jueves, 31 de enero de 2013

LAS CHAPUZAS DE CALATRAVA.



PARA OFRENDAR NUEVAS GLORIAS A ESPAÑA… ¡Con lo que nos ha costado este tío a todos los valencianos! El Palau de les Arts de Valencia, obra del arquitecto Calatrava, costó, por lo visto, 400 millones de euros, hace tan solo 7 años… y su cubierta (o cáscara "huevoide") ya está toda arrugada y desconchada. El prestigio de este tío no solo se "arruga" en Valencia: el puente peatonal de Bilbao, que cruza la ría, estaba concebido con un suelo transparente que permitiera la ilusión de volar sobre las aguas…¡Qué bonito! Pero el caso es que en Euskadi llueve mucho y el cristal resbala cuando está mojado, convirtiendo las dos vertientes del puente en sendos toboganes donde más de uno se ha roto la crisma. Hubo que forrar el suelo con materiales antideslizantes y, por supuesto, opacos, con lo que se acabó la levitación sobreacuática que justificaba tan tremenda obra. Y lo mismo le ha pasado al puente peatonal sobre el Gran Canal de Venecia, cuyo consistorio reclama al arquitecto la devolución de parte de lo cobrado.
En fin, una gloria más para el ínclito Camps, de gozosa memoria (sobre todo por su dimisión y posterior desaparición de la política valenciana) y su partido.
Me pregunto cuánto durarán los "monumentos" que Calatrava construyó en el viejo cauce del Turia. El puente romano de Mérida lleva 2000 años en servicio; pero los “huevos” blancos de esté señor ya se están arrugando y desconchando y hace solo un ratito (en términos históricos) que fueron inaugurados... y pagados a precio de puente romano "ultramodelno".
Y es que…¿Cuándo nos libraremos del PP en nuestro sufrido País Valenciá? Estoy harto de ovoides enloquecidos y arrugados, aeropuertos para coches de carreras, ciudades de la luz a oscuras, terras míticas desiertas, fórmulas 1 a precio de oro, volvos ocean rices de barbecho y demás chapuzas de estos señoritos que, además, ahora nos muestran sus presuntas vergüenzas si  un ápice de dignidad torera. Que se vayan de una vez y se lleven todos esos adefesios carísimos que no hacen si no recordar que, cuando había dinero, en lugar de culminar el Estado del Bienestar, lo despilfarraron en eventos y negocios ruinosos cuyo precio ahora nos vendría muy bien para ir aguantando la crisis, en lugar de dejar a las farmacias sin cobrar, a los dependientes sin cuidados, a los colegios sin maestros ni calefacción, los hospitales sin limpieza y con menos personal del necesario, con cada día más parados y con el indignante espectáculo de los chorizos paseándose por la calle sin temor al escarnio popular ni al justo castigo.
Alicante fue una ciudad democrática y republicana, llena de dignidad y, en ocasiones, de heroísmo, último refugio de dos Constituciones. Ahora es un triste cobachón sedado, habitado por ex adocenados desinformados, atormentado y temeroso, agobiado por el paro y la penuria sobrevenida, como el resto del País Valenciá, como el resto de la España del PP.
Y todo gracias a los tontos que votaron al PP, creyendo las mentiras de un programa que jamás se iba a cumplir, y a esos otros pescadores en río revuelto que nos decían que votar a los sociatas o a la derecha pepera era lo mismo, y así ganar unos cuantos votos que nos han salido muy caros. ¡Pues no, señor, NO ERA LO MISMO! Quizá hubiera resultado insuficiente, pero… NO ERA LO MISMO. Que las mayorías absolutas son muy, pero que muy malas. Y con una mayoría relativa socialista, que necesitase el apoyo de los minoritarios, quizá las cosas no hubieran resultado tan dramáticas y lamentables. ¿No os parece? Ya sé que hay que ir más lejos, sí, pero nunca con el precio de las falsedades interesadas y los comportamientos innobles. 
En fin… Muchas gracias, majos, y a ver si la próxima vez que votéis (si es que hay una próxima vez) la palomita esa os ilumina las entendederas… ¡Cago’n la mar!
Miguel Ángel Pérez Oca.  

sábado, 26 de enero de 2013

69, UN NÚMERO MÁGICO.



