El jueves 24 me operaron para implantarme una prótesis en la cadera izquierda. Siempre recordaré con espanto los martillazos con los que el cirujano metía la pieza de titanio en el interior de mi sufrido fémur. Ahora deambulo por mi casa prisionero de dos muletas y por la noche no sé que postura adoptar para poder dormir sin molestias. Seguramente hay muchos huesos y piezas de titanio que tienen que acostumbrarse a convivir. Pero espero que pronto pueda salir corriendo, convertido en un hombre biónico. Lo que más me ilusiona es pitar en los controles de estaciones y aeropuertos. Bueno, para que veáis lo que os cuento, os pongo una radiografía pos operatoria.
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