martes, 24 de diciembre de 2019

MAPAMUNDI.

El tema de la Tertulia Filandón de ayer era "Mapamundi" y yo presenté este trabajo que espero que os guste:





¿AMÉRICA?
            El maestro cartógrafo Martín Waldseemüller se inclinaba sobre la mesa de dibujo, mientras con su hábil pluma trazaba los contornos de un nuevo continente que sus descubridores decían cubierto de ardientes selvas impenetrables y cruzado por ríos gigantescos. Tan sofocante panorama contrastaba fuertemente con el paisaje nevado que podía contemplarse tras los cristales de una amplia vidriera a su izquierda.
            -Buenos días, padre, ¿ya estáis trabajando a estas horas de la mañana? – preguntó un jovenzuelo que asomaba por la puerta del desván donde el geógrafo había instalado su estudio.
            -Buenos días, hijo. Hay que aprovechar la luz solar, y más en un día como este.
            El joven se asomó sobre el hombro del dibujante.
            -Qué estampa tan hermosa… ¿Qué representa?
            -Es un Mapamundi, el primer Mapamundi verdadero de toda la Historia – contestó el hombre, con un gesto de orgullo.
            -Pero vos ya tenéis otros Mapamundis – le replicó el joven, señalando un gran mapa colgado en la pared.
            -Ah, ese… Es el Mapamundi de Ptolomeo; pero solo representa una parte del Antiguo Mundo: Europa, el norte de África y las tierras más cercanas de Asia… Solo un sector de la esfera. Menos de la mitad de su hemisferio norte. Pero ahora, gracias a los últimos descubrimientos de los navegantes castellanos y portugueses, he podido completar los mapas de Ptolomeo en un verdadero Mapamundi. Mira – le dijo, señalando diversos puntos del gran dibujo - : El sur de África, el extremo de Asia, con Catay y Cipango… y el Nuevo Mundo.
            -Sí, padre, pero aún quedan algunos países por descubrir. Ahí, en muchos puntos, habéis puesto “Terra Incógnita”.
            -Claro, todavía falta por completar el conocimiento de distintos rincones de nuestro orbe, pero en líneas generales ya sabemos cómo es toda la esfera terrestre.
            -Entonces, el mundo es una esfera… Pero vos lo dibujáis en un plano.
            Y el geógrafo sonrió condescendiente.
            -Porque lo he representado mediante una proyección por motivos prácticos. Imagina un cilindro vertical cuyo diámetro coincide con nuestro ecuador; proyecta sobre él los continentes y después lo despliegas y conviertes en un plano. Mira, si navegaras por aquí y llegaras al final del mapa – y señaló el extremo izquierdo del dibujo -, aparecerías por aquí – e indicó el extremo opuesto, mientras el muchacho sacudía la cabeza, no del todo convencido.
            -¿Y estas tierras entre Asia y Europa? ¿Por qué las llamáis “Tierras Americanas”?
            -Pues porque ha sido un navegante italiano al servicio de Castilla, Américo Vespucio, quien las ha cartografiado, dándolas a conocer.
            -Pero, ¿ha sido él quien las descubrió?
            -No exactamente. El primer navegante que llegó allí fue un tal Columbus, pero creía haber dado con Asia…
            -Sin embargo, padre, al leer “Tierras Americanas”, la gente llamará “América” a ese nuevo continente.
            Y el cartógrafo se encogió de hombros.
            -¡Narices! ¡Pues que espabilen! O que sea el Papa o el Emperador quien bautice a este nuevo continente. Yo soy solo un cartógrafo - y miró de soslayo al muchacho que ya se retiraba camino del desayuno -… ¡Condenado crio!
                                                                                  Miguel Ángel Pérez Oca.
                                                                                         (500 palabras)

jueves, 12 de diciembre de 2019

QUALIA.







Era ayer, supongo, la presentación más importante que tendré en mi trayectoria artística, por las implicaciones personales que contenía y por la presencia de gran parte de las personas importantes en mi vida. Era ayer, el momento en el que todo tenía que salir perfecto, después de pruebas y pruebas infinitas. Era ayer,el espacio para hablar del yo profundo, el que sabemos que existe, pero nos es extraño y desconocido.

Fue ayer una presentación compleja, accidentada y surrealista, que marcará, supongo y supongo que para bien, todas cuantas pueda hacer a partir de ahora. Fue una presentación en la que nada salió como se pretendía y en cambio acabo siendo mejor.

A veces pienso, que de alguna forma mis libros están vivos y a través de mi o de otros se manifiestan y quiero creer que ayer Qualia que era, ahora lo sé, tan solo un germen de libro, se manifestó y habló con una voz más profunda de la que yo podía darle. Qualia hablaba  de lo humano, de todo aquello que no puede pesarse ni medirse como la emoción, la pasión, la creatividad, la colaboración y los imanes no se bastaron para ello, ahora me doy cuenta y me avergüenzo de mi vana pretensión, porque hacían falta las manos para componer el discurso. 16 manos, una por cada pieza, dos manos al piano, dos manos, las mías, repartiendo y dando los trozos que compondrían la idea, 20 manos en danza, 20 manos poderosas, amorosas, sensibles que sujetaron lo imposible y hablaron a un tiempo.

No creo que viva nada más emocionante, más complejo ni más poético. Así que, yo al menos, ayer obtuve respuesta al título del libro de Miguel Ángel, magnifico escritor y admirado padre ¿Qué soy yo? yo soy o quiero ser, todo lo que no se puede medir ni pesar y quiero sentir todo lo que no se puede expresar con palabras, como ocurrió ayer, ni más ni menos.