El 26 de enero de 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, nació un niño en la calle Bazán de Alicante (entonces los niños nacían en casa), que fue bautizado días más tarde en la Colegiata de San Nicolás (hoy Concatedral), donde le pusieron el nombre de Miguel Ángel, hijo de Miguel Pérez Pérez y Magdalena Oca Pérez.
Ese niño era yo. Bueno... ¿era yo? ¿Realmente entre ese niño y yo hay algo en común que haya pervivido tanto tiempo? Dicen los científicos que cada 5 años se renuevan todas nuestras células y que incluso en cada una de nuestras células, los átomos que las conforman entran y salen por causa del metabolismo. Así que, seguramente, ni uno solo de mis átomos actuales es original. Mi más antiguo recuerdo es de cuando el niño Miguel Ángel tenía unos tres años. Mi tía Magdalena "la Gorda" (yo tenía dos tías que se llamaban Magdalena: la gorda y la flaca) me subió en sus rollizos brazos hasta un espejo oval del paragüero de la entrada de mi casa y me preguntó qué era lo que tenía en la mano, mientras me presionaba el lóbulo de mi oreja derecha. Y yo contesté ufano: "As cachochas", que era la traducción a mi idioma particular de "las orejas". También recuerdo una foto en sepia en la que aparezco vestido de payaso. Y más tarde, a los 4 ó 5 años, leyendo "De la Tierra a la Luna" de Julio Verne en la Biblioteca de la Caja de Ahorros del Sureste de España, precursora de la CAM, recientemente saqueada por los chorizos. Para llegar a la mesa habían puesto sobre mi silla tres tomos de la Enciclopedia Espasa. Después vino el colegio en los Franciscanos y una vida sin grandes soluciones de continuidad a nivel de la memoria, aunque sí con importantes cambios: Escuela de Comercio, montañismo, un terrible accidente de escalada, trabajo como dibujante publicitario, escaparatista, diseñador de joyas y chico para todo en la Joyería Gomis, oposiciones a Tabacalera, trabajo en la Fábrica de Tabacos de Tarragona y en las oficinas Centrales de Madrid, mili en Sidi Ifni, encuentro casual con la filosofía oriental en medio del desierto, trabajo en la Representación Provincial de Tabacalera en Alicante, muerte de mi padre, amor, novia, boda, nuevo hogar, hijas, la literatura y la pintura como válvulas de escape de un trabajo que no me gustaba y que duró 40 años, chalet en Bonalba, Democracia, muerte accidental de mi hermana Conchita, hallazgo de la Astronomía, pintura espacial en varias exposiciones y en el Museo de la Ciencia de Barcelona, maravillosa y liberadora pre jubilación, publicación de mis novelas, nacimiento de mis nietos y... de repente, me veo cumpliendo 69 años tras una vida que se puede resumir, como todas, en una cuartilla o en un tomo de 500 páginas. ¿Soy el mismo que nació en la Calle Bazán de Alicante hace 69 años? Bueno, lo mejor de todo es que estoy aquí y ahora, y que sigo haciéndome preguntas. Dicen que mientras uno siente curiosidad está vivo. Y puedo presumir de que tengo una buena familia y unos buenos amigos. ¿Qué más puedo pedir? Sí, puedo pedir que mejore radicalmente la situación general y que pueda al fin sentirme satisfecho de mi planeta, de mi país y de mis conciudadanos. Ya veremos. En cuanto a la salud, bien, gracias, dentro de lo que cabe.
Os deseo a todos que paséis mi 69 cumpleaños con toda la felicidad que os merecéis.
Un abrazo.
Miguel Ángel Pérez Oca.

