¿Quién
les merece a ustedes una mayor credibilidad, el señor Putin o el señor Trump?
Porque después de ver las terribles imágenes del bombardeo con armas químicas
en Siria y los niños agonizando entre convulsiones, el señor Trump ha dicho que
el culpable es el dictador Al-Ásad y ha lanzado misiles sobre una base
gubernamental siria desde donde, según dice, partió el ataque. Por su parte, el
señor Putin sostiene que el gobierno sirio no cuenta con armas químicas y que
el daño se produjo al bombardear una base rebelde que sí contaba con ellas; y
acusa a los Estados Unidos de haber realizado un ataque a un estado soberano
sin contar con la opinión internacional. ¿Quién tiene razón? ¿Quién nos está
manipulando? ¿No hubiera sido preferible que la ONU realizase una investigación
minuciosa del hecho para determinar el responsable, antes de atacarlo o
defenderlo? ¿Y si todo es un montaje? ¿Y si las escenas horripilantes que hemos
visto en la televisión son de otra guerra o de otra fecha? ¿Quién nos garantiza
que estamos viendo la verdad? Y sobre todo, ¿qué clase de periodismo tenemos en
el mundo que todavía no sabemos cuáles son los bandos en lucha en Siria y qué
causas defiende cada cual? ¿Todos los enemigos de Al-Ásad son islamistas
fanáticos? ¿Todos los rebeldes son convencidos demócratas de la Primavera
Árabe? ¿De quién huyan los refugiados? ¿Qué pinta el petróleo en todo esto y
qué mueve a rusos y americanos a envenenar más todavía esta guerra
interminable? Lo cierto es que cuando me siento ante la televisión me veo como
un tonto que se deja que le coman el coco, y me cabrea. Sí, señor, me cabrea
mucho; sobre todo cuando veo que la agonía de unos niños se utiliza como moneda
de cambio, como excusa, como justificación de un bando de ambiciosos repugnantes
a los que el niño les importa un bledo y lo que quieren es gasolina barata con
la que forrarse a la vez que nos contaminan el planeta. Quizá, en vez de
Planeta Tierra, deberíamos llamar a nuestro mundo actual Planeta Mentira. O
Planeta Asesino. O Planeta Enfermo…
1 comentario:
Vuelves a tener más razón que un santo. Sobran los comentarios. Has dicho las cosas como nadie.
Eusebiet.
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