sábado, 26 de diciembre de 2009

PUÑETERA NAVIDAD.


En navidad "to er mundo e güeno". Los tres Reyes Magos, que no se sabe si eran tres o cuatro o cuántos, y que no eran reyes, vienen con sus camellos a traerles juguetes de El Corte Inglés o Toy Sarás a los niños, que ya saben que en realidad quien paga es papá. No Papá Noel, Santa Claus de mejor nombre, o mejor aún San Nicolás, un obispo levantino que llevó naranjas al norte de Europa para atajar una epidemia de escorbuto y que ahora va disfrazado de rojo, con una gran panza de obeso glotón y cervecero. Creo que antes iba de verde y que el rojo se lo puso Coca Cola, ¿será cierto? ¿Hasta este extremo hemos llegado? Oh, Oh, Oh... dice el gordo anglosajón mientras nos toca... la campanita desde su trineo tirado por "ornitorrenos", rara especie de renos volantes inventados por Walt Disney. En la tele nos cantan villacicos y suena, una vez más, ese maldito eslogan publicitario de "Ven a casa esta Navidad..." Y nosotros nos acordamos de los ausentes, nos sentimos estafados y nos ponemos de una profunda y desagradable mala leche melancólica. Las calles de las ciudades y pueblos, en plena crisis energética, se llenan de luces inútiles en las que se derrocha la energía en nombre de no se qué buen rollo. Saturamos Internet de mensajes bienintencionados, mientras por ahí, por el mundo que nos rodea, siguen los secuestros, las guerras, el hambre y todas esas miserias, muchas de ellas perpetradas en nombre de un Dios único, verdadero, justo, sabio, poderoso y bueno, con otro nombre pero los mismos atributos que el nuestro. Otras veces las barbaridades, las inquisiones y las hogueras las han hecho los que llaman Dios a ese Dios. Y los mendigos hacen, o intentan hacer los pobres, su agosto en diciembre, como los dueños de las tiendas de juguetes, los fabricantes de turrón, los grandes almacenes... en nombre de un pobre niño judío que dicen nació en un pesebre de Belén y tuvo que exiliarse a Egipto ante la barbarie del estúpido y cruel rey de los judíos, que no quería competencia y que construyó el segundo templo de Jerusalén, el del muro de las lamentaciones, más en su propia gloria política que en alabanzas a Jeová que, por cierto, es otro nombre del mismo Dios del que estamos hablando. Y uno se imagina el portal de Belén cubierto de nieve, allá donde nunca nieva, alumbrado por un extraño cometa del que los astrónomos no tienen noticias, en los postreros días del año uno antes de Cristo. Y el caso es que cuando el Papa Juan I ordenó al monje matemático Dionisio el Exiguo que confeccionara el calendario cristiano para sustituir al romano de toda la vida, el buen hombre se equivocó en tres o cuatro años, de manera de Jesús de Nazareth - ¿no era de Belén? - nació el año tres o cuatro "antes de Cristo". Vaya paradoja. ¿Y la fecha exacta del nacimiento? Pues vaya usted a saber. Porque las fechas en que se celebra la "Navidad" cristiana - "natividad" es el término correcto - se puso en diciembre para dar nombre cristiano a las Saturnales, tradicional fiesta familiar de los romanos, que celebraban en esos días el Solsticio de Invierno, el comienzo del frío y del recogimiento cerca de la lumbre. Así que ¿qué estamos celebrando? ¿A qué viene tanto villancico nostálgico y melancólico, tanta comilona generadora de colesterol, tanto juguete y tanto regalo, tanto despilfarro y tanta lucecita? Si, en el fondo, la mayoría abominamos en secreto de la Navidad, que es triste, deprimente, molesta y hasta si me apuran hipócrita. La mayor parte de las peleas familiares se producen en Navidad, porque hay gente que no soporta a su suegra o a su cuñado y tiene que compartir mesa y mantel con ellos y gastarse la pasta en regalos estúpidos.

