jueves, 3 de marzo de 2022

 


VERGÜENZA IMPOTENTE.

 

Ucrania, marzo de 2022.

 

Cuando el Mundo roza la hecatombe o la bancarrota.

Cuando el Capitalismo galopa irracional hacia el precipicio.

Cuando el crecimiento indefinido acaba con la Naturaleza.

Cuando un loco puede pulsar el botón del suicidio universal.

Cuando el miedo es una herramienta de poder.

Cuando la información manipulada nos empacha.

Cuando el odio se convierte en un veneno sabroso.

Cuando el amor no prevalece.

Cuando sospecho que la violencia sin límites está presente en nuestros genes.

Cuando todo esfuerzo por humanizar a los humanos es inútil…

Yo reniego del Género Humano.

Me avergüenzo de ser un pretendido Homo Sapiens.

Y lloro en silencio la desventura de formar parte de la Creación.

¿Puede esto ser obra de Dios? ¿De qué Dios?

Y si no lo es, ¿de quién es la obra maldita?

No amanece la esperanza por Levante.

El dolor y la vergüenza reinan en el Mundo, desde siempre y para siempre.

No quiero renegar de esa lucecita de esperanza que veo dentro de mí,

pero es tan pequeña y está tan remota, oculta tras mi horizonte interior…

Si un día llegara a reinar la sensatez en nuestro mundo.

Si un día supiéramos librarnos de los ambiciosos, de los soberbios, de los avaros,

de los egos aberrantes.

Si un día comprendiésemos que nunca ha lugar a imposiciones por la fuerza.

Si un día regresáramos a nosotros mismos.

Si un día alcanzáramos la sabiduría, como el resto de los animales.

Ese día sí podríamos llamarnos Homo Sapiens, con todo derecho.

Ese día habríamos llegado a ser lo que creemos ser.

Pero no sé si algún día llegará ese día.

Sinceramente: No lo sé.

                                                 Miguel Ángel Pérez Oca.

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