lunes, 29 de abril de 2019

5º Y ÚLTIMO CUENTO DE LA PENTALOGÍA DE LA MUJER BARBUDA.

Ayer los temas eran: Descendencia y Espiritualidad. Y yo aproveché para presentar este cuento que es el último de mi Pentalogía de la Mujer Barbuda.




AHAB Y EL MONSTRUO.

            Cuando el Agamenón se acercó a aquella isla que ni siquiera figuraba en los mapas, nuestro capitán nos ordenó ir a la costa para hacer aguada. En un extremo del atolón circular había un viejo volcán apagado, cubierto de maleza, donde sin duda encontraríamos alguna fuente para proveernos. Pero el viejo marino que iba al timón de la chalupa se mostraba temeroso.
            -Yo he estado antes en estos mares y los nativos de las islas vecinas dicen que aquí vive un hombre blanco, amigo del diablo, que convive con un monstruo marino.
            Mientras mis compañeros, asustados por el viejo, se apresuraban a llenar los barriles de agua, yo me fui a explorar.
            -Si no vuelves a la hora de irnos, te dejaremos aquí - me advirtieron. Pero yo no les hice caso. En el fondo me apetecía quedarme en aquel lugar paradisiaco.
            Después de andar por la selva al pie del volcán, vi una rudimentaria cabaña, de la que surgió un individuo que me resultaba familiar. Me acerqué sigilosamente y vi que andaba con una pierna artificial hecha de… ¡un diente de cachalote! ¡Era el capitán Ahab, del Pequod!
            El hombre arrastraba sobre la arena una especie de gran banasta hecha con hojas de palma, colmada de pescados frescos, y se dirigía a un cercano acantilado. Yo lo seguí sin ser visto.
            Cuando Ahab estuvo sobre la roca, con la banasta a sus pies, las aguas se agitaron y una sombra blanca surgió del fondo de la laguna del atolón. La enorme cabeza de Moby-Dick salió a la superficie y Ahab vació el contenido de la cesta en sus fauces abiertas.
            -¡Capitán Ahab! - grité sin poderme contener.
            -Ismael, muchacho… ¿tú también sobreviviste al naufragio del Pequod? ¿Por qué has tardado tantos años en llegar aquí?
            Esa noche, en la cabaña, el capitán me contó su rara historia.
            -Pasé varios días encaramado a unas tablas del hundido Pequod. La ballena me acechaba, gravemente herida por mi certero arpón, cuando una ola gigantesca nos alzó en volandas y nos llevó a través del océano hasta romper en las rocas de esta isla. Cuando me recobré, me vi sobre la playa y la ballena daba vueltas sin poder escapar del atolón. Estaba herida y vencida, y yo entonces me sentí magnánimo, y la cuidé, le curé las heridas y desde entonces la alimento - Ahab me miró intensamente -. Ahora, con tu ayuda, quizá podremos abrir una brecha en los arrecifes para que Moby pueda regresar al océano.
            Con aquel impulso altruista, Ahab había recuperado su espiritualidad y llegó a ser un agradable compañero en la isla que, por cierto, no estaba del todo desierta. Varias mujeres y su descendencia, adolescentes que entonces eran niños y niñas, habían sobrevivido a la catástrofe, mientras sus esposos, hermanos y padres, pescadores, eran engullidos por la ola. Entre ellos había una jovencita que me miraba con mucho interés. Yo la sonreí, presintiendo un futuro feliz, y para nada eché de menos que no tuviera barbas.

                                                       Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                                (500 palabras)

viernes, 26 de abril de 2019

SIN COMENTARIOS.

                                                              
                                                                ¡VOTA, COÑO!

SI NO VOTAS NO TE QUEJES DESPUÉS. 
SI NO EJERCES EL VOTO ÚTIL, ESTARÁS VOTANDO INÚTIL.
YO VOY A VOTAR A LA IZQUIERDA, ¿Y TÚ?
¿PSOE o UP? ESA ES LA CUESTIÓN, QUE DIJO HAMLET.
AYYYYYY!!!

miércoles, 24 de abril de 2019

CUENTO Nº 4 DE LA PENTALOGÍA DE LA MUJER BARBUDA.