Vaya con la Navidad. Si tuviese dinero me iría en estas fechas a un país pagano donde no tenga que ser testigo de tanta monserga. Pero, ¿dónde está ese país feliz? Si resulta que hasta en China, el país comunista más capitalista del mundo, ya se celebran estos jolgorios prometedores de buenos negocios...

La verdad, no me apetece felicitarles a ustedes en estas fechas tan artificiales. Prefiero desearles un feliz Año Nuevo lleno de felicidad, salud y sobre todo paz y justicia social. Que falta nos hace.

Miguel Ángel Pérez Oca.

viernes, 18 de diciembre de 2009

AMINATU HAIDAR, LA FUERZA DE LA FRAGILIDAD.


Nos ha dado una lección a todos, pero sobre todo a esos estúpidos partidarios de la fuerza bruta que con sus torpes acciones producen los héroes y los mártires que acabarán con ellos. Si Marruecos no le hubiera negado el pasaporte, si nunca la hubiera torturado ni recluido en cárceles espantosas, nadie hablaría ahora de Aminatu, pero, sobre todo, nadie hablaría ahora del Sahara ocupado. Claro, que si Marruecos no practicara la tortura, si Marruecos fuera una verdadera democracia, hubiera respetado la voluntad de los saharauis y no habría lugar para protestas, ni de Aminatu ni de nadie. Esa es la fragilidad de la fuerza bruta, frente a la verdadera fuerza de la fragilidad. Aminatu es una mujer de apariencia frágil, ya castigada y enferma por los anteriores padecimientos que le ha infligido la teocracia marroquí. Pero detrás de sus gafas, bajo su pañuelo musulmán, más allá de su tímida sonrisa, hay una enorme fortaleza de voluntad, una terca dignidad inexpugnable. Quien está dispuesto a morir no tiene nada que perder. ¿Queréis hacer de mí una martir? Pues, adelante, les dice a los que quisieron doblegarla, dejad que muera de hambre voluntariamente, torturadme otra vez, encerradme, y los míos tendrán en mi una bandera por la que luchar. ¿Habéis olvidado a Gandhi, habéis olvidado a Martin Luther King, habéis olvidado ya a Mandela? Pues ahí está Obama, la emergente India actual y la realidad multirracial y democrática de Sudáfrica para recordaros vuestra torpeza.

Aminatu Haidar es uno de esos ejemplos impresionantes ante los que los políticos sin carisma, los diplomáticos adocenados y los hombres serviles no saben qué hacer. El desconcierto de la fuerza bruta y de las rutinas burocráticas, de los soberanos divinizados y de los adocenados indiferentes ante una persona tan frágil como resuelta es un espectáculo reconfortante. Y las reacciones vergonzantes de seres miserables, como ese Risto de la telebasura, que ha hecho de la crítica indiscriminada y la mala leche su profesión, no hacen más que reforzar las posturas mezquinas de la gente de la derechona temperamental, a la que molesta que una mujer, debil y musulmana, les dé lecciones de moral. Que se jodan.

Aminatu nos demuestra muchas cosas, cosas que ya nos demostraron otros, pero que nunca terminamos de aprender. Nos ha demostrado que todo pueblo tiene derecho a decidir su destino. Que el Estado no es un producto de la Creación ni puede estar bendecido más que por la voluntad de los ciudadanos a formar libremente parte de él. Que ningún jefe de estado, ni Mohamed VI, ni Mao, ni Hitler, ni Franco, han tenido nunca derecho a ser sacralizados; porque el culto a la personalidad es un pecado político que denigra a los pueblos. Que no hay más camino que la libertad, la democracia, la igualdad entre hombre y mujeres, entre pueblos y creencias diferentes, entre seres que se respetan mutuamente. Que, como dijo Lao Tsé hace ya tantos siglos: "A más leyes, más delitos", "El mejor jefe no da órdenes", "El mejor luchador no mata a su enemigo".

