El Mundo, últimamente, se ha sumido en las tontocracias. Multitud de necios y mediocres han tomado las riendas de países antes acreditados como democráticos y regidos por personas de acusada y benéfica personalidad. No sé si será a causa de la informática, que facilita demasiado los caminos del conocimiento, haciendo innecesarios los esfuerzos intelectuales; no sé si será como consecuencia del uso abusivo de los teléfonos móviles o , simplemente, porque los líderes tontos quieren tener a colaboradores más tontos a su alrededor para que no pongan en peligro sus liderazgos.
El caso es que las viejas y saludables ideologías se han vuelto aberrantes en manos de los idiotas. Y ahora vemos a dos payasos, adalides de un marxismo y un liberalismo en plena descomposición, Kim Jong-un y Donald Trump, sosteniendo un extraño enfrentamiento que puede derivar en horroroso conflicto nuclear, como no propició la pasada Guerra Fría, gracias a la prudencia de unos mandatarios de entonces que no eran precisamente imbéciles. Los dos payasos se enfrentan con sus bravatas, desprestigiando sus respectivos sistemas corrompidos por el machismo alfa de la testosterona o, simplemente, por la necedad.
Pero el mal se ha extendido y otros dos idiotas se enfrentan, por ahora incruentamente, en estos lares.
Don Tancredo Rajoy, ese tonto de solemnidad, que no sabe ni andar, que se empeña en mirar a otro lado cuando un problema de fondo como el catalán reclamaría soluciones inteligentes, y el "patriota" Puigdemont, el de la greña que le impide ver el ridículo y el despropósito en el que incurre, se enfrentan por un referendum con garantías que debiera haberse celebrado hace ya mucho tiempo, cuando los ánimos todavía no habían pasado de la reflexión al visceralismo. El uno se empeña en escudarse tras la legalidad, por muy obsoleta que esta sea, negándose a cualquier negociación para su modificación eficaz. El otro se dedica con los suyos a inventarse una legalidad que se sacan de la chistera, y a contar mentiras históricas y cuentos de la lechera económica para seducir a un pueblo que, permítanme, debe estar hasta las pelotas de zarandajas. Que yo siempre he sabido que los catalanes son gente inteligente. Pero, claro, con alguien como Rajoy al mando dan ganas de ser independientes con tal de librarse de ese tonto solemne de la derechona carpetovetónica. Es lo que hay.
Entre todos los mandatarios idiotas y payasos que nos gobiernan nos pueden llevar al desastre. Yo, al menos, en nuestro triste caso, si fuera mosso de esquadra o juez del Constitucional, los mandaba a los dos a la mierda.
3 comentarios:
El problema es que el pueblo le paga a los políticos para buscar soluciones a los problemas. Rajoy el Inútil se limita a usar a los jueces de un desacreditado Tribunal Constitucional que no dudó en "cepillarse" un Estatut votado por los catalanes y que contenía puntos que eran "legales" en Andalucía y Valencia. Todo por que las reclamaciones contra dicho Estatut las hizo el gabinete del Ministrillo Trillo. Utilizó al energúmeno Albiol para lucahr contra el derecho a hacer sus leyes autonómicas, incluso el Estatut. Rajoy buscó cuatro millones de firmas contra este derecho. Dice que los consiguió.....yo no me creo que los consiguiera. Aunque en España haber tontos haylos y más de cuatro millones. El PP es un partido franquista. Es evidente. Lo que yo no creo es que el niñato coreano sea marxista, ni que los Estados Unidos sean una democracia. Son solo las dos caras de la misma moneda que se necesitan el uno al otro para justificar su mezquindad. Volviendo a Rajoy. Nosotros le pagamos para resolver los problemas políticos de la sociedad española. Los jueces están para juzgar los delitos. Rajoy está convirtiendo en delitos las aspiraciones justas de mucha gente. Aunque yo no esté por la independencia de Catalunya si estoy con el derecho a expresarse e incluso a decidir. Por supuesto en un referéndum legal y justo. Pero hablar de justicia con Rajoy o con los peperos es imposible. Mienten y te lo voy a demostrar. Un año antes de que se votara el referéndum de la Constitución que yo no voté, se firmó la Carta de los Derechos Humanos. Allí está el derecho a la autodeterminación. Pero claro, los derechos humanos se los pasan por el forro de los cojones. ¿O nos hemos olvidado del derecho al trabajo, al salario justo, a la vida digna, a la vivienda también digna, etc?. A mi siempre, las banderas y las fronteras me han dado asco. Ahora con estos personajes enfrentado, más.
Esusebiet
Tienes toda la razón; aunque yo añadiría algo más: Los nacionalismos (en este caso tanto el catalán como el carpetovetónico) son veleidades de burgueses pueblerinos que prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de león y, en algún caso, de utópicos enloquecidos de una izquierda pseudomarxista. Me caen gordos Puigdemont y sus muchachos, sobre todo los de la antigua Convergencia, que nunca fueron independentistas hasta que el independentismo les dio un excelente telón con el que tapar la corrupción de los Pujol, Mas, etc., o sea los del 3% que ya denunció el pobre Maragall. Ya quisieran ellos ser independientes para designar su tribunal suprem que le diera carpetazo al enojoso asunto. Lo único que los justifica es que bajo el mandato de un mamarracho como Rajoy a cualquiera le dan ganas de pedir la independencia.
Lo malo es que termine armándose gorda, entre dos bandos de idiotas. Porque en este caso no hay buenos y malos. Todos son malos.
Mi patria es el planeta Tierra y mi pueblo la Humanidad, de ahí para abajo todo son trampas interesadas. Es mi opinión.
Una opinión que, como siempre, da en el clavo.
Eusebiet.
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