martes, 18 de febrero de 2014

CIENCIA Y POLÍTICA, ¿QUIÉN MANDA?



Bueno, resulta que nuestra Generalitat no está conforme con la definición de Valenciano que ha elaborado la Academia de la Lengua Valenciana, equiparando lo que se habla por aquí con el Catalán. Y la rechaza porque "no respeta lo establecido en nuestro Estatut d'Autonomía".
Y, claro, que esa definición la hayan elaborado filólogos de reconocido prestigio en el ámbito de la ciencia lingüística no tiene ninguna importancia si nuestros ilustrados y cultísimos políticos de la derecha dogmatizan otra cosa. Así que lo que digan los políticos tiene, por lo visto, mayor autoridad que lo que digan los científicos.
Pues, ya está, si es así, tenemos resuelta la crisis: ¡QUE EL PARLAMENT VALENCIÁ DEROGUE LA LEY DE LA GRAVEDAD! Total, esa ley la instituyó un científico sin importancia, un tal Sir Isaac Newton, que aunque durante una temporada ejerció de político en el Parlamento Inglés, su única intervención fue para pedir que cerraran una puerta, porque había corriente.
Si nuestros excelsos políticos pueden eliminar la vigencia de lo establecido por la ciencia, que piensen qué leyes de la Física, la Biología, la Química y las Matemáticas podrían derogar para ayudarnos a salir de la debacle económica en la que estamos sumidos. Yo, ya lo he dicho, propongo que dejen sin efecto la dichosa Ley de la Gravedad, culpable de tantos accidentes y tanto gasto de energía.
Porque lo que tienen que hacer los científicos es dejarse de leer tonterías de Hawking, Penrose, y demás enterados; y que lean más el Marca, como hacen nuestros políticos, que ellos sí que saben.
Y ya está, ¡qué collons!
                                                                                                   Miguel Ángel Pérez Oca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En mis tiempos de prevencionista propuse lo mismo. En el momento en que mayor cantidad de trabajadores morian por accidentes de trabajo, nuestros ppoliticos de la derecha (ultra)proponían que se culpara no a los empresarios a los que la ley obliga a ejercer la vigilancia del cumplimento de la leyes de Prevención de Riesgos Laborales. Pretendían que la culpa recayera sobre el trabajador al que ni siquiera se la habían suministrado los EPIs (Equipos de Protección Individual) que, por ley, deben ser administrados y suministrados por la empresa. En un foro sindicatos-empresarios tuve la idea de proponer la medida de eliminar por decreto la Ley de la Gravedad. Asombrados por mi propuesta, algunos empresarios dudaron e incluso aplaudieron mi postura. Necesitaban cogerse a un clavo ardiendo para tirar balones fuera y justificar su ansia por aumentar la cuenta de beneficios incluso a costa de la muerte o enfermedad de los trabajadores amparándose en la vieja frase "ultra liberal" de "va con el sueldo". Tengo el honos de haber acabado, no con la Ley de la Gravedad, si no con los fallecimientos por caidas en trabajos de poda en altura (5 fallecidos en dos años en nuestra zona a ninguno en diez años). Solo con un poco de trabajo y amor al prójimo.

Eusebiet.