Aminatu, ayer, sonreía casi sin fuerzas, meintras el avión la llevaba a casa. Había ganado, pero no ella que, seguramente, arrastrará toda su vida las cicatrices de este nuevo sacrificio, sino su causa, la causa de un pueblo cuyo territorio secular fue regalado por los herederos cobardes de un tirano moribundo a un rey astuto y endiosado cuya dinastía siempre ha mantenido a su pueblo en la ignorancia para que no cuestione sus designios. España, a pesar de su actual democracia, ha heredado una culpabilidad, cuyo complejo no nos abandonará mientras no procuremos al pueblo saharaui el cobro de la libertad que se le adeuda. Marruecos, dando la libertad al pueblo saharaui para que decida, estaría en el camino de conceder la libertad a su propio pueblo.

Aminatu es muy fuerte y muy grande, a pesar de su fragilidad. Si algún día llega la hora de tomar una decisión sobre el Sahara, habrá que contar con la señora Haidar.

Lo que más me duele es que para que todos aprendamos una lección tan importante, esta mujer se haya tenido que jugar la vida y la salud.

Perdónanos, Aminatu, porque es muy cómodo ser un nuevo rico de la Democracia.

Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 17 de diciembre de 2009

FELICES FIESTAS Y MEJOR AÑO, HALA.


EL PECADO Y EL DELITO.


Otra vez. De nuevo monseñor Camino volvió a las andadas. El otro día, erre que erre, declaraba que el aborto debía ser considerado delito. No dijo "pecado", que sería lo suyo, dada su condición de teólogo, no. Dijo "delito", como correspondería a un jurista. Porque, claro, a los curas les corresponde calificar los pecados, y a los legisladores calificar los delitos. Cada cosa en su sitio. Porque no es lo mismo. Los delitos son castigados por el Estado con penas de prisión, multas o sanciones de acuerdo con su gravedad. Los pecados, dicen los sacerdotes que los castiga Dios, con penas de Infierno o Purgatorio en la otra vida, o penitencias post arrepentimiento y consfesión en este mundo. Pero no necesariamente una acción es simultáneamente las dos cosas: delito y pecado. No ir a misa los domingos puede ser pecado pero no es delito. Defraudar a Hacienda es delito, pero al parecer no es pecado - aunque debería serlo, por el "no robarás", creo yo, porque el que no paga los impuestos me está robando a mí en los servicios públicos a los que esos impuestos van destinados -. En fin, lo que quiero decir es que ningún diputado es quién para decir lo que es o no un pecado, y ningún religioso es quién para decirnos qué es o no un delito. ¿Qué dirían nuestros obispos si el Jefe del Gobierno les exigiera que declarasen pecado el blanqueo de dinero? Pues eso mismo le digo yo a monseñor Camino, al que cada día tengo más simpatías: Métase usted en sus asuntos, monseñor, y no entre en corral ajeno. Mande usted a las abortadoras al Infierno si le parece a usted bien castigar así a quien sufre una desgracia, pero no nos diga a los ciudadanos que el aborto es un delito, y que metamos en la cárcel a las abortistas, que para esos menesteres ya están los diputados elegidos por nosotros y no por "designio del Espiritu Santo" como pretenden ustedes que procede su autoridad.

Por cierto, el artículo 36 de nuestra Constitución dice: "La Ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La estructura interna y el funcionamiento de los Colegios deberán ser democráticos."

¿Quién los elige a ustedes, monseñores, para ser obispos, los de arriba o los de bajo? ¿La profesión de sacerdote es una profesión titulada? ¿Se podría considerar a la clase sacerdotal, en su funcionamiento y estructura, como un Colegio Profesional? ¿Y esa estructura interna y ese funcionamiento son democráticos? Ayayay... que me parece, señores monseñores, que va a resultar que son ustedes anticonstitucionales.

Mira por donde.

Y es que no escarmientan.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 12 de diciembre de 2009

EL ESCÁNDALO DE LA LEY DE DEPENDENCIA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA.


