martes, 13 de enero de 2015

SOBRABA NETANYAHU.


Vaya por delante mi mas absoluta condena a los atentados de hace unos días en París: "Je suis Charlie". Y vaya por delante que me repugna toda case de violencia, sea esta terrorismo de fanáticos religiosos o terrorismo de Estado. No me gustan los verdugos, vayan estos de uniforme caqui o negro; degüellen periodistas o lancen bombas sobre las escuelas.
Mi adhesión más absoluta está con los dibujantes y periodistas del Charlie Hebdo, que decían en su revista lo que les daba la gana y se burlaban de todo lo humano y divino (si es que hay algo divino en este mundo hipócrita). La libertad de expresión nos ha hecho grandes a los europeos y nos ha traído la ciencia y la tecnología, las libertades políticas y los derechos humanos, frente a la resistencia de fanáticos e inquisidores, de dictadores y reaccionarios de todos los pelajes. Pero esas libertades no se han ganado fácilmente, frente a unos señoritos feudales que se han amparado demasiado frecuentemente en religiones obsoletas, en las que la blasfemia se castiga con la muerte. Y todo eso lo han comprendido muy bien los cientos de miles de manifestantes de ayer en París; aunque algunos de los personajes políticos que se adhirieron "oficialmente", parecían estar allí solo para quedar bien, pero en el fondo pensaban que ellos, los de Charlie Hebdo, se lo habían buscado por "ofender" a Dios. Como si un Dios todopoderoso e infinitamente sabio y bueno pudiera ser ofendido por las travesuras de unos infusorios humanos que Él mismo, supuestamente, ha creado con sus defectos y virtudes. En fin, es inútil intentar razonar con los cenutrios meapilas; así que no insistiré  en estos argumentos de lógica filosófica: No se hizo la miel para la boca del asno.
Pero me pregunto qué hacía en la manifestación paralela de los políticos un individuo de la calaña de Netanyahu, Jefe del Gobierno de Israel que hace muy poco arrasaba Gaza matando hombres, mujeres y niños inocentes, en nombre de una supuesta lucha contra el terrorismo de Hamás. Hacer lo que ese tipo y sus acólitos han hecho también es terrorismo, y del peor, porque conlleva el abuso del enorme arsenal y medios conque cuenta un estado como el israelí. Hay que combatir a los terroristas, de acuerdo, pero no matando inocentes y violando los derechos humanos, como hacen los ventajistas israelíes. Otros políticos también sobraban en aquella cabecera de figurines, jefes de gobiernos que no respetan los derechos humanos y que, a su regreso, seguirán abusando de sus ciudadanos en nombre de la seguridad, de la Patria o de cualquier religión medieval hecha a la medida de sus antiguos - y nuevos - tiranos.
Ya está bien. El que no sea capaz de sentir en lo más hondo de su corazón el significado de la frase "JE SUIS CHARLIE", que no manche la calle con su presencia espuria.
He dicho.
                                                                                  Miguel Ángel Pérez Oca.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace años un viejo luchador por la democracia me dijo una frase muy sencilla: "Si matar es malo, ¿por que matar al que mata?".
Ante esta simple razón solo se puede interponer la mente obtusa del que pretende mantener sus privilegios por encima de los derechos de los demás. Hemos visto a un ministro del interior, el de España, hablar de libertad de expresión. Después volvió a España y no derogó su Ley Mordaza.
Mucho hipócrita hay en este mundo.
Eusebiet "je suis Espartaco".