martes, 25 de septiembre de 2012

MÚSICA EN EL ÁTICO.


Con el fin de rebajar la tensión que han provocado mis últimos artículos, aunque sin renunciar a la justa indignación, os pongo el relato que he escrito para la Tertulia de la Bodega de Adolfo, que celebramos ayer con la afluencia de unos cuantos nuevos tertulianos a los que doy la bienvenida.
El tema era la música, y mi narración fue esta:


MÚSICA EN EL ÁTICO.
            Cada tarde, a la hora de la siesta, la deliciosa música de un piano, tocado por manos expertas, entraba por la ventana de mi habitación desde el patio central, procedente de un ático sobre mi vivienda. La delicadeza de las piezas escogidas por quien ejercía de pianista delataba una sensibilidad que, sin duda, me desveló su identidad. Como el resto de la casa, el piso superior era compartido por dos viviendas: la izquierda, ocupada por una chica sola, delgada, rubia, pálida y de mirada soñadora; y la derecha, donde vivía una familia formada por un tipo grande, basto, peludo y cejijunto, de mirada torva y gesto desagradable, su esposa gorda de cara inexpresiva y un niño canijo e hiperactivo que se pasaba los días en un colegio de enseñanza especial, del que solo regresaba a la hora de la cena. La chica rubia, cuyo nombre era Elisenda, para colmo de circunstancias románticas, me tenía trastornado. Me la imaginaba ante un impresionante piano de cola, vestida con un atuendo vaporoso, la larga cabellera blonda adornada con florecillas silvestres y pulsando las teclas con movimientos elegantes, mientras su rostro bellísimo sonreía dulcemente con los ojos cerrados. Poco a poco, conforme oía una y otra vez la música de Elisenda, me fui enamorando locamente de ella. Cada vez que compartíamos el ascensor, me moría de ganas de confesarle mi pasión; pero siempre he sido un timorato, y el miedo a un desaire suyo paralizaba mi ánimo. Ella me sonreía con una cierta cortesía circunspecta cada vez que le dedicada una mirada que, seguro, le revelaba mis ansias. Y yo esperaba un gesto, una señal suya que me animase. Pero esa señal no llegaba y yo desesperaba de amor.
            Hubiera dado cualquier cosa por poder verla interpretar su música; aunque fuera en secreto, a través del ojo de una cerradura y privándome del placer de aplaudirla con entusiasmo al finalizar. Pedí a la portera la llave de la azotea con la excusa de tender unas sábanas demasiado grandes para el tendedero de la galería de mi cocina. Y aquel día, después de comer, subí con sigilo las escaleras hasta la puerta que daba al exterior. Cuando salí, bajo un cielo cubierto de nubes grises que amenazaban lluvia, comprobé con alegría que me podía asomar al patio central desde un pretil que me permitiría espiar las ventanas interiores de las dos viviendas. Tras una de la derecha, el hombre peludo y la mujer gorda comían un abundante almuerzo. Ella cotorreaba una cháchara insulsa, que su esposo respondía con gruñidos mientras masticaba ruidosamente. Aparté la vista con disgusto y la dirigí a la izquierda, a la ventana de una salita de la casa de Elisenda, donde no se veía ningún piano, sino un televisor digital de los más grandes. Las dos viviendas tenían otras ventanas que daban al patio, pero estaban cerradas.
            Esperé, sufriendo las gotitas que esporádicamente golpeaban mi espalda, quizá anunciando un inminente aguacero. Y en eso, mi musa apareció en su salita. Vestía una holgada camiseta de colorines y un short vaquero. Se sentó en un sofá, ante el aparato de televisión, con el mando a distancia en una mano y una enorme bolsa de palomitas de maíz en la otra, y se puso a ver un programa de cotilleos y chismes frívolos.
            Entonces, la música del piano empezó a sonar en el patio central. Venía de una ventana del piso vecino, que alguien acababa de abrir. Elisenda, visiblemente disgustada por el sonido, cerró sus postigos y dejé de verla; mientras detrás de la otra ventana pude admirar, con estupor, al hombre grande y peludo tocando un piano vertical muy viejo, del que salían las notas maravillosas de todas las tardes. Sus manazas se volvían delicadas y suaves al contacto con las teclas, y su mirada denotaba un éxtasis inimaginable en un sujeto de su tosca apariencia. Su obesa esposa se le acercó por detrás y puso en su frente un beso cariñoso…
            Empezó a diluviar cuando yo, acurrucado detrás del pretil, lloraba desconsoladamente, y mis lágrimas rivalizaron con las gotas de lluvia en mis mejillas.
Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 23 de septiembre de 2012

¡HAN ECHADO A PABLO ROSSER!



