sábado, 27 de abril de 2013

NO PODRÁN.


No podrán, los malnacidos no podrán. Porque ellos mismos crean sus propios enemigos. La juventud estaba ya conforme con el mundo que les rodeaba, se había extinguido el espíritu revolucionario, los jóvenes se habían adocenado, y ellos, los malnacidos, los "triunfadores", esos "ganadores" que inventó el imbécil de Calvino, con su dichosa predestinación, los han despertado. "Cuanto más nos sodomizan más nos despiertan", me decía el otro día un joven que fue "pijo" en su día, después quincemayista y ahora "escrache" contra los desahucios. No podrán reducirnos de nuevo a la esclavitud porque el ser humano tiene unos valores internos que quizá pueden dormirse, si pasa mucho tiempo sin que suene la alarma, pero que acaban despertando cuando se le tiraniza, se le engaña, se le toma el pelo... Por eso no podrán. Ellos, en su vesánica ambición incontrolada, necesitan a los pobres para sentirse más ricos; pero los pobres no los necesitan para nada. Así que no podrán.
Anteayer, en el salón de actos de Comisiones Obreras de Alicante, presentamos un librito titulado "Relatar en tiempos revueltos". El acto lo había organizado Chema, ese compañero genial que parece tan frágil y es tan sólido, tan inexpugnable, tan imposible de reducir. Con él, desde luego, no podrán los malnacidos, no podrán. Fuimos leyendo, cada uno, nuestra aportación al librito, nuestro cuento, relatado en tiempos revueltos. El mío se titulaba "Un planeta con suerte" y trataba de dos extraterrestres que salvan a nuestro planeta introduciendo un virus que acaba con todo aquel que tiene comportamientos insolidarios, que desarrolla una hormona llamada "hijoputona". Lo hermoso es que esto lo hemos hecho los pensionistas de CC. OO. , pero nos acompañaba mucha gente joven, con sus guitarras, su caja, sus instrumentos de viento, y sus gargantas, sus maravillosas y jóvenes gargantas. Una pareja de chicas en un dúo celestial, una chica de voz maravillosa, un chico armado de muy buena voz y mejor voluntad. Pablo Milanés, Victor Jara, flamenco, verdad... Está claro: NO PODRÁN. Porque si aprietan más, si nos obligan a ponernos en nuestro sitio, su mundo se va a ir a la m... Que no nos busquen las cosquillas, porque no van a poder apretarnos más sin que les mordamos. Intentarán sojuzgarnos, nos dirán que los escraches (vaya palabreja cuando es más fácil denominarlos gente que protesta a domicilio) son nazis, y yo me pregunto por qué, si quieren insultarlos llamándolos fascistas, recurren a un fascismo extranjero, cuando tenemos un fascismo autóctono: se llamó y se llama FRANQUISMO. Pero les da miedo llamar a las cosas por su nombre, porque en el fondo, la palabra "franquismo" les recuerda a papá o al abuelito... o a ellos mismos en sus "buenos" tiempos de enchufe y mangoneo, que ahora está saliendo a relucir en los procesos.
No podrán, no van a poder. Podrán amargarle la vida a unos cuantos, a unos cuantos miles, a unos cuantos millones; pero, como dice mi joven amigo: "cuanto más nos sodomicen más nos despertarán". Y cuando el que tiene razón se despierta, nadie puede adormecerlo con cantos de sirena. Ni siquiera va a hacer falta la violencia, ¿para qué? Si Gandhi pudo levantar a un pueblo como el indio, sin dar una sola bofetada, que se imaginen los malnacidos de qué seremos capaces si nos organizamos y nos negamos a seguir tragando... Que no olvieden que su poder se basa en el dinero: esos papelitos o esos apuntes informáticos que tienen el valor que queramos darle. Y si decidimos limpiarnos el culo con sus billetes puede que descubramos que su pretendido poder no era más que un bluf. No podrán, no van a poder.
Antes, los capitalistas vivían de fagotizar el trabajo ajeno, inventaban industrias y comercios en los que "daban" trabajo a los ciudadanos y se quedaban con una parte de su producción, de sus esfuerzos, en forma de plusvalía; pero rizaron el rizo y ahora pretenden ganar fortunas sin necesidad de producir nada, sin "dar" trabajo a los ciudadanos, con la simple especulación en los mercados y las bolsas, convertidos en casinos. Absorben el dinero sin dar nada a cambio y arruinan al pueblo, crean paro, deudas, mientras ellos engordan, engordan, engordan. Y cuanto más engordan, cuanto más se enriquecen sin dar nada a cambio, cuanto más se hinchan más pronto llegará el momento en que revienten.
Que se lo quiten de la cabeza, que no había más que ver a los jóvenes anteayer en el salón de actos del sindicato, lleno a rebosar.
No van a poder. No van a poder. 
¡NO PODRÁN!
Miguel Ángel Pérez Oca.

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