martes, 16 de octubre de 2018

LA CANCIÓN QUEDA IGUAL.

El tema de la tertulia de ayer era "La canción queda igual" y yo presenté este trabajo que espero os guste:



                                                        LAMPEDUSA.

             -Señor – dijo Comín, el secretario -, unos hombres esperan en la puerta trasera.
            -Muy bien – le respondió don Midas -, hazlos pasar por las caballerizas, que nadie los vea, y llévalos al sótano.
            Cuatro individuos de aspecto intelectual bajaron a las cuevas donde el hombre más rico de Despertonia guardaba sus tesoros. Observaron, admirados, las obras de arte y los objetos de oro y plata allí almacenados.
            -Buenas noches, amigos, han sido ustedes puntuales.
            Los cuatro hombres se quitaron el sombrero e iniciaron una reverencia.
            -No, por favor, nada de ceremonias…  ¿Habéis traído sacos?
            Los hombres asintieron en silencio.
            -Bien, podéis llevaros todo lo que queráis. Os marchareis después por la puerta del jardín, que hemos descerrajado para simular un robo, y con este botín podréis financiar vuestra revolución… A cambio, debéis respetar mis propiedades, y las obras de reforma que decrete vuestro gobierno las confiaréis a mis empresas. ¿De acuerdo?
            Los cuatro volvieron a asentir.
            -Bueno. Ahora quiero que veáis cómo han quedado el nuevo himno y la nueva bandera con su escudo… - y se volvió hacia el secretario.
-¡Comín, di a los artistas que pasen!
            Un violinista, una cantante y un sastre entraron por una puerta del fondo. Primero, el músico empezó a tocar el himno tradicional de Despertonia.
            -Pero - objetó el jefe de los revolucionarios -, la canción queda igual…
            -Esperad que cante la soprano, veréis que en todas las viejas estrofas se ha sustituido la palabra “Rey” por la palabra “Pueblo”… Y en la bandera que ha confeccionado mi sastre se ha eliminado la corona real y se ha puesto una de laurel que ensalza a los héroes… que seréis vosotros, amigos.
            -Pero, todos los símbolos nacionales permanecen… -exclamó otro revolucionario.
            -Claro, estimado compañero, porque el nacionalismo es una idea fuerte, capaz de unir al pueblo… Hala, llenad vuestros sacos con lo que queráis y marchaos sin que os vean.
            Y don Midas despidió a los artistas, se fue arriba con el secretario y dejó solos a los revolucionarios.
            -Os deseo mucho éxito en vuestra revolución… ¡Viva la Libertad del Pueblo!
            Después se volvió a Comín.
            -Págales bien a los artistas y que firmen un juramento de silencio. Y mañana embalas todo lo que no se hayan llevado esos infelices y lo depositas en los sótanos del Banco Nacional, no vayan a venir a por más.
            -Pero, señor, si la revolución fracasa…
            -Entonces denunciaríamos a los conspiradores por robo con asalto y a los artistas por subversivos… Pero si triunfa, las finanzas de este país estarán en mis manos. Me habré librado del rey y la nobleza despilfarradora y yo seré el auténtico ministro de Hacienda. En cuanto a la bandera y el himno, son casi los mismos; así que el pueblo podrá seguir sintiéndose orgulloso de su amada patria; los revolucionarios tendrán el poder político y la economía estará, más que nunca, bajo control, que es lo importante. Como dijo Lampedusa: “A veces hay que cambiar algunas cosas para que no cambie nada”.

                                                           Miguel Ángel Pérez Oca.
                                                                   (500 palabras)

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