martes, 22 de octubre de 2019

EL CANTO DE LA OROPÉNDOLA.

El tema para la Tertulia de ayer era "Oropéndola" y yo presenté este trabajo que espero os guste:



EL CANTO DE ORIOL.

            -¡Cabrones! ¡Hijos de puta! ¡Malditos seáis! ¿Por qué me habéis encerrado en esta jaula donde no puedo volar? ¿Acaso no sabéis quién soy? Soy Oriol, el pájaro dorado, cuyos reflejos se confunden con los destellos del Sol. Mi canto es magnífico y llena de armonía todo el bosque. Sus habitantes me respetan, porque soy inteligente y escurridizo, y voy de un continente a otro en mis migraciones, siempre en busca de climas más benignos. En invierno vivo en los trópicos y en verano voy a vuestro país, despreciables tiranos, para alegrar vuestros bosques. Pero ahora me habéis capturado y soy prisionero de esta ridícula jaula. ¿Qué queréis de mí, malditos? ¿Que alegre vuestro hogar con mis cantos? ¿Y qué va a ser de mi esposa y mis dos polluelos? Los orioles somos monógamos y habéis hecho de ella una prematura viuda, y a ellos dos huérfanos que quizá mueran de hambre, al carecer de un padre que les traiga alimentos. Os gusta también mi figura como decoración, ¿verdad? Porque soy dorado y negro, qué magnífica combinación de colores, ¿no es cierto? Pero pronto moriré de tristeza al no poder sufrir la cautividad y me echaréis a la basura, como un juguete roto. ¡Malditos monstruos! No tenéis ningún respeto por los seres que adornan la Naturaleza. Cazáis y matáis para divertiros. Sometéis a la esclavitud a los que insultáis llamándolos “animales domésticos”. En vuestros mataderos se lleva a cabo un genocidio horroroso, con torturas innecesarias. Pero el mayor crimen lo cometéis cuando os regodeáis con el espectáculo de pobres bovinos asesinados entre música y colorines, en esos campos de exterminio que llamáis “Plazas de Toros”, o cuando os complacéis con los trinos de un pájaro en su jaula. Si supierais que nuestros cantos son nuestro idioma, si conocierais el significado de las notas que emiten nuestras gargantas, no oiríais más que insultos y reproches: ¡Monstruos, asesinos, diablos, canallas, malvados… cabrones!
            La pareja de humanos admira complacida la jaula dorada donde canta la oropéndola.
            -Querido, qué detalle has tenido al regalarme este pájaro cantarín - dice ella. 
            -Escucha, querida. ¿Has oído nunca canto más armonioso? Qué belleza, ¿verdad?
            -Sí, querido, sus trinos me llenan de amor y de paz.
            Y Oriol sigue cantando:
            -¡Malditos monstruos! ¡Pío, pío, pío! ¡Me habéis quitado la libertad! ¡Me habéis robado mi esposa y mis hijos! Pío, pío, pío! ¡Malditos seáis! ¡Queréis encerrar al mundo en una jaula y estáis condenando a este planeta a una muerte horrorosa! ¡Pío, pío, pío! ¡Vuestro pecado será castigado con vuestra propia extinción! ¡Moriréis todos en vuestra propia jaula! ¡Malditos seáis!  ¡Pío, pío, pío…
            -Qué canto más maravilloso – dice el hombre, mientras una tos incipiente delata las partículas contaminantes que flotan a su alrededor. Ignora que su planeta, la Tierra, es una jaula de aire y que al ensuciarla y maltratar a sus criaturas se está envenenando él mismo. La oropéndola se lo advierte, pero él ignora el idioma de los pájaros.
            -¡Malditos seáis, bestias asesinas! ¡Malditos seáis! ¡Pío, pío, pío…!

                                                                                  Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                                                          (500 palabras)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Magnifico relato. Ojala calara en nuestras mentes( asesinas) estamos destruyendo tanta belleza y paz que seremos nustras oropias victimad.

Anónimo dijo...

Me ha encantado este relato, que injusto puede ser el ser humano en muchas ocasiones