EL HOMBRE DEL RINCÓN.
“María,
hermana… ¿Estas ahí, María?... Bueno, espero que cuando vuelvas a casa escuches
este mensaje que te dejo en el contestador. Me está pasando algo muy extraño,
¿sabes?… ¿Te acuerdas que te dije que me iba una semana a descansar a la casita
de la playa? Pues el sábado, cuando llegué, me encontré a todo el pueblo
invadido por una plaga de mariposas negras… No sabría decirte a qué especie
pertenecen esos insectos. Son como polillas negras y tienen una picadura muy
molesta… En el pueblo se decía que aparecieron después de que un meteorito muy
brillante cayera en el mar en la noche del jueves. Pero creo que la gente tiene
mucha fantasía y que los dichosos bichitos no eran más que una de esas plagas
que provoca el cambio climático… En fin, que cerré todo y me fui con el coche a
ver si encontraba un lugar más cómodo. En ningún otro pueblo de la costa había
mariposas negras; pero me fastidiaba que unos insectos estúpidos me
condicionasen las vacaciones. Así que esta mañana he decidido dejar el hotel
donde me hospedaba y volver al pueblo. Ya no hay en él mariposas negras, pero
sus calles están desiertas, demasiado tranquilas… Y cuando he entrado en la casita… ¡He visto
al hombre del rincón! Entre la chimenea y la ventana hay un hombre de espaldas,
como empotrado en el rincón, con la cabeza baja y los hombros encogidos. Le he
gritado, he intentado tirar de él con todas mis fuerzas, pero parece estar
pegado a las pareces. Respira, pero no se mueve ni reacciona a mis gritos y
golpes. He salido despavorido a coger mi pistola de la guantera del coche, sin
la que no me habría atrevido a entrar de nuevo en casa para llamar a la
policía. Me han dicho que “llegarán enseguida”........... ¡María! El hombre se
ha movido, ha levantado la cabeza… Al separarse del rincón han surgido muchas
mariposas negras que ahora vuelan por toda la estancia. Se está girando y
vuelve su rostro hacia mí… ¡Dios mío!¡El hombre del rincón es papá! Ya sé que
murió hace años, pero está aquí y se me acerca con lágrimas en los ojos y un
insoportable gesto de reproche en su pálido rostro... La casa está llena de
mariposas negras... Me cuesta mucho
pensar…...... María....” (piiiiiiiiiiiiii..........).
Miguel
Ángel Pérez Oca.