La dirección local del PSOE alicantino se ha permitido tomar una decisión por completo antidemocrática. A Pablo Rosser lo habíamos votado los alicantinos para que fuese concejal en el Ayuntamiento de Alicante. El secretario Chávarri, el concejal Ull, el “pensionista” Ángel Franco y otros miembros del “aparato” han decidido, en un pretendido alarde de astucia cuartelera, retirar a Rosser sus emolumentos como concejal de plena dedicación. Y en el caso particular de Rosser, esto equivale a la expulsión de su cargo, pues para sobrevivir no le queda más remedio que volver a ejercer su profesión de arqueólogo municipal, y ese cargo de funcionario del Ayuntamiento es incompatible con el de concejal. Así que con esa “pillería” de baja estofa, los señores (nunca los llamaré compañeros o camaradas, Dios me libre) del dichoso “aparato” consiguen echar a Rosser de la Corporación Municipal, traicionando la voluntad soberana de quienes lo elegimos en su día. Es vergonzoso, y me confirma en lo que decía en una carta remitida al Información días pasados sobre determinados dinosaurios que estarían mejor en un museo que en la dirección del sufridísimo PSOE local. Porque, amigos, se ha violado el veredicto inapelable de las urnas. Nosotros habíamos elegido una lista encabezada por Elena Martín, para que fuese alcaldesa o, si no alcanzaba la mayoría necesaria, para que fuese portavoz de su grupo y jefa de la oposición. Y ahora nos encontramos a Elena Martín como una concejala más, y en su lugar a otro candidato, Ull, al que nadie había considerado cabeza de nada. El adjunto a la portavoz, Gabriel Moreno, también ha sido despojado de los emolumentos correspondientes a la plena dedicación, como Rosser, y desplazado de su puesto, y la candidatura que habíamos votado en las últimas elecciones nos la han reorganizado a su gusto, tras forzar dimisiones y renuncias, en una operación que estos listillos creerán astuta. Pero la astucia no es la virtud que debe adornar a un verdadero político demócrata sino la ética, la honradez y la fidelidad a una ideología y a un proyecto por los que el Pueblo Soberano, el que manda, el que debe decidir, nosotros los ciudadanos, lo hemos votado. En los partidos políticos españoles en general y en el PSOE alicantino en particular nos sobran y nos hartan los astutos.
Ayer me publicó otra carta el Información, fruto de la indignación creciente que me embarga, que os pongo a continuación:

TODOS LOS POLÍTICOS NO SON IGUALES.
Cuando oigo a alguien decir que todos los políticos son iguales, pienso en Pablo Rosser, cuyo ejemplo desmiente rotundamente ese desafortunado tópico. Pablo es un ejemplo vivo de político vocacional, de idealista que se ha metido en estos berenjenales con el ánimo resuelto de ayudar a cambiar el mundo, y que recibe por ello todas las bofetadas, sobre todo de sus “compañeros” de partido enquistados en el “aparato”, a los que los personalismos importan, con toda seguridad, mucho más que el socialismo y el bien de Alicante. Pablo, atado a su silla de ruedas y con todos sus problemas de salud, es un titán, un hombre resuelto y valiente, dispuesto a trabajar incansable y a luchar por una idea que, al parecer, es incompatible con la mezquina dirección del PSOE local. Ahora, estos mediocres del “aparato” se las dan de listos, perpetrando la maniobra soez de retirarle la paga de concejal para que tenga que volver a ejercer de arqueólogo municipal, ocupación incompatible con el cargo político para el que lo hemos elegido los alicantinos. Por lo visto, se creen que somos tontos; pero yo, como pueblo soberano que soy, les digo que jamás votaré al PSOE en unas elecciones locales en cuyas listas no vaya Rosser. Que se enteren estos maquiavelos de pacotilla, y que cunda el ejemplo.

