, Rosalía, cómo del dolor puede surgir
tanta belleza. Si además es cantada por Amancio Prada, uno se puede morir de
dulce tristeza.<br />
Y el paladar también participa con la poesía gastronómica de un plato de percebes,
o de berberechos, o de gambas tiernas y jugosas como la niebla, o de mejillones
al vapor degustados en plena ría de Arousa, a bordo de una barca del Grove. Las
gaviotas, tan listas como el hambre, se acercan y planean sobre nosotros y
capturan las mollas de mejillón de la punta de nuestros dedos. Después, ahítos
de marisco y alvariño, bailamos una muñeira en una de las mejores tardes de mi
vida, acompañados de los gritos exigentes de las gaviotas, entre bateas y
risas. Qué momentos tan magníficos.<br />
Por vivir unos días en Galicia y entrar en su espíritu, vale la pena aguantar
un viaje de 14 horas en autobús y acabar con los pies hinchados como botas.<br />
"Adiós groria, adiós contento.<br />
Deixo a casa onde nacín,<br />
deixo a aldea que conozco<br />
por un mundo que non vin.<br />
Deixo amigos por extraños,<br />
deixo a veiga polo mar,<br />
deixo, en fin, canto ben quero...<br />
¡Quen pudera non deixar!"<br />
Tienes suerte, mucha suerte, de ser gallega, y mujer, y sabia...<br />
Besiños.<br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Migueliño el
antípoda. </i></b></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-83718812241322191502022-08-07T09:15:00.001-07:002022-08-07T09:16:43.503-07:00LOS VIAJES DEL PADRE PIZÓN.<p> Con motivo de cumplirse el próximo septiembre el quinto centenario de la culminación de la vuelta al mundo de la nao Victoria al mando de Juan Sebastián Elcano, he vuelto a publicar, esta vez en AMAZON, mi novela LOS VIAJES DEL PADRE PINZÓN.</p><p>El enlace para hacer pedidos en libro de papel, tapa blanda, o electrónico es:</p><p>https://www.amazon.com/dp/B0B8RP7QYM?ref_=pe_3052080_397514860</p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0NJ8JH6MUAYItvwDSHl3-lP_m-rVf6KCC9l8f-FSm5no_DDAqcd6Yr7bHxu9euTQJenmogq_gfgo0pXHH7dXG903JzYZOipAd1mklZylBinH-Oaeko4RnqHcbLRghb5dsO2jwAbXv9nxxgLwOINUFOFfmIx3SK_hiBZcpWgOB3H3-MYhy8MAaC-6z/s497/escanear%20portada%20Amazon.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="497" data-original-width="330" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0NJ8JH6MUAYItvwDSHl3-lP_m-rVf6KCC9l8f-FSm5no_DDAqcd6Yr7bHxu9euTQJenmogq_gfgo0pXHH7dXG903JzYZOipAd1mklZylBinH-Oaeko4RnqHcbLRghb5dsO2jwAbXv9nxxgLwOINUFOFfmIx3SK_hiBZcpWgOB3H3-MYhy8MAaC-6z/w424-h640/escanear%20portada%20Amazon.jpg" width="424" /></a></div><br /><p><br /></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-20349749710643100612022-08-06T10:14:00.000-07:002022-08-06T10:14:24.525-07:00EL PATRIARCA.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVrsRn6qPDue9VVhJgbMm-XbxX6UNCIz0IpBmUlDS820eKt809ZpOeLhKHtzAiSnmIlP-z3XahgIVrZL1mS1ZZ2GvvJwh3U2v4MThx5ZVYj0ESIXmhhGpuOaTiE32uWfMVs5iPN2CXn7vxoRMwjz1k3NmcB291Z1aXOA-Ag5-BDhzM5twas6e32Rrj/s522/filosofo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="522" data-original-width="346" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVrsRn6qPDue9VVhJgbMm-XbxX6UNCIz0IpBmUlDS820eKt809ZpOeLhKHtzAiSnmIlP-z3XahgIVrZL1mS1ZZ2GvvJwh3U2v4MThx5ZVYj0ESIXmhhGpuOaTiE32uWfMVs5iPN2CXn7vxoRMwjz1k3NmcB291Z1aXOA-Ag5-BDhzM5twas6e32Rrj/w424-h640/filosofo.jpg" width="424" /></a></div><br /><p> LA FAMILIA DEL PATRIARCA.</p><p>La mansión dominaba el valle abancalado hasta la cima de sus colinas. Viñedos y árboles frutales sufrían los envites del viento y la lluvia en aquella noche tormentosa, aunque los ocupantes de la estancia no se preocupaban demasiado por ello. Allí estaba reunida toda la familia. A la cabecera de la mesa, con el anguloso rostro iluminado en ocasiones por los relámpagos, el patriarca, don Zósimo de Arrarte y Moa, se atusaba los blanquísimos y enormes bigotes, mientras daba cuenta del café, a las postrimerías de una opípara cena. Frente a él, sus hijos y respectivas esposas aguardaban sus palabras: El mayor, su duplicado exacto, tanto en el nombre como en sus bigotes hirsutos, aunque todavía oscuros. A su lado, su esposa Tirsa, de mirada altiva. El segundo de los hijos, Pancracio, que de llevar mostacho hubiera resultado una segunda copia del padre. Su esposa, Lilí, pizpireta y gentil. El tercer hijo, Paco, pelirrojo y fornido, junto a su mujer, Pepa, grande y fuerte como él y de aspecto más bien simple. Y al fondo de la mesa, el menor, con hábito de fraile teatino y un gesto pío y solemne bajo el cráneo tonsurado.</p><p>-Y así, sintiéndome ya cerca de la muerte, he decidido hacer testamento y legar mis bienes a mis herederos, con el siguiente reparto – decía el viejo -: A mi primogénito, Zósimo, dejaré la responsabilidad de mantener productiva esta finca solariega de los Arrarte y sus campos que abarcan todo el valle. A Pancracio le dejaré las casas de Madrid y Zaragoza, cuyas rentas le darán para vivir holgadamente. Legaré a Francisco el astillero de Cartagena, que ya en la actualidad dirige con diligencia. Y a mi santo hijo Amador, todos los valores, acciones y rentas bancarias que según me tiene dicho cederá a su orden, pues el voto de pobreza le impide disfrutarlas personalmente…</p><p>Todos inclinaron la cabeza y se besaron unos a otros con cariño antes de marchar a sus aposentos. No hubo ninguna objeción a las sabias decisiones del patriarca, pues aquella era una familia ejemplar, cristianísima y obediente.</p><p>Pero, a la madrugada, el fraile despertó a sus hermanos con gritos desgarrados.</p><p>-¡Venid a la habitación de padre, que ha ocurrido una desgracia!</p><p>Y todos, todavía en ropa de dormir, se apresuraron a entrar en el dormitorio del anciano, al que encontraron tendido sobre el lecho, vestido con su uniforme de Caballero de la Orden de Malta y con las manos cruzadas sobre el vientre.</p><p>-Esta noche, el mayordomo lo ha encontrado muerto – decía el religioso, disimulando una mirada maligna – Ya nadie podrá objetar su voluntad; aunque quizá alguno hubiera deseado impugnar las particiones, tras hablarlo con su esposa...</p><p>El mayor carraspeó fuertemente, antes de atreverse a hablar en presencia, si bien póstuma, del padre.</p><p>-Pues, veréis… Según las leyes y normas seculares de nuestra estirpe, me correspondía a mí el mayorazgo y todos los bienes de la familia. Yo me hubiera ocupado de vosotros, naturalmente, pero la propiedad debería ser mía e indivisible.</p><p>-¡Y una mierda! – gritó Paco, fuera de sí –¿Para eso me he roto yo los cuernos en ese astillero? Y, además, ¿por qué las cuentas bancarias para el cura, si es bastardo?</p><p>-Anda, como tú, “hermanito” - dijo Lilí, abandonando su habitual simpatía -, que te pareces más al capataz Rigoberto, que en gloria esté, que a tu presunto padre.</p><p>-Los dos hijos fraudulentos de papá y mamá no deberían heredar nada – remató Pancracio – Nosotros no tenemos la culpa de que nuestros padres fueran unos viciosos.</p><p>Y entonces el Patriarca se alzó de la cama, dándoles a todos un susto de muerte. De pie sobre las sábanas de raso granate, los fue señalando con índice acusador.</p><p>-¡Malditos seáis, egoístas despreciables! Ya me lo temía yo: He criado una manada de hienas. Así que... ¡Os desheredo a todos! ¡Fuera de mi vista! ¡Pendejos!</p><p>Y antes de morir despilfarró su fortuna en juergas de vino y putas.</p><p>Miguel Ángel Pérez Oca.</p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-12706317296335399762022-08-02T03:57:00.002-07:002022-08-02T03:57:18.670-07:00LA TORMENTA PERFECTA.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-WV2GYeV2z3XtvH8YkD7zO4GKOEOEMw-f0-59LA8DdaQrLB8kdh5BI2LhjyaJhxu6vpyYt7oVdcsrksdgPoTyTV2uuXTRuk17oxykMZjP1shx0hf1Di_k39vzpD0jhKhYHJAGlnyivWlMDODobiLvxdNRLrN5T3K13UDOLX74kPFn5lUSXWm7Kryi/s500/cielo%20toni.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="375" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-WV2GYeV2z3XtvH8YkD7zO4GKOEOEMw-f0-59LA8DdaQrLB8kdh5BI2LhjyaJhxu6vpyYt7oVdcsrksdgPoTyTV2uuXTRuk17oxykMZjP1shx0hf1Di_k39vzpD0jhKhYHJAGlnyivWlMDODobiLvxdNRLrN5T3K13UDOLX74kPFn5lUSXWm7Kryi/w480-h640/cielo%20toni.JPG" width="480" /></a></div> Fotografía de Antonio Soler.<p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Si
me preguntáis cuál es el mejor recuerdo de mi vida, os describiré una estancia
con paredes de madera, suelo de cerámica y una chimenea de piedra donde arden
unos troncos; a la derecha, unos amplios ventanales muestran un paisaje tormentoso,
con el mar embravecido que embiste tozudo contra unos vertiginosos acantilados,
bajo un cielo plomizo, casi negro a pesar de que es tarde temprana, que se
ilumina y se platea con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>relámpagos
intermitentes de una tempestad en retirada que se aleja hacia el horizonte; de
lo alto viene un rumor impreciso, como el ronroneo de un gato gigantesco,
mientras una lluvia terca y torrencial azota de vez en cuando los cristales; en
el suelo hay una alfombra blanca y mullida sobre la que descansan dos cuerpos desnudos.
