LA CONFERENCIA DE ÁNGEL LUNA.

Qué lástima que en el aula Rafael Altamira de la Sede Universitaria de Alicante no cupieran los 360.000 ciudadanos que somos en esta ciudad. Todos debieran haber oído su conferencia sobre LA CORRUPCIÓN de ayer, día 11. Hacía falta que algún político, en lugar de enardecer los ánimos en un mitin facilón para convencidos, ilustrara nuestras mentes con un análisis profundo y didáctico sobre la lacra más fea de entre las que asolan a nuestra Comunidad Valenciana. Sí, señor, eso es hablar para gente adulta y responsable. Sí, señor.

En primer lugar, Luna bajó a los infiernos, a los orígenes de nuestra impresentable derecha, organizada en su totalidad dentro del Partido Popular. El pecado original de la derecha española es su pasado franquista y las secuelas psicológicas que ha dejado en las mentes de sus militantes, que se consideran a sí mismos los únicos y legítimos propietarios de "la Patria". Según ellos, los demás no son verdaderos españoles, no son auténticos "patriotas" como ellos, por lo que es legítimo combatirlos por todos los medios. De ahí sus modus operandi, de ahí su deslealtad política, de ahí sus trampas, sus mentiras y sus juegos sucios. La Democracia, para ellos, sigue siendo un mero trámite molesto que sufren con resignación cada cuatro años, porque su funcionamiento produce beneficios a "la Patria" (y a ellos) que merecen ese sacrificio. Es por eso que todo está permitido con tal de asegurar su preponderancia política. Y no se escandalizan de los métodos utilizados, mientras el encausado no se haya enriquecido personalmente, o no se le haya podido probar tal cosa.

Practican el clientelismo, se ufanan de haber "colocado" a mucha gente (Fabra dixit) , que en adelante serán voto cautivo. Son los nuevos caciques de siempre con sus métodos modernos (modernos desde los años cuarenta, gracias a un tal Goebels).

En un ambiente así es inevitable que florezca la corrupción. Y da miedo ver la colección de candidatos y políticos en activo pertenecientes al PP complicados en temas de podredumbre, en nuestra ciudad, en nuestra provincia y en toda la Comunidad Valenciana. Da miedo. Gürtel, Orange Market, Brugal, etc., etc. no son más que los buitres que acuden al olor de la carroña y encuentran en políticos prepotentes, convencidos de ser los legítimos propietarios de la finca, un campo abonado.
Da miedo pensar qué va a ser de nuestra Comunidad si vuelve a ganar esta gente. La Comunidad Valenciana está prácticamente en bancarrota, ahogada por los costes desmesurados (y los latrocinios) de los grandes eventos, el pan y circo del desequilibrado Camps y sus muchachos, casi todos ellos enfrentados a procesos de corrupción, sumidos en la soberbia y la falta de transparencia, enfrascados en la fabricación de slóganes tendenciosos, obsesionados por hablar de Zapatero y evitar los temas locales y autonómicos.
Da miedo, de verdad. A mí me lo da, y mucho. Y pienso que, como gritó una señora mayor, asistente a la conferencia, durante el turno de preguntas: "debemos ser más guerreros", debemos dar el callo para que esta tierra no se hunda definitivamente y se entregue sin lucha a los que aspiran a ser nuevos señores feudales y reinar sobre la miseria del pueblo. O expulsamos de la política a todos esos (presuntos) facinerosos tardofranquistas, para que sean sustituidos por una derecha decente (¿qué pensáis cuando oís a Durán i Lleida? Yo, sinceramente, envidio a los catalanes por la derecha que tienen) o tendremos que emigrar a una tierra de promisión política, con una democracia de verdad. Ustedes verán.
Y que conste que las opiniones vertidas aquí son mías. El amigo Luna fue mucho más comedido que yo ahora, pero en la información que nos dió estaba el motivo de mi alarma, de la alarma de todos los asistentes.
Creo que esta vez es la definitiva. Hay que neutralizar la sistemática comida de coco de los medios de comunicación sumisos. Hay que ser didácticos, como lo ha sido Ángel Luna y saber explicar que este no es solo un juego democrático entre dos opciones igualmente respetables. No, no es eso. Es la batalla, afortunadamente incruenta, entre el pueblo que quiere salvaguardar sus derechos y los señoritos feudales que quieren salvaguardar sus privilegios y que creen que todo les está permitido.
A ver si nos espabilamos en diez días que van a ser históricos.
Gracias, Ángel Luna, ayer nos diste una inestimable lección.
Miguel Ángel Pérez Oca.