Rosser es un gran intelectual, arqueólogo eminente, con multitud de publicaciones y trabajos, y un reconocido idealista del socialismo, que lucha a la vez contra la injusticia social y contra la injusticia vital de una enfermedad que lo confina en una silla de ruedas. Ayer me dirigió un correo en el que me hablaba de la “Primavera Socialista”. Y yo reconozco en su actitud y firmeza una grandeza humana e intelectual que convierte en enanitos a Chávarri, Franco, Ull, etc. A mi me parece que de lo que se trata ahora es de salvar al PSOE alicantino de las garras de sus depredadores burócratas; pero, a mayor nivel, de recuperar el maltrecho PSOE para sus votantes, no sea que se vean tentados de abandonarlo convertido en un partido minoritario y testimonial. Hay que volver a restaurar y reinventar el socialismo. Hay que recuperar la ideología y la esperanza. Hay que decirle a los indignados que está muy bien que griten a los cuatro vientos todo lo que no les gusta; pero que eso no es suficiente, que también es necesario que nos pongamos, todos los ciudadanos honestos, a decidir qué es lo que queremos para el futuro, qué política necesitamos que nos guste y nos ilusione. Y esa nueva política, con unas nuevas normas que autentifiquen la democracia y la hagan de nuevo atractiva a toda esa gente que hoy canta, con o sin razón, aquello de: “Le llaman democracia y no lo es. ¡No lo es!”, debe empezar por la organización interna de los partidos. Hay que acabar con los “aparatos” y con los políticos profesionales enquistados en el vértice de la pirámide. Los que mandan, los que deben mandar, de verdad, son los votantes, los ciudadanos, a cuyo servicio deben estar los políticos honestos, idealistas, con programas inviolables, claros y firmes. Para eso, en Alicante, nos hace falta gente como Pablo Rosser y sus compañeros ninguneados por esos dinosaurios pequeñitos que con sus patrañas han traicionado el veredicto sagrado de las urnas, en las que depositaron sus mandatos, que debieran ser inapelables, los votantes que constituyen el Pueblo Soberano, y que son los que les pagan el sueldo y les delegan el poder.
Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

LA DEBACLE SOCIALISTA DE ALICANTE.



Ayer me publicó el diario Información de Alicante una carta que os pondré a continuación, después de exponeros algunas consideraciones que, dada la limitación a 15 líneas que por razones de espacio impone este periódico a las opiniones de los lectores, no pude desarrollar con la extensión que el caso merece. Después de mandar la carta he tenido ocasión de pulsar opiniones de personas de las dos partes involucradas en el asunto, así como de muchos amigos, potenciales votantes del PSOE, a los que los últimos acontecimientos en el Grupo Municipal han sumido en la más desalentadora consternación. "¡Ya está otra vez Ángel dando por c... en el PSOE!" fue la frase más repetida entre estos amigos. Y esta, por desgracia, es la triste imagen que, con tanta puñalada trapera, con tanta maniobra solapada que al final sale a la luz en los medios, da el socialismo alicantino. Estas cosas pasarán factura en próximas elecciones, ahora que el bipartidismo está liquidado y otras formaciones, de izquierda pero también de una derecha equívoca, vienen pegando fuerte. En estos momentos de confusión y de penosa administración de la mayoría absoluta por parte del impresentable señor Rajoy, la más sólida de las formaciones políticas, que podría aspirar a recuperar el predominio de la izquierda y sacarnos así de los intentos de la derecha de arrebatarnos el Estado del Bienestar con la excusa de la crisis, se tambalea en su prestigio, una vez más, a los ojos de los votantes alicantinos, en medio de un penoso espectáculo de luchas intestinas.¿De quien es la culpa? El muñidor de todo este lío, el viejo dinosaurio de mi artículo, podrá argüir que el PSOE es un partido democrático y que nada se ha hecho fuera de los cauces establecidos. Muy bien, pero a veces es preferible no recurrir a las posibilidades de enredar que nos da el funcionamiento democrático, para no desacreditar a nuestra propia organización. Para mí, el comportamiento de los que han provocado el desgaste y el acoso insoportable, provocador de la rendición y sumisión de Elena Martín, y la probable defenestración de sus colaboradores más fieles, ha sido cruel, indigno e imprudente, a más de revelador de unas conductas que a los votantes les parecen impropias de una ideología honesta, para incurrir en intereses particulares, ya sean estos de lucimiento personal y notoriedad o de otra clase quizá más inconfesable. No es momento del "aquítate tú para que me ponga yo". No lo es, aún en el caso de que el impulsor, o sea Ángel Franco, pensase que él, o sus amigos, pueden hacerlo mejor. No es así. No debe ser así. A la vista de los alicantinos progresistas, el grupo municipal funcionaba bastante bien, Elena se estaba haciendo popular en Alicante, la gente empezaba a considerar que el PSOE había superado una etapa oscura y triste, tanto en nuestra ciudad como a nivel nacional; y ahora nos vienen los viejos dinosaurios y vuelven a "cagarla". Tendrán que hacerlo muy bien, tendrían que demostrar que el lamentable espectáculo que han armado valía la pena, deberán revelarse como una nueva fuerza arrasadora y potente de auténtica izquierda para que yo les reconozca que me he equivocado con ellos en mis críticas... pero lo dudo, lo dudo mucho. Y, por otra parte, me encoge el corazón la suerte que va a correr gente tan válida y tan honesta y trabajadora como Pablo Rosser y Gabriel Moreno, concejales con dedicación exclusiva a los que ahora se les priva de emolumentos; con lo que, por una parte, Pablo tendrá que volver a sus ocupaciones como funcionario municipal, que son incompatibles con su condición de concejal, o sea, que tendrá que irse, y Moreno tendrá que volver a su trabajo anterior y privar a nuestro Ayuntamiento de una parte muy importante de su valiosísima dedicación. Y todo esto, ¿para qué? La primera consecuencia de este lío es el desprestigio del PSOE en Alicante que, con toda seguridad, ya no será capaz de ganar unas próximas elecciones municipales; ahora que la alcaldesa Castedo, del PP, parace que va a ser imputada en casos de presunta corrupción. No era el momento de divisiones, ¿verdad?, pero la avaricia rompe el saco, y me parece que este es el caso. Así que por muy bien que piensen que lo van a hacer los nuevos portavoces y concejales con dedicación exclusiva, ¿valía la pena este desaguisado? Porque para mí, y no sé si para Ángel Franco, primero debe estar el socialismo, después Alicante y en último término, solo en último, las posturas más o menos particulares e interesadas dentro de un partido, el que sea; por muy democráticamente que se puedan defender. La Ética debe estar por encima de todo, y yo, sinceramente, la veo mejor representada en personas que me han demostrado ya su honestidad, como Rosser, Moreno, Ana Paula y demás. Así que, por desgracia, me temo lo peor.