Ella tiene unos treinta y cinco años y el cuerpo más fascinante que podáis
imaginar; su rostro es hermoso y sereno, con unos ojos azules de mirada sabia,
enmarcado por una larga melena con rizos de color oro viejo. La otra persona
soy yo, hace muchos años, apenas un hombre joven, casi un muchacho, que observa
a la mujer con arrobo e incredulidad. Ella habla relajada y convincente de
temas sorprendentes y profundos; yo la escucho y afirmo con la cabeza; y apenas
me permito interrumpirla. Hablamos y disfrutamos de la calma después de haber
estado tres horas haciendo el amor como dos animales salvajes, enajenados por
la tormenta que se cernía sobre nosotros.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Habíamos
comido en un restaurante cercano, en lo alto de los cantiles, y ella me señaló
la casita, casi oculta entre los pinos, bajo unas nubes que presagiaban
tormenta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Mira,
aquel es mi refugio – me dijo -. Desde allí se ve un paisaje maravilloso.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En
eso, un relámpago cegador nos sobresaltó, acompañado de un trueno tan poderoso
que me pareció un desgarro cósmico por el que las aguas celestes comenzaron a
caer en tromba, al otro lado de los cristales. Llamé al camarero para pedirle
la cuenta, pero me dijo que ya había sido abonada por la señora.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-En
los viajes de trabajo, paga siempre el jefe – afirmó ella, mientras se
levantaba y sacaba del bolso las llaves de su todo terreno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La
seguí como un corderito y accedí al coche que, afortunadamente, esperaba
aparcado bajo la marquesina a resguardo del diluvio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Condujo
con maestría por entre los árboles y los fulgores del chubasco hasta detenerse
en la pequeña explanada, delante de su cabaña. Los tres pasos que había entre
el coche y la puerta fueron suficientes para que al entrar ya estuviéramos
empapados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Dale
a ese botón – me dijo mientras se dirigía a la chimenea y encendía la leña. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Al
apretar el resorte, se levantó una gruesa persiana metálica, dejando a la vista
el dramático panorama: Los rayos caían sobre las olas embravecidas, los
acantilados brillaban cual si fueran de cristal de roca, el vendaval golpeaba
el vidrio y lo rociaba de gotas que después describían caminitos de agua casi
horizontales. Cuando me giré hacia ella, estaba desnuda y había extendido su
vestido rojo cereza ante la chimenea.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Vas
todo mojado. Quítate la ropa y ponla a secar – me ordenó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Siempre
he tenido dificultades para recordar con detalle los momentos demasiado
intensos. Solo os diré que los relámpagos, los gemidos de placer, los orgasmos
y los truenos se sucedieron sobre la alfombra en una vorágine enloquecida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cuando
los cuerpos se rindieron y la tormenta inició su decadencia, nos quedamos un
rato mirándonos intensamente al fondo de los ojos, ella con un gesto de sabia
placidez en su hermosísimo semblante, yo, seguramente, con una mueca de
incredulidad o de tímido, contenido y agradecido triunfo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Has
leído algún libro de Alan Watts? – me preguntó, y empezó a hablarme de la
filosofía Zen, mientras llenaba dos vasos de Oporto en el cercano mueble bar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
entonces, ya con todas las ansias colmadas y todos los placeres satisfechos,
nos entregamos a la conversación, y fue lo mejor de la tarde.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel Ángel Pérez Oca.</i></b><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-35621809322466933702022-08-02T03:53:00.000-07:002022-08-02T03:53:15.029-07:00LA CALLE.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZiIE3fVRTQ3Q4KLPTgQaF3d2mbM6TYqnsIVJQF1bsm1nOh8dYuWxGgZ83Af-O59LEw9g1ZVzpTU_DUrXAlRB7yH7BrOX0Aea5IZ5Mt7lUlwuAcCHJ3Iqe-qxDjPmDBJXoKFC6eYjqnA-ca2dV9p_rRWhwRhi2h3tTu-EcA3UtxfViOMh4hONeNAWc/s3072/P9170020.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="2304" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZiIE3fVRTQ3Q4KLPTgQaF3d2mbM6TYqnsIVJQF1bsm1nOh8dYuWxGgZ83Af-O59LEw9g1ZVzpTU_DUrXAlRB7yH7BrOX0Aea5IZ5Mt7lUlwuAcCHJ3Iqe-qxDjPmDBJXoKFC6eYjqnA-ca2dV9p_rRWhwRhi2h3tTu-EcA3UtxfViOMh4hONeNAWc/w480-h640/P9170020.JPG" width="480" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">LA CALLE<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Yo
vivo en la calle. Duermo en el zaguán de un banco, junto a los cajeros
automáticos, enrollado en la misma manta sobre la que, ahora, pongo a la venta
mis DVD falsificados.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A veces, mis
pesadillas me devuelven a la patera, a la tempestad durante la cual cayeron al
agua y se ahogaron algunos de mis compañeros, a las rocas que rasgaron mi piel,
a los cañaverales donde me escondí mientras las linternas de la Guardia Civil
seguían el rastro de mi sangre. Otras veces sueño con mi pasado esplendoroso, con
mis estudios de Filología Hispánica en Cambridge, con el lujo de mi casa en
Senegal, con la cálida presencia de mi esposa y las niñas. Pero estos sueños
también acaban en pesadilla, en el terror de la huída y la clandestinidad
cuando mi padre cayó en desgracia y tuve que esconderme con mis abuelos y otros
miembros de mi clan en las espesuras de la selva de Gambia. Las amenazas de
nuestros enemigos, la miseria y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el
hambre de los míos me empujaron a la patera y a los abusos de la mafia de los
emigrantes. Y ahora puedo mandar un giro a casa de vez en cuando, mientras economizo
todo lo que puedo, comiendo de los contenedores y durmiendo en los cajeros.
Vivo en la calle, “en la puta calle”, como dicen los blancos pobres de aquí.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Vivo
en la calle, como muchos otros de mis hermanos. Y me paso la vida huyendo de
los policías que si me pillan me requisan la mercancía y me amenazan con
deportarme a mi tierra. Mi tierra. Allí duraría bien poco. Allí descansa mi
padre fusilado, al que no tardaría en hacer compañía. Aquí sobrevivo y ayudo a
mi familia, mientras espero mejores tiempos. Aquí soy un negro que vende discos
falsificados y vive en la calle, nada más.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Dicen
que la frase “me voy a la calle” solo tiene sentido para los meridionales, para
la gente que vive a orillas del Mediterráneo, o más al sur todavía. La calle
para los anglosajones y nórdicos es solo un medio para trasladarse a las casas
de los amigos, o a los comercios y espectáculos. Ellos solo salen a la calle
para ir a algún sitio. Los meridionales, en cambio, hacen de la calle su ágora,
su lugar de encuentro y de conversación. A mí antes me gustaba la calle, disfrutaba
de las angostas medinas de mi tierra musulmana, donde la sombra de los muros
alberga a menudo animadas charlas con amigos y parientes; aunque ahora la sufro
con toda su crudeza y la habito como una rata de alcantarilla, como un
animalito en su pringosa jungla de cemento. Estas calles europeas, anchas,
rectas, sucias y frías me agobian con sus geometrías implacables, con los
reflejos de sus paredes de vidrio, con el estruendo de sus automóviles, con la
prisa neurótica de sus peatones ensimismados. Cuando regrese, si algún día
regreso y recupero lo que era mío, me compraré una casa muy grande, con un
patio lleno de flores olorosas que perfumen mis noches, con habitaciones que se
abran alrededor del jardín, desde las que se pueda escuchar los sonidos
misteriosos de la selva, el rugido lejano de las fieras, la risa y los aullidos
de hienas y chacales, el canto de las aves nocturnas, bajo la luz de la Luna
que aquí apenas veo en un cielo sucio y brumoso entre bloques de cemento y
cristal. Cuando regrese y recupere a mi esposa y a mis hijas, habitaremos felices
de nuevo en ese hogar grande, hermoso y aislado de una calle a donde nunca más volveré.