             Y sigo con mis cuentos, aunque esta vez de acuerdo con el tema, que era "Librerías".




LA MUJER BARBUDA EN EL OESTE.

            Dicen de Dodge City que es “la ciudad sin ley” y es cierto, a pesar de los esfuerzos del sheriff Wyat Earp, que todos los días se juega la vida frente a pistoleros y vaqueros borrachos. Patricia y yo nos habíamos instalado allí y encontramos trabajo, yo como dependiente de la única librería del pueblo, y ella como vaquero. He dicho vaquero porque para todos era un hombre barbudo, siempre enfundada en un poncho que disimulaba sus curvas.
            En una desafortunada ocasión íbamos Patricia y yo, a altas horas de la noche, camino del saloon, cuando se nos ocurrió besarnos sin reparar en que un jinete nos veía desde una calle lateral.
            -¡Maricones! – fue el grito infamante que hirió nuestros oídos.
            Cuando entramos en el local ya se había corrido la voz y los parroquianos nos miraban con cara burlona. Estaban allí los vaqueros beodos y puteros de siempre, el patrón del salón, un gallego muy avispado llamado Santiaguiño, y la banda de los Mc.Pistol, pistoleros contratados por un poderoso ganadero para atemorizar a los granjeros, cuyas tierras quería convertir en pastos para su ganado.
            -Mirad - dijo Peter “Spitfire”, el mayor de los dos hermanos Mc.Pistol - un marica mejicano y el maldito librero que va a corromperos a todos - y añadió, sacando su revolver -. Fuera de aquí. Este es un local para hombres.
            Patricia se echó el poncho para atrás y se desabrochó con calma su camisa, dejando a la vista sus sonrosadas tetas. En su cintura lucía un Colt 45.
            -Yo no soy un homosexual mejicano, pero si lo fuera tendría el mismo derecho a estar aquí que todos vosotros. Soy mujer, soy la Mujer Barbuda, y tengo más huevos que todos los Mc.Pistol juntos.
            Y a continuación sacó el revolver a una velocidad pasmosa. Se oyeron seis disparos, y seis cadáveres rodaron por el suelo, todos con la pistola en la mano, que no habían llegado a poder disparar.
            El sheriff Wyatt Earp decretó que los disparos de Patricia habían sido hechos en legítima defensa, y desde entonces los ganaderos no volvieron a contratar pistoleros ni a ambicionar las tierras de los pacíficos granjeros, y los vaqueros se guardaron mucho de ofender a la Mujer Barbuda, aunque siempre había risitas disimuladas a nuestras espaldas.        
Ella ya no se encontraba a gusto en Dodge City, y cuando le llegó la noticia de que el circo de Buffalo Bill venía a la ciudad, quiso que me fuera con ella, pero ¿qué iba a hacer yo en un circo? Así que se despidió de mí con lágrimas en los ojos.
            -Ismael, vuelvo a casa - dijo, y marchó con su caballo, sus barbas y sus tetas, junto al coronel Cody y el jefe Toro Sentado. Ahora está en París, de gira, se ha afeitado la barba y la llaman Juanita Calamidad.
            Yo también me fui de Dodge City y acabé en San Francisco, donde pienso embarcar en un ballenero. Quizá algún día vuelva a enfrentarme a Moby-Dick.

                                                           Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                                  (500 palabras)

EL NIÑO DE LOS OJOS GRANDES.




El niño de los ojos grandes
mira desde la patera
y, callado, desespera
que no vengan a salvarle.

El niño de los ojos grandes
anhelaba un paraíso,
pero el destino lo quiso
frente a costas miserables.

El niño de los ojos grandes
no sabe que en esta tierra
hacen las armas de guerra
que mataron a sus padres.

El niño de los ojos grandes
desfallece poco a poco,
sin esperanza en los ojos
y con salitre en el aire.

El niño de los ojos grandes
morirá desamparado,
que ha nacido sentenciado
por mezquinos y cobardes.

El niño de los ojos grandes
está perdido en la mar.
¿Quién lo vendrá a rescatar,
si no queremos mirarle?

                        Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 17 de abril de 2019

EL CANDIDATO TRANQUILO.



