sábado, 13 de noviembre de 2010

LO DEL SAHARA YA PASÓ EN IFNI HACE DOS AÑOS.







¿De qué se sorprenden ustedes? La Monarquía absoluta tiene esas cosas. Es una dictadura hereditaria por la gracia de Dios (o de Alá, que es lo mismo). En un régimen como ese, o como en el nuestro de hace treinta y tantos años, la policía puede hacer lo que le dé la gana y cargarse a quien quiera, justificándolo con un papelito. De hecho, en un régimen como ese la policía da más miedo que los delincuentes, que yo bien me acuerdo. Se puede impedir que los periodistas informen de lo que pasa y hasta se puede acojonar a los gobiernos democráticos vecinos con chulerías y caprichitos del Monarca que ejerce el despotismo, sea este o no ilustrado.



Hace dos años, en Sidi Ifni, que fue provincia española hasta que Franco regaló el territorio a su "hermano" Hassan II en 1969, se produjeron unos disturbios muy parecidos a los de estos días en la capital del Sahara occidental. En esta ocasión las reclamaciones también eran meramente económicas, sin trasfondo político, y como en esta ocasión la policía y el ejército se pasaron dando palos y reventando casas a diestro y siniestro. Resulta que en Ifni se había construido un excelente puerto pesquero que despertó las espectativas de encontrar trabajo por parte de la gente joven que, sin embargo, se vieron frustradas por el amiguismo y el enchufe con que se dieron los puestos a gente marroquí no autóctona. Los chicos, agobiados por el paro y la miseria, montaron en cólera y levantaron barricadas a la entrada de las instalaciones portuarias, impidiendo la salida de los camiones frigoríficos que llevan el pescado a ciudades del norte. El pescado se pudrió y las empresas pesqueras perdieron dinero. Y para sofocar esta actitud levantisca se mandaron a Ifni 5000 policías, para una población de 20000 habitantes (un policía para cada cuatro ifneños), se cercó la ciudad por parte del ejército y se apaleó a los manifestantes, así como se violaron y saquearon hogares particulares. Se habló de 7 muertos, aunque nunca pudieron comprobarse. Y como Ifni no tiene el caché mediático del Sahara, ni un solo periodista se molestó en informar de lo que estaba pasando. Los que habíamos viajado a Ifni el año anterior recibimos correos electrónicos con imágenes sacadas con teléfono móvil que ponían los pelos de punta (arriba pongo algunas). Yo escribí una carta de protesta al Embajador de Marruecos, otra al presidente del Gobierno señor Zapatero, y otra a Leire Pajín, que entonces ostentaba un cargo relacionado con la cooperación internacional. Lamentablemente, no recibí ninguna respuesta. En aquella ocasión, como en esta, nuestro Gobierno miró para otro lado de manera vergonzosa. Y es que las monarquías absolutas acojonan, ¿verdad? Eso de que un tío mande "por la gracia de Dios" suena muy serio. Recuerdo que en las viejas monedas del Tío Paco también aparecía la famosa frasecita, que justifica cualquier barbaridad impune.



Ahora la historia se repite y, al menos, esta vez sale en los periódicos y la tele y escandaliza a las buenas conciencias. Los pobres ifneños ni siquera tuvieron ese consuelo.



Ojalá un día los bahamaraníes de Ifni y los saharauis puedan decidir su propia suerte en un régimen democrático como Dios manda, o debiera mandar.



Miguel Ángel Pérez Oca.

1 comentario:

Carmen Acebo dijo...

Que razón tienes, nosotros también estuvimos en esas manifestaciones en Ifni y nos estrañaba que ni en la prensa escrita ni en la tv. se dijese nada, que olvido tan vergonzoso, tu que has estado en Ifni sabes lo que hay.