viernes, 19 de febrero de 2021

AL LIBRO DE ALICANTE LE FALTAN VARIAS PÁGINAS

 

AL LIBRO DE ALICANTE LE FALTAN VARIAS PÁGINAS.

 

            ¿Por qué dos ciudades separadas por varios kilómetros y varios siglos ostentan el mismo nombre? ¿Qué pasó desde la ruina de la ciudad romana de Lucentum, en la actual Albufereta, al nacimiento de la Medinalakant árabe en lo que hoy llamamos la Vila Vella? Porque el nombre es el mismo: Lucentum o Lucentia significa Ciudad de la Luz, y Medinalakant es Ciudad (Medina) Lakant (de Lucent). Eran épocas oscuras. Desde la caída del Imperio Romano con la deposición de su último emperador Rómulo Augústulo, por el bárbaro Odoacro, en el año 476, hasta la llegada de los árabes en el 711, por aquí no hubo nadie que supiera leer y escribir; y entonces ¿cómo se iba a redactar una crónica? Por eso al libro de Alicante le faltan varias páginas. O sea dos siglos y medio de silencio.

            Sabemos que los godos estuvieron por aquí, aliados de Roma, entre el año 416 al 451 expulsando a Alanos y Vándalos, y que volvieron el 507, una vez caída Roma, para fundar su reino en Hispania, con capital en Toledo. Hubo una guerra civil entre los godos, que disputaban dos reyes, Agila y Atanagildo. Y los bizantinos, súbditos del emperador Justiniano, de Constantinopla, vinieron aquí el 551 para ayudar a Atanagildo, y después se quedaron y no querían marcharse hasta que el rey godo Suintila los expulsó el año 625. Así pues estas tierras del Levante fueron romanas, visigodas, bizantinas, otra vez godas, hasta que en el 711 llegaron los árabes; aunque nuestra terreta siguió bajo el mando del conde godo Teodomiro, que se convirtió en tributario, en virtud del tratado de Aurariola (Orihuela), donde se menciona a Lakant como una de las ciudades pertenecientes al Señorío de Tudmir (Teodomiro), hasta que al fin dicho tratado fue revocado en el 779 por Abdelrramán I, que derrocó al hijo de Teodomiro.

            Qué lío, ¿verdad? El caso es que Lucentum se convirtió en una ruina, quizá arrasado y saqueado por los bárbaros, o a causa de la gran crisis económica provocada por la caída del imperio o por los cambios socioeconómicos, falta de esclavos y predominio de las villas rurales, en manos de nobles hispano-romanos, sobre las ciudades decadentes. Las causas, seguramente, son muy complejas. Sin embargo se han encontrado lápidas con inscripciones paleo cristianas muy cerca de Lucentum, quizá pertenecientes a una iglesia goda o bizantina. Y en el subsuelo del Archivo Municipal, en la calle de Labradores, se han hallado varias tumbas tardo romanas. Si allí había un cementerio, ¿dónde estaba la población que lo surtía? Y en el barrio de Benalúa, en el paraje que se conocía como Els Antigons (los antiguos) también se encontraron importantes restos romanos con mención a Lucentum. Y después, la medina árabe, que ocupaba el actual barrio viejo de Alicante, desde la Concatedral de San Nicolás a la Basílica de Santa María, recibía por los musulmanes un nombre que se deriva claramente de Lucentum.

            ¿Qué pasó por estas tierras en esos dos siglos y medio? “Aixó es un misteri” que diría mi abuelo.

            Pero está claro que no se perdió el nombre. Y eso significa que estas tierras siguieron estando pobladas y mantenían la vieja denominación, LQNT, con las vocales y desinencias que exigiera la lengua y la cultura dominantes.

            Después vendrían tiempos más cultos, y eruditos escribanos conocedores del arte de narrar y dar razón de los acontecimientos, nos irían contando la historia de esta tierra de brisa y de luz que se despereza al sol, codiciada por todo aquel que viene de lejos.

                                  

Que es sin disputa Alacant,

                                               la millor terra del mon.

                                                                                     Miguel Ángel Pérez Oca.    

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