Bueno, y ahora ahí va la carta que me publicó ayer el Información:


EL PSOE ALICANTINO Y EL VIEJO DINOSAURIO.
Conozco muy bien al viejo tiranosaurio. Milité con él cuando el partido era todavía clandestino y había que ingeniárselas para que las reuniones con los líderes madrileños no acabaran con la policía llamando a la puerta. Íbamos a los Arenales del Sol y Ángel Franco nos daba la dirección de la Playa de San Juan donde nos veríamos con Paco Bustelo o Pablo Castellanos. Después, cuando Felipe dijo aquella solemne y demagoga sandez de que “hay que ser socialista antes que marxista”, dejé el partido, porque quise seguir siendo socialista y marxista. Siempre he hecho lo que mejor pude por el triunfo de la izquierda real en mi país y en mi ciudad. Y algún disgusto me he ganado por ello, como cuando taché de sectario al líder de IU que decía en la última campaña que era lo mismo votar al PSOE que al PP. Pero lo de ahora ha sido ya el colmo y no me lo voy a callar: Los que menos han trabajado, intrigan y desplazan a la portavoz municipal y sus compañeros más trabajadores y honestos, para imponer a un viejo espécimen de la “familia” del tiranosaurio. Estoy indignado, triste y asqueado. Y pienso que mientras el PSOE alicantino no se libre de estos viejos y marrulleros dinosaurios, no se va a comer una rosca. Qué pena, con lo bien que estarían ellos en un museo, dándose importancia.
Miguel Ángel Pérez Oca. 







lunes, 17 de septiembre de 2012

MANIPULACIONES Y PROVOCACIONES EN EL 15S

Los trabajadores de la Comunidad Valenciana avanzan por la Calle de Serrano.
Otra vista de las marchas que confluían en la Plaza de Colón.
El helicóptero provocador que debería haber estado para velar por la seguridad en lugar de interrumpir a los oradores y provocar situaciones potencialmente peligrosas. ¿Está permitido ponerse en vuelo estático a poca altura sobre masas de gente?