Viviré para siempre en mis salones frescos, abiertos al patio, a la sombra de
mis árboles, junto a mi estanque, y lejos, muy lejos de la calle. Y no saldré
jamás de casa, nunca volveré a pisar la calle. Odio la calle.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Un
compañero, desde la esquina, ha silbado. “Se acerca la pasma”, me está diciendo
en nuestro lenguaje secreto de los proscritos. Recojo la manta y salgo
corriendo calle arriba, no vayan a detenerme o a requisarme la mercancía.
Maldita calle.<o:p></o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel Ángel Pérez Oca.</i></b> <o:p></o:p></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-48588217867244900772022-07-17T01:26:00.000-07:002022-07-17T01:26:01.247-07:00HUMO.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl7XHTwfBgKEYVe_jwH1NcImNqgJGMHhUYkkf8E-Nf90j5dtWO5CI6s4I7Kncab6sBULZi-hVS6E1D12YWdwEMK_aDMgFWumKUrf52GS7JEoGwqaOrVvlcfgkqwyHimROF9-rrvz0v1WKejGBbFEw91aX9Yvx542qdeLzGfaK3-tfjqB6uNCQKWpuV/s1375/Sparviero%20en%20Rabasa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="541" data-original-width="1375" height="158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl7XHTwfBgKEYVe_jwH1NcImNqgJGMHhUYkkf8E-Nf90j5dtWO5CI6s4I7Kncab6sBULZi-hVS6E1D12YWdwEMK_aDMgFWumKUrf52GS7JEoGwqaOrVvlcfgkqwyHimROF9-rrvz0v1WKejGBbFEw91aX9Yvx542qdeLzGfaK3-tfjqB6uNCQKWpuV/w400-h158/Sparviero%20en%20Rabasa.jpg" width="400" /></a></div><br /><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify;"> </span><span style="text-align: justify;">Olía
a humo y no había humo. Olían a humo la plaza, las calles, la casa, los sueños
de Honoria. Olía a humo, al humo fosfórico y acre de las bombas, al humo espeso
de las maderas rotas e incendiadas, al humo repugnante de los restos humanos.
Olía a humo, aunque solo Honoria era testigo de esa percepción. Porque los
otros, en aquella soleada mañana, solo sentían el olor de las flores en los
puestos cercanos y, en todo caso, el omnipresente tufillo de los gases de los
tubos de escape de automóviles y autobuses que transitaban por la vecina calle
de Calderón de la Barca. Pero la pituitaria de Honoria guardaba un indeleble
olor a humo en su memoria orgánica. El olor a humo le había acompañado siempre
desde aquel 25 de mayo de hacía ya 72 años. Y allí, en el lugar del crimen
horrendo, el recuerdo se acentuaba, se magnificaba, se volvía nauseabundo e
insufrible. Allí mismo, en la desembocadura de la calle de Velázquez con la
Plaza de la Verdura había caído la bomba más asesina, la que causó más muertos,
la que decapitó a más personas, la que mató al frutero Baltasar Ortiz, a la
vendedora de huevos, a los parroquianos del bar vecino, a tantas mujeres
jóvenes con sus niños en brazos. Allí fue donde su amiga Asunción rescató un
bebé todavía asido al destrozado pecho de una madre que creyeron muerta. Se
fueron a las faldas del Benacantil con el niñito en brazos, y al bajar, horas
después, se enteraron de que la madre vivía y le estaban suturando la tremenda
herida del pecho, mientras lloraba la supuesta muerte de su hijo. Cuando lo vio
vivo, dio por buena la herida y los dolores y las angustias. En la puerta del
hospital, un médico con la bata blanca manchada de sangre separaba los muertos
de los heridos y, a falta de espacio, los camilleros los depositaban en el suelo,
a uno u otro lado, los unos para ser llevados al cementerio, los otros para
intentar salvarles la vida...</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">De todos los
recuerdos que quedaron grabados a fuego en la mente y en el cuerpo de la
jovencita Honoria, fue ese olor a humo persistente, terco, inevitable que
inundaba Alicante el que quedó para siempre como señal de su espanto, como
cicatriz imborrable en su alma. Con el tiempo se le fueron olvidando las
escenas horribles de miembros y cabezas cercenadas, los gritos de angustia,
dolor y agonía, el sonido maldito de los aviones agresores, las sirenas que
sonaron con retraso, los llantos y las maldiciones. Todo se fue diluyendo bajo
capas de buenos recuerdos, bajo un sedimento de dichas sobrevenidas. Honoria
había tenido una vida dulce y provechosa, un bello y largo matrimonio, unos
hijos buenos y cariñosos, nietecitos graciosos, vecinos amables, buenas comidas
y reuniones, ocasiones afortunadas… y sin embargo, toda su vida estuvo oliendo
a humo, al humo sulfuroso de las bombas, al espeso de la madera quemada, al
repugnante de las vísceras humanas carbonizadas… El humo…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Le habían
dicho que, al fin, el Ayuntamiento había accedido a las peticiones de algunas
asociaciones ciudadanas y había colocado en la Plaza de la Verdura una placa
con la leyenda: “Plaza del 25 de Mayo”. Había bajado a verla. Ya se sentía muy
mayor y la caminata, aunque corta desde su cercana casa de toda la vida, se
resentía en las articulaciones de sus castigadas piernas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Llegó al recinto abierto, tan diferente al de
entonces, sin el tejado de uralita que aquel día saltaba hecho añicos, sin los
viejos puestos de madera pitada de gris, sin las columnas de hierro cubiertas
de remaches. Ahora la plaza, limpia y aireada, albergaba puestos de flores, dos
bares con terraza y una estatua de Gastón Castelló sentado en un banco. Se
acercó a la fachada del edificio principal del Mercado, el mismo de siempre, y
pudo leer: “Plaza del 25 de Mayo”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Y se giró
hacia Gastón con el sentimiento agridulce de que no era suficiente. “300
muertos se merecen algo más”, le dijo al pintor broncíneo e inmóvil, y se
marchó a casa, acompañada de su eterno, íntimo y exclusivo olor a humo.<o:p></o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-67522360020931721062022-07-08T02:00:00.004-07:002022-07-08T02:01:01.372-07:00HEROES DE LA PAZ<p> <b><i>Este texto pertenece a una carta al Director que ha sido publicada en el Diario Información de Alicante el día 6-7-2022.</i></b></p><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b>HÉROES DE LA PAZ<o:p></o:p></b></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b> </b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> Hay
héroes de la guerra y héroes de la paz. Hay héroes de la muerte y héroes de la
vida. A mí los héroes de la guerra -la guerra que sea, pasada, presente o futura- no me
importan en absoluto. A mí los que me conmueven son los héroes de la vida, los
sanitarios, los bomberos, los educadores, los investigadores. Esos son mis
héroes. Y más, mucho más desde que he seguido un tratamiento de radioterapia
que me ha devuelto la salud y la esperanza. Les aseguro a ustedes que nunca voy
a renegar de esa enfermedad innombrable que los médicos y médicas con sus colaboradores,
enfermeros y enfermeras, operadores y demás personal de Oncología Radioterápica
del Hospital de Sant Joan d’Alacant me han curado con la más avanzada de las tecnologías
actuales; esa tecnología que otros héroes oscuros utilizan para matar. En ese
Hospital he conocido gente tan estupenda, abnegada, amable y profesional que
ahora tengo la dicha y la certeza de que he conocido a la mejor parte de la
Humanidad, a los más maravillosos héroes y heroínas de la paz y de la vida. A
los héroes de la violencia se les conceden medallas por matar presuntos
enemigos; mis héroes y heroínas solo reciben el agradecimiento de aquellas
personas a las que salvan la vida. Gracias, gracias, gracias…<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Miguel Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Publicado en el Diario
