Fué, más o menos, en el año 2000; lo pinté al óleo y, una vez terminado, pensé que nunca haría nada mejor, así que dejé de pintar y me dediqué a escribir. Desde entonces no he vuelto a tocar el óleo. Cuando escriba algo que considere que es lo mejor que he escrito y que escribiré nunca, también dejaré de escribir. ¿Y a qué me dedicaré? Quizá a vivir, simplemente. A ver los amaneceres, a oler las flores, a mirar los paisajes, o a sonreír.
La imagen del artículo anterior es un fragmento de este cuadro, en el ángulo inferior izquierdo.
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