Y HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO.
Podríamos
decir que el final del siglo XX y los principios del XXI son nuestro presente
generacional. Y el presente carece de la suficiente perspectiva para poder ser
juzgado bajo el punto de vista histórico; pues muchos asuntos están pendientes
de resolver y muchos misterios están todavía por desvelar.
Así
que… ¿qué ha pasado en Alacant estos últimos años? ¿En lo referente a la
política? Pues en lo que se refiere al Ayuntamiento, comenzó con un mandato
largo del alcalde Lassaletta (PSOE),desde 1979 a 1991, que coincidió con el
fallido golpe de estado del 23-F, y fue seguido por uno corto de Ángel
Luna (1991-1995), pero pronto ganó el PP
las elecciones con un largo periodo de Luis Díaz Alperi (1995-2008), al que
siguió por dimisión del anterior y posterior elección por mayoría absoluta
Sonia Castedo (2008-2014), y Miguel Valor, del PP (2015) también por dimisión
de la anterior. Después volvió el PSOE con Echévarri (2015-1018), en un
tripartito con Guanyar y Compromís que no llegaría al final de su mandato a
causa de una crisis política que le dio el poder a Barcala, del PP. Y en eso
estamos a julio de 2021.
A
nivel nacional, en 1981 se aprobó la Ley del Divorcio; en junio de 1982 España
entró en la OTAN; el 15 de julio de ese año se aprobó el Estatuto
de Autonomía de la Comunidad Valenciana; ese mismo año el papa Juan Pablo II
visitó Valencia; y en 1986 España entró en la Unión Europea.
Aparte
de esos acontecimientos políticos hemos cerrado el siglo XX en Alacant con algunos
tropiezos naturales, como el terremoto “flojito” (4,9º Escala de Richter) del 5
de marzo de 1981; y los diluvios del 20 de octubre de 1982 (217 l. x m2), con
dos muertos; del 5 de noviembre de 1986, sin víctimas y del 30 de septiembre de
1997 (270 l. x m2), con 4 muertos.
También
tuvimos dos gravísimos accidentes pirotécnicos: Una explosión durante los Moros
y Cristianos del Campello de 1987, con 6 muertos, y otra el 19 de agosto de
1989, de un coche cargado de cohetes y petardos en el aparcamiento del
Hipermercado Pryca de San Juan, con 8 muertos.
Y
grandes acontecimientos deportivos: El estadio Rico Pérez fue una de las sedes
del Campeonato Mundial de Fútbol de 1982 y varios alicantinos ganaron medallas
en la Olimpiada de Barcelona de 1992. Además, somos puerto de partida de la
Volvo Ocean Race, una regata internacional que da la vuelta al Mundo.
Sufrimos
dos atentados mortales de ETA en nuestras cercanías: en 1981 en Mutxamel, con 3
muertos, y en 2002 en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola, con 2,
una niña y un adulto. Y también hubo guerra sucia en 1995 con el turbio caso de
Lasa y Zabala, que habían sido asesinados en Inchaurrondo y enterrados en
secreto en Busot.
Y
así vimos terminar el siglo XX y acercarse el incierto XXI, en el que se
suprimiría la mili obligatoria (diciembre de 2001) y el EURO sustituiría a la
peseta (1-1-2002).
En Madrid, el
11 de marzo de 2004, tuvieron lugar los terribles atentados islamistas de los
trenes de Atocha, con 193 muertos. Y ETA, en octubre de 2011, anunció el cese
definitivo de su violencia. ¡Bien! Aunque no se disolvería hasta 2018.
La burbuja
inmobiliaria acabó explotando, y vino la crisis, con 6 millones de parados y el
movimiento del 15-M en la Puerta del Sol de Madrid y aquí en la Plaza de la
Montañeta. La banca tuvo que ser rescatada y nuestra CAM fue absorbida por el
Banco de Sabadell.
El 2 de junio
del 2014, inesperadamente, abdicaba el Rey Juan Carlos I, y le sucedía su hijo
Felipe VI, en un ambiente político muy tenso y envenenado por los muchos casos
de corrupción, que han salpicado a las más altas esferas.
Y desde el 1
de junio de 2018 Gobierna en España el socialista Pedro Sánchez, que ganó una
moción de censura a Mariano Rajoy del PP, con el apoyo de Podemos y otros
partidos de izquierda. Ahora hay un Gobierno de coalición PSOE-Podemos.
Y por si fuera
poco con todo este lío, ahora somos víctimas de un virus mundial que ya ha
matado a mucha gente y del que nos estamos vacunando a toda prisa, mientras nos
tapamos la cara con mascarillas y no paramos de lavarnos las manos con gel de
alcohol desde hace año y medio… ¿Cómo vamos a contar todo esto con la serenidad
que exige una narración histórica? ¡Vaya con el siglo XXI!
A pesar de
todo, Alacant, ahora, es una ciudad ideal para vivir y solazarse, con su clima
y sus aires de moderna metrópoli que no ha olvidado sus tradiciones y las
huellas de un glorioso pasado. Alicante, hoy, cuenta con 331.577 habitantes,
varios museos de arte y arqueología, una gran Universidad e instalaciones de
otra con sede en la cercana Elche, dos grandes y modernos hospitales, un
aeropuerto internacional de gran tránsito, buenas autopistas que nos comunican
con toda España, tren de Alta Velocidad, una terminal de cruceros en nuestro
puerto, un gran estadio de fútbol y distintas instalaciones deportivas de
primer orden, una excelente oferta hostelera y un merecido prestigio en el
mundo turístico que todos los veranos llena nuestras excelentes playas y
lugares pintorescos de la provincia.
Y no os digo
que este capítulo vaya a ser el último de mi “Alicante es un libro” porque la
Historia no se acaba nunca. Pero, de momento, no os puedo aventurar nada de lo
que vaya a ser de nuestra ciudad en un contexto mundial desconcertante. Ojalá
sea todo muy bueno. Pero tengamos paciencia.
Espero que al
menos os haya gustado esta modesta reseña histórica, que confío haya
contribuido a que améis más a esta tierra que es sin disputa la
millor terreta del mon.
Miguel
Ángel Pérez Oca.
22 de julio de 2021
1 comentario:
Por cierto, busco a alguien que me lo publique.
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