Información de Alicante el día 6-7-2022<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-27051206186361759902022-07-06T09:27:00.004-07:002022-07-06T09:27:31.971-07:00ARQUEÓPTERIX<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF1uVZuNBMfhDmHcKajJyF0fl0DSZrY-TxVGVBL5WC0Y84Wak2WOd2zH7q04rTcHKgHr3JUmM3lF2fYaEx0o_VlorTV-bA-b2rTX98j_C33LnMjrRJ2YLnXk2wjIBFnrnVeDUDtUMk3tVGi210vlpTqqeYEuCfocPfQ8E695kN5MwGJNzVBPXS-Vzp/s1772/FOTO%20002%20bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1181" data-original-width="1772" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF1uVZuNBMfhDmHcKajJyF0fl0DSZrY-TxVGVBL5WC0Y84Wak2WOd2zH7q04rTcHKgHr3JUmM3lF2fYaEx0o_VlorTV-bA-b2rTX98j_C33LnMjrRJ2YLnXk2wjIBFnrnVeDUDtUMk3tVGi210vlpTqqeYEuCfocPfQ8E695kN5MwGJNzVBPXS-Vzp/w400-h266/FOTO%20002%20bis.jpg" width="400" /></a></div><br /> <span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Ponía huevos en su nido construido en las ramas de los árboles, y tenía plumas, pero no era propiamente un pájaro, sino más bien un animal trepador que vivía en una selva de coníferas, rodeado de gigantescos dinosaurios y pequeños roedores vivíparos. Sus largos brazos acabados en garras se abrían desplegando abanicos de plumas azuladas cuando quería saltar de un árbol a otro y planeaba así en busca de comida o para huir de algún enemigo peligroso; pero eso no era volar. En su mundo no había flores, la Naturaleza aún no las había inventado, y sin embargo los helechos frondosos, las enormes secuoyas y las cascadas que se despeñaban sobre el mar desde lo alto de los acantilados constituían un mundo que a nosotros nos hubiera resultado hermoso y fascinante.</span><p></p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">A ella no le impresionaba nada tanta belleza. Su pequeño cerebro instintivo no hubiera sabido moverse en otro ambiente que en ese en el que su especie se había desenvuelto durante miles de generaciones. Pero aquel día…</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Allí estaba la criatura diabólica, algo más grande que ella, cubierta de una pelambrera fea y rala, con su larga cola desnuda y sus afiladas garras y dientes. Su mirada era malvada y astuta, muy inteligente. Se acercaba trepando rápida y silenciosa por la rama en cuya punta ella descansaba. Cuando advirtió su presencia ya era tarde para defenderse. Hubiera debido lanzarse, planeando, hacia otro árbol vecino a donde no pudiera alcanzarla; pero su árbol era el último sobre el acantilado. Si se lanzaba al vacío descendería a velocidad creciente sobre el mar, donde moriría ahogada o devorada por algún monstruo nadador. Dudó unos instantes. El diabólico ser peludo ya se abalanzaba sobre ella y no le quedó más remedio que saltar hacia atrás.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Si la comparamos con la mayoría de sus congéneres, era una hembra robusta, de poderosa musculatura pectoral que la convertía en la más audaz y poderosa saltadora de su clan. Pero de eso a ser capaz de realizar un verdadero vuelo y regresar a la costa describiendo un amplio círculo en el aire, había un trecho que le parecía insalvable e insólito para el férreo instinto que guiaba todos sus actos. Abrió sus brazos y desplegó sus plumas en un acto de instintiva supervivencia y comenzó a planear sobre las aguas turbulentas. Atrás había quedado la criatura asesina, frustrada en su empeño de convertirla en su almuerzo. El mar se acercaba peligrosamente y ella, haciendo un esfuerzo para el que no estaba acostumbrada, batió sus rudimentarias alas en un intento desesperado. El resultado fue un vuelo horizontal que la sorprendió gratamente.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Parecía que allí, tan cerca de los acantilados, las corrientes de aire ascendente iban a ser sus aliadas. Y de pronto, una brisa poderosa la lanzó hacia arriba, sobre los acantilados, sobre los enormes árboles, incluso sobre las montañas, cerniéndose así sobre un paisaje que nunca había imaginado. De vez en cuando batía las alas y dominaba el vuelo cada vez con mayor seguridad en sus movimientos. A sus pies, el mundo jurásico desarrollaba su drama: Un carnívoro gigante perseguía a los grandes herbívoros, los pequeños roedores se disputaban los frutos duros de las coníferas, un lejano volcán esparcía su cabellera de gases amarillentos contra el cielo azul donde reinaba una Luna mucho más grande y cercana que la actual. Realmente, era la dueña del mundo, un verdadero pájaro volador, y la supervivencia de su especie estaba asegurada. Los polluelos que la esperaban en el nido tenían futuro.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Ciento cincuenta millones de años más tarde, un descendiente de la abominable criatura peluda, que ahora camina erguido y cubierto de trapos, portando sobre los hombros una gran cabeza dotada de aquellos mismos ojos malvados e inteligentes, ha decidido que el ave primera se llamó Arqueopterix, que quiere decir “Ala Antigua”. A ella, mientras volaba sobre la selva jurásica, aquel nombre no le hubiera dicho nada.</p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-39709478484213092312022-07-06T09:19:00.003-07:002022-07-06T09:19:40.942-07:00CRIMEN PASIONAL<p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK5d6gG2sft3LiYvqmsYhIeOVGXhoaCyNmsRqugd-bWHqp2zn75VMclaEUBZtbmbILyXctpRsc379vuHOKiN8sx1CXR85fVRUXY3mWRVUpuw787vuejmoCEofrkG4qso069kFoPqREnr2PJlSEv_5CXAFz4jKZNT98IhjEJjk4Apoz_h82ImTd43k9/s2825/P9300001abc.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2302" data-original-width="2825" height="326" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK5d6gG2sft3LiYvqmsYhIeOVGXhoaCyNmsRqugd-bWHqp2zn75VMclaEUBZtbmbILyXctpRsc379vuHOKiN8sx1CXR85fVRUXY3mWRVUpuw787vuejmoCEofrkG4qso069kFoPqREnr2PJlSEv_5CXAFz4jKZNT98IhjEJjk4Apoz_h82ImTd43k9/w400-h326/P9300001abc.jpg" width="400" /></a></div><br /> <span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">No la puedo soportar. Se pasa el día mirando a mi chico y, lo que es peor, mi chico le corresponde. No puedo sufrir cómo la acaricia y como ella se agita conmovida por sus carantoñas. Siempre están juntos, en el sofá ante la tele, en la terraza, en verano, o en la alfombra frente a la chimenea, en invierno. Y yo me tengo que resignar y callarme, por miedo a que él se ría de mí y me acuse de celosa y de absurda. Cuando él se levanta y se va a la cocina o a su despacho, a ella le falta tiempo para acompañarlo y participar en sus correrías por la nevera o en sus aventuras informáticas.</span><p></p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Qué más quisiera yo que él me dedicara a mí la mitad de deferencias que a ella. Cómo la odio, cómo la desprecio. Además, ella me ignora olímpicamente, como si no existiera, como si yo no fuera la señora de la casa. Nunca me ha tenido en cuenta ni me ha mostrado el más mínimo interés. Para ella, solo él habita en la casa, y a él dedica todo su cariño. No la puedo aguantar. En lo más profundo de mi interior va creciendo, poco a poco, un impulso asesino, un ansia de destruir a quien me arrebata el cariño de mi pareja. Y no sé si seré capaz de contenerme y no hacer una barbaridad…</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Ahora estamos las dos solas en la casa. Él se ha marchado a sus cosas y yo intento leer para pasar el rato. Ella ni siquiera se ha fijado en mí. Si al menos intentase alguna clase de acercamiento, un gesto amable, pero nada, ni se molesta en mirarme con displicencia. Me ha dado la espalda y se asoma a la ventana abierta a la calle. Por lo visto, lo que ocurre fuera es más interesante que yo.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Parece como si el diablo que todos llevamos dentro me tentase con palabras elocuentes:</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">-Esta es tu oportunidad, tonta, él no está y ella se encuentra distraída. Empújala ahora, y que se rompa la crisma contra las baldosas de la acera. Ahora puedes librarte de ella para siempre.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Me levanto con mucha cautela, tratando de no hacer ruido. Ella sigue asomada a la ventana, confiada en su impunidad, quizá anhelando el retorno de él, para que la acaricie y la llene de mimos. Sé que si la toco, se apartará, desdeñosa, rehuyendo mi presencia. Así que el empellón ha de ser repentino, inesperado. Y así lo hago, la empujo sin compasión y con todas mis fuerzas, y la veo caer a la calle desde la mortal altura de un tercer piso. La veo retorcerse en el aire, lanzar un alarido de terror…</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Pero, al llegar al suelo, sus cuatro nervudas patitas han sabido aminorar el impacto como si fueran cuatro resortes de acero, ha rebotado como una pelota y ha salido corriendo callejón arriba, bufando y mirándome desde abajo con un odio infinito. Así que no he conseguido acabar con ella. Ya se sabe que los gatos tienen siete vidas.