DEMÓSTENES EL BOCAZAS.
Digámoslo
claro, Demóstenes Orales, de profesión oficinista, es un bocazas, un tipo de
esos que disfruta hablando ex cátedra de asuntos de los que no tiene ni idea. Y
sus vecinos, familiares y compañeros de trabajo tienen el cielo ganado
soportando sus opiniones.
Ayer estaba
toda la familia viendo la tele: Demóstenes, su sufrida esposa y los niños…
bueno, y el abuelo. Aunque el abuelo no cuenta, siempre en su rincón, sentado
en su silla de ruedas con la mirada perdida, que uno no sabría decir si observa
la televisión o la andaluza con vestido de faralaes que la culmina. Y es que
desde que le dio el ataque resulta imposible comunicarse con él.
-Hala…
seiscientos negritos más a vivir de la sopa boba – exclamaba Demóstenes -. Y
ahora les darán una casa y una pensión, tendrán médico gratis y escuela para sus
hijos. Y todo eso lo pago yo con mis impuestos.
En la pantalla
se veía una multitud de emigrantes a bordo de lanchas neumáticas medio
desinfladas y un barco rojo que intentaba socorrerlos. Una voz impersonal
mencionaba el número de fugitivos que habían muerto en el Mediterráneo durante
el último mes.
-“…Y el Jefe
de nuestro Gobierno ha ofrecido el puerto de Valencia para acoger a toda esta
gente desesperada…”
-¿Desesperada?
Aprovechada, diría yo. Ahora, nuestros políticos “progres” se gastarán nuestro dinero
en rescates para hacerse propaganda y marcarse un farol internacional. Y en
África, en cuanto vean que España es un coladero, se vendrán todos para acá,
por el efecto llamada. ¡Si hasta van a quitar las concertinas en Ceuta! Y es
que los españoles somos unos ingenuos. Seguro que el gobierno anterior no
hubiera metido la pata como hace éste que, además, se ha aliado con los
radicales para alcanzar el poder como sea…
El abuelo
seguía con su mirada perdida, aunque un buen observador hubiera visto cómo su
rostro iba tomando un tono rojizo, cada vez más intenso, hasta que al fin,
desde el fondo del salón, surgió una vieja y conocida voz que los dejó a todos
sobrecogidos.
-¡Acabáramos!
¡Hasta aquí podíamos llegar! Escucha, “tontolculo”, tú estás vivo gracias a
unos “ingenuos” que se jugaron la vida para salvar a tu abuelo del pelotón de
fusilamiento. En 1939 tu abuelo era un joven comisario que habría sido fusilado
si llega a caer en manos de los franquistas. Pero en el puerto de Alicante
había un barquito inglés, el Stanbrook, y su capitán, Archibald Dickson, arriesgó
la vida y su barco para sacar de España a 3000 refugiados republicanos. Si tu
abuelo no hubiera escapado en aquel barco, habría sido ejecutado y yo no habría
llegado a nacer, ni tú tampoco… ¿No ves que la historia se repite? Tu abuelo era
un refugiado, como esos africanos a los que tú niegas el derecho a sobrevivir…
¡Bocazas!
Y todos se
quedaron con los ojos y la boca muy abiertos, mirando al abuelo, que volvió a recostarse
en su silla de ruedas, con la mirada perdida.
Miguel Ángel Pérez Oca
(500 palabras, sin título ni firma.)
1 comentario:
De todo relato se deducen cosas. Si en casa de "tontoculo" hay una tele con una muñeca vestida de gitana encima, es por una razón. Que es una tele vieja, de esas anchas. En las nuevas no caben las muñecas. Evidencia de que, por el nivel de "tontoculez" del personaje, debe ser aficionado a la tele y sus "delicias futboleras". Un acerrimo de estos espectáculos prefiere las pantallas de gran tamaño. El motivo es sencillo. Ver los número de las espaldas de sus jugadores favoritos a simple vista. Conclusión: si no tiene una tele "modelna" es por falta de medios económicos, de donde se deduce que "tontolculo" ademas de facha es pobre. Un pobre de derechas. ¡¡TONTOLCULO!!.
Eusebio Pérez Oca.
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