Lo que dijo Pedro Sánchez en la entrevista que le hizo Ébole ayer me ha dado mucho que pensar. Qué lástima que no tuviera el valor de decirlo cuando aún era tiempo de imponerse a los "poderes fácticos", a los Felipes-Guerra ga-gá y a las Susanitas, y haber forzado un gobierno alternativo de izquierdas. Aunque supongo que los mandamases no lo hubieran consentido y el PSOE hubiera saltado por los aires antes que dejar que se aliara con Podemos. Por otro lado, tras las primeras elecciones de diciembre, se notaba demasiado que Podemos quería forzar unas segundas, a ver si había suerte y "sorpasso" y el Gobierno se lo llevaba Pablo Iglesias. Pero en ese caso, tampoco hubieran sido posibles alianzas con el PSOE, o a Pedro le hubieran dado "matarile" todavía antes. Ahora, quizá, si Pedro sabe maniobrar y conquistarse a la militancia, será posible salvar a la Democracia, al PSOE y a los votantes de la verdadera izquierda... Lo que está claro es que con la izquierda dividida no hacemos nada. Por cierto, lo de que Catalunya es una nación sería una perogrullada si no fuera por el empecinamiento de la derecha pepera de buscarse enemigos para forzar situaciones imposibles y líneas rojas, y forzar así su dominio a base de dogmas, como la vieja Iglesia. Hacen lo mismo con los vascos y con los "radicales populistas" de Podemos.
Como no nos espabilemos, Rajoy y sus muchachos tienen cuerda para rato, con todos esos pobres de derechas que los votan porque son más tontos que Abundio, y más cobardes y egoístas que el malo de la película.
Lo dicho: Si la izquierda no se une no se comerá una rosca. Lo vengo diciendo desde hace muuuuuucho tiempo. Pero los sectarios no escuchan.
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