</p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-56784071991222851322022-07-06T09:14:00.003-07:002022-07-06T09:14:50.281-07:00EL DOLOR DE LOS MUERTOS<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis_xA5CHs0_t9SVRGIjgZJPmD0MuEgqySr6dZsCfWEUPwA6sYWy3kqin562YoS6HsX7Tr-flIMoRpmEQbsyuym1x-8MX7skE-jSpOJi2Nh9BSQ0TxC9N3iPjNF1YL0PBb36S9BqWTK1UQ7EEl59QxKQHoakRp_YOts8f-uj1LHWXufPMvjC6fBBXle/s6000/Adana%2010%20b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="6000" data-original-width="3999" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis_xA5CHs0_t9SVRGIjgZJPmD0MuEgqySr6dZsCfWEUPwA6sYWy3kqin562YoS6HsX7Tr-flIMoRpmEQbsyuym1x-8MX7skE-jSpOJi2Nh9BSQ0TxC9N3iPjNF1YL0PBb36S9BqWTK1UQ7EEl59QxKQHoakRp_YOts8f-uj1LHWXufPMvjC6fBBXle/w426-h640/Adana%2010%20b.jpg" width="426" /></a></div><br /> <span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; font-weight: bolder;"> </span><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; font-weight: bolder;"> </span><em style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; font-weight: bolder;">Alicante ha sido escenario de muchas historias, unas cómicas, otras trágicas. Ahora hace 80 años que murió el gran poeta Miguel Hernández en el Reformatorio de Adultos de Alicante. Y yo te ofrezco este testimonio imaginario de uno de sus compañeros de cautiverio y desgracia:</em><p></p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;"> </p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">“Me duele el pie derecho, me duele mucho, sobre todo en las noches húmedas y frías de esta enfermería destartalada y triste. Me duele, inexplicablemente, un pie que no tengo, que debería estar dos palmos más abajo de un muñón cubierto de vendas roñosas. Se me congeló este invierno en la inhumana cárcel de Palencia y, por falta de atenciones médicas, acabó gangrenándose y hubo que amputarme la pierna por la rodilla. Y sin embargo me sigue doliendo. ¿Cómo puede doler algo que no existe? ¿Cómo puede dolerme un miembro que ahora debe estar descomponiéndose bajo tierra desde hace ya más de un mes? Pues me duele, me duele de manera insoportable… como le dolían los “cojones del alma” al pobre Miguel, el poeta moribundo que yace en la cama de al lado.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">A él no se le congelaron los pies en Palencia, pero la tisis le come los pulmones desde entonces y su respiración se hace cada vez más penosa. Ni siquiera se queja, no por falta de dolor, sino por falta de fuerzas. Y sus ojos claros y saltones permanecen abiertos aunque duerma. Dicen que es a causa de una afección en la glándula tiroides. Qué de enfermedades sórdidas y extrañas no adquiriremos en estas prisiones terribles.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">A Miguel, cuando la guerra, le dolían los cojones del alma, según pude leer en su poema dedicado a los cobardes; y en su “Elegía a Ramón Sijé” también decía de su pena por la muerte del amigo: “Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento”. Y es que la poesía de Miguel siempre salió de sus entrañas, de lo más hondo de su ser físico o, si acaso, de una sorprendente alma visceral y orgánica.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Pobre Miguel, que se muere sin remedio, abandonado por sus carceleros y por esos curas hipócritas que querían forzarlo a que volviera al redil de la Santa Madre Iglesia, como condición indispensable para su adecuado tratamiento en un sanatorio antituberculoso. Pobre Miguel, que ha preferido una muerte horrorosa a la ignominia de renunciar a sus ideas; como hemos hecho otros, menos valientes, a cambio de un trato más humano, más caritativo, de ese odioso cura, nuestro capellán inmisericorde de la sonrisa burlona. El muy canalla se ríe de nosotros hasta cuando nos da la extremaunción.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">El dolor aumenta conforme se aproxima el filo helado de la madrugada y, a mi alrededor, apagados ronquidos y lamentos perturban mi leve dormitar. Los tuberculosos tosen bajito, mientras los febriles tiritan y murmuran sus pesadillas disparatadas; pero aquí no hay nadie que acuda en socorro de un enfermo que se agrava o agoniza. Los enfermeros, presos como todos nosotros, son llevados por la noche a sus celdas, y nos dejan solos y a oscuras en medio de un dolor inmenso que flota fantasmagóricamente sobre nuestra enfermería, sobre nuestra cárcel, sobre nuestra triste y aplastada España.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Hace rato que no oigo respirar a Miguel. A lo mejor se ha muerto y ya no sufre. Si es así, lo envidio. Aunque, ¿quién me dice a mí que aún después de muertos no sentiremos dolor, como yo siento dolor en mi pie muerto?</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">No, no respira. Así que ya se ha ido para siempre. Esta mañana vendrán los carceleros y los sanitarios, con el médico y el capellán que han de certificar su defunción y rezarle un falsario responso, y llevarán su cuerpo a las duchas, envuelto en sábanas sucias de pus y sangre, lo dejarán desnudo sobre las losas, lo lavarán con un sucinto chorro de manguera y esperarán a que su familia traiga alguna ropa decente para amortajarlo.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Le tengo que pedir a su amigo Eusebio, el dibujante, que le haga un retrato póstumo para la Historia, porque algún día este país, tan lleno hoy de odio y de miseria, reconocerá la genialidad del poeta al que le dolían los cojones del alma; como a mí me duele el pie que no tengo, como a todos los que aquí languidecemos nos duele la libertad perdida, doblemente perdida en la guerra y en la cárcel.</p><p style="box-sizing: inherit; color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px;">Cómo me duele este maldito pie invisible. Cómo me duele…”</p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-32592073018863093372022-06-09T01:34:00.001-07:002022-06-09T01:38:00.760-07:00EL CASTILLO Y YO.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtH8b_3IhU59LjiwT1bPWFDzWid_OifNVCboC_Bl5JgCMX79N5_gx81PNcFRCj345oC0ZIqF3Kf_0eFypCUaVrGWZC5kNdlWUGO5i4K1Up6qmV4eZtmzjbMD5MNGRmfSWc5L4OmhpcF_c99L7R4wkAAZJNhOtGmo_oCVgjI-gHlaM31QI6TpZvxvuH/s894/El%20abuelo%20Miguel.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="894" data-original-width="594" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtH8b_3IhU59LjiwT1bPWFDzWid_OifNVCboC_Bl5JgCMX79N5_gx81PNcFRCj345oC0ZIqF3Kf_0eFypCUaVrGWZC5kNdlWUGO5i4K1Up6qmV4eZtmzjbMD5MNGRmfSWc5L4OmhpcF_c99L7R4wkAAZJNhOtGmo_oCVgjI-gHlaM31QI6TpZvxvuH/w426-h640/El%20abuelo%20Miguel.jpg" width="426" /></a></div><br /><b><br /></b><p></p><p><b>EL TÍO BENACANTIL.</b> </p><p><span style="color: #404040; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; text-decoration-line: inherit;">Andaba yo por la Playa del Postiguet. Me había quitado los zapatos y me había arremangado las perneras del pantalón (en Alicante decimos “los camales”) hasta casi las rodillas; y así podía pisar la misma costa arenosa donde morían las tímidas olas. Era gratificante sentir el fresquito en los pies, mientras contemplaba el paisaje urbano y el paisaje marino que me rodeaban. A mi derecha el mar azul con la intransigente línea recta del horizonte, y a mi izquierda el Raval Roig, con sus indiscretas casas de cemento y cristal que casi ocultaban al monte Benacantil. Arriba, reinando sobre la ciudad desde sus 166 metros de altura, la roca pelada del monte, con su impresionante fortaleza de Santa Bárbara (hasta el nombre lo tiene bravío) haciendo de sombrero a la Cara del Moro.</span></p><div class="ct-div-block" id="div_block-16-35" style="align-items: flex-start; box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: column nowrap; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; padding-left: 20px; padding-right: 20px; width: 1120px;"><div class="ct-text-block" id="text_block-6-35" style="box-sizing: inherit; width: 1080px;"><span class="ct-span oxy-stock-content-styles" id="span-7-35" style="box-sizing: inherit; display: inline-block; text-decoration: inherit;"><p style="box-sizing: inherit;">Me paré a pensar y, no sé si en esta realidad o en la imaginaria de mis circunvoluciones cerebrales,</p><p style="box-sizing: inherit;"> inicié una conversación silenciosa con el roqueño gigante que contempla a Medinalakant desde las</p><p style="box-sizing: inherit;"> alturas.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Hola, tío Benacantil – le dije, y vi o imaginé que la vieja cara me miraba de reojo.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Hola, abuelo Micalet – me respondió o imaginé que me respondía.