viernes, 25 de enero de 2013

LINCOLN Y CATALUNYA




Abraham Lincoln es aceptado por todos como el paradigma de la democracia, el ejemplo del hombre honesto que lucha por la libertad de los seres humanos. Sin embargo, y a pesar de que, al menos según la película de Spielberg, su interés se centraba en la abolición de la esclavitud, no todos los nordistas de Estados Unidos estaban por la labor. De lo que se trataba, como motivo central de la guerra, dirigida con ahínco por Lincoln, era de evitar, a sangre y fuego, que los ciudadanos del Sur ejercieran su derecho a la autodeterminación, separándose libremente de la Unión y formando una Confederación de Estados independientes.
En estos tiempos de secesiones (Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania, los estados Yugoslavos, etc.) que tan bien le han venido al capital internacional (Alemania, en lugar de dividirse se ha reunificado) debería haber más gente que defendiera el derecho histórico a la autodeterminación que ostentaban los estados sureños norteamericanos en su afán de independencia; pero no es así. Lincoln sigue siendo el gran ejemplo de demócrata. ¿Por qué? me pregunto. Quizá porque la rotura unilateral de un Estado de siglos, tiene muchos matices. ¿El resto de la población del Estado, en este caso español, no tiene nada que decir, no tiene derecho a decidir también la suerte de una de sus partes? Por otro lado, ¿dónde están los límites? Y si en el hipotético referéndum para la independencia de Cataluña ganara el SI en todas las provincias, excepto la de Tarragona? ¿Y si Tarragona votase el SI, pero la población de Reus votara NO? ¿Tendrían Tarragona o Reus derecho a ejercer su autodeterminación para separarse de Cataluña y seguir integradas en el Estado Español? Y si el Gobierno Catalán no reconociera ese derecho a cada uno de sus pueblos y ciudades, con la posibilidad de un puzzle ingobernable, ¿por qué habría el Gobierno Español de reconocer a Cataluña en bloque ese derecho? ¿Quién decide la configuración de una unidad política?
España entera se encuentra sumida en el desconcierto ante el hecho sangrante de sus 6 millones de parados. Todos los españoles, y también los catalanes que no quieren ser españoles, estamos paralizados por el miedo, encogidos y deprimidos ante la perspectiva de un desastre económico que acabe arrastrándonos a todos. Y lo más peligroso es que del desconcierto y el miedo nacen inevitablemente el hartazgo, la indignación y la ira. Y cuando la ira estalle, ¿qué va a ser de nosotros? Los avispados dirigentes derechistas catalanes, de la órbita de los Pujol y los Mas, quieren aprovechar ese estado catatónico, precursor quizá del caos disolvente, para contarle a los catalanes la milonga de que esto se resolvería si ellos, que son tan listos, fueran los que gobernasen en una Cataluña independiente.
Yo pediría a los catalanes que se lo piensen muy bien, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad; que no se fíen de estos dudosos señores de la derecha local, porque es bien sabido que a río revuelto ganancia de pescadores. Hagan ustedes cuentas, cuentas desapasionadas, utilicen, si quieren, esta situación de amenaza secesionista para bajarle los humos a los nacionalistas castellanos y sus abusos seculares, si, pero no caigan, por favor, no caigan en manos de otros nacionalistas tan pérfidos, tan demagogos y tan aprovechados como estos señoritos que se envuelven en la Senyera para ocultar sus vergüenzas. Que, en el fondo, todos los nacionalistas de la derecha son iguales.
Los estados pequeños son más vulnerables a los poderes fácticos de la globalización capitalista; pero, eso sí, sus minorías suelen forrarse vendiendo la patria a las multinacionales, dejándose sobornar u obteniendo licencias de explotación de su propio país. No vayan ustedes a convertirse en un pequeño Estado subalterno, con una minoría burguesa nacional al frente. Ya saben que el ojo del amo engorda al caballo, y en este caso el amo estaría aún más cerca. ¿Lo han pensado?
Un ejemplo: Si los argelinos, en lugar de luchar por su independencia, hubieran exigido una autonomía amplia dentro del Estado Francés, una autonomía que les diera toda la democracia que disfrutan los franceses y a la vez respetara sus peculiaridades culturales y religiosas, ahora no vendrían a Europa en patera, porque serían ciudadanos de un Estado europeo y, desde luego, serían más libres. Ya les digo, no es por patriotismo, ni catalán ni español, es por puro espíritu práctico, y de eso ustedes, los catalanes, tienen mucho, ¿verdad?
¿Qué diría de todo esto el viejo Abraham Lincoln?
Miguel Ángel Pérez Oca.

martes, 22 de enero de 2013

EL PUÑETERO MISTERIO DE LA PROPIA EXISTENCIA.



En la última tertulia de la Bedoga de Adolfo debíamos presentar un trabajo cuyo tema era "El Misterio". Así que yo pergeñé este relato que a continuación os muestro. Perdonadme sin con él os bajo la moral. Otro día os contaré un cuento más optimista. ¿De acuerdo?


