ELEUTERIO MAISONNAVE.
Don
Eleuterio Maisonnave y Cutayar es el principal protagonista de la política
alicantina en la segunda mitad del siglo XIX. Él fue el primer alcalde de
Alacant elegido democráticamente por sufragio universal masculino tras la Gloriosa
de 1868. Ministro, periodista, abogado, escritor de ensayos sobre Derecho
Mercantil, fundador de partidos políticos en nuestra ciudad y mano derecha, a
nivel nacional, del eminente político y orador don Emilio Castelar.
Nacido
en 1840 en el seno de una familia acomodada alicantina, fue director del
periódico madrileño “El Globo”, desde donde promovía sus ideales republicanos.
Fundó el Partido Demócrata en Alacant, y después sería destacado miembro del
Partido Republicano Posibilista, del que llegó a ser diputado a Cortes por
Alicante. Contribuyó a preparar la Revolución Gloriosa de septiembre de 1868.
Durante la I República fue Ministro de Estado y de Gobernación. Después, en la
Restauración Borbónica (Alfonso XII), volvió a ser diputado en varias legislaturas.
Fue uno de los impulsores de la Institución Libre de Enseñanza y también fundó
la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alicante, posteriormente conocida como
la Caja de Ahorros del Mediterráneo, recientemente desaparecida, fagocitada por
el Banco de Sabadell.
Era
masón, habiendo ingresado a los 36 años en la logia alicantina Constante Alona,
donde alcanzó el grado 33 con el nombre simbólico de Pericles.
Veamos
los momentos estelares de su biografía política:
En
octubre de 1869 los republicanos federales alicantinos de Froilán Carvajal se levantaron
en armas contra el nuevo rey Amadeo I, llamando al alzamiento al resto de los
republicanos. El alcalde de Alicante, Maisonnave, aunque era republicano,
manifestó que acataba la Constitución votada por el pueblo, y se puso del lado
del Gobierno. Carvajal sería detenido y fusilado en Ibi.
Tras
ser disuelto el Ayuntamiento a causa de la rebelión, Maisonnave volvió a ser
elegido alcalde en 1870 y realizó importantes obras públicas en la ciudad.
Don
Amadeo I, hombre demócrata y moderado, no puedo resistir la prepotencia de los
políticos españoles, y se marchó a su casa italiana. Las cortes, exasperadas,
llegaron a proponer a Espartero que fuera nuestro rey, pero el viejo general,
escarmentado de tantos reveses y enfrentamientos, declinó la oferta; y entonces
se proclamó la República el 11 de febrero de 1873. En las elecciones a Cortes
Constituyentes, Maisonnave fue elegido diputado por Alicante con una amplísima
mayoría. Su ideal republicano se había cumplido al fin, dentro de la legalidad.
En
1873 tuvo lugar en Alcoy la primera revolución proletaria de la Historia,
dirigida por socialistas y anarquistas de la I Internacional; y hubo violentos
enfrentamientos armados en los que resultó muerto el alcalde republicano
moderado Agustín Albors. Finalmente, el levantamiento fue sofocado por el
ejército, y Maisonnave, que era Ministro de Estado con el gobierno de Pi y
Margall, criticó la actitud débil de su jefe, provocando su caída, y resultando
nuevo presidente Nicolás Salmerón.
Poco
después estalló la sublevación cantonalista de Cartagena y varios navíos de
guerra vinieron a Alacant con la pretensión de poner la ciudad del lado de la
revolución. Maisonnave se presentó en Alicante y organizó la resistencia, ante
el bombardeo de la ciudad por parte de la pequeña flota cartagenera, que tras 6
horas de hostilidades se retiró a sus bases. El resultado había sido de 9
muertos (4 de ellos civiles) y 40 heridos. El presidente Castelar felicitó a
Alacant por su heroísmo y nombró a Maisonnave Ministro de la Gobernación, desde
cuyo puesto intentó mantener el orden constitucional frente a cantonalistas,
internacionalistas, carlistas nuevamente sublevados y demás insurrectos.
Pero
la situación se hacía insostenible, y en enero de 1874, el general Pavía irrumpía
con sus hombres en la Cortes y las disolvía, dando lugar al retorno de la
monarquía borbónica en la figura de don Alfonso XII, en lo que se llamó el
Régimen de la Restauración. Y Maisonnave siguió en activo, con su mentor
Castelar.
Fallecería en
Madrid en mayo de 1890, a la edad de 50 años. Nunca un alicantino había tenido
tanta influencia en la política nacional.
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