Pues nos fuimos a Madrid y fuimos muchos, muchísimos, y no solo sindicalistas de CCOO, UGT, USO, Intersindical de la Enseñanza, Sindicatos de Funcionarios; también bomberos, policías, sanitarios, médicos, cuidadores de parques y jardines, pensionistas, asociaciones de afectados por la Ley de Dependencia, etc., etc., etc. Madrid estaba hasta los topes. Cuando llegamos en nuestro autobús, ya por Atocha estaba todo lleno de camisetas rojas, verdes y de otros colores simbólicos, pancartas, gente risueña y sin embargo preocupada, madres con cochecitos de niño, jóvenes y viejos indignados... Los verdaderos indignados, los curritos a los que se les ha bajado el sueldo, jubilados que ahora tienen que pagar por las medicinas y que temen que les bajen las pensiones de las que dependen quizá la comida o la hipoteca de sus hijos parados, y que dado que el presidente Rajoy ha dicho que no va a tocar las pensiones temen, precisamente, que las toque. Esa es la credibilidad de este gobierno, que ha hecho bueno cualquier gobierno anterior. La Plaza de Colón estaba llena hasta los topes, como el paseo de la Castellana, la calle Serrano, y todos los paseos y calles desde los que confluían  cientos de miles de manifestantes. Pancartas ingeniosas, banderas republicanas, comportamiento impecable por parte de los manifestantes, sin una nota de mal gusto, sin una provocación. La mayor manifestación que se recuerda en Madrid... Y sin embargo, la derecha, como siempre, demuestra la baja clase de la pretendida clase alta. No pueden vivir sin hacer trampas, sin manipular, sin provocar desde posiciones de poder, de las que abusan sistemáticamente.
Y lo digo porque cuando vi el telediario de la noche se me cayó el alma a los pies. Desde que el Gobierno ha reconquistado la televisión oficial, ésta se ha vuelto otra vez un panfleto conservador, con nuevos "profesionales" al estilo Urdaci. Nos decía la locutora que allí había "unas 65.000 personas" y ofrecían una imagen de la Plaza de Colón con algunas calvas de gente, en grupos nada densos. Claro, como que la imagen la habían tomado a las 11'30, media hora antes de la cita, que era a las 12, y antes de que llegaran las grandes masas procedentes del País Valenciá, Andalucía, etc. Puedo dar fe de que vi a las cámaras de televisión en las terrazas de un edificio contiguo a las Torres que fueron de Rumasa, antes de la cita y que a las 12 ya no estaban allí. Y que las tomas cercanas se hicieron en Cibeles y Neptuno, cuando todavía estaban organizándose las marchas. El caso era minimizar todo lo posible la masiva afluencia de perjudicados por la política clasista e incompetente de este Gobierno que ganó las elecciones con un programa mentiroso y estafador.
Después, durante los discursos, un helicóptero de la policía nacional se acercaba hasta ponerse en la vertical de la tribuna a muy baja altura, como veréis en la foto que adjunto, de manera que el ruido de las aspas no dejaba oír las palabras de los líderes sindicales. La maniobra era premeditada y sistemática, que ya sería casualidad que cada visita del aparato coincidiera con el comienzo de cada discurso.
Qué poca clase tiene la pretendida gente de clase. Qué gentuza marrullera se nos ha puesto encima con el ánimo de que la crisis no toque los intereses de los señoritos, de los curas, de los banqueros. La caspa nos gobierna gracias a la estafa política, perpetrada con un programa que sabían muy bien que les serviría para ganar las elecciones pero que no iban a cumplir en absoluto, desde el primer momento. Serán legales pero se han vuelto ilegítimos y no merecen nuestro respeto ni nuestra obediencia.
Que les den morcilla. La próxima vez seremos más. Y si se arma la gorda en este país, será de su exclusiva responsabilidad. Porque a partir de determinada cantidad de desesperados y de gente que no tiene nada que perder, todo es posible. No faltaría más que nos toquen las pensiones. Pero frente a ellos ya tienen hasta a los policías y a los bomberos en su contra. 
Después, el domingo por la noche ves "Salvados", de Ebole, en la única cadena decente que queda en el país y se te ponen los pelos de punta. Este camino no nos lleva más que al desastre, porque, claro, los señoritos del PP no van a reconocer que lo que pasa es que el Capitalismo ha fracasado y que hay que buscar otro sistema cuyo objetivo y protagonista estelar no sea el cochino dinero sino las personas.
Al final perderemos todos, incluido el piloto del helicóptero y los cámaras y presentadores de TVE.
A menos que nos espabilemos y en la próxima manifestación seamos 6 ó 7 millones.
Ellos dirán que fuimos 3 ó 4 mil, pero si soplamos todos a la vez (o si votamos cuando corresponda), puede que la Moncloa salga volando hasta el vertedero más próximo.

Micalet d'Alacant.

jueves, 13 de septiembre de 2012

¡VAMOS TODOS A MADRID EL DÍA 15!