PUTO MISTERIO
-Lo que más me jode no es morirme, que eso ya lo tengo asumido desde que adquirí uso de razón – decía el filósofo con el hilillo de voz que le permitía su lamentable estado de salud -. Lo que me fastidia es marcharme sin haber podido desvelar el puto misterio de la existencia… cof, cof – tosió aparatosamente, y no se repuso hasta que le acerqué a los labios la taza de té – Sí, sí, de la existencia de la propia consciencia subjetiva, porque… ¿qué coño soy yo, eh? Y me voy a marchar de esta mierda de mundo sin haberme enterado de nada. Y eso que soy filósofo y me he pasado la vida especulando con todas esas chorradas dialécticas, que solo sirven para que los pedantes se den importancia. Ya lo dijo Bertrand Rusell: “Lo único que podemos decir, después de milenios de hacer Filosofía, es que algo se mueve…” Toma ya, como el otro gilipoyas, el de “Pienso, luego existo”. Pues qué bien, ¿no te jode? Y me tengo que ir de aquí habiendo comprobado que toda una vida de reflexiones y estudios no me ha servido para nada. Porque lo que yo quería era encontrar una explicación de la existencia que me quitara de encima la angustia vital. Y ahora estoy a punto de estirar la pata y me doy cuenta de que he perdido miserablemente el tiempo. Más me hubiera valido haberme dedicado a ligarme señoras estupendas y pasarme por la piedra a todo ser con faldas que se me pusiera a tiro. Comer, beber y… follar hasta reventar y que le dieran por culo a los dioses, a lo trascendente, a la Metafísica...  Mi gato Pitágoras es más listo que yo. Se preocupa de alimentarse, dormir calentito, buscar gatas por los tejados y no castigar a su pequeño cerebro de doscientos gramos con tonterías que están más allá de su horizonte mental. Cómo te envidio, minino puñetero, que no le pides peras al olmo… Y es que, después de tantos siglos intentando comprender el mundo, sospecho que hemos agotado todas nuestras posibilidades intelectuales. Nosotros tampoco deberíamos preocuparnos de lo que no podemos entender con kilo y medio de masa encefálica. Ya ves, cien mil millones de neuronas, que solo saben mandar y recibir impulsos eléctricos, dan como resultado un pensamiento muy limitado que solo sirve para hacerse preguntas sin respuesta. Son cien mil millones de células inconscientes, incapaces, cada una de ellas, de pensar por si mismas la cien mil millonésima parte de nuestro complejo y estúpido pensamiento… Y, claro, uno se pasa la vida devanándose los sesos, tratando de comprender qué es el pensamiento, cómo la suma de unos cuantos millones de microscópicos pingajillos electrificados puede producir las elucubraciones de un mamarracho que se autodenomina filósofo… Los científicos, al menos, admiten que solo saben que saben muy poco, y conforme investigan averiguan que la suma de sus ignorancias crece exponencialmente. Y es que somos una especie de infelices animalitos medio tontos que han descubierto que pueden preguntar a Dios qué coño son, para comprobar que Dios no contesta, porque quizá no existe. Y uno puede pasarse toda la vida pensando para llegar a esta mierda de conclusiones… Más me valdría haberme ocupado de vivir, en lugar de llegar a este momento con el tiempo justo de lanzar a los cielos una sonora blasfemia: ¡Estafador! - le gritaría, si pudiera, al Gran Jefe -, ¿para qué me has permitido existir y pensar? ¿Con qué fin me has dado la inteligencia suficiente para saber que tengo que morirme, pero no me has dado la necesaria para comprender qué hay detrás de toda esta función circense de mal gusto? ¡Solo eres una mentira, un invento de los curas para vivir de los ingenuos que quieren creerse que hay razón para la esperanza! ¿Esperanza de qué…? Si al menos, al final de la representación, bajara alguien a explicarnos el argumento de esta lamentable comedia…
El filósofo no volvió a abrir la boca. Cerró los ojos y se sumió en una especie de sueño pesado, del que ya no despertaría. Sin embargo, en su rostro se pintó una amplia sonrisa burlona, quizá divertida. Se diría que en el último momento alguien bajó y le contó el desenlace del chiste supremo.                                   
                                                                                      Miguel  Ángel Pérez Oca.

viernes, 18 de enero de 2013

LA CLASE BAJA.


