Todavía impresionado por las manifestaciones de ayer, me permito poner en este blog unas palabras que acabo de escribir. Me han salido del corazón, así que perdonadme la osadía.
ELLAS NOS SALVARÁN.
Ellas nos salvarán, como siempre nos han salvado. Un país en el que sus mujeres pueden mover a seis millones de personas en una tarde, no puede caer en la barbarie. Ellas no son solo madres y esposas, sostén de las familias, son personas con voluntad, autoridad y capacidades propias, tal como el otro 50% de la Humanidad, y lo están demostrando en cuanto ha pasado el reino de la fuerza bruta, nuestra única ventaja biológica como varones. Ayer se llenaron de gente las calles de mi patria, la misma patria de Rosalía de Castro, de Pardo Bazán, de Mariana Pineda, de Clara Campoamor, de Concepción Arenal, de Carmen Amaya, de Sara Montiel, de Montserrat Caballé, de Ana Belén y de Cristina Almeida. ¡Es la revolución! Y una revolución, han dicho las manifestantes, será feminista o no será nada.
La testosterona mal asimilada, la caspa y la mugre medieval de un clero obsoleto y la picaresca de los bandoleros de corbata, apoyados en su resurgir en la imbecilidad de los nacionalistas de la periferia costera y el centro central, nos llevan a un precipicio de barbarie insondable, a lo negro, a la vieja España del cerrado y la sacristía, de la sangre gratuita y la pandereta, como Dios no lo remedie; pero Dios es un señor con barba, un patriarca caprichoso e inflexible creado a imagen y semejanza del hombre. Así que esto no tiene arreglo, como no nos salven las mujeres.
Y entonces, desterrada la fuerza bruta como herramienta de poder, surge la mujer y alza su palabra, y las calles se llenan de voces dulces y airadas. “Yo no salí de tu costilla, tú saliste de mi coño”. “Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”. ¡Qué jolgorio! ¡Qué placer, escuchar esas cosas! Y ese viento de libertad barre las brumas del fascismo, del viejo franquismo, de la barbarie, de la mezquindad y la cobardía que quieren volver. Y da un ejemplo al Mundo.
Ellas nos salvarán, porque sin ellas no hay salvación. Nunca la ha habido.
Miguel Ángel Pérez Oca.
(A las mujeres de mi vida, a mis amigas del alma
y a la memoria de un abedul que era mujer.)
4 comentarios:
Miguel, fue impresionante. A la derecha le duele por que hasta la palabra IGUALDAD es femenina.
Eusebiet.
Ahora a esperar que los gritos se vuelvan votos...útiles.
Y que no quede solo en un acto a celebrar una vez al año.
Yo creo que la situación actual de la política española, con la sandez de Cataluña, la reacción fascista y la inminencia de las elecciones ha potenciado las manifestaciones feministas del día 8, así que me permito ilusionarme pensando que el efecto perdurará y se traducirá en un descalabro de la derechona a manos de los votos feministas que darán el poder al astuto y afortunado Pedro Sánchez. Otra cosa es que este acabe defraudando a todos. Pero prefiero que me defraude un social demócrata de debilidades liberales a sufrir la férula de los trifachitos de Colón y su regreso a la gruta medieval. Abril va a ser un mes interesante.
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