¡Que ya está bien que siempre paguemos los mismos! ¡Que ya está bien que hayan ganado la mayoría y el gobierno con mentiras! ¡Que ya está bien! ¡Que sometan los recortes a referéndum o que convoquen elecciones anticipadas! ¡Que ya está bien! ¡Vamos, todos a Madrid el día 15! ¿Vale? Os espero en la Plaza de Colón a las 12. A ver si somos millones y le decimos a este Gobierno que no cumple sus promesas electorales y que solo defiende los intereses de los ricos...¡Que ya está bien!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

"ESPAÑA ES UN MAL NEGOCIO", DIJO EL CATALÁN.



            Mi amigo Jordi es un catalán típico: formal, austero, cumplidor, puntual, eficiente y excelente comerciante. No es un nacionalista furibundo, ni catalanista, ni por supuesto españolista-castellano. Se diría que se limita a constatar su condición de ciudadano de la Autonomía Catalana y del Estado Español, y sufrirlo con resignación, sin arrebatos de entusiasmo ni de repulsas. Pero, la verdad es que los nacionalistas castellano-españolistas les han hecho a los catalanes muchísimas putadas, desde Felipe V hasta Franco; hay que reconocerlo. Y la última fue el rechazo a su Estatuto de Autonomía tal como lo había aprobado su Parlament. La derecha española siempre ha tenido hacia los catalanes una especie de reticencia, como un rencor solapado, como un reproche por no haber querido convertirse en castellanos fieles, y proseguir con su lengua, sus sardanas, sus castellets, su barretina y sus negocios. Jordi no es que se entusiasme cuando piensa en la independencia de Cataluña, simplemente es que en esta época de crisis, los catalanistas lo están convenciendo de que “España es un mal negocio”, y a lo mejor tienen razón. Para un catalán de bien, España son los toros, las peinetas, la pandereta, la informalidad, la caspa, las sotanas negrísimas… y los buenos negocios. Pero si hay que soportar todas esas horteradas y a cambio no se obtienen ganancias, la verdad es que Jordi preferiría hacer sus negocios en otro sitio. Que en Europa hay gente muy seria.
            Jordi debería saber que los recortes, en Cataluña, los ha empezado la Convergencia i Unió del señor Mas, que ahora enarbola la senyera con fervor y proclama el inicio del camino a la independencia. Más de un millón de compatriotas de Jordi se manifestaron el otro día en Barcelona para decirle adiós a España, y es que una España presidida por maese Rajoy y sus compadres mentirosos, casposos y corruptos debe resultar muy poco atractiva para mi formal amigo. Lo malo es que si Catalunya se separa de España, también tendrá que renunciar al Euro y a la Comunidad Europea, porque no esperarán los catalanes que España se prive de vetar su ingreso en las organizaciones continentales. Así que, a lo peor, la independencia es todavía peor negocio que la permanencia en el Estado Español. Por eso me temo que si llegara el momento de refrendar la separación, Jordi y sus amigos se lo pensarían antes de precipitarse; que estoy convencido de que la precipitación no entra dentro de los defectos catalanes.
            Por otro lado, a mí, particularmente, los nacionalismos siempre me han parecido una tontería, peor aún, un comecocos de los privilegiados para que sus tontos siervos les den todo el poder, sin compartirlo con los privilegiados de otros sitios o provincias. Porque los señoritos siempre han preferido ser cabeza de ratón que cola de león. También creo que a lo largo de la Historia el pez grande siempre se ha comido al chico y los estados pequeños siempre han caído bajo la férula de los grandes. Mirad ahora cuáles son los países atenazados por el rescate: Irlanda, Grecia, Portugal… todos pequeños. Cuando oigo que ha sido interceptada una patera con argelinos a bordo, siempre pienso que si sus dirigentes, en lugar de estar ávidos de poder, hubieran pensado en el bienestar de sus conciudadanos, habrían luchado por un buen estatuto de autonomía, pero dentro de la nación francesa. Ahora, seguramente, serían más libres políticamente, y vivirían mejor, y no tendrían que arriesgar la vida en una patera para emigrar a su antigua metrópoli. Y lo mismo digo de todas las antiguas colonias africanas, de Irlanda, de las antiguas repúblicas de la URSS, etc.
            Es la derecha española la que sistemáticamente mete la pata en su trato con Catalunya. La frase de un famoso imbécil llamado Camilo José Cela, cuando dijo que llamar "castellano" al "idioma español" es una imbecilidad, lo retrató como tal. Porque si este eximio escritor consideraba que Catalunya es España, el catalán también debiera ser considerado un idioma español, y habría que distinguir entre castellano, catalán, gallego y vasco para definir a todas las lenguas españolas. ¿O no?
            Pero la derecha se empeña en confundir España con Castilla, y, claro, la caga una y otra vez. Zapatero, por culpa de las insidias del PP, no pudo otorgar a los catalanes el Estatuto de Autonomía que ellos habían aprobado. Se les recortaron cosas que no se privaron, en cambio, a los valencianos; porque, por lo visto, a los catalanes traidores había que fastidiarlos en nombre de la Patria, y ahora ellos se cabrean y protestan de los recortes pidiendo la independencia. ¿Qué hacemos ahora? ¿Nos ponemos a negociar con los catalanes o seguimos cagándola?
            Por desgracia, la intransigencia centralista volverá a imponerse, y aquí se armará el cisco. Es lo previsible. Ojala el "seny" y la sensatez catalana nos eviten un conflicto lamentable que, en el fondo, todos sabemos cómo acabaría. Pero, al parecer, la sensatez y la derecha españolista-castellana son incompatibles. Como decía aquel: "España y yo somos así, señora". Pues que nos aproveche.
            Miguel Ángel Pérez Oca.
  