</p><p style="box-sizing: inherit;">-¿Por qué te llaman “la cara del moro”, si seguro que estabas ya ahí mucho antes de que llegasen los</p><p style="box-sizing: inherit;"> musulmanes?</p><p style="box-sizing: inherit;">Y el viejo de piedra se rió, provocando un leve terremoto.</p><p style="box-sizing: inherit;">-¿Antes que los musulmanes? Je, je. Y antes que los visigodos, y que los romanos, y que los iberos</p><p style="box-sizing: inherit;"> e incluso que los Cromagnones y quizá que los Neandertales – se detuvo como para pensar -. Yo</p><p style="box-sizing: inherit;"> llevo aquí desde hace cientos de miles de años, cuando los vientos y las lluvias moldearon mi cara</p><p style="box-sizing: inherit;"> de roca. Bueno, no soy una cara, ¿sabes? Porque cuando surgí de las piedras no habían caras, porque</p><p style="box-sizing: inherit;"> no había seres humanos. Así que si alguien es la imitación de alguien, sois vosotros los que me</p><p style="box-sizing: inherit;"> habéis copiado.</p><p style="box-sizing: inherit;">Y yo tuve que admitir que el viejo “moro” tenía toda la razón.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Entonces la leyenda del joven enamorado Alí y la princesa Cantarana es un invento, una historia</p><p style="box-sizing: inherit;"> falsa…</p><p style="box-sizing: inherit;">-Eso no es una leyenda, es una tontería inventada por algún estúpido romántico de provincias del</p><p style="box-sizing: inherit;"> siglo XIX - y me miró girando su rostro en un escorzo imposible.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Tú, abuelo Micalet, sí que escribes historias creíbles, de esas que rezuman realidad, de esas que se </p><p style="box-sizing: inherit;">pueden creer, de esas que si no sucedieron, pudieron suceder realmente.</p><p style="box-sizing: inherit;">Yo me sentí halagado por las palabras del gigante, hasta que recapacité y comprendí que la</p><p style="box-sizing: inherit;"> conversación tenía lugar dentro de mi propia mente. Y me avergoncé de mi soberbia. </p><p style="box-sizing: inherit;">¡Estaba adulándome a mí mismo!</p><p style="box-sizing: inherit;">-Vaya, abuelo Miguel, ¿por qué no me cuentas alguna de tus historias?</p><p style="box-sizing: inherit;">Y acabé accediendo a sus ruegos.</p><p style="box-sizing: inherit;">-Érase una vez en un pueblo llamado Alacant…</p><p style="box-sizing: inherit;">Y en eso, una indiscreta ola, mayor que sus hermanas, me mojó los pantalones hasta la cintura,</p><p style="box-sizing: inherit;"> mientras la Cara del Moro reía a mandíbula pétrea batiente.</p></span></div></div><div class="ct-div-block" id="div_block-9-35" style="align-items: center; border-bottom: 1px solid rgba(66, 60, 60, 0.2); border-top: 1px solid rgba(66, 60, 60, 0.2); box-sizing: inherit; color: #404040; display: flex; flex-flow: row nowrap; font-family: "Open Sans"; font-size: 16px; justify-content: space-between; margin-bottom: 20px; margin-top: 20px; padding: 10px; text-align: justify; width: 1120px;"><div class="ct-div-block" id="div_block-19-35" style="align-items: flex-start; box-sizing: inherit; display: flex; flex-flow: column nowrap; text-align: left;"></div></div>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-54712101983734572092022-06-09T01:27:00.002-07:002022-06-09T01:27:53.422-07:00Nueva Serie.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbT8C0W_Tw2g3nC7oaBCylen5n9WIJwejtoJTKmO6KFIbO8Po6nsM4QTnC3ah5zsRc85vccGYTAWxRDSNSd30xvtBII9ksxDn1vqedDpigUXv_ukjeNRcKPxJTirN8LQuRu9bC0VVTjSYjh2gPdtR-daQpOUIRPLmUyOwh3JnjBWWk4MIYq_rZWgJ8/s613/Alicante%20es%20un%20libro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="613" data-original-width="464" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbT8C0W_Tw2g3nC7oaBCylen5n9WIJwejtoJTKmO6KFIbO8Po6nsM4QTnC3ah5zsRc85vccGYTAWxRDSNSd30xvtBII9ksxDn1vqedDpigUXv_ukjeNRcKPxJTirN8LQuRu9bC0VVTjSYjh2gPdtR-daQpOUIRPLmUyOwh3JnjBWWk4MIYq_rZWgJ8/w484-h640/Alicante%20es%20un%20libro.jpg" width="484" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">HISTORIAS DEL ABUELO MIGUEL Y EL TÍO BENACANTIL.<o:p></o:p></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></b>Bueno, ya hemos
terminado la serie EUREKA. ¿Y ahora qué? Pues yo tengo en mis carpetas del
ordenador montones de historias que nunca fueron publicadas. Unas se
escribieron para ser leídas en alguna tertulia, otras se quedaron en su carpeta
sin ver la luz, y otras se me van ocurriendo y las voy dejando en mi desván
informático en espera de una ocasión como esta. Son las historias del abuelo
Miguel. Experiencias vividas, ocurrencias, reflexiones y otras cosas que a
veces comparto con mi viejo amigo el de la “Cara del Moro” esculpida por
milenios de erosión en el frontispicio del monte Benacantil. Ahora las ofrezco
a mis lectores de El Libro Durmiente, con la esperanza de que al ser leídas se
vean realizadas en su modesta vida de cuentos e historias de 500 a 700
palabras, poco más o menos. Que aproveche.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-89294645100732792012022-06-01T08:05:00.000-07:002022-06-01T08:05:11.837-07:00HUEVOS Y PATATAS<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9G3AAZXZQbZztuPuwpeZxpM0u6X1LGsjLMizvafr5NYqWvcaPN29Do1DDyOgMlSj3O-hJdcpNGnmVx8Whi_WUOX_ffciNsx9OPS7-6g5SWlF9A_tC1o4pV_Gdf3PuDylxUurIq_AGCfgicJLyW6Dos3TayoxTNb3fS7ljX47rAHukjH8IazcQLndo/s729/20%20Tortilla%20Espa%C3%B1ola.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="729" data-original-width="600" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9G3AAZXZQbZztuPuwpeZxpM0u6X1LGsjLMizvafr5NYqWvcaPN29Do1DDyOgMlSj3O-hJdcpNGnmVx8Whi_WUOX_ffciNsx9OPS7-6g5SWlF9A_tC1o4pV_Gdf3PuDylxUurIq_AGCfgicJLyW6Dos3TayoxTNb3fS7ljX47rAHukjH8IazcQLndo/w526-h640/20%20Tortilla%20Espa%C3%B1ola.jpg" width="526" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">TORTILLA ESPAÑOLA.<o:p></o:p></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cuenta
la leyenda que durante el primer sitio de Bilbao, en la Guerra Carlista, andaba
el general Zumalacárregui preocupado con la intendencia de sus tropas, que ya
no quedaban gallinas, ni siquiera gatos, en los alrededores y los soldados,
católicos hasta las trancas, ya no hallaban consuelo en el rezo del rosario ni
en la eucaristía, y hasta se decía que muchos comulgaban por tener algo que
llevarse a la boca. Y una tropa hambrienta es muy peligrosa, porque un instinto
como la gazuza puede llevar a los hombres a la locura, con su secuela de
motines y deserciones.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Da
su permiso, mi general?- dijo el coronel Uribelorrenechea, jefe de la
intendencia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Pasa,
pasa, Uribe - contestó el general, haciendo un gesto con la mano derecha.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Me
ha llamado, mi general?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Sí,
coronel, mira, la cosa está fea. La gente se queja de que pasa hambre, y eso es
muy peligroso en un ejército como el nuestro. Que nuestra gente es carlista,
pero también es muy suya. Nos han fallado los convoyes que nos traían
bastimentos… Bueno, tú ya lo sabes. Así que a ver qué hacemos: o nuestra gente
se alimenta o tendremos que rendirnos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Pues
en mis almacenes solo nos quedan huevos y patatas. Los huevos porque hemos
podido esconder unos cientos de gallinas en una granja a la que he puesto
vigilancia, que si nos las comemos, se acabaron los huevos. Y las patatas son
ese tubérculo de ultramar que sabe como las castañas, y que hasta ahora se ha utilizado
para alimentar a los gorrinos. Pero ya no quedan gorrinos, que se los han
comido todos, como si fuera San Martín.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Bueno,
pues apáñate y mira qué se puede hacer para alimentar a la tropa con lo que te
queda… y que les parezca bien.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¡A
la orden de vuecencia, mi general! - y el coronel de intendencia se cuadró
antes de despedirse de su jefe.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Se
dirigió a su despacho y mandó llamar a la cocinera, una mujerona extremeña,
esposa de un sargento de Estella.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Oye,
Carmenchu, escucha bien lo que te digo: En el almacén solo tenemos huevos y
patatas, y con esto tenemos que dar de comer a toda la tropa. Así que
ingéniatelas para elaborar un plato que resulte atractivo para los muchachos.
