martes, 26 de septiembre de 2017

REFERENDUM. PERDER LA RAZÓN.



Lamenable, triste, repugnante. Este referendum no va a servir para conseguir la independencia de Catalunya. Su fracaso tampoco va a servir para superar el grave problema que España y Catalunya llevan sin resolver desde hace siglos. Este referendum, en realidad tampoco va a servir para nada. Porque su convocatoria al margen de las normas establecidas y aprobadas en su día por el pueblo español (catalanes incluidos) ha servido para dividir en dos al pueblo catalán, para avivar rencores y hostilidades que hasta ahora, de existir, solo permanecían aletargados y ahora surgen de nuevo como en los viejos tiempos en que la miseria y la sangre enardecía a los pueblos, que eran manipulados, entonces y ahora me temo, por los poderosos para su beneficio. Pero ahora, ¿de qué sirve tanta información, tanta cultura, tantas oportunidades para la reflexión, si en cuanto uno opina en púbico es hostigado por uno de los dos bandos en disputa como traidor?
Yo lo tengo claro. Cuando alguien, el indivíduo o el grupo que sea, es capaz de acusar a Serrat de fascista por haberse atrevido a opinar sobre la transparencia y las garantías del referendum de marras, pierde la razón que pudiera tener. La pierde por completo y no merece más que el desprecio y el fracaso. Porque acusar a Serrat de fascista y tener razón son incompatibles.
Claro que los que envueltos en banderas españolas gritan "A por ellos" a los guardias civiles que parten  hacia Catalunya para, supuestamente, guardar el orden y garantizar la seguridad de la población catalana, también pierden toda la razón que pudiera asistirles. Todos los que enarbolan banderas para justificar imposiciones son unos desalmados. 
Cuánto daño han hecho las banderas a través de la Historia. Y ahora, los imbéciles pretenden despertar la vieja y triste disputa entre banderas españolas y senyeras. Triste, triste.
Y es que en el fondo uno sospecha que todo esto se ha armado porque alguien osó denunciar la corrupción de los Pujol, el intocable Pujol y su tropa. Ahí me temo que está el asunto.
En esta triste historia, nadie tiene la razón, lamentablemente.
Solo Serrat y unos cuantos candidatos a ser acusados de fascistas o traidores.

martes, 19 de septiembre de 2017

ME QUERÍA MUCHO.



El tema de la Tertulia era "Me quería mucho" y yo presenté este trabajo sobre mi abuela Carmen, que espero os guste:

IAIA CARMEN.

La iaia Carmen me quería mucho. Probablemente fuera la persona que más me ha querido nunca. Era alta, y también altiva, delgada, de espaldas muy rectas y cara angulosa que imponía respeto; peinaba sus cabellos grises recogiéndolos en un moño muy alto y vestía siempre de negro. Las demás mujeres de la familia le tenían mucho respeto. No era dada a las efusiones de cariño ni a los espavientos propios de la gente mediterránea. Había nacido en el Valle del Cinca y hablaba siempre en castellano con mi abuelo Miquel - Micalet para los amigos -, que solo sabía hablar en valenciano. Así que se pasaron la vida expresándose cada cual en su lengua. No discutían nunca, y siempre se hacía lo que ella, con el mejor de los criterios, disponía. Doña Carmen era así, de una pieza, pero yo fui su única debilidad. De ella heredé mi incapacidad para relacionarme con gente de manera cordial y mi amor por la soledad y el silencio.
Me adoraba, admiraba mi habilidad con el dibujo y mi forma de hablar adulta y precisa. Cuando aprendí a leer y escribir solo, a los cuatro años, me la gané para siempre; porque ella era una devoradora de libros, en ocasiones extraños, incluso prohibidos. Creía en cosas raras, como la homeopatía y la quiromancia. Estoy seguro de que mandó confeccionar una carta astral para mí, aunque debió esconderla. Y también me llevó una vez a la visita de un afamado adivino para que interpretara el raro prodigio de que yo tuviese una línea de más en mis manos. Debí ser para ella algo así como un pequeño talismán.
Recuerdo que cuando a muy temprana edad pinté a la acuarela una virgen con un niño en brazos, ella lanzó la única exclamación de asombro que nunca le escuché, y salió escaleras arriba para enseñar mi obra a todas las vecinas.
Un día me enteré de que, en realidad, no era mi verdadera abuela, pues se había casado con mi abuelo tras quedar éste viudo, con un niño de corta edad, mi padre. No sé por qué, pero esa noticia me desilusionó mucho, y en una de mis rabietas infantiles la desautoricé diciéndole que no tenía derecho a reñirme porque no era mi abuela auténtica. Ella dio un respingo, levantó la cabeza más que de costumbre y se fue a su cuarto a llorar en silencio.
Nunca le pedí perdón, pero tampoco hizo falta, pues la complicidad volvió a surgir de inmediato entre nosotros al comprender que la sangre no tiene nada que ver con el cariño; y que a veces basta una fugaz mirada de inteligencia para que la otra persona comprenda que le estás diciendo que la quieres.
Antes de morir dejó escrita una larga carta dirigida a mi abuelo, con las instrucciones precisas para que, de nuevo viudo, no perdiese jamás la dignidad.
Nunca me lo dijo; pero fue la persona que más me ha querido.
¡Iaia Carmen!
                                                            Miguel Ángel Pérez Oca.
                                                              
                                                   

domingo, 17 de septiembre de 2017

jueves, 14 de septiembre de 2017

DUELOS DE TONTÓCRATAS.


El Mundo, últimamente, se ha sumido en las tontocracias. Multitud de necios y mediocres han tomado las riendas de países antes acreditados como democráticos y regidos por personas de acusada y benéfica personalidad. No sé si será a causa de la informática, que facilita demasiado los caminos del conocimiento, haciendo innecesarios los esfuerzos intelectuales; no sé si será como consecuencia del uso abusivo de los teléfonos móviles o , simplemente, porque los líderes tontos quieren tener a colaboradores más tontos a su alrededor para que no pongan en peligro sus liderazgos.
El caso es que las viejas y saludables ideologías se han vuelto aberrantes en manos de los idiotas. Y ahora vemos a dos payasos, adalides de un marxismo y un liberalismo en plena descomposición, Kim Jong-un y Donald Trump, sosteniendo un extraño enfrentamiento que puede derivar en horroroso conflicto nuclear, como no propició la pasada Guerra Fría, gracias a la prudencia de unos mandatarios de entonces que no eran precisamente imbéciles. Los dos payasos se enfrentan con sus bravatas, desprestigiando sus respectivos sistemas corrompidos por el machismo alfa de la testosterona o, simplemente, por la necedad.
Pero el mal se ha extendido y otros dos idiotas se enfrentan, por ahora incruentamente, en estos lares.
Don Tancredo Rajoy, ese tonto de solemnidad, que no sabe ni andar, que se empeña en mirar a otro lado cuando un problema de fondo como el catalán reclamaría soluciones inteligentes, y el "patriota" Puigdemont, el de la greña que le impide ver el ridículo y el despropósito en el que incurre, se enfrentan por un referendum con garantías que debiera haberse celebrado hace ya mucho tiempo, cuando los ánimos todavía no habían pasado de la reflexión al visceralismo. El uno se empeña en escudarse tras la legalidad, por muy obsoleta que esta sea, negándose a cualquier negociación para su modificación eficaz. El otro se dedica con los suyos a inventarse una legalidad que se sacan de la chistera, y a contar mentiras históricas y cuentos de la lechera económica para seducir a un pueblo que, permítanme, debe estar hasta las pelotas de zarandajas. Que yo siempre he sabido que los catalanes son gente inteligente. Pero, claro, con alguien como Rajoy al mando dan ganas de ser independientes con tal de librarse de ese tonto solemne de la derechona carpetovetónica. Es lo que hay.
Entre todos los mandatarios idiotas y payasos que nos gobiernan nos pueden llevar al desastre. Yo, al menos, en nuestro triste caso, si fuera mosso de esquadra o juez del Constitucional, los mandaba a los dos a la mierda. 

martes, 5 de septiembre de 2017

VA DE NALGAS.

El tema de la Tertulia de ayer era "Nalgas" y yo aproveché para presentar este trabajo que es un  "homenaje" a Gabriel  García Márquez y su Realismo Fantástico. Sinceramente, yo prefiero cultivar la Fantasía Realista, quizá debido a mi carácter cartesiano. Por eso no me gustó su cuento "El ahogado más hermoso del mundo" que leímos en la tertulia pasada. Ya me diréis.......


LAS NALGAS MÁS HERMOSAS DEL MUNDO.

            Porculillos de la Sierra es un pueblo con fama de tener mujeres de culo breve. Cuenta la leyenda que, en un tiempo remoto, las mujeres de Porculillos, celosas de la torre que corona el vecino caserío de Porculones del Valle, atáronle una soga y tiraron de ella para traerla a su tierra; pero la soga se rompió y cayeron todas de culo, aplastándose el trasero. De ahí que el ínclito poeta Tristán Castaña lo denominase “el lugar de las nalgas escuetas”.
            El tío Pajarito, dueño de un bancal de habas peludas próximo a esa población, estaba trabajando su finca, cuando su azada tropezó con algo blando y extenso que al pronto creyó que se trataba de una bolsa llena de oro morisco. Pero conforme iba despejando terreno, diose cuenta de que era de carne cálida y sonrosada que, al quedar totalmente expuesta, se mostró como dos nalgas gigantescas que surgían de las profundidades.
            Cuando el tío Pajarito corrió al pueblo a dar la nueva, nadie lo creyó en principio, si bien, por mera curiosidad, todos los hombres que atestaban la taberna del Puto Colgao, la única del pueblo, fueron a ver lo que había encontrado el labriego en su bancal. Y maravilláronse ante el prodigio de un culo tan enorme y suave como nunca se había visto en esa localidad ni en ninguna otra de la comarca.
            Aunque un gran disgusto invadiría el ánimo de las mujeres, a las que probablemente soliviantaría que sus esposos admirasen tan hermosas carnes, ítem más si tenemos en cuenta su fama de culiestrechas.
            Así que, extendida la noticia, la totalidad de los habitantes de Porculillos, con el alcalde, el cura y el alguacil al frente, aprovecharon el asueto del domingo para personarse en el ya famoso bancal de habas peludas del tío Pajarito y presenciar el portento.
            -Ya nunca nos podrán llamar “el lugar de las nalgas escuetas”, teniendo esta maravilla en nuestro término municipal – exclamaba el alcalde don Ambrosio Lechuga, dueño de una modesta venta caminera, que ya proyectaba convertir en un hotel de muchas estrellas al que llamaría Beautiful Nalgas Palace.
            Estaba el cura con su hisopo bendiciendo aquellas maravillas carnosas, para mayor gloria del pueblo, cuando un raro temblor sacudió el bancal y los alrededores, de cuyos árboles frutales surgió una nube de pájaros asustados.
            Y la color de las dos gigantescas prominencias fue tomando un tono cárdeno, y agitáronse en un estremecimiento precursor de raros fenómenos. El cura, asustado pero muy profesional, proseguía con sus ceremonias. Y entonces, un atronador y descomunal pedo surgió de entrambas, como el rugido trasero de una bestia de poderosos intestinos y resonancias telúricas. Pero lo peor fue la nauseabunda peste que, conforme avanzaba entre los presentes, iba tornando amarillos los rostros de todos, que, despavoridos, salieron huyendo por los campos.
            El alcalde ordenó al tío Pajarito que volviera a cubrir de tierra su descubrimiento y, tácitamente, todos acordaron no hablar más del enojoso asunto.


                                                                                                 Miguel Ángel Pérez Oca.