martes, 11 de septiembre de 2012

¡SANGRE!


Para la Tertulia de la Bodega de Adolfo de ayer, día 10, he presentado un relato que espero os ponga los pelos de punta... al menos al principio.


LA SANGRE NO MIENTE.
            Desde el momento en que aquella mujer de mirada ausente me entregó el sobre, un oscuro temor se apoderó de mí. Porque la sangre no miente, al menos no miente a los que están en el secreto de sus misteriosos indicios y pronósticos.
            Rasgué el papel de color pardusco y me encaré al texto aterrador, con las manos vacilantes y la respiración alterada. Mi mandíbula se agitaba convulsa y las rodillas me temblaban violentamente; porque del mensaje dependía mi suerte futura, mi supervivencia en este valle de lágrimas, donde los peligros mórbidos y sinuosos anidan en el interior de las arterias, en nuestros cuerpos pecadores ahítos de manjares prohibidos, de molicie insana y de prácticas nefandas y condenables.
            ¿Cuál era el augurio de la sangre? ¿Qué tremebundas premoniciones me adelantaría su escrutinio? ¿Hasta dónde mi destino iba a ser escrito por las letras rojas del líquido vital?
            Cuando perforaron mis venas en el sacrificio inicial, y pude ver mi propia sangre, tan oscura que más que roja se me había mostrado de un tono cárdeno y espeso, como de rubí sucio, un insidioso vahído se había apoderado de mí, tiñendo de un blanco enfermizo el cubil de los vampiros, como una cortina de gasa o como una niebla espesa. Pero me recuperé y me marché de allí, abrumado por la culpabilidad. Quizá no debería haber consultado a los pesquisidores hemomantes, me recriminaba, que solo vaticinan desgracias y privaciones, producto de la deserción de nuestros propios órganos.
            Tenía el papel ante mí y no me atrevía a descifrarlo. Mi capacidad lectora estaba bloqueada por el pánico y la náusea. Y sin embargo, debía hacerlo, debía enfrentarme a la realidad e interrogar a mis propios fluidos internos. ¡Qué espanto!
            Hice acopio de valor y recorrí el formulario con mirada aprensiva, fijándome en las indicaciones que, al margen de cada línea, indicaban las cifras de la normalidad.
            Leucocitos………  5,8
            Linfocitos… ……35,5
            Hematíes………     4,9
            Hemoglobina…….14,3
            Hematocrito…….. 44,3
            Plaquetas………..331
            Glucosa……….     92
            Ácido Úrico……… 6,52
            Colesterol……… 168
            Triglicéridos…… 119
            PSA………………  3,15
            ¡Vaya! Pues estaba todo normal. Ni un solo asterisco. Nada que superase los límites fijados. O sea que, al parecer, estaba sano como una manzana. Y me avergoncé de mis temores obsesivos y me sentí absolutamente ridículo. No se puede ser tan hipocondríaco, ni se le puede tener esa repugnancia enfermiza a la sangre.
            Me fui al bar de enfrente del ambulatorio, dispuesto a celebrarlo.
            -A ver, Manolo, ponme un buen vaso de vino…Pero que sea bueno, bueno.
            -¿Quiere un Rioja o un Ribera del Duero, señor Miguel?
            -No, no… Me apetece algo más exótico… y más… significativo. ¿Tienes ese vino chileno que me enseñaste el otro día? Me gustaría probarlo.
            -Sí, Sangre de Toro; pero le tengo que abrir una botella…y cobrársela entera.
            -Pues me la abres, qué coño. Y de tapa, un platito de “sangueta”. ¿Vale?
            -Muy bien. ¡Oído, cocina, una de sangre con cebolla!
Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 9 de septiembre de 2012

LA REVOLUCIÓN DE LOS RICOS.