Desde luego, la gente decente no pertenece a la Clase Baja. Los ciudadanos honorables, que pagan sus impuestos, que no delinquen, que no roban, no asesinan, no maltratan ni abusan de sus semejantes, no pueden ser encuadrados en una denominada Clase Baja, ni mucho menos. La Clase Baja es la de la gente despreciable, la de los delincuentes, ladrones, asesinos, mentirosos e indecentes que se consideran una élite porque ostentan ropas caras, joyas, vehículos, residencias y yates de precios prohibitivos, indicios de que para poseer tamaños bienes han tenido que robar mucho, o cometer actos peores. Muchas veces, esos miserables parásitos morales pretenden pertenecer a una minoría selecta, a un estrato superior. Desde luego ocupan el sector más alto de la economía, pero el más bajo de la ética y la humanidad. Estoy hablando de banqueros sin escrúpulos, grandes financieros sin humanidad, empresarios aprovechados que se enriquecen con el trabajo ajeno, economistas vendidos a sus "señoritos", políticos corruptos, obispos prepotentes y demás gente de alto presupuesto y baja estofa. Ellos y solo ellos son los enemigos de la Humanidad, los culpables del hambre, las guerras, la desolación ecológica y demás miserias que azotan a este mundo que, por otra parte, cuenta con recursos de sobra para que todos sus ciudadanos pudieran vivir decentemente, si no tuvieran que mantener los lujos de esas sabandijas, de esos zánganos, de esos parásitos sociales. Claro que son una minoría, porque los buenos siempre han sido más que los malos. Ellos son la Clase Baja que hay que erradicar, que habría que reeducar para convertir en buenos ciudadanos; porque, así como son ahora, sobran en el seno de esta especie que se cree sabia. Los más astutos nos roban dentro de la ley y las normas democráticas, que ellos mismos administran y fabrican de acuerdo con sus intereses; pero eso no los exime de la culpa moral que nos escandaliza a todos los ciudadanos honestos, a poco que nos informemos. Y es que, en el fondo, están enfermos de egoísmo y megalomanía, son miopes morales, mezquinos y putrefactos, cobardes e ignorantes. En fin, que son tan pobres que solo tienen dinero.
  Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 14 de enero de 2013

IFNI EN EL CORAZÓN.





AVILE, la Asociación de Veteranos de Ifni del Levante Español, de la que soy Vicepresidente, ha organizado en el Museo Arqueológico de Elche, en colaboración con su Ayuntamiento, una exposición de fotografías y recuerdos aportados por los soldados que hicieron el Servicio Militar obligatorio en la antigua colonia, o provincia, de Ifni. Algunos de ellos, entre 1957 y 1958 sufrieron allí una guerra absurda, oculta e injustamente olvidada, que costó 200 vidas españolas. Al final, en 1969, el dictador Franco regaló lo que quedaba del territorio original a su compadre Hassan II, con lo que el sacrificio, la muerte o las penalidades de varios miles de "soldaditos" de reemplazo se revelaron como un despilfarro inútil y costoso, que solo sirvió para satisfacer los "caprichitos" megalómanos del general y los turbios intereses de algunos de sus acólitos corruptos.
Yo hice allí la mili en 1966-67 y os juro que no padezco ningún Síndrome de Estokolmo. Sé que fui llevado a la fuerza, humillado y maltratado, que pasé hambre y sed, que no disfruté de la mínima higiene exigible para todo ser humano (no me limpié los dientes en 17 meses y me lavé la cara y el cuerpo una media de una vez cada diez días, fregábamos los platos con arena y la poca agua que teníamos en la montaña era para beber) y que no contaba con el equipo militar necesario para defenderme en caso de ataque enemigo (no teníamos bayonetas porque "estaban arrestadas", vaya usted a saber por qué). Y todavía era un privilegiado, pues mientras mis compañeros tenían que trabajar con pico y pala, bajo un sol de justicia, abriendo carreteras que no llevaban a ninguna parte, yo me quedaba en una pequeña oficina del puesto de mando, como escribiente extraoficial (aunque ejercía de escribiente, no podía figurar como tal porque en mi ficha política figuraba que mi padre había sido capitán del "Ejército Rojo" en la Guerra Civil).
He de reconocer, sin embargo, que tuve la suerte de caer bajo la férula de algunos oficiales y suboficiales que eran buenas personas, dentro de lo que cabía. Otros muchos no tuvieron esa dicha y algunos acabaron más o menos mal, en un territorio donde el índice de suicidios y auto lesiones era bastante más alto que en el resto de las unidades militares de la época.
Hoy día, Ifni es una ciudad bastante maltratada por el gobierno de Marruecos, contra el que su población se ha levantado en varios disturbios que, en su última versión, provocaron la ocupación de la ciudad por un contingente de 5.000 policías para una población de 20.000 habitantes; uno por casa, más o menos. Los baamaraníes, etnia de Ait Ba Amarán, que así es como conocen ellos el territorio, nunca se han sentido demasiado identificados con el Estado Alahuita. Yo, que cuento con algunos amigos en la localidad, con los que mantengo correo informático desde que en 2007 volví allí en plan turista, me indigné a la vista del inhumano trato que las fuerzas estatales dieron a los ciudadanos ifneños en el último conflicto, hace tres años, y en vano escribí el Presidente Zapatero, a Leyre Pajín y al embajador de Marruecos, protestando. Nadie me contestó. Los pobres ifneños se encuentran todavía en peor situación que los saharauis, porque nadie se acuerda de ellos. Y hay alguno que aún se sabe las viejas canciones de Nino Bravo y los Brincos, mientras guarda como un tesoro una partida de nacimiento española que no le sirve para nada. Franco los entregó a Hassan en bandeja, privándoles de su presunta nacionalidad española mediante una triquiñuela legal vergonzosa: Si querían seguir siendo españoles tenían que ir a una comisaría marroquí y renunciar allí a su nueva nacionalidad. ¡Cualquiera se atrevía a entrar en un establecimiento policial a renegar de Marruecos!
Los baamaranís son gente buena, generosa y hospitalaria, y merecen mejor suerte; como mejor suerte merecíamos los civiles reclutados a la fuerza que fuimos llevados allí a mantener un pabellón que nos nos correspondía.
El jueves 17, a las 4,30 de la tarde, en el Museo Arqueológico de Elche, os espero para hablar de estas cosas en un encuentro organizado por AVILE. 
Conocer la Historia, sobre todo la que sistemáticamente nos ha sido ocultada, es un deber ciudadano para quien quiera que estas cosas no vuelvan a ocurrir.
Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 13 de enero de 2013