Hace ya tres años que se aprobó la Ley de Dependencia destinada a ayudar a personas cuyas condiciones físicas o mentales no les permiten valerse por si mismas. En algunas comunidades autonómicas, como Cantabria, La rioja, Andalucía, País Vasco, Aragón, Castilla y León, Navarra, Castilla La Mancha, etc. la tramitación de las solicitudes se está llevando con normalidad, mientras que hay cuatro donde parece que la parálisis se ha apoderado de los gobernantes autonómicos, o que la suerte de los necesitados de ayuda les importa un bledo. Estos cuatro casos vergonzantes son nuestra Comunidad Valenciana, Baleares, Madrid y Canarias. Qué vergüenza. Estamos los cuartos por la cola de las 18 comunidades, con menos de un tercio del porcentaje de los casos que ya se atienden en Cantabria, La Rioja y Andalucía.

Como si la Comunidad Valenciana necesitase aún mayor desprestigio del que tiene en España. Una comunidad que se gasta fortunas en visitas papales, regatas de lujo y carreras de coches Fórmula 1, y que se encuentra sumida en un mar de rumores e imputaciones relacionados con la corrupción, incluido el asesinato de un alcalde, también es la que menos se preocupa por sus ciudadanos. Somos la Sicilia de España, mientras el señor Camps, con sus trajes de corte perfecto, nos cuenta milongas.

La Plataforma para la defensa de la Ley de Dependencia ha publicado un manifiesto denunciando el estado de abandono de este colectivo social: más de 1800 denuncias presentadas al Sindic de Greuges y 590 personas atendidas por el Turno de Oficio del Colegio de Abogados en 9 meses.

Y a lo mejor aún gana el PP las próximas elecciones autonómicas en nuestra Comunidad. ¿Qué nos pasa a los valencianos? ¿Estamos tontos o qué?

Si queréis apoyar este Manifiesto o realizar alguna gestión o acción al respecto, podéis dirigiros al correo electrónico de la Plataforma: dependencia_alicante@hotmail.com .

Mañana el desatendido puedes ser tú.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 5 de diciembre de 2009

TE QUEREMOS, CÁCERES.


Había que verla sobre el estrado, leyendo su discurso de aceptación del Premio Maisonnave. Había que verla y había que oírla. El que no fue no sabe lo que se perdió; o sí lo sabe, que en este mundo hay gente "pa tó", que dijo El Gallo. Porque, a pesar de estar el salón de la Sede hasta los topes, yo eché de menos a unos cuantos, y no quiero señalar. Y es que había que verla y había que oírla, allá arriba, en el estrado, mostrándose como es, porque no sabe mostrarse de ninguna otra manera. La Cáceres es la Cáceres, y ni puede, ni quiere, ni sabe mostrarse de otro modo que como es. Porque ella es de esas raras personas que siempre van de frente, que no engañan ni se engañan. ¿Para qué se va a mostrar de otro modo, para qué va a interpretar un papel, como hacemos la mayoría de los mortales, si no se puede ser más auténtica?

Allí estaba ella, de una pieza, con su biografía a cuestas, con sus ideales que no hay quien los tumbe, con su verdad de manchega de verdad, como ella dice, "todavía con el pelo de la dehesa", con su forma coloquial de hablar y escribir, que en ella es lo mismo, con su ejemplo de mujer libre, de amiga de los olvidados y los perjudicados por esta sociedad que no le gusta, que no nos gusta, de alicantina de verdad, de las que anteponen la ética a la estética en esta sufrida ciudad. No hay nada que decir de Ángeles, sino que es ella, sin velos, sin apariencias, ella y toda su humanidad. Como decía el Rector: la Universidad de Alicante y el Premio Maisonnave se honran al distinguir a la Cáceres. Como se honra Alicante en tenerla entre nosotros, vigilando la "terreta" para que no se nos eche a perder.