Hace unos días escuché en una emisora de radio a alguien que decía que la actual crisis económica es una especie de "Toma de la Bastilla" dentro de una solapada "Revolución de los Ricos".

Cuando cayó el Muro de Berlín, mucha gente se congratuló del fracaso final de un sistema, el Comunismo, que había devenido casi desde sus principios en un régimen totalitario y policíaco. Durante muchos años, el camarada Stalin engañó a la izquierda mundial, haciéndola creer que él era  el paladín de la clase trabajadora. Todo justificaba las purgas, las deportaciones, los gulags y los asesinatos políticos, porque el fin era pretendidamente noble. Después se vio hasta dónde llegaba la monstruosidad de ese equívoco modo de gobierno, que tanto daño ha hecho a la utopía (en el buen sentido de la palabra) progresista mundial. Sin embargo, el contrapeso planetario que el Comunismo ejercía frente al Capitalismo imponía una cierta contención de los privilegiados de este lado a la hora de abusar de su posición. Fruto de este enfrentamiento, inscrito en la Guerra Fría, fue el Estado del Bienestar. Porque había que demostrar a la humanidad indecisa entre los dos sistemas, que el Capitalismo era capaz de dar más felicidad y libertad a los ciudadanos. Al final, la corrupción se comió a los soviéticos, la Nomenklatura se convirtió, de una élite de dirigentes con ciertos privilegios, en una panda de ladrones, de millonarios clandestinos que salieron del armario en cuanto cayó Gorbachov. Los chinos fueron más listos y se pasaron por el forro los dogmas leninistas, a la vista de todos, para entrar de lleno en el más feroz capitalismo, sin abandonar su monopolio político de Partido "Comunista"; una contradicción que no sabemos a dónde les va a llevar. 
El caso es que cayó el Comunismo y los ricos ya no tienen miedo a que, si se pasan en sus abusos, nos hagamos bolcheviques. Ahora pueden sodomizarnos todo lo que quieran sin que nadie les amenace desde enfrente o les utilice como propaganda de otro sistema en el que los ciudadanos podrían ser más felices. Ahora pueden manipular la economía impunemente para llevarnos a una bancarrota nacional que justifique la liquidación de todas las ventajas sociales que un día conseguimos con tanto esfuerzo y sacrificios. No quieren deducir, de su rapiña a la plusvalía, la financiación de una sanidad y una educación gratuitas, de unas pensiones que pudimos cotizar los trabajadores porque nuestro salario no era de mera supervivencia. Quieren más, lo quieren todo. Y esta crisis es el caballo de batalla en su Revolución de los Ricos. Manipulan los medios de comunicación y quieren manipular la enseñanza para convertirnos en súbditos ignorantes y sumisos, como los viejos siervos medievales. Nos quieren llevar a una nueva Edad Media y convertir el Capitalismo en un sistema feudal. Y de momento lo están consiguiendo.
Porque han conseguido que gran parte de la población, idiotizada y alienada, vote en contra de sus propios intereses. Que no hay nada más tonto que un pobre de derechas. Y seguirán robándonos, hasta ahora disimuladamente, para arrebatarnos, por las buenas o por las malas, las migajas de riqueza que, por miedo al enemigo bolchevique, nos habían dado de limosna.Y si nos resistimos intentarán que el hurto se convierta en atraco a mano armada. La democracia, para ellos, vale mientras les sea útil; que ya lo henos visto en muchas dictaduras del Tercer Mundo. Nos agreden, nos están agrediendo ya, y deberíamos saberlo, como deberíamos saber que contra la agresión es lícito ejercer la legítima defensa.
Contra la Revolución de los Ricos no hay más que una opción: la clásica y siempre justa Revolución de los Pobres. Ojalá la podamos hacer pacífica y democráticamente, sin recurrir a la violencia ni a la imposición de dictaduras estériles, que es lo propio de ellos, los explotadores y especuladores sin conciencia.
"¡Arriba parias de la Tierra. En pie famélica legión..!"
Que se vayan preparando, porque no pueden vivir sin nosotros. ¿Qué ladrón puede vivir sin nadie a quién robar? Pero nosotros sí que podemos vivir PERFECTAMENTE sin ellos.
Que no nos toquen más las gónadas.
He dicho.
Miguel Ángel Pérez Oca.