sábado, 28 de mayo de 2016

MI INTERVENCIÓN EN LA PLAZA DEL 25 DE MAYO.

Esta mañana, a las 12, se ha celebrado el acto conmemorativo en honor de las víctimas del terrible bombardeo del 25 de mayo de 1938. Yo he hablado en representación de la Comisión Cívica de Alicante por la recuperación de la Memoria Histórica. Han hablado el Alcalde, el Vicealcalde M. Ángel Pavón, la concejala de Memoria Historica, Mª José Espuch, la Vicepresidenta del Consell valenciano Mónica Oltra, la Consellera de Justicia... y yo. Me ha parecido excesiva la presencia de políticos y la escasa participación ciudadana. Había allí dos supervivientes del bombardeo y una poetisa que deberían haber intervenido, porque yo creo que su presencia es más importante que la de un concejal o una Consellera, pero, en fin, ya irán aprendiendo nuestros políticos. Lo importante es que los gobernantes han asumido los actos de Memoria Histórica como institucionales.
He aprovechado que estaba presente el Cónsul de Italia en Alicante para entregarle una copia del texto que he leído y que os pongo a continuación. Me gustaría que el Gobierno Italiano acusara recibo de estas palabras, sobre todo las referidas a Tullio de Prato, el bombardero que acabó de General. Al fin y al cabo el pueblo italiano, como el español, fue víctima del fascismo y no se le guarda rencor en absoluto. Pero me gustaría comprobar que nuestra repulsa al totalitarismo es unánime.
Ahí va mi intervención:

