martes, 11 de agosto de 2015

CANCIÓN SATÍRICA DE GALILEO GALILEI.



¡La he encontrado! ¡La he encontrado! Después de leer un poema de mi amigo Fernando, de la Tertulia Literaria, sobre el péndulo, bajo la estampa de Galileo sosteniendo uno, me acordé de que tenía en algún sitio un poema, o letra de canción, escrito por el insigne científico Galileo Galilei, padre de la Física moderna y de la Astronomía. Deberéis perdonar que la traducción traiciona la rima y la medida, pero el fondo de la letra retrata muy bien al cachondo putero que era nuestro venerado amigo.
Excelente tocador del laúd (su padre fue uno de los creadores del bel canto italiano), frecuentaba las casas de lenocinio, donde deleitaba a sus amigos con sus composiciones eróticas. De hecho, y con grave disgusto del dueño del lupanar, que lo buscó en vano para hacerle pagar la ofensa, retiró de su profesión a la más bella prostituta de Venecia, Marina Gamba, con la que tuvo un hijo y dos hijas.El chico acabó de secretario del Gran Duque de Toscana, pero las chicas tuvieron que meterse monjas, pues al ser hijas de su madre no tenían la honorabilidad necesaria para poderse casar con hombres de bien. Cosas del machismo de la época. La mayor, sor María Celeste, lo acompañó en su arresto domiciliario de Arcetri, siendo su apoyo en la ceguera que sufría en los últimos años de su vida; aunque acabó muriendo antes que su padre. El nombre religioso lo había escogido en su honor: MARÍA CELESTE.
Bueno, pues ahí va el texto. ya me diréis:

CANCIÓN SATÍRICA DE GALILEO GALILEI.

Una esposa se dolía ante sus padres
De que su marido estaba poco armado
Y como no podía satisfacer sus ansias
Se hallaba dispuesta a llevarle al Juzgado.
Y afirmaba que la engañaron adrede
Y debieran cambiarle de matrimoniado.

Otros, que de armamento andan sobrados
Dan con mujer de tan pequeña entrada
Que no hay lugar allí para sus instrumentos
Y así queda la esposa defraudada.

Pero antes se veía desde lejos
La proporción entre uno y otro sexo
Antes de que llegaran a echarse los tejos.

Entonces, no había miedo al mal francés,
Porque todos desnudos en el campo
Lo mostraban al derecho y al revés.

Y si mujer había con engaños
Los tenía cubiertos solamente
Por tres o cuatro hojas de castaño.

Y así no se engañaba a las personas
Como se ven engañadas bien ahora
En cuanto uno considera y mira todo:
Porque la mujer, vista por fuera,
Si la tientas un poquito bajo el paño
Se te muestra como Caja de Pandora.

Y así, pues, todo fraude y todo engaño
No nacen más que de una sola causa,

Que es la de andar vestido todo el año.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Galileo grande en todas sus vertiemyes.

Eusebiet