¿PARA QUÉ VOTAR A LOS POLÍTICOS SI LOS QUE MANDAN DE VERDAD SON LOS BANQUEROS?


No puedo resistir la idea de que la mitad de los alimentos que produce este planeta se tira a la basura, mientras que la tercera parte de la Humanidad pasa hambre. No puedo soportarlo ni consentirlo ni mucho menos justificarlo de ningún modo. Si los que mandan no son capaces de evitarlo, ¿para qué sirven? Quizá los que mandan no mandan realmente; y eso lo estamos viendo cada vez más palpablemente con motivo de la absurda crisis que nos acosa. ¿Ha desaparecido el dinero que había en este país? ¿Se han evaporado los campos fértiles, las minas, las fábricas, las centrales eléctricas, los ingenieros, los profesionales y especialistas...? Pues no, lo único que se ha esfumado es la "liquidez" en los bancos. O sea que los banqueros andan estreñidos. Vaya por Dios. 
Sospecho que los que de verdad mandan son los empresarios, banqueros, economistas subvencionados, líderes financieros, etc. O sea, aquellos que se llamaban, en los viejos tiempos anteriores a la posmodernidad global, "Capitalistas". Esta gente, cuyas metas se circunscriben a la competitividad (¿Por que no se dice "competividad" sin la repetición del "ti", si viene del verbo "competir"?) de sus empresas, protagonizan el fiero enfrentamiento y rivalidad entre compañías multinacionales por la conquista total del planeta, y solo se ocupan de la supervivencia de sus intereses; así que les importa una higa la supervivencia de los seres humanos. O sea que de lo que se trata, como estamos viendo en nuestro país, es de que no pasen hambre los bancos, aunque para "salvar a España" haya que condenar a los españoles a pasar hambre.
El Sistema Capitalista es tan irracional como el Sistema Esclavista de la antigua Roma, y tan cruel e injusto como éste. Lo que da el valor a las cosas es el trabajo invertido en ellas, no el dinero que alguien ha puesto y que le confiere la categoría de dueño del cotarro para toda la vida. Por eso respirar, mientras no cueste trabajo obtener el oxígeno preciso, es gratis. Y sin embargo, unas élites de "propietarios" del Capital, y por ello del trabajo ajeno, son los que de verdad mandan. Y es inútil que votemos a políticos para que gobiernen con equidad; porque ellos solo pueden hacer lo que les imponen los grandes capitalistas, agrupados en minorías selectas a las que se podría calificar de asesinas, vista la enorme cantidad de vidas que el hambre, el desempleo y la marginación se cobra a diario en un mundo que cuenta con los ingredientes necesarios para ser un paraíso. Así que puede que las leyes no los condenen, entre otras cosas porque la leyes se han hecho a su medida, pero ellos, los poderosos del capitalismo especulativo, son los criminales, los asesinos, los delincuentes morales.
Pero, desengañémonos, mientras la gente permanezca enganchada a sus "tabletas" y sus "wasaps" y viva en una pantalla en lugar del mundo real, no tenemos solución. Nos daremos cuenta de que estamos muriéndonos de hambre cuando ya no podamos pagar la factura del móvil. ¿O creéis que todo este rollo consumista de "aparatitos mágicos" no ha sido planeado minuciosamente para desarmarnos? Antes el "opio del pueblo" era la religión; ahora las pantallitas dichosas dan mejor resultado alienante. Y cuando nos demos cuenta de esto ya será tarde. Los señores asesinos, ahora capitalistas, como antaño fueron asesinos feudales, y antes asesinos imperiales esclavistas, y antes el tío de la porra que cambió el papel de padre amantísimo por el de tiranuelo jefe de la tribu, seguirán cortando el bacalao, como ha sido siempre, como me temo será por siempre jamás mientras no seamos capaces de convertirnos en verdaderos "homo sapiens".
Así que ¿para qué votar a los lacayos políticos si los que mandan de verdad son los de siempre, y a esos no los vota nadie? 
Bueno... quizá para que administren las limosnas del señorito...
¡Coño, cómo lo hace a uno madurar una buena crisis!