Buenos días a todos y todas. En nombre de la Comisión Cívica de Alicante para la recuperación de la Memoria Histórica, me complace manifestar nuestra satisfacción por la presencia en este acto, organizado por primera vez por nuestro Ayuntamiento, de la Vicepresidenta de la Generalitat Valenciana Mónica Oltra, de la Consellera de Justicia Gabriela Bravo, del Alcalde de Alicante Gabriel Echevarri, de la Concejala de Memoria Histórica y Democrática María José Espuch, del Vicealcalde Miguel Ángel Pavón, del Portavoz Natxo Bellido y demás componentes de nuestra Corporación Municipal, así como del señor Cónsul Honorario de Italia, de los compañeros de las Marchas de la Dignidad que han querido estar hoy con nosotros y de todos vosotros, amigos y amigas, que hemos venido a esta plaza para rendir homenaje y respeto a las trescientas víctimas del bombardeo del 25 de mayo de 1938 por la aviación fascista a las órdenes del General Franco, así como al resto de los 500 muertos habidos en los 71 bombardeos que sufrió Alicante a lo largo de nuestra terrible Guerra Civil del 36 al 39. Y, sobre todo, para comprometernos, una vez más, a que estos crímenes no se olviden nunca, con el fin de que jamás se vuelvan a repetir, ni en esta ni en ninguna otra parte del mundo.
Nuestra Comisión Cívica lleva ya muchos años luchando por mantener presente y fomentar la Memoria Histórica con esos fines. Para que la Historia nos sirva de guía hacia la paz. Para que la Justicia Histórica prevalezca. Para que los muertos inocentes reciban el recuerdo y el homenaje de merecen. Y para ello nos hemos embarcado en aventuras en las que, afortunadamente, hoy contamos con ayuda de las autoridades locales y autonómicas que, en otras épocas, se habían mostrado reticentes a colaborar con nuestra labor. Colocar el memorial que hoy preside esta Plaza del 25 de Mayo nos costó un largo periodo de desacuerdos e incomprensiones por parte de un Ayuntamiento cuyos titulares solo accedieron a regañadientes a nuestras justas pretensiones. Afortunadamente, estos son otros tiempos y otras personas dirigen nuestro municipio y nuestras instituciones autonómicas y la tarea, espero, va a ser más fácil para nosotros, que vemos con satisfacción como se institucionalizan estos actos a los que asistimos ya como satisfechos colaboradores.
Hay todavía pendientes muchas acciones de justicia histórica, como la instalación del monumento de Eusebio Sempere en nuestro puerto, en memoria de los últimos republicanos que esperaron en vano los barcos del exilio, el memorial del Campo de los Almendros, primer campo de concentración de estos demócratas, el cambio de denominación de ciertas calles con títulos franquistas, en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, el hermanamiento de nuestra ciudad con Cardiff, patria del heroico capitán Dickson, del Stanbrook, y el bautismo del paseo elevado del puerto a su nombre, la realización museística y de recorridos de la memoria, el mantenimiento de grafitis, refugios antiaéreos y demás recuerdos históricos de la Guerra Civil. Todo lo iremos haciendo entre todos. Y que sepa nuestro Ayuntamiento que, para eso, siempre nos tendrá a su disposición.
Solo me queda hablar hoy de un tema que recientemente nos ha conmocionado e interesado sobremanera, por lo significativo y ejemplar, a todos los niveles, de la noticia. Gracias a las investigaciones de mi hermano Eusebio, hemos podido conocer las circunstancias biográficas de uno de los dos capitanes que dirigieron el bombardeo de esta fecha que hoy conmemoramos en su 78 aniversario. El capitán Tullio de Prato, jefe de la 10ª escuadrilla de la Aviación Legionaria Fascista Italiana, al mando de tres aparatos Savoia SM 79 “Sparviero” que, junto a otra escuadrilla mandada por el capitán Zigiotti, provocó más de 300 muertos en esta misma plaza y otros lugares de Alicante, tiene una historia muy curiosa. Estuvo dos veces en nuestra Guerra, de marzo a mayo de 1937, y de 0ctubre del 37 a junio del 38. Intervino como copiloto en el Bombardeo de Guernika, en uno de los tres aviones italianos que participaron en dicha acción criminal junto a la Luftwafe. También participó, ya como jefe de escuadrilla, en los sangrientos bombardeos de Barcelona, y finalmente vino en varias ocasiones a bombardear Alicante, la más terrible de todas el 25 de mayo de 1938. Combatió en la II Guerra Mundial en los cielos de Albania y Libia, y fue después piloto de pruebas en la fábrica Regianne, donde le sorprendió la caída de Mussolini. Pero lo que más llama la atención de su biografía es que De Prato, lejos de ser depurado por el nuevo gobierno democrático y expulsado, cuando menos, del Ejército por sus crímenes de guerra, se mantuvo activo, siendo ascendido a Teniente Coronel en 1947, a Coronel en 1958 y a nada menos que General de Brigada en 1960. Estaba en posesión de tres medallas al valor militar “por la afirmación de los ideales fascistas” y de la Cruz de Hierro nazi. Murió en 1981 como un honorable militar retirado, sin que nadie le recriminara su pasado de bombardero de civiles no combatientes, de ancianos, mujeres y niños que no se podían defender de sus bombas.
España fue usada por los aviadores italianos y alemanes como banco de pruebas de sus prototipos, a costa del asesinato de ciudadanos españoles que sirvieron de conejillos de indias. Mi madre, de 98 años, superviviente de este bombardeo, todavía tiene pesadillas. Ella también fue un conejillo de indias de gente como Tullio de Prato.
Que conste aquí que no guardamos rencor alguno al pueblo italiano, hermano nuestro en tantas cosas. Ellos fueron, como nosotros, víctimas de nuestros respectivos gobiernos fascistas. Y ahora que el Estado de Derecho nos rige a ambos pueblos, es tiempo de recapacitar sobre la impunidad de ciertos criminales de guerra. Porque tan criminal como Tullio de Prato fue el americano que echó la bomba de Hiroshima, o el inglés que bombardeó Dresde, o el alemán que arrasó Coventry… o el ruso que hoy bombardea ciudades sirias de donde huyen los refugiados que tantos problemas ocasionan a ciertos políticos europeos. Hay que gritarle al mundo que un aviador que mata a madres y niños es un asesino, tan asesino como Jack el Destripador.
Por eso, le ruego al señor Cónsul de Italia que traslade al gobierno de esa nación querida y hermana nuestro estupor por el trato que recibió el carnicero de Alicante. Ya sé que no podemos echar la primera piedra, que en nuestras ciudades, incluida Alicante, aún hay calles con nombres de indeseables fascistas; pero sería bueno conocer la opinión de los actuales políticos italianos al respecto. Saber que comparten nuestra repulsa y que, juntos, nos vamos a esforzar para que, tanto en nuestra Europa como en todo el Mundo, no se vuelva a amparar y mantener en la impunidad a los criminales de guerra.

Muchas gracias.


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