sábado, 4 de octubre de 2008

LA MANO DERECHA DE MI HIJA NATALIA.


Mi hija Natalia es muy deportista, navega a vela, hace remo, sube en bicicleta y el otro día se compró unos patines... y se cayó y se rompió una muñeca. Ha escrito un artículo sobre este suceso, que demuestra que las mentes despiertas sacan provecho de todas las experiencias, aunque en principio parezcan dolorosas y molestas. No me resisto a ponerlo en este blog, para que lo leáis.


MI MANO DERECHA.

Hace una semana que ando con el brazo escayolado sin saber aún cual es el misterioso hueso que me he roto. Es toda una incógnita que no deja de tener su gracia. Para GOOGLE el hueso que aparece en el informe de urgencias esta en el pie y para el médico de aquel agradable lugar, en la mano. En fin, salvo por ese ligero detalle que solo va a marcar la diferencia entre llevar la escayola un mes o dos, por lo demás todo bien, gracias. No he perdido mi autonomía. Sí, es cierto que no me puedo pelar las manzanas, pero si uno deja de lado el miedo a sulfatarse y sufrir una mutación, puede comérselas con piel tranquilamente y con una mano. Me ducho sola, me visto sola y sigo trabajando...Es curioso, los matices que aporta un traspiés como este y la de cosas que uno puede aprender y disfrutar si se presta a ello. Desaparecido el dolor nocturno, que fue jodido pero se rindió al segundo día, todo esto es lo que de momento he vivido:
Curioso, pero hay gente de esa con la que uno se cruza al ir a comprar o trabajar y con quienes nunca he intercambiado más que un cruce de miradas, que me han parado, sonrientes, para preguntar qué me había pasado. “Es curioso, no saben como me llamo, pero ahora ya saben que patino”, me digo cuando se marchan deseándome lo mejor. Te das cuenta entonces de que existes para muchos y que formas parte de muchos caminos. Ahora, a mi lista de gente a quien saludar sonriente cada mañana, se ha añadido un tendero, una dependienta, un conductor de autobús, un camarero....
Increíble, mi velocidad para escribir a ordenador con la mano derecha acabará entrando en el record de los Guinness si esto se prolonga. Como ya escribía con un dedo, pues la cuestión se ha resuelto con darle aceleración al asunto, ¡chincharos, seres perfectos que escribís con los 10 dedos de la mano! Si os rompierais un brazo perderíais 5 dedos eficientes, yo solo he perdido 1.
Perfecto, a mi edad, una se mira al levantarse el canalillo del pecho y descubre unas desagradables arruguitas que se producen por dormir de lado (las chicas me entienden) y aparte de pensar que debe empezar a ahorrar para cremas, se plantea seriamente que debe empezar a dormir boca arriba para luchar contra la gravedad y el tiempo. Pero después de 37 años durmiendo de lado, ni de coña lo consigo y mira por donde, este bracito mío me obliga a dormir boca arriba y sin moverme, y oye, que estoy durmiendo a pierna suelta y me despierto lisita, lisita...
Sorprendente, lo rápido que vamos siempre, todo a cien por hora y no a dos sino a cuatro manos si pudiéramos... Cuando uno solo usa una mano, todo se ralentiza y se hace más intenso. Tardo 20 minutos en tender la ropa, es cierto, pero soy consciente de cada acto, me concentro al máximo en la operación de tender como si me fuera la vida en ello ( bueno, algún que otro calcetín se me ha ido, pero son daños colaterales) y me las ingenio buscando estrategias para no soltar el cuello de la camisa con el dedo pulgar e índice mientras los otros tres que me quedan se contorsionan y clavan la pinza... ¡Olé, torero! grita la plaza y una se siente como si hubiera subido el Everest, la mar de orgullosa por su hazaña..
A estas alturas pensareis que me he fumado un porro antes de escribir y que estoy desvariando, pero no, y ahora en serio, todo esto me lleva a la reflexión de lo mucho que nos enriqueceríamos como personas si a lo largo de nuestra vida se nos facilitara la posibilidad de pasar un mes con el brazo en cabestrillo, un mes con los ojos vendados, un mes con tapones en los oídos y un mes a la pata coja. Seguro, seguro que aprenderíamos a tener más tolerancia a la frustración, entenderíamos mejor la importancia de las rampas y la eliminación de barreras y sobre todo disfrutaríamos de lo que tenemos, sea poco o mucho, cien veces más que ahora. ¿Qué os parece? ¿No creéis que nuestra lista de gente a quien saludar por las mañanas sería más amplia? ¿No creéis que sonreiríamos más a menudo? Mi mano derecha y yo estamos convencidos...
Besitos a todos.
Natalia Pérez Chazarra.

2 comentarios:

Juan José Amores dijo...

Joder, Natalia....
Escribes mejor que tu padre
jajajaja
Un abrazo y suerte en la recuperación

Elías Gomis dijo...

Efectivamente, si escribes así con una mano "fuera de servicio", en cuanto la tengas al 100% que tu padre vaya pensando en cambiarse de esa afición.
A mejorarse.
Elías.
PD: He visto hace un rato a tu tío Eusebio y le he dicho lo mismo.