La entrega del premio fue un espectáculo inolvidable. Los discursos del Rector, de la Vicerrectora de Extensión Universitaria y de la Directora de la Sede sirvieron de estupendo marco a una inolvidable y genial "Laudatio" a cargo de Emilio Soler, que esta vez superó lo insuperable. Dios, cómo nos emocionó y nos hizo reír el Soler, con su sentido del humor, sus anécdotas y sus ocurrencias, llenas de velada ternura. Inolvidable. Y, después, allá en lo alto, en el estrado, la Cáceres y su circunstancia, más manchega que don Quijote y más alicantina que Maisonnave, que ya es decir.

El que no fue no sabe lo que se perdió, o sí lo sabe.

Te quiero, Ángeles Cáceres; te queremos mucho.

Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 29 de noviembre de 2009

¡QUE ME EXCOMULGUEN A MÍ TAMBIÉN!


No es que Bono sea mi político favorito, pero me parte el alma verlo lamentarse de que a él lo han excomulgado mientras que a Pinochet no. Eso le pasa, señor Bono, por ser católico y pertenecer a un partido de izquierdas. ¿Es que no sabe que desde que Constantino y Teodosio entregaron el poder religioso a los cristianos, la Iglesia siempre ha estado de parte de los poderosos? ¿Ha visto usted "Ágora"? Pues saque sus conclusiones. Empezaron matando a Hipatia, por ser pagana, sabia y mujer. Quemaron a Giordano Bruno y tantos otros miles de desgraciados disidentes (ellos los llamaban "herejes"). Pasearon a Franco bajo palio. Dieron la comunión a Videla y a Pinochet, entre masacre y masacre. Y ahora excomulgan a todos los diputados que voten a favor de la nueva ley de plazos para el aborto. Pero no dijeron ni "mu" durante los 8 años en que gobernó Aznar sin revocar la anterior ley que permite el aborto bajo determinados supuestos, tan fáciles de acogerse a ellos si se está dispuesta a mentir. Tampoco condenaron a Franco por fusilar a sacerdotes vascos. Ni repudian la pena de muerte. Ni mandan a los misioneros a trabajar por los niños que se mueren de hambre y sida en África, sino a evangelizarlos, a hacerlos fieles católicos, aunque no tengan qué comer. Afortunadamente, los misioneros ven lo que hay y se preocupan de lo que tienen que preocuparse, y piden a las ONG que les manden comida y condones, diga lo que diga ese teólogo abstracto que no se entera de nada y que ahora ocupa la silla de San Pedro.

Como ha dicho recientemente Enrique de Castro, ese cura de verdad que predica la palabra de Cristo y lucha por los pobres (sí, ese al que el cardenal Rouco le quería cerrar parroquia por dar la comunión con rosquillas y enseñar la Teología de la Liberación), la cuestión de cuál es el momento en que el feto se convierte en un ser humano debe ser establecida por los científicos y no por los sacerdotes, no vayamos a repetir la metedura de pata que se perpetró con Galileo. Pero, claro, lo del aborto como crimen es un argumento que justifica muchas cosas, porque, como nunca han condenado la pena de muerte, a los "criminales abortistas" se les podría incluso ajusticiar, y la lucha contra los "asesinos de niños" puede "explicar" cualquier tropelía, desorden, golpe de estado, etc., con lo cual, de rebote, Franco queda exonerado de sus crímenes porque se sublevó contra los izquierdosos que hoy se relamen de gusto asesinando niños de dos centímetros de estatura.