Mil gracias.
                                                                 NATALIA PÉREZ CHAZARRA.

PRESENTACIÓN DE UN LIBRO DE MARIÁNGELES SALAS.

Pasado mañana, sábado 14, presentaré un delicioso libro infantil de mi amiga Mariángeles Salas:


PRESENTACIÓN DE MI LIBRO.

Ayer, en la Sede Universitaria, tuvo lugar la presentación de mi libro "QUÉ SOY YO? La gran pregunta", con una gran afluencia de público, que llenó por completo la Sala Altamira, con un aforo de cerca de 100 localidades. La presentación estuvo a cargo de Francisco Escolano, catedrático de Inteligencia Artificial, mi hija Natalia Pérez Chazarra y Carlos Izquierdo, que presentaron, con acompañamiento musical al piano, el libro de artista "Qualia" inspirado en mi ensayo, y yo mismo. La exposición de Natalia fue un tanto accidentada a causa de una avería en los imanes que debían sujetar las piezas de la obra. Sin embargo, la espontánea reacción del público que suplió manualmente esta deficiencia hizo el acto más emotivo e interesante, dando respuesta en cierta media a la pregunta del título de mi obra: Qué somos. Natalia, que tiene una gran sensibilidad, de la que yo seguramente carezco, dice: "Somos aquello que no se puede medir ni pesar; la emoción, el cariño, la creatividad, la pasión, la ayuda..." En cuanto a la intervención del catedrático Escolano, destacaría una frase que me puso los pelos de punta: " Os tengo que confesar que a pesar de que la Inteligencia Artificial está muy de moda, no tenemos ni idea de por qué hace bien lo que hace. Hemos creado algo que no comprendemos y desde su interior parece emerger algo más grande que sus partes. Ahí andamos, a vueltas con unas matemáticas que aún no existen."





Cómo tenía que haber quedado lo de Natalia, sin el fallo de los imanes, ensayados mil veces.

Reacción espontánea del público.

martes, 10 de diciembre de 2019

NEFANDO, NEFANDO...






El tema de la tertulia de ayer era "NEFANDO" y yo presenté este trabajo que espero os guste:


LA EDIFICANTE VIDA DE SAN NEFANDO DE PELENDENGUE.

            Terminaría llamándose Nefando y fue un hombre de fe sólida e inquebrantable, al cual, su obsesión por combatir el pecado y conducir a la conversión a los infieles lo había llevado a ingresar en una orden de misioneros viajeros. Conocedor de que los habitantes de la isla Pelendengue vivían en constante abominación carnal, decidió salvar sus almas y se plantó en la orilla de aquella tierra virgen con un báculo en forma de cruz, una Biblia, dos mudas y un tosco hábito de lino por todo equipaje.
            Los pelendenguinos vivían desnudos y practicaban la coyunda de manera promiscua en cualquier sitio y momento, según les vinieran ganas. Y en esto no había normas, que así como folgaban los hombres con las mujeres, no era raro ver a algunos practicar la sodomía entre machos, las caricias lesbianas entre hembras, o incluso gozar grupos de ambos sexos en impúdicas orgías. Pero lo que más indignaba al buen fraile era que aquellos individuos ahítos de pecado eran felices y no se avergonzaban de su vida soez y rijosa. Eso sí, las consecuencias de sus actos las tenían asumidas y cuando una mujer quedaba preñada, la cuidaban entre todos, y los niños pasaban a ser protegidos por la comunidad, que no conocía la noción de paternidad. Porque la única regla que seguían los nativos de Pelendengue era la de no disgustar a nadie, repartiéndose los bienes y trabajos entre todos, sin rey ni caudillo que lo ordenase.
            Era una situación intolerable a ojos del fraile misionero que, subiéndose a la roca más alta de la isla, los increpó moviéndolos al arrepentimiento. Y los nativos, pacíficos y cordiales por naturaleza, lo escucharon atentamente y, para no disgustarlo, decidieron darle la razón y seguir sus enseñanzas que, aunque no les resultaban gratas, debían ser buenas, viniendo de un sabio hombre blanco.
            Cuando muchos años más tarde, el ya anciano fraile se marchó de la isla, rumbo a una merecida jubilación, pudo contemplar a un pueblo sumiso y vestido a la europea que lo despedía en silencio. Vivían todos en casas familiares de ladrillo, y en lo alto de Ciudad Pelendengue había una primorosa catedral. No eran felices como antaño, pero tampoco pecadores, pues la culpa reprimía sus ancestrales instintos. Formaban una nación de mujeres avergonzadas de sus devaneos juveniles, de hombres atormentados por sus pasados pecados y presentes tentaciones, de machos celosos, de homosexuales ocultos, de amores culpables, de miedo al escándalo, de constante vigilancia del comportamiento ajeno, e incluso de justicieros crímenes pasionales, en los que la lujuria se pagaba con la vida. Al margen de la sociedad quedaban las prostitutas y los niños ilegítimos, confinados en miserables arrabales que permanecían segregados de la virtud institucionalizada. Pelendengue era una sociedad perfecta gracias a la ingente labor del viejo misionero.
            Y entonces, una voz poderosa dijo desde más allá de las nubes:
-¡Llámate Nefando, pues nefando eres, que diste por culo a todo un pueblo! – y desde entonces se le conoce como San Nefando de Pelendengue.

                                                                       Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                                             (500 palabras)

domingo, 8 de diciembre de 2019