La noticia, dada por los medios
locales, de que las dos candidaturas de PODEMOS que se presentan en Alicante
coinciden en ser partidarias de la confluencia en GUANYEM ALACANT, me ha movido a escribir estas reflexiones.
En
los últimos tiempos, y enfrentándome a opiniones de amigos y amigas muy
queridos que me acusaban de practicar el voto útil, he venido votando “a la
contra”. Mi prioridad absoluta, mi obsesión, había sido desplazar al PP del
gobierno de mi ciudad, de mi autonomía y de mi país, por encima de todo. Por
eso no estaba de acuerdo con las afirmaciones de Cayo Lara, que afirmaba que
votar al PP y votar al PSOE era lo mismo. Por eso apoyé la candidatura de mis
amigos Elena Martí, Pablo Rosser, Ana Paula Cid… del PSOE al Ayuntamiento de Alicante,
a pesar de ciertas reticencias ideológicas que se confirmaron con su
defenestración por parte de la casta socialista local.
Hoy,
las cosas están más claras. La crisis nos ha abierto los ojos, y vemos
claramente que el bipartidismo inevitable, de antes, se está derrumbando y que
se puede votar “a la contra” y de manera consecuente, y con esperanzas, a un
tiempo. Según mi modesta opinión, el espectro político se define ahora en tres
sectores muy bien diferenciados: 1) La derecha, representada por el PP,
retrógrada, clerical, neoconservadora y en ocasiones tardofranquista. 2) El
centro, personificado en el PSOE, progresista en ocasiones, pero neoliberal y
sumiso a los poderes económicos. Ya no tiene nada de socialista, ni siquiera
socialdemócrata, pero todavía hay que agradecerle ciertas actuaciones y leyes
avanzadas, como la del aborto, el matrimonio homosexual, la Memoria Histórica
(hasta cierto punto), la sanidad universal, la depedencia, etc. No es lo mismo
votarlos a ellos que votar a la derecha; pero no es tampoco lo que el pueblo
necesita en esta hora de feroz crisis capitalista. 3) La Izquierda Real , fraccionada en
distintas formaciones, como PODEMOS, EU, COMPROMÍS, etc. cuya unidad de acción es
imprescindible para poder enfrentarse a las dos opciones del sistema de castas,
bipartidista, corrupto y caduco, de la Transición ; ya de sobra amortizado.
Así pues, se
impone una Confluencia de la
Izquierda que la convierta en una opción real con
posibilidades de gobierno. Dejémonos de aprensiones, personalismos y prejuicios
sectarios disgregadores, olvidemos ese pecado original de la Izquierda que son las
discusiones teóricas bizantinas, y hagámonos fuertes, superemos diferencias,
porque lo más importante es cambiar a este país y a esta ciudad, para que el
pueblo sea al fin realmente soberano.
Y cuando hablo
de la Izquierda Real
incluyo, naturalmente, a PODEMOS, aunque algún avispado dirigente de esta
formación nos quiera decir que “no son de izquierdas ni de derechas”. Como bien
ha dicho Garzón, de IU, “cada uno es lo que hace”, y las soluciones que propone
PODEMOS son claramente de izquierdas y, además, las mismas que IZQUIERDA UNIDA
viene proponiendo desde hace lustros. Nadie va ahora a descubrir el
Mediterráneo. Nadie va ahora a inventar la rueda. Las soluciones de izquierda
llevan ya en el programa de formaciones de larga trayectoria, como IU, desde
sus comienzos; pero ahora la crisis las hace más evidentes y parecen obra de
unos recién llegados. Hay otras maneras de afrontar la crisis, nos han dicho
unos y otros, pero se necesita, digo yo, la unidad de todos para poder
realizarse. Esa es la Confluencia
que nos propone, al menos a nivel local, el proyecto GUANYEM ALACANT.
Bienvenida sea la coincidencia que nos puede dar un Ayuntamiento decente en
esta ciudad, alejado definitivamente de chanchullos bipartidistas, maniobras de
la Casta y
corrupciones y reticencias que nos avergüenzan a todos los ciudadanos.
Yo afirmo
solemnemente, desde este escrito, que si esa Confluencia se produce en Alicante
bajo la candidatura de GUANYEM ALACANT en las próximas elecciones, tendrá todo
mi apoyo. Me pondré a su entera disposición para todo lo que haga falta. Ese es
mi compromiso.
Y desde aquí
hago un llamamiento en este sentido a todos los intelectuales alicantinos.
Apoyemos la Confluencia
de todas las fuerzas políticas que representan a la indignación popular y
proponen soluciones para el pueblo, y no para la banca y las multinacionales.
A ver si esta
vez va en serio y la escoba de la gente honesta y trabajadora, con sus votos,
barre de una vez toda la podredumbre que ha estado castigando y avergonzando al
pueblo alicantino.
Guanyem, Alacant
!
Miguel
Ángel Pérez Oca.
(Autor
de “25 de Mayo, la tragedia olvidada”
y
“Alicante, biografía de una ciudad”)