Y hablan del aborto como si los que promueven esta nueva ley sintieran alguna clase de placer fomentándolo; y miran para otro lado cuando el sentido común les dice que esta ley lo que persigue es que ninguna mujer que sufra la desgracia de tener que abortar (que no es plato de gusto para nadie) deba ser castigada; y que la que decida hacerlo, por las causas personales que sea, tenga las necesarias garantías sanitarias, sin que se vea obligada a recurrir a abortadoras clandestinas que pongan en peligro su vida. Eso, creo yo, es defender la vida. Pero no, de eso nada, ellos son partidarios de las políticas represivas, como si se pudiera evitar que las desesperadas aborten, prohibiendo el aborto. Ya se sabe que en épocas de intransigencia las que abortaban se jugaban la vida y la libertad, y, a pesar de ello, seguía habiendo abortos. Según mi opinión, lo que hay que hacer es desarrollar, paralelamente a la ley, una política de educación sexual que ayude a las jóvenes a no sufrir embarazos no deseados; pero la Iglesia siempre se ha opuesto a que a los jóvenes se les hable de sexo. Para la Iglesia, la única manera legítima de evitar el embarazo es la castidad, la renuncia antinatural al sexo; pues que se lo digan a los curas pederastas de EE.UU. e Irlanda. En fin, ¿qué van a opinar sobre la libertad sexual, ni ninguna otra libertad, los herederos de los que se hincharon a quemar herejes y brujas en la hoguera? Mucho me temo que si no queman ya a nadie es porque no los dejan.
Qué lejos queda ya el magisterio de aquel papa bueno, inteligente y reformista que fue Juan XXIII. Desde la sospechosa muerte de Juan Pablo I, la reacción más cerril, a la sombra de Juan Pablo II y los acólitos de Escrivá de Balaguer, se ha adueñado de la Iglesia. El padre Arrupe lloró en su lecho de muerte cuando le impusieron un sucesor dócil al frente de los jesuitas, y monseñor Romero y el padre Ellacuría siguen esperando el reconocimiento oficial de su martirio y su santidad. Recuerdo al papa polaco recriminando en público al padre Cardenal, en Nicaragua, por "hacer política" tomando partido por los sandinistas y predicando la Teología de la Liberación, mientras él consentía que los sacerdotes polacos hicieran política a favor de Lech Walesa. Y ahora, como en la Edad Media, tienen la osadía de excomulgar a los políticos que no les hacen caso. ¿Pero qué se han creído? Los tiempos en que los curas podían inmiscuirse en la política amenazando con castigos metafísicos ya ha pasado, gracias a Dios. Aunque, al parecer, monseñor Camino y sus jefes no se han enterado.

No se preocupe, señor Bono, que con esta Iglesia que nos ha tocado sufrir, estar excomulgado es un honor. De hecho, le envidio, porque a mi me haría mucha ilusión ser excomulgado. Estoy pensando en hacer apostasía y librarme de la vergüenza de pertenecer a una comunidad con semejantes dirigentes; pero no me decido porque no me da la gana rebajarme a pedirles que me borren de sus listas. Si hay otro mundo y Jesús de Nazareth pudiera volver de él, estoy seguro que repetiría su arrebato del templo, cuando expulsó a los mercaderes a vergazos, aunque esta vez lo haría en el Vaticano y sería inmediatamente excomulgado.

En fin, que ojalá me excomulgase el inefable e inaguantable monseñor Camino. Yo, por si acaso, me proclamo solemnemente, y desde hace mucho tiempo, hereje contumaz, apóstata, descreído y felizmente autoexcomulgado.

Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 26 de noviembre de 2009

ADIOS, PEPE CABALLERO


Se nos ha muerto Pepe, a los 96 años y en plenas facultades mentales. Y nos ha dicho uno de sus sobrinos que el otro día, en el hospital, todavía le dijo que le gustaría tomarse un orujo de esos que le mandaban sus amigos de Galicia. Solo faltaba que hubiera pedido también un puro. Genio y figura. Una vez, en un programa de la SER que se hacía desde Alicante, creo que con Gemma Nierga, la famosa locutora le preguntó la edad, "94 años" le contestó Pepe. "Vaya, ¿y cómo se mantiene usted tan bien?", y Pepe, con su sorna característica, le contestó: "Gracias al orujo que me tomo y los puros que me fumo". Yo creía que Pepe era eterno, que gracias a sus puros milagrosos y sus sorbitos de orujo, en las sobremesas, cuando la conversación subraya una buena comida, iba a sobrevivirnos a todos, como un monumento vivo al ingenio, a la coherencia y a la hombría de bien. Pero, al fin se nos ha ido, y se ha ido como él quería, sin curas en su funeral, sin campanas mercenarias, sin parafernalias religiosas, coherente hasta el final, en una ceremonia civil donde sus sobrinos y sobrinos nietos, y un buen amigo, nos han dicho unas palabras. Y en el aire se ha quedado una idea: se va y nos deja melancólicos, pero melancólicos de una melancolía alegre, de una añoranza tan llena de buenas anécdotas, de frases oportunas e ideas brillantes, que , aunque se vaya, se ha quedado ya entre nosotros para siempre.

