Ayer, sábado 4 de junio de 2016,
en la Sede Universitaria de Alicante, un grupo de amigos dedicamos un homenaje
al poeta alicantino FRANCISCO ALONSO.
Como
bien nos dijo el también poeta y escritor Manuel Parra, es una injusticia que a
nuestro amigo Paco Alonso no se le considere como personaje famoso e
imprescindible en la historia de la poesía alicantina, valenciana y española.
En el fondo, todos sabemos que la fama y el mérito no siempre van de la mano; y
que deben haber quedado en las cunetas de la Historia muchos Cervantes,
Góngoras, Albertis y Celas… Todo, en esta vida es cuestión de suerte y de haber
tenido una promoción adecuada.
La
poesía de Alonso es poderosa, firme, enérgica, contundente a la vez que
trasluce una ternura inefable; como su autor, que bajo su apariencia roqueña
esconde un ser tan duro y a la vez tan frágil como el diamante.
Paco
Alonso nos recitó de memoria algunas de sus mejores obras, que apenas puede
leer por su problema de visión. Nosotros, sus amigos, también recitamos algunas
obras de él o dedicadas a él. A mí me tocó leer un soneto dedicado a mi persona
con motivo de la publicación de mi libro “25 de mayo, la tragedia olvidada”.
Nunca
he recibido un honor y una recompensa más valiosa en toda mi vida, que el haber
sido merecedor de una obra poética de Francisco Alonso.
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