Que no se note nuestra miseria.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
la mujer se fue pensativa a la cocina. No se sabe si fue invento suyo o una
receta heredada de su abuela de las Urdes, pero esa noche, por primera vez en
nuestra Historia, hay constancia de que el ejército carlista del sitio de
Bilbao comió tortilla de patatas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>No
sé si el nuevo y sabroso plato ayudó a mantenerse firmes a los soldados sitiadores
de Bilbao, ni si al final se retiraron y se acabó su guerra porque se acabaron
los huevos y las patatas. Tampoco sé cómo les sentará a los nacionalistas
euscaldunes cuando oigan que al invento de la cocinera de Zumalacárregui se le
llama Tortilla Española.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(500 palabras)<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><o:p></o:p></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-26224595346621586282022-05-25T23:15:00.002-07:002022-05-25T23:15:23.300-07:00LA ENANA BLANCA SIRIO B.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje5liHd8yoMNsdUw1vNruzGG6yKR5qNd34W8PIgzoAA_1BLIvkPYgcq30j3nS3WhvIB8d9ZlaX0CwalvebAjsgZwem0kXhvPYjj7Q9Ac1nttJxdBefS0VsJz0Af4FXuEP4UvoaSLzImHWQZLG5CGgLtlPbQe61MHsIpBLYf0AUJvmMy3TqhOesE4Wv/s522/19%20Sirio%20B%20el%20Cachorro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="522" data-original-width="353" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje5liHd8yoMNsdUw1vNruzGG6yKR5qNd34W8PIgzoAA_1BLIvkPYgcq30j3nS3WhvIB8d9ZlaX0CwalvebAjsgZwem0kXhvPYjj7Q9Ac1nttJxdBefS0VsJz0Af4FXuEP4UvoaSLzImHWQZLG5CGgLtlPbQe61MHsIpBLYf0AUJvmMy3TqhOesE4Wv/w432-h640/19%20Sirio%20B%20el%20Cachorro.jpg" width="432" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">EL CACHORRO.<o:p></o:p></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></b>El joven Alvan
Graham Clark se llamaba como su padre, el famoso constructor de telescopios
refractores Alvan Clark que en 1895 construiría el refractor más grande jamás
construido, el instalado en el observatorio de Yerkes, de 102 centímetros de
diámetro, todavía en uso en la actualidad. La dificultad de construir
telescopios refractores muy grandes estriba en que la lente del objetivo tiene
que ser de un vidrio muy transparente y grueso, que resulta muy pesado y se
deforma al estar sujeto solo por los bordes, produciendo aberraciones muy
difíciles de corregir.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero
no nos adelantemos a la Historia. Todavía para los Clark era 1862 y estaban
probando un telescopio que iba a ser el de mayor diámetro de los Estados
Unidos. El joven Clark observaba las estrellas para comprobar que la enorme
lente no producía aberraciones. Había enfocado a Sirio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Vaya,
papá, creo que esta lente tiene un defecto. Produce una aberración.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Qué
me dices? ¿Qué clase de aberración? – le interrogó, alarmado, Clark padre.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Pues…
es una especie de puntito a la izquierda de Sirio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Has
comprobado si se produce también en otras estrellas? Mira Betelgeuse, o Rigel…
A ver si ese puntito es la secundaria que ha supuesto Bessel por el balanceo de
Sirio y se trata de una estrella muy pequeña.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Pero
ese puntito es demasiado pequeño para ser una estrella.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Tú
mira Betelgeuse.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
el joven enfocó la constelación de Orión y subió hasta el hombro izquierdo del personaje
mitológico, la gigante roja que llamamos Betelgeuse.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Pues,
no, con Betelgeuse no se ve la aberración… ni con Rigel, que tiene su
secundaria, la de siempre, pero no el puntito que veo en Sirio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¡Porque
no es una aberración, tontaina! ¡Acabas de descubrir Sirio B, el “Cachorro”, la
secundaria de Sirio!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Pero,
¿cómo es tan pequeñita?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Era
tan pequeñita porque Alvan Graham Clark había descubierto, por casualidad, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la primera enana blanca de la Historia. Una
enana blanca es el rescoldo de una estrella pequeña, como nuestro Sol, después
de haber agotado su combustión nuclear del hidrógeno, que se fusiona para
convertirse en helio. El núcleo de la estrella se apaga porque su masa, al no
tener suficiente fuerza de gravedad, no permite nuevas combustiones de
elementos más pesados, y lo que queda es un rescoldo muy caliente y minúsculo,
del tamaño de un planeta, que antes ha expulsado sus capas exteriores en lo que
se conoce como nebulosa planetaria. Si la estrella fuera mucho más grande, el
resultado sería una explosión de supernova, cuyo rescoldo sería una estrella de
neutrones, con una densidad millones de veces superior a la materia ordinaria
(una cucharada de esa clase de cuerpo pesaría más que todas las montañas de la
provincia de Alicante), y si aún fuera más grande, produciría un agujero negro,
cuya fuerza de gravedad impondría una velocidad de escape superior a la
velocidad de la luz. Nada puede escapar de un agujero negro.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pero
todo esto no lo sabían los Clark, ni nadie, en el siglo XIX. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(500 palabras)<o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-40074303190175518062022-05-18T00:38:00.002-07:002022-05-18T00:38:49.164-07:00MONTURIOL, PERAL & VERNE, S.L.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhljwQOcX4ExDyGu9hBw_gxSE9ajyy5ZXTaZA4u-ILHAU1WQRXzLHSJPBC2x8Y86jJeZfYRTCuuIdaSM_MXO5twCuJd-D-DCfxkjsPb6kuACbj2wYVtGWqgl62LbRqhdsa9mD5r4brAojLPRrZ8ClI8yAKOQHWU6FSK2vwtnh9LpDecKmpu58uPaVP4/s1200/18%20Profeta%20submarino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="869" data-original-width="1200" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhljwQOcX4ExDyGu9hBw_gxSE9ajyy5ZXTaZA4u-ILHAU1WQRXzLHSJPBC2x8Y86jJeZfYRTCuuIdaSM_MXO5twCuJd-D-DCfxkjsPb6kuACbj2wYVtGWqgl62LbRqhdsa9mD5r4brAojLPRrZ8ClI8yAKOQHWU6FSK2vwtnh9LpDecKmpu58uPaVP4/w400-h290/18%20Profeta%20submarino.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">EL PROFETA SUBMARINO.<o:p></o:p></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></b>Estamos en
Alicante en mayo de 1861, a la orilla de un mar verdeazulado y quieto que más
se diría caribeño que mediterráneo. En el muelle de levante del puerto
alicantino hace calor y el sol castiga las levitas y chisteras de los
presentes. Hay allí reunidos dos ministros, funcionarios y un grupo de marinos
militares, todos sofocados por el bochorno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Esta
es la segunda vez que vengo aquí a ver las pruebas de un dichoso barco
submarino, promovido por un inventor loco. ¡Con el calor que hace en este
maldito Alicante! - murmura un hombre gordo con levita, chistera y una gruesa
cadena de oro del reloj de bolsillo sobre su chaleco sudado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>A
su lado, un obsequioso y escuchimizado secretario, también con levita, aunque
más modesta, intenta consolar a su jefe.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Enseguida
habremos acabado, señor Ministro, y nos podremos ir a la Comandancia donde nos
han preparado un estupendo arroz a banda.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Por
ese arroz – le contesta el político –es por lo único que vale la pena venir a
este tórrido pueblo. Porque el invento de ese catalán, Narciso... bueno él dice
que se llama Narcis, Narcís Monturiol… ¿Para qué puede servir un trasto que
navega como si hubiera naufragado, y con una velocidad tan corta? Claro, con
una hélice movida a mano por una docena de pobres desgraciados…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¡Mire,
mire, señor Ministro! Ya se hunde.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En
efecto, el raro artilugio de madera con forma de pez, ha desaparecido de la
superficie.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Sí,
y ahora nos tendrán varias horas esperando para demostrarnos que puede estar
sumergido todo el tiempo que ese catalán quiera… Y nosotros aquí, ¡con este
calor!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Bueno,
el señor Monturiol ha dicho que está perfeccionando un motor a vapor anaeróbico
para ponerlo en el segundo prototipo que está planeando construir. Así
conseguirá mayor velocidad y menos tripulación.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Claro,
o se asfixiarán todos con los vapores de ese motor “anaerófilo”. Ese tío está
loco, como todos los inventores chalados que nos hacen venir a Alicante a sudar.
<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-
Bueno, señor Ministro, y a comer buenas paellas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-En
cuanto ese idiota salga a la superficie se adelantará usted a la Comandancia
para que vayan preparando el arroz y me faciliten un cuarto de baño donde
asearme, que estoy pasado de sudor.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
invento de Monturiol no prosperó, aunque construyó un Ictíneo II provisto de
motor a vapor anaeróbico que demostró su perfecto funcionamiento. Monturiol
acabó arruinado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Solo
ocho años después, el escritor francés Jules Verne “profetizó” el sumergible en
su novela “Veinte mil leguas de viaje submarino” y fue considerado por todos
como un visionario. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
en 1888 el marino español Isaac Peral construyó el primer submarino moderno,
dotado de periscopio, tubo lanzatorpedos y motores eléctricos, que también fue
desestimado por nuestras autoridades que, por lo visto, no habían leído a
Verne. Y además, promovieron una campaña de calumnias contra él que le amargó
del todo la vida. Y es que nadie es profeta en su tierra, sobre todo si su
tierra es España.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(500 palabras)<o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-63666371304194953332022-05-12T00:57:00.002-07:002022-05-12T00:57:57.597-07:00BABEL, BABEL.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqbaaWLHc0qhbUmoksX2wSCK5ZAXcT-JzKdGUZWDFj45BsoMausjbO9FEuMHOUu-7liUWJJOaLJl5aA_IzLNL1pW62Q6SudDF83Sx7mm1vz1Ig1SULmcMcfzfOeq--BQqGUkgx4eDPkv1ez4G2onbrrPboAJ3FHYHF_nPcMNK2bJO958Y62hoP8n4a/s958/17%20torre-babel-brueghel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="728" data-original-width="958" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqbaaWLHc0qhbUmoksX2wSCK5ZAXcT-JzKdGUZWDFj45BsoMausjbO9FEuMHOUu-7liUWJJOaLJl5aA_IzLNL1pW62Q6SudDF83Sx7mm1vz1Ig1SULmcMcfzfOeq--BQqGUkgx4eDPkv1ez4G2onbrrPboAJ3FHYHF_nPcMNK2bJO958Y62hoP8n4a/w400-h304/17%20torre-babel-brueghel.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">LA TORRE DE BABEL.<o:p></o:p></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></b>Jonás y Esaú eran
nuevos en la obra. Afortunadamente habían encontrado a un viejo compatriota,
Jacob, que los había acogido bajo su protección.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Muchachos,
esto es un desbarajuste. Aquí reina la confusión. En esta obra hay cientos de
esclavos de distintos países, y cada uno habla su lengua, así que nadie se
entiende y los capataces usan el único idioma que todo el mundo conoce: los
latigazos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-
Pero, entonces, ¿cómo sabremos lo que hay que hacer? - preguntó el joven Jonás,
que era el más espabilado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-
Por eso no os preocupéis - le respondió el viejo Jacob - . Yo llevo muchos años
aquí, llegué cuando los babilonios conquistaron Israel, nuestra tierra, y nos
sometieron al cautiverio. Así que me ha sobrado tiempo para entender la lengua
de Babel.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Babel?
- preguntaron los dos recién llegados.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Bueno…
esta ciudad se llama Babilonia, pero todo el mundo, para ahorrar tiempo, la
llama Babel.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Y
para qué quieren construir esta torre tan alta? - preguntó Jonás.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
el viejo Jacob hizo un gesto con el índice sobre la boca, reclamando silencio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">-Calla, bobo,
que no te oiga algún amo babilonio y nos la carguemos. Ellos no quieren que los
esclavos sepamos en qué estamos trabajando.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">-Pero ¿ellos
conocen nuestra lengua? - preguntó Esaú.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">-Pues no me
extrañaría que la conocieran. Estos tipos son endiabladamente listos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Después, el anciano
miró a los dos lados, asegurándose de que ningún capataz estaba cerca, y se
dispuso a revelar el gran secreto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Nadie,
aquí, sabe para qué va a servir esta torre que ellos llaman “zigurat”, pero yo
conozco el idioma de Babel y he oído a los arquitectos en sus conversaciones; y
sé que quieren construir una torre tan alta que les permita llegar al cielo,
conquistarlo, y destronar a Yavé.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
los dos muchachos se apresuraron a adoptar un gesto de reverencia y temor ante
el Altísimo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Su
soberbia los perderá, pues Yavé lo ve todo y con esta confusión de lenguas que
hay aquí no me extrañaría que estallase una revolución que acabara con los
señores de Babel.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Sobre
una plataforma en lo alto de la obra, dos arquitectos babilonios estudiaban un
plano.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Vamos
retrasados. Hay que dar más caña a los esclavos - decía uno.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Si
no terminamos la obra antes del solsticio de Verano, el Emperador y sus sacerdotes
astrónomos nos van a echar una buena bronca... Pero es que no se contentan con
un zigurat de altura normal para observar el cielo. No, ellos lo quieren muy
alto, que les permita ver las estrellas como si estuvieran arriba de una
montaña. Lástima que este país sea tan llano que cualquier altura que necesite
un astrónomo haya que hacerla con piedras y ladrillos. Pero esta barbaridad de
torre, parece que en vez de ser para estudiar el cielo, sea para llegar a él -
dijo el otro y ambos se rieron a mandíbula batiente.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Esa
fue la conversación que escuchó el viejo Jacob.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(500 palabras)<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14540051373353761.post-15039932998923469722022-05-08T01:35:00.000-07:002022-05-08T01:35:03.029-07:00EL SABIO Y LA SEÑORA DE LA LIMPIEZA.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinnIpDo-nAUa5-dQifv-n1zqIDircq10svjeeE0DC3eCrkbC_cvrhWxS5R5a2wgOHdxmxXHA5T8gG6dgiZLOnVUT0gBWScciQDgO8ebEZouCJ1HjFAGKH17btDCua59QfBk08wY3cxLICDio5s2xH-HBawTjiwr36g_WkfP6wIXMkfS_i5O4tXTS-c/s565/16%20Dr.%20Fleming.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="391" data-original-width="565" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinnIpDo-nAUa5-dQifv-n1zqIDircq10svjeeE0DC3eCrkbC_cvrhWxS5R5a2wgOHdxmxXHA5T8gG6dgiZLOnVUT0gBWScciQDgO8ebEZouCJ1HjFAGKH17btDCua59QfBk08wY3cxLICDio5s2xH-HBawTjiwr36g_WkfP6wIXMkfS_i5O4tXTS-c/w400-h276/16%20Dr.%20Fleming.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">EL DOCTOR FLEMING Y LA SEÑORA DE LA LIMPIEZA<o:p></o:p></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Mrs.
Smith era la mujer de la limpieza del laboratorio y estaba muy preocupada. El
doctor Fleming se había marchado de vacaciones y le había encomendado que, en
su ausencia, se ocupara de mantener las instalaciones limpias “como los chorros
del oro”. Aquel era un lugar donde se experimentaba con bacterias y microbios y
cualquier contaminación podía echar a perder meses de trabajo. Pero el caso era
que algún recipiente de la mesa de trabajo del doctor había cambiado de aspecto
y…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¡Está
florecido! - se decía la mujer, atribuyéndolo a algún descuido suyo,
imperdonable. Y dudaba en si debía limpiar el bote y no decirle nada a su jefe,
o dejarlo como estaba y arriesgarse a una bronca, o peor aún, un despido que
ella no se podía permitir, viuda y con tres hijos pequeños.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Por
eso, la mañana del regreso del doctor, ella estaba temblando, azorada y todavía
dudando en limpiar el bote a última hora y no decir nada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>De
todos modos, el doctor Fleming era un hombre amable y comprensivo del que un
despido a cajas destempladas era inconcebible. Pero no dejaba de temer su
reacción si uno de sus “cultivos” se había estropeado por falta de limpieza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cuando
vio al doctor sonriente y bronceado por el sol de la playa, no supo a qué
atenerse.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Hola,
Mrs. Smith, ¿cómo está usted? ¿Ha ido todo bien en mi ausencia?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
la señora de la limpieza, vaciló en contestar, y puso una cara de apuro que el
doctor captó enseguida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Ay,
doctor, que me parece que no he limpiado suficiente y uno de sus cultivos se ha
echado a perder… ¡Perdóneme, por favor! Yo… yo lo he hecho lo mejor que he
podido.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
el doctor se quedó muy serio, como tratando de interpretar las palabras de la
mujer.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Vamos
a ver ese cultivo.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
ella señaló al recipiente “florecido”<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Mire,
doctor, está cubierto de moho, con todas esas manchas grises.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Y
el doctor ni siquiera le contesto. Cogió el recipiente de cristal, puso una
muestra en el microscopio y la estuvo estudiando durante un rato, mientras Mrs.
Smith, se encogía y dominaba a duras penas sus ganas de llorar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Parece
que se ha contaminado con un hongo, quizá un Penicillium, y todas las bacterias
están muertas…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Ay,
doctor, perdone mi falta.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-¿Falta?
Amiga mía, creo que acabamos de descubrir un remedio excepcional contra las
enfermedades infecciosas. Si conseguimos sintetizar ese hongo, habremos logrado
un… ¿Cómo lo llamaría? Un antibiótico, eso es.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-La
verdad es que estuve dudando en si debía limpiar el recipiente…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-Y
no lo hizo. ¡Muy bien hecho, señora Smith, muy bien hecho!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Al
doctor Fleming le dieron el Premio Nobel por su descubrimiento de la
Penicilina, que salvó y salva a millones de personas. En cuanto a Mrs. Smith
siguió ocupándose de la limpieza del laboratorio hasta su jubilación y sonreía
cada vez que se acordaba del asunto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>-El
doctor y yo descubrimos los antibióticos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
Ángel Pérez Oca.<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(500 palabras)<o:p></o:p></i></b></p>Miguel Ángel Pérez Ocahttp://www.blogger.com/profile/00894903755392244584noreply@blogger.com0