Yo conocí a Pepe Caballero en casa de Evaristo Pitaluga, otro de los grandes, otro de esos que son consecuentes hasta el final. Yo le tenía un enorme respeto y una gran deuda de gratitud a Pitaluga, hasta el punto de que le dediqué un homenaje, dándole su apellido al protagonista de mi novela "25 de mayo, la tragedia olvidada". porque Pitaluga fue el primero que se atrevió, en mis años mozos de montañero, a decirme: "Miguel, Dios no existe". Ni siquiera había habido nadie que se atreviera a decirme que los niños no vienen de París ni que los Reyes Magos son los padres, y él me decía, nada menos, que Dios no existe. Bravo Pitaluga. Me sentí tan asustado y a la vez tan libre, tan responsable de mis propios actos, que nunca se lo agradeceré bastante. Pues bien, algunas veces Evaristo Pitaluga y su esposa me invitaban a comer a su casa y me deleitaban con vinos exquisitos y embutidos y conservas que les traían de muy lejos. A Evaristo le gustaba disfrutar de la vida. A Pepe Caballero también. Un día Pepe y yo coincidimos en casa de Evaristo, y desde entonces nos hicimos amigos, con una buena amistad sellada en una sobremesa soberbia, junto a los geranios del patio, bajo un cielo muy azul. Solo yo he sobrevivido de los participantes de aquella sobremesa que no cambiaría por ninguna otra experiencia. Porque Pepe era, sobre todo, un gran conversador, un hombre que, como han dicho sus amigos en el funeral, cuando estaba en una reunión, no hacía ni frío ni calor, porque lo que hacía era Pepe.

Excelente caricaturista, lamento profundamente que su edad, su vista ya cansada y su pulso de los últimos años, le impidieran hacerme una caricatura de las suyas que, en cuatro trazos, era capaz de capturar el alma del dibujado.

La última vez que que hablé con él, a principios de este año, fue en su casa de El Palmeral, donde nos había invitado a comer a Carmen Pacheco y a mi a unas "doradas a la sal, sin sal", excelente plato de su invención que se cocina con la ayuda del microondas. Después hablamos como a él le gustaba, alrededor de la mesa camilla, con un vasito de orujo delante, de libros, de política, de esas cosas que tanto enriquecían a los que compartían con él una sobremesa.

Ahora se nos ha ido, a sus 96 años, con la mente todavía lúcida y brillante, y la vida nos ha hurtado muchas horas de amena y fructífera conversación que todavía nos hubieran hecho buen provecho.

En el funeral se oyeron bellas palabras y música entrañable, hasta sonó el Himno de Riego, y todos nos fuimos del tanatorio con una lágrima y una sonrisa.

Adiós, Pepe, gracias por haberte conocido.

Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 23 de noviembre de 2009

¡VAYA SEMANITA!







¡Vaya semanita que me he pegado! El jueves 12 me fuí con los compañeros de Alicante Vivo a hacerle una entrevista a Sonia Castedo, Alcaldesa de Alicante. Yo había preparado las preguntas referentes a la Memoria Histórica, sobre todo la de por qué no se ha puesto todavía el monumento a las 300 víctimas civiles del bombardeo sufrido por el Mercado Central de Alicante el 25 de mayo de 1938. La verdad es que en el trato directo la señora Castedo gana mucho. Debo confesar que me dio muy buena impresión, aunque por supuesto no comulgue en absoluto con sus ideas políticas. Me pareció una persona muy lista, con grandes dotes de persuasión y que expone sus ideas con claridad. Tiene carisma y eso es algo que hay que tener muy en cuenta, sobre todo por parte de sus rivales políticos. Yo, si estuviera en el lugar de mis amigos del PSOE me pensaría mucho qué contrincante habría que ponerle a la candidata Sonia Castedo en las próximas elecciones municipales; porque no vale cualquiera, por muy eficiente y bien intencionado que sea. Hay que oponerle alguien que pueda resultar tan convincente como ella, y eso es muy difícil.



La alcaldesa nos aseguró que el monumento a las víctimas del 25 de mayo se va a poner, y que si no se ha puesto ya es por un desafortunado malentendido sobre la palabra "fascista" que los miembros de la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica han colocado en el texto que acompañará a ese monumento. La verdad es que los compañeros de Alicante Vivo y yo mismo pensamos que una palabra no vale un monumento y que lamentamos la intransigencia de ambas partes. Y que lo lamentable es que, mientras se discute por una palabra, el monumento no se pone y los viejecitos supervivientes, que cada vez son menos, se quedan sin la satisfacción de verlo colocado en la Plaza del Mercado. Lo mismo ocurre, por lo visto, con los otros dos monumentos solicitados, el del puerto y el del Campo de los Almendros. Por otro lado nos aseguró Sonia Castedo que el buque Stanbrook, que salvó de la prisión y la muerte a 3000 refugiados del puerto en los últimos momentos de la Guerra Civil, va a tener una calle en Alicante. Alicante Vivo y la Alcaldesa se comprometieron a colaborar en la rehabilitación del Tossal y el Castillo de San Fernando, al que ya se ha incorporado el busto restaurado del Doctor Rico.



El martes me fui a Granada, 4 horas de coche, para dar por la tarde una conferencia en la Biblioteca de Andalucía, patrocinada por el Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Estación Experimental del Zaidín. El motivo: El Año Internacional de la Astronomía y el Año Darwin (400 años de la primera mirada de Galileo a través de un telescopio y 200 años del nacimiento del autor de la teoría de la Evolución por Selección Natural). El profesor José Luís Viejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, nos deleitó con una charla de media hora sobre Darwin, y a continuación yo desarrollé la mia, titulada "De Bruno a Galileo, el cambio de paradigma cosmológico", donde relaté el maravilloso momento en el que Giordano Bruno, en la playa de Noli, tuvo la visión de su Universo infinito, sin centro ni bordes, plagado de estrellas-soles rodeadas de planetas quizá habitados. Después los dos respondimos a las preguntas que nos dirigieron los presentes y charlamos con mis amigos de la radio digital "La Otra Mirada". Más tarde fuimos a cenar con los organizadores y me fui a dormir al hotel Saray, junto al Palacio de Congresos, para bien de mañana salir de regreso a Alicante, otras cuatro horas de coche, ya que por la tarde tenía que ir a INFORMACIÓN TV a contar qué tal me había ido en la conferencia.



Y el jueves 19,a las 11, tenía una cita con cincuenta y tantos antiguos compañeros veteranos de Ifni. Yo hice mi servicio militar en aquella remota colonia, luego provincia y más tarde territorio marroquí, ocupada en nombre de la República Española por el coronel Capaz en 1934, que sufrió una extraña y silenciada guerra contra "elementos subversivos" en 1957, tras la cual se abandonó casi todo el territoio, excepto la capital, Sidi Ifni y las alturas de los alrededores, en un radio de unos 8 kilómetros, y que en 1969 fue entragada definitivamente a Marruecos. Allí las pasé canutas bajo la férula de unos militares franquistas que tenían un poder omnímodo sobre los pobres reclutillas civiles que íbamos allí a la fuerza. Los había buenas personas, incluso muy buenas personas, pero también los había déspotas, e incluