El cansancio era el tema para la reunión de la Tertulia de la Bodega Adolfo de ayer. Y yo compuse esta narración que os ofrezco. Si alguien se siente ofendido le pido perdón y me excuso en la consideración de que este texto no es para burlarme de las creencias de nadie si no para invitar a todos a un profunda reflexión sobre el Cosmos que nos acoge.
CANSANCIO Y REDENCIÓN.
Tanatos,
el putrefacto, y Fobia, la temblorosa, son los padres de todos los dioses y
demonios, de todos los ángeles, hadas, duendes, dragones, trasgos, espíritus
burlones, fantasmas y demás seres fabulosos y descomunales, parásitos del alma
humana. Habitan en una profunda cueva, entre los pliegues más recónditos y antiguos
del pensamiento; y hoy han llamado a su presencia al más joven de sus hijos: Yahvéh.
-Te
hemos citado, Yahvéh, porque hace tiempo que te encomendamos la Creación del Universo y
no estamos satisfechos de tu gestión.
El
joven Yahvéh, que solo tiene tres mil años, se mesa sus barbas blancas y se
coloca correctamente el triángulo brillante sobre su cabeza. Está visiblemente
azorado.
-He
hecho lo que he podido – se excusa, provocando el enojo de sus progenitores.
-¿Lo
que has podido? – ruge Tanatos – Se supone que eres omnipotente, ¿no? Así que
no me vengas con que solo has podido hacer esa porquería de mundo horroroso,
sucio, violento, cruel, injusto y doliente. Tu Creación debería ser tan perfecta
como tú.
Y
Yahvéh baja la vista, avergonzado.
-Tampoco
mis hermanos mayores pudieron hacerlo… Ni Ahura Mazdá, ni Zeus, ni el Gran
Manitú, ni Brahama, ni siquiera Tao, lo consiguieron…
-Pero
ellos no tenían tus pretensiones. Ninguno de ellos se proclamó Dios único e infinitamente
sabio, poderoso y bueno… Además, tampoco lo intentaste en serio. Estuviste
siete días cósmicos haciendo el Universo y después te tumbaste a descansar.
-Es
que fue un trabajo agotador y me ha invadido el cansancio…
-¡Paparruchas!
Empezaste hace trece mil setecientos millones de años humanos con la chapuza
del Big Bang, que te salió falluto, y tuviste que sacarte de la manga la
dichosa Inflación, para que no colapsara el espacio-tiempo. Y ahora tu obra se
expande aceleradamente. ¡Es un mundo sin futuro, condenado a la desintegración
final!
-No
tenía precedentes – se justifica Yahvéh -, era mi primer Universo.
-Pero
tenías las Matemáticas, hijo mío. Y las Matemáticas son eternas y exactas.
Ellas sí que son divinas y no tú, que pretendes ser infinitamente sabio y no tienes
idea. Una eternidad de tiempo antes de tu Creación, el número Pi ya hubiera
definido la relación entre una circunferencia y su diámetro... Después te inventaste la muerte…
-Sí,
porque si los seres vivos fueran inmortales, el mundo se habría saturado
enseguida y no hubiera admitido la reproducción continua ni la consiguiente evolución.
Jamás habríamos tenido seres inteligentes en cuyo cerebro albergarnos.
-Vale,
vale – interviene Fobia -. Pero ¿a quién se le ocurre dejar que un depredador
malvado, como el humano, alcance la inteligencia? El conocimiento estaría mejor
en la cabeza de seres bondadosos y pacíficos, como los conejos. ¿No te parece?
-¿Y
para qué necesita tener inteligencia un ser que solo ha de procurar comer hierba
y salir corriendo cuando se acerca un carnívoro?- responde Yahvéh - En cambio,
los cazadores tienen que ingeniárselas para capturar a sus presas. Por eso evolucionaron.
-Pero
con ello permitiste la crueldad, el temor y el delito – concluye Tanatos.
-No
pude hacer otra cosa. Las leyes de la
Física y la
Biología imponían ciertas condiciones a la evolución. El
resultado es, ya lo sé, una Humanidad llena de gente perversa, atormentada y
culpable. Pero, aún así, hice el mejor de los mundos posibles…
-¿Ah,
sí? Pues te ordeno que mandes a tu Hijo a convivir con esa gentuza, y que te
cuente si ése es también el mejor de los mundos imaginables. ¡Que así sea!
-Lo
siento. Lo siento. Está claro que no soy omnipotente. De hecho, ni siquiera soy
necesario… ¡Estoy tan cansado! ¡Me pesan tanto las dudas de los seres humanos…!
Y
Yahvéh se aleja con la cabeza gacha. Va en busca del Hijo que ha de redimirlo, enseñando
al Hombre el camino de la Dignidad.
4 comentarios:
Muy buena tu reflexión. Me ha gustado mucho el enfoque que le has dado a tu escrito.
Me encanta tu texto
Me ha encantado
A mi, además de encantarme, me ha parecido pulcro y correcto. Solo un fanático se escandalizaría.
Eusebiet.
Publicar un comentario