lunes, 20 de abril de 2015

MALLORCA, MALLORCA...

















Sa Calobra.

















Puerto de Hidroaviones en Pollensa.

Yo, ante un olivo milenario en la ciudad de Palma de Mallorca.

Capilla de Miquel Barceló en la Catedral.



















Rincón de Valldemossa.


Claustro del primer convento de Ramón Llull.

Tranvía de Soller.

Denia desde el cielo.

He pasado unos días deliciosos en Mallorca. Y, aparte de la capital, con su grandiosa catedral, su Palacio de la Almudaina, la Lonja y el barrio judío, tan llenos de historia, me he dedicado a recorrer la Sierra de Tramuntana, con sus vertiginosas carreteras, sus costas quebradas y magníficas, sus pueblos pintorescos y sus montañas imponentes. Os aconsejo un viaje a la isla, lejos de playas y turismo masivo, en busca de rincones como Valldemossa y Deià, donde tantos creadores encontraron refugio: Chopin, George Sand, Robert Graves (el autor de "Yo Claudio" y "Rey Jesús") y el Archiduque Luís Salvador de Austria, primo de Sisí Emperatriz, gran adelantado del ecologismo balear y entusiasta de su historia. La isla es patria de personajes tan ilustres como Ramón Llull, cuyo primer convento, restaurado por el Archiduque, pudimos visitar. También estuvimos en Soller, con sus edificios modernistas, y su puerto, con el pintoresco tren que va del uno al otro lugar.  Pollensa, Formentor y Alcudia (con sus viejas murallas) cierran por el norte la costa de la Tramuntana.
Uno de mis intereses históricos fue visitar las dos lugares desde donde partían los aviones que, durante la Guerra Civil, venían a bombardear Alicante. Son Sant Joan ya es irreconocible, pues nada tiene que ver este modernísimo y gigantesco aeropuerto turístico con el descampado desde donde despegaban los "Savoia Sparviero" y los "Pipistrello" de la Aviación Legionaria Italiana que ocasionaron, entre otras, la masacre del 25 de mayo de 1938 en el Mercado de Alicante. En la actual zona militar, donde vi despegar a varios helicópteros, todavía se puede ver alguna torre de control en desuso y estado ruinoso que quizá fuera la primitiva de aquel rudimentario campo de aviación. En Pollensa todavía está en uso el puerto de hidroaviones que hoy alberga a los destinados a combatir los incendios forestales. Qué diferencia entre estos aviones, destinados a salvar vidas y bosques, con aquellos, al mando de Ramón Franco, hermano del dictador, que echó a perder su prestigio de insigne aviador participando y comandando los bombardeos nocturnos de la costa republicana.
Y una última observación. Para aquellos que ya han estado en Mallorca: ¿De verdad os gusta la capilla de la Catedral "decorada" por el "genio" Miquel Barceló? Yo debo ser muy ignorante de las últimas tendencias del arte "modelno", pero sí puedo decir que reconozco el mérito, la dificultad y la sensibilidad artística, cuando los veo. Y aquí, que me perdonen los eruditos y los gurús del Arte, no veo nada de eso, sino el juego de un niño travieso que le toma el pelo a los papanatas. Ojalá esté equivocado y el dinero invertido en esa capilla esté bien empleado, pero lo dudo, lo dudo mucho, y me apena que un entorno tan maravilloso haya dado cobijo a un, digamos presunto, mamarracho.
Se me ocurre pensar al respecto que si el Ecce Homo de Borja, en lugar de haber sido pintado por una pobre señora de buena voluntad y pocas luces, lo hubiera sido, exactamente igual, por Picasso, se le consideraría una valiosísima obra de arte. ¿A que sí? Pues en este ejemplo veo la más genuina representación de la tomadura de pelo que es una buena parte del arte actual.
Lo siento, pero pienso así, y así seguiré pensando mientras nadie me demuestre lo contrario.
¿Por qué no opináis sobre esto último y abrimos un interesante debate?
                                                                 
                                                                                                      Miguel Ángel Pérez Oca.

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