Os voy a poner el último relato compuesto para las reuniones de la Bodega Adolfo.
El tema era la Imaginación y se llama "Recuerdos imaginarios".
A ver qué os parece.
RECUERDOS IMAGINARIOS.
Imaginé
que recordaba haber culminado una vida plena y maravillosa. Imaginé que
recordaba haber sido un individuo excepcional. Me imaginé recordando que había
estudiado en las mejores universidades, que había triunfado en la política y en
el mundo de los negocios. Y también imaginé que no había sido nunca un
depredador social. Que mis empleados habían disfrutado de excelentes salarios y
que yo me había ocupado de que nada les faltase, a ellos, a sus familias ni a
sus hijos. Que jamás despedí a uno de mis trabajadores para ganar más dinero. Que
nunca cerré una de mis factorías para mejorar los resultados globales de mi
empresa. E imaginé también que había organizado varias fundaciones en las que
invertí toda la fortuna que me sobraba después de realizarme como persona, y que
por medio de ellas intenté siempre paliar las desgracias de los desheredados de
aquí y, sobre todo, de las paupérrimas naciones del Tercer Mundo. Me quise
recordar construyendo hospitales, escuelas y servicios sociales por todo el
planeta, y que se decía de mí que invertía en la felicidad ajena más que muchos
gobiernos corruptos. Hasta me atreví a imaginar que recordaba haberme
enfrentado a los otros poderosos de la economía mundial, que no soportaban mi
ejemplo y que al final lograron vencerme y reducirme a mi pobre estado actual.
Y
también imaginé que recordaba haber gozado de las mujeres más hermosas del
mundo, y haber corrido maravillosas aventuras, ascendiendo a las más altas cumbres
y bajando a los más tenebrosos abismos
submarinos. Y no quise imaginarme dedicado a la caza deportiva, porque creo
firmemente que matar por diversión es un pecado repugnante. Me imaginé en mi
juventud como un consumado atleta y que la suerte me había concedido un cuerpo
bello y un hermoso y varonil rostro. Y que por todo ello, y a pesar de este abominable
final en el que estoy sumido, mi empeño valió la pena.
Quise
recordarme construyendo, al fin, una familia ideal, con una esposa perfecta y
amante, inteligente y fuerte, y unos hijos despiertos y honrados que siguieron
mis pasos y que pude poner a salvo, con su madre, para que un día puedan
vengarme.
Y
ahora, próximo ya al fin de mis días, pude imaginarme que afirmaba con
satisfacción que había sido el hombre más afortunado de la Tierra , que no me
arrepentía de nada de lo que había hecho y, mucho menos, de lo que no quise hacer.
Mi vida, en fin, había sido una obra de arte.
Aunque
reconocí, agradecido, que nada de esto hubiera sido posible de no haber nacido
en el seno de una familia poderosa y riquísima y de no haber tenido unos padres
ejemplares que me colocaron en el comienzo de un camino vital fascinante…………….
………Imagino que recuerdo todo esto
mientras languidezco a la puerta de mi chabola de cartón y hojalata, junto al
Gran Vertedero, sentado en el deteriorado sillón que han sacado de la basura mis
pobres y sucios nietos, para que pueda reposar mi maltrecho y anciano cuerpo al
sol, cuando el viento pútrido del basurero gigante, junto al que he pasado toda
mi miserable vida, sopla en dirección contraria y hasta aquí llega algún amago
de los suaves efluvios del césped del cercano y ruidoso aeropuerto.
Y
me consuelo razonando que no hay ninguna diferencia entre recordar un pasado
verdadero u otro inventado. Qué más da, cuando estoy ya cerca del fin de mi existencia,
lleno de achaques y viejas huellas de pasadas enfermedades infecciosas,
provocadas por la podredumbre que siempre me ha acompañado. Los recuerdos y las
creaciones fantásticas tienen el mismo valor. Ambos pertenecen a un tiempo y un
espacio inexistentes, imposibles de vivir en el ahora, sean de verdad o de
mentira. ¿De qué sirve haber tenido si no se tiene? ¿De qué sirve haber vivido
si no se vive?
Ya
lo decía mi madre, cuando yo era un niño que jugaba a ser pirata o detective
entre las montañas de toda esta mierda: “Ay, Manuel, eres un chico con mucha
imaginación. Pero has nacido aquí y no llegarás lejos”.
Miguel Ángel Pérez Oca.
1 comentario:
¡Eh!, Miguel, disimula. No digas eso tan alto. Como se enteren los del PP privatizan el basurero y nos tiran fuera. Entonces ya no comeremos ni mierda.
Eusebiet del Fontcalent.
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