UN UNIVERSO SOSTENIBLE.
Cuando
las criaturitas del pequeño mundo empezaron a llamarle “Dios”, todos se rieron.
Sus ayudantes, el físico Serafín y la bióloga Angelita, descorcharon una
botella para celebrarlo.
-Vaya,
ya eres un ser divino, querido jefe.
-Sí,
ya lo eres, Teo – le decían mientas admiraban en la pantalla las pequeñas
aventuras de aquellos seres insignificantes.
La
creación de un mundo en miniatura, dentro de su laboratorio, había causado
sensación en el ambiente científico. Teo se había hecho famoso de la noche a la
mañana, después de tantos años de trabajo.
Sin
embargo, pronto empezarían las complicaciones.
-Pues
resulta que uno de esos bichejos, un tal Copérnico, ha descubierto que el
pequeño mundo que he creado no puede ser el centro del Universo. Eso es mecánicamente
imposible; así que tendremos que ampliar las instalaciones para albergar un sol
que sea un millón de veces más grande que ese planetita que, inevitablemente,
tendrá que girar a su alrededor.
Pero
la cosa no terminaría aquí.
-Ahora
ha salido un tal Isaac Newton que sostiene que su Universo debe ser infinito, o
se colapsaría hacia su centro por efecto de la gravedad – decía Serafín entre
preocupado y divertido.
Y
tuvieron que volver a ampliar el laboratorio y pedir un nuevo presupuesto.
-Ya
se han puesto a estudiar la materia más pequeña, y dice Niels Bohr, otro de sus
pequeños sabios, que todo está formado por átomos de estructura muy simple:
protones, neutrones y electrones – comentó el doctor Teo, alias “Dios” -. Voy a
tener que inventarme unas Leyes de la Física que confirmen sus hallazgos, o
estos bichitos descubrirán que son artificiales y nuestro experimento no valdrá
para nada.
-Pero
su Mecánica Cuántica no hay quien la entienda – objetaría tiempo más tarde Serafín
-. Según ese tal Schrödinger, un gato puede estar vivo y muerto a la vez… Y las
partículas son también ondas… Y siguen descubriendo más y más partículas
subatómicas, complicando el modelo de Bohr... Recurren a las probabilidades
para explicarse las contradicciones, pero me temo que nos van a descubrir… La
verdad, no sé qué leyes tendrías que inventarte, jefe.
-Lo
de los agujeros negros, donde no rigen las leyes, tiene tela…- dijo Angelita.
-Me temo que
no vamos a poder solicitar más presupuestos para mantener la apariencia natural
de este micromundo. Esto es un rollo. Creo que tendremos que cerrar el
laboratorio – se lamentaba el doctor Teo.
-¿Y las
criaturitas? – preguntó Angelita, que les había tomado cariño.
-¡Que se jodan!
– exclamó Serafín, muy cabreado -. Esta gentecilla no para de incordiar. Quizá
no deberías haberlos hecho tan listos.
-La culpa
debió ser de Lucio-Fernando, el auxiliar que despediste por incompetente, ¿Eh,
jefe? – insinuó Angelita.
-Yo creo que
alteró los parámetros a propósito para fastidiarte. Ese “Lucifer” te tenía envidia – afirmó Serafín.
-Pues nada.
Este Universo, además de notarse que es artificial, resulta insostenible, así
que cerraremos el chiringuito. Ya estoy harto de inventarme Leyes Naturales a
la medida de esos idiotas… Que les den por culo –concluyó “Dios”, apagando la
máquina.
Miguel Ángel Pérez Oca.
( 500
palabras, sin título ni firma )
1 comentario:
Siempre he pensado que Lucio Fernando era el bueno de la historia. El resto pelotas e inútiles. Por eso sufrió el mobbing de su jefe y sus compañeros. ¡Panda cabrones!. Como siempre la posverdad nos hizo creer que los hipócritas y los mentirosos era los buenos. El Trump del cielo ganó hace años. Así nos va.
Eusebiet.
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