viernes, 20 de mayo de 2011

JORNADA DE REFLEXIÓN Y DESCONCIERTO.





Mañana es jornada de reflexión, según la legalidad vigente, y nada debería alterar la paz intelectual de unos votantes bien informados. Pero estas no son unas elecciones normales y rutinarias, ni mucho menos.


El origen del desconcierto reinante viene, en principio, de la feroz campaña de acoso y derribo contra Zapatero y el PSOE desarrollada por el PP y los partidos minoritarios de la Izquierda.
Los enemigos del PSOE quieren hacernos olvidar que estas son solo elecciones locales en todos los ayuntamientos de España y autonómicas en algunas comunidades; así que han llevado la campaña como si fueran generales, creando una confusión lamentable; porque los motivos para votar a unos o a otros no significan lo mismo en todas partes. En los ayuntamientos y autonomías regidos por los socialistas, votar el cambio preconizado por el PP y compañía es votar en contra del PSOE. Pero en nuestro Ayuntamiento de Alicante y en la Comunidad Valenciana, dominados por el PP de los implicados y los megalómanos, votar el cambio es, precisamente, votar al PSOE. Los dirigentes “peperos” de estas tierras se esfuerzan por echar la culpa de todos los problemas a Zapatero y predican un supuesto cambio hacia el PP, que, paradójicamente, ya está en el poder y si ganara no habría cambio ninguno. Algunos ciudadanos, que ignoran que la Sanidad, la Educación y otras muchas competencias dependen de la Generalitat, se arman un monumental lío cuando se les explica que aquí el cambio real es el PSOE y la continuidad, el PP.
Para colmo, la inevitable y previsible explosión de descontento de jóvenes y parados ante la crisis ha tenido lugar pocos días antes de las elecciones. Y como movimiento espontáneo que es, no ha madurado aún lo suficiente como para mostrarnos con claridad sus objetivos. En principio, todo empezó con una gente variopinta, de planteamientos confusos, que nos invitaba a no votar o a votar en blanco. Y esto, con toda seguridad, perjudicaba a la Izquierda, de donde salen la mayoría de los descontentos y perjudicados de la situación. Afortunadamente, estos movimientos son asamblearios y carecen de líderes establecidos (aunque algún partido ya intenta manipularlos). Y parece ser que de las asambleas está surgiendo un brote de sentido común que lleva a muchos de los participantes a reconocer que votar es imprescindible. Pero la cosa todavía no está clara y la confusión permanece, con la incertidumbre de a dónde irá a parar esto y qué influencia puede tener en las inminentes elecciones.
Y lo que faltaba: La Junta Electoral, en cumplimiento de la legalidad vigente, ha prohibido las concentraciones en el día de reflexión, y los concentrados se niegan a disolverse. Las cosas se ponen muy difíciles para el Gobierno que tiene que ejecutar el acuerdo de la Junta; porque una acción policial, precisamente en ese día, pondría en un aprieto al PSOE en sus espectativas electorales, al influir en su contra en la serena reflexión de los votantes. O sea que, si se permiten las concentraciones, éstas pueden influir en las votaciones, pero si se las expulsa de las plazas, la acción policial puede también influir en las votaciones. Desde luego, al pobre ZP le crecen los enanos. Nunca un Presidente del Gobierno de España había sido sometido a tamañas pruebas de resistencia.
Por mi parte, recomiendo al lector que no abandone su serenidad y reflexione fríamente sin dejarse influir ni perturbar por el ruido y el desconcierto que nos acosan. Yo lo tenía y lo tengo muy claro: Votaré PSOE porque creo que es lo mejor para Alicante y para Valencia. Elena Martín y Ángel Luna tienen toda mi confianza.
Y ahora, a reflexionar hasta pasado mañana, ¿vale?
Tic, tac, tic, tac, tic, tac…..
Miguel Ángel Pérez Oca.

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