Pedro Sánchez es un tipo muy listo, o por lo menos tan prudente que ha sabido rodearse de gente muy lista. Y está llevando una campaña electoral impecable. Tiene a todos contra él, porque saben que es el ganador a eliminar, o no tendrán ninguna oportunidad. Me imagino (o me quiero imaginar) que al final nos va a dar una sorpresa, quizá hasta pueda gobernar en solitario, o con muy pocas ayudas, e iniciar una nueva etapa histórica en la que la regeneración democrática sea la tónica para varios años. Los otros, los dos franquistas de la derechona y los liberales derechizados que antes eran de centro, disputan entre ellos el liderazgo de la reacción de la caspa y pretenden ser persuasivos diciendo tópicos y barbaridades, insultando y contando injurias y calumnias. Da grima oírlos hablar del Falcon, de la alianza con separatistas (que no han desmentido ni callado a pesar de que los separatistas han tumbado sus presupuestos y provocado las lecciones anticipadas), las tonterías sobre el aborto, la eutanasia y demás temas eclesiásticos impuestos por unos obispos tontos de baba. Dan grima, dan pena y dan vergüenza ajena. Por otro lado, Podemos, que ahora se llama “Unidas Podemos” (?), se esfuerza en diferenciarse y agita el fantasma de alianzas futuras de PSOE y Ciudadanos. Mientras los otros lo niegan categóricamente y hablan de hipotéticos indultos futuros. No saben qué decir, ni los de un lado ni los de otro, para tumbar a Sánchez, mientras éste se muestra impasible, sufriendo insultos que deberían ser insufribles, pero ante los que él no mueve una ceja, siempre en el papel de Jefe de Gobierno de todos. Pablo Casado le ha llamado traidor, felón y tantas otras cosas, inútilmente, porque Pedro no entra al trapo. Y después tiene la osadía de pedirle un cara a cara, un debate a dos en la TV, como si alguien que ha sido insultado hasta el extremo tuviera la obligación de rebajarse a intercambiar palabras con el soez insultador. Pedro Sánchez tiene las elecciones ganadas porque se enfrenta a su derecha con infusorios, con indivíduos que no le llega a la suela del zapato, con personillas a las que la gente decente y con sentido común no votaría nunca; y por su izquierda a otros que ya perdieron el tren de la Historia y tratan de sobrevivir. Él es la única oportunidad que tenemos de salir con bien de esta horrible situación. Por eso se está movilizando toda la izquierda, haciendo caso omiso a aquellos ceporros políticos de la "gauche" primaria y simplista, personalizada en Cayo Lara, que decían que PSOE y PP son lo mismo. No lo son y se ve con Sánchez con tanta claridad que no hay duda. Y si a pesar de eso, ganase la derecha, que Dios nos coja confesados. Apaga y vámonos.

martes, 16 de abril de 2019

CUENTO Nº 3 DE LA PENTALOGÍA DE LA MUJER BARBUDA.

Sigo con mis cuentos que forman parte de la pentalogía dedicada a la Mujer Barbuda.



UNA FIESTA EN CASA DE LA MUJER BARBUDA.