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 12 de enero de 2013

VOLVER A TABARCA A MIRAR LAS ESTRELLAS







Fotos de las actividades en Tabarca del año pasado.


En este año de 2013 volveré a colaborar con Centro 14 y con compañeros de la Agrupación Astronómica de Alicante para impartir a los jóvenes dos talleres de Astronomía y dos fines de semana astronómicos en la querida isla de Tabarca. Se trata de enseñar el cielo a los jóvenes, de hablarles de las inmensidades del Cosmos, de que aprendan y comprendan las leyes físicas que rigen la existencia de los cuerpos celestes y de que amen, más allá de la pantalla del ordenata, el maravilloso mundo real que nos rodea.
Los dos talleres de Astronomía se impartirán los viernes 1, 8, 15 y 22 de marzo, con una salida para observar con telescopio desde el Castillo de San Fernando, en la noche del sábado 23; y los viernes 3, 10, 17 y 14 de mayo, con una salida de observación con telescopio desde el Castillo de San Fernando el jueves 16.
Las dos estancias en Tabarca serán el sábado 18 y el domingo 19 de mayo, y el  sábado 13 y el domingo 14 de julio.
El programa de los talleres constará de 8 temas a desarrollar en los cuatro días programados, de 7 a 9 de la tarde, en un aula del Claustro de San Nicolás. Los temas serán:
1ª SESIÓN.- 1.- Cuestiones preliminares (Ciencia, Física y astronomía).  2.- Los instrumentos astronómicos y su historia (confección de un planisferio celeste)
2ª SESIÓN.- 3.- La Esfera Celeste (Astronomía de Posición).  4.-  Nuestro Sistema Solar.
3ª SESIÓN.- 5.- Las estrellas. 6.-Galaxias y Cosmología.
4ª SESIÓN.- 7.-La vida en el Universo.  8.- El Universo del astrónomo aficionado.
Los fines de semana en Tabarca constarán de dos estancias de 30 jóvenes cada una, el sábado y el domingo programados: Llegada por la tarde e instalación en el CEMA, donde se pernoctará. Observación solar con telescopio de proyección y otros instrumentos. Charla astronómica. Tiempo libre para la cena. Observación nocturna con telescopios, para ver la Luna en cuarto Creciente, varios planetas, estrellas, cúmulos y otros objetos celestes. Regreso a Alicante por la mañana.
Estas actividades están organizadas por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Alicante.
Recomiendo a los jóvenes que consulten la matriculación en CENTRO 14.
Ya el pasado año 2012 se realizaron un taller en Centro 14 y una estancia de fin de semana en Tabarca, con unos resultados más que satisfactorios.
Os espero.
Miguel Ángel Pérez Oca.

martes, 8 de enero de 2013

CUESTIÓN DE NARICES



El tema para la Tertulia de la Bodega Adolfo de ayer era "La nariz" y yo aporté un relato que trataba de eso, de narices. Espero que os guste.


EL SÍNDROME DE PINOCHO.
            -Nos han retirado la subvención, muchachos, así que a primeros de mes tenemos que dejar el laboratorio – nos dijo el director del proyecto con lágrimas en los ojos -. Ya sabéis, la crisis, los recortes… y esos políticos incultos que creen que la ciencia es un lujo superfluo. Llevaos a casa lo que queráis, que ya vendrán tiempos mejores…
            Por mi parte me llevé el contenedor con las pruebas de virus sintéticos, aunque sabía muy bien que no podría continuar mis investigaciones, ya que para eso hubiera necesitado un material y un dinero de los que no disponía. Mi trabajo había consistido en descubrir una hormona que se aloja en la pituitaria cuando el sujeto adopta conductas antisociales, que intenta justificar con mentiras. Llamé a esa hormona “mentirosona” e intenté controlarla mediante un virus sintético de mi invención. Tenía la esperanza de que si podía destruir la dichosa hormona conseguiría modificar el comportamiento de ciertos criminales o, en todo caso, poner a disposición de los jueces un detector de mentiras infalible. Pero todo el estudio estaba todavía en ciernes cuando me vi en casa sin saber dónde guardar aquella maldita y voluminosa caja hermética.
            Para colmo, pocos meses más tarde, recibí una notificación del juzgado en la que se me comunicaba que iban a proceder al inmediato desahucio de mi vivienda, por falta de pago de la hipoteca. Hundido en la más miserable ruina, sin mi salario y agotados mis ahorros, había caído de nuevo en el alcoholismo y era incapaz de razonar. Me fui a casa de mis padres y me olvidé del contenedor, abandonado en un rincón del sótano.
Cuando me recuperé de  mi adicción en un centro especializado y volví a pensar con coherencia, comprendí el desastre que podía ocurrir si el envase de los virus era abierto por manos inexpertas y éstos se liberaban en la atmósfera. Corrí a mi antigua casa justo a tiempo de ver a las excavadoras terminando de demoler el edificio. Entre los escombros acumulados en medio de la calle estaban los restos aplastados de la caja metálica. Aún salía de su interior un ligero vapor que se diluía en el aire. El daño, pensé, ya estaba hecho, y me marché de allí compungido y silencioso.
Al día siguiente, durante una rueda de prensa del Jefe del Gobierno, ocurrió el primer caso del que luego se llamaría Síndrome de Pinocho. Un periodista preguntó a nuestro mandatario si los recortes en sanidad y educación eran absolutamente necesarios, y conforme el interpelado iba exponiendo sus razones con vehemencia, empezó a crecerle la nariz hasta alcanzar dimensiones desproporcionadas. ¡Y en todas las naciones del mundo estaba ocurriendo lo mismo! En la prensa de los días siguientes aparecieron los más famosos personajes de la política luciendo desmesuradas napias. Y cuando un conocido obispo católico negó en público que los sacerdotes de su diócesis hubieran cometido abusos a menores, también fue hinchándose su nariz y poniéndose cianótica. Otros líderes religiosos corrieron la misma suerte; y riquísimos banqueros y hombres de negocios, algunos de los cuales prefirieron morir asfixiados bajo el peso de una nariz gigantesca y monstruosa antes que abandonar sus prácticas abusivas. En pocos días, toda la élite mundial había quedado fuera de combate, ante el ataque de un misterioso virus que se cebaba en las narices de los poderosos.
A partir de entonces, la Tierra entera se convirtió en el paraíso que siempre debió haber sido. Se frenó el calentamiento global, se erradicaron las hambrunas y las enfermedades en el Tercer Mundo, cayeron todas las dictaduras, no hubo más guerras ni crisis económicas, se clausuraron todos los paraísos fiscales y el Sistema Capitalista fue declarado ilegal por atentar contra los Derechos Humanos. Un predicador evangelista televisivo afirmó que el poder basado en la mentira había provocado la ira de Dios, en forma de epidemia del Síndrome de Pinocho. Y a él también le creció la nariz.
Yo guardé silencio, no fueran a pedirme responsabilidades por haber cambiado el Mundo.                                                                                Miguel Ángel Pérez Oca.