            Cuando me presenté en la Comisaría de Policía de Boston, acompañado del abogado Smith, el Jefe Braun emitió un suspiro de alivio. Se notaba que se alegraba mucho de que fuéramos a solucionarle un problema muy peliagudo.
            -Miren - nos dijo mostrándonos la amplia y única celda en el sótano -. Ahí está, con su barba y sus tetas. Menudo problema me ha traído este ser monstruoso. No podíamos enviarla al penal de Boston, porque es una mujer y los hombres allí son peligrosos hasta para los jovencitos, pero en la cárcel de mujeres no había manera de internarla sin provocar una revolución, con esas barbas…
            Al otro lado de las rejas, una persona cuyo rostro estaba cubierto por unas inmensas barbas negras como el azabache, estuvo estudiando mi rostro, intentando identificarme.
            -¿Es usted Ismael, el que se metió marino y marchó en el Pequod?
            -El mismo - le dije y añadí - La señora… “como se llame” me lo ha contado todo y me ha faltado tiempo para venir a pagar su libertad.
            Ella se acercó a la reja y, tomando mi mano entre las suyas, me la besó, agradecida.
            -Sea en recuerdo de cuatro noches inolvidables - pronuncié en un susurro que debía quedar entre nosotros.
            Cuando regresamos a la vieja casa que había sido residencia del reverendo Armstrong y ahora era un local de lenocinio regentado por la “madame”… ¿Colette?, hubo grandes demostraciones de júbilo entre las tres chicas y su jefa. La Mujer Barbuda se dirigió a sus amigas y les dijo:
            -Ismael ha pagado mi fianza y gracias a él soy libre. Creo que le debo una disculpa. Durante años ha vivido atormentado por la incertidumbre acerca de cuál de vosotras fue su amante en los días que vivió en esta casa. Ahora que ya sabe que fui yo, como dueña de este prostíbulo quiero que haga realidad todas sus sospechas. Ofrezcámosle una orgía de lujo con las cinco, que lo resarza de tanta zozobra.
            No os contaré con detalle lo que ocurrió esa noche sobre la cama redonda de aquel establecimiento abierto solo para mí. Solo os diré que, recuperando el vigor que un día perdí ante el cachalote blanco llamado Moby Dick, les di satisfacción a todas, aunque nada superó a lo disfrutado en aquellas lejanas noches, pues la que mejor me sirvió, con creces y por encima de las otras, fue sin duda la Mujer Barbuda.
            Traté de no pensar en sus pilosidades faciales y sí en los otros encantos y habilidades de los que su cuerpo elástico y suave era rico. Y ¿qué queréis que os diga? Me lié la manta a la cabeza y de madrugada, mientras la señora y sus pupilas dormían el sueño de las justas, la Mujer Barbuda, envuelta en un poncho con el que ocultaba su condición, me condujo a la cuadra de atrás de la casa. Cogimos los dos mejores caballos y nos fuimos al Lejano Oeste. Nunca le pedí que se afeitara la barba.

                                                                       Miguel Ángel Pérez Oca

                                                                              (500 palabras)

lunes, 8 de abril de 2019

DEL FACEBOOK DE EDITORIAL PREMIUM.

Premium Editorial termina la Feria del Libro de Tomares 2019 con un incremento de ventas del 19% pese al mal tiempo.
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Estos han sido los títulos más vendidos durante estos 4 días de Feria:
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1. El silencio de las estrellas, de Miguel Ángel Pérez Oca....
Ver más

viernes, 5 de abril de 2019

FALLO DEL PREMIO DE ENSAYO JOVELLANOS.



Me acaban de comunicar que la edición actual del Premio de Ensayo Jovellanos ha sido ganada por doña Rosa Navarro, conocida catedrática y filóloga (ha sido jurado de los premios Príncipe y Princesa de Asturias y Miguel de Cervantes), por su trabajo titulado “Secretos a Voces”, que analiza aspectos ocultos de la política en la literatura del Siglo de Oro. Desde aquí la felicito y le deseo que el tema elegido sea tan importante que haya prevalecido justamente sobre el tema de mi ensayo, que era, nada menos, la cuestión de qué somos realmente, qué es la consciencia subjetiva del ser humano y cómo debemos enfrentarnos a la tanatofobia ineludible y a la llamada Inteligencia Artificial. Quizá, si no es por el tema, debe ser que su trabajo tiene una calidad literaria excepcional, o al menos superior a la que producen mis limitadas facultades de escritor. Prometo leerlo con curiosidad y benevolencia.
No quiero que se interprete esto como una pataleta por mi parte. Yo tenía puestas muchas esperanzas en ese trabajo, más que por mí, por la trascendencia del tema, que estimo urge tratar seriamente, pero ya tengo asumido lo que son muchos premios literarios, pese a haber ganado alguno realmente honesto (yo no conocía a los miembros del jurado, ni ellos a mi, pues usaba seudónimo).
En fin, espero que algún día, un arqueólogo del futuro encuentre el manuscrito nunca publicado de mi ensayo “¿Qué soy yo? La gran pregunta” y diga: “Mira, este infeliz se adelantó unos cuantos siglos a lo que hoy consideramos verdaderamente importante”. Y si no es así, tampoco importa demasiado.

                                                                        Miguel Ángel Pérez Oca.

martes, 2 de abril de 2019

CUENTO Nº 2 DE LA PENTALOGÍA DE LA MUJER BARBUDA.

Como consecuencia de la narración de la tertulia anterior, se me ocurrió escribir esta que sería su segunda parte, donde se desvela quién fue la amante del protagonista en los días (noches) en que se alojó en casa del reverendo Armstrong. Pero a continuación he escrito tres cuentos más, que completan la historia y que forman con este y el anterior un conjunto de 5 que yo llamaré "Pentalogía de la Mujer Barbuda". Conforme los vaya presentando en la Tertulia, los iré poniendo en este blog.




DEL CUADERNO ERÓTICO DE ISMAEL WHALEKILLER.

            Me llamo Ismael. He sido sacristán, maestro de escuela y marino ballenero. Una vez perdí mi fe y me embarqué en el Pequod. Y tras un trágico naufragio escribí una novela titulada “Mobi-Dick” con el seudónimo de Herman Melville. Después, siendo ya un escritor famoso, viajé a Boston a entrevistarme con un editor y aproveché para revivir una lejana experiencia. El caso es que, siendo aspirante a pastor, estuve unos días alojado en casa del reverendo Armstrong, que vivía con su hermosa mujer y sus tres lindas hijas. Por las noches, una mujer anónima me visitaba en la habitación oscura y me proporcionaba mis primeras experiencias sexuales. Y esta vivencia contribuyó a la pérdida de mi fe, e hizo que me convirtiera en marino, siempre atormentado por la incertidumbre de no saber cuál de las cuatro damas del reverendo había sido mi amante ocasional. Ahora, con una posición desahogada y un carácter maduro, me propuse desvelar el misterio que tanto había condicionado mi vida.
            Cuando llamé a la puerta de la vieja casa, apareció en el umbral la señora Armstrong, con unos años más, pero tan bella como siempre. Tardó en reconocerme.
            -¡Ismael! Mi querido Ismael… Cuánto tiempo.
            -¿No está el reverendo en casa?
            Y ella bajó la cabeza y me sonrió algo cohibida.
            -¿Es que no sabe usted lo que ha pasado?
            Y yo negué, sorprendido.
            -Está en la cárcel – me dijo -, cumpliendo una condena por suplantación de personalidad.
            Y me hizo pasar al salón.
            -Sé por qué ha venido usted… Quiere saber cuál de nosotras fue su amante secreta durante su estancia en esta casa, ¿verdad?
            Y yo asentí.
            -Lo cierto - dije - es que esa incógnita me ha atormentado toda la vida. Es más, siempre he sospechado que fueron ustedes cuatro, turnándose cada noche.
            Y ella se echó a reír.
            -Voy a contarle una historia. Ocurrió en el Lejano Oeste. Había un circo ambulante que marchaba por los pueblos con una caravana de carros. Entre ellos iba uno donde una “madame” y sus tres pupilas ejercían la prostitución. El dueño del circo, que era un canalla, explotaba a la “madame” y maltrataba a las chicas, hasta que encontraron a alguien que las protegió. Se trataba de la Mujer Barbuda, que se enfrentó al villano en un duelo a pistola y lo mató. Luego, las cinco mujeres huyeron al Este y se establecieron en Boston. La Mujer Barbuda, que se llamaba Patricia y era muy creyente, se afeitó el mentón y el bigote y se dejó crecer unas grandes patillas…
            En aquel momento recordé el extraño aspecto del reverendo Patrick Armstrong, con su rostro feminoide y sus patillas enormes.
            -Se hizo pasar por un hombre, pastor evangelista venido del Oeste, y a nosotras, por su esposa e hijas. Sus sermones se hicieron famosos y al poco se le encomendó la dirección del Congreso de Estudios Bíblicos en el que lo alojamos en casa.
            -¿Y mi amante? – pregunté con ansiedad.
            -Su amante, señor Ismael, fue el reverendo Armstrong.

                                                                       Miguel Ángel Pérez Oca.
                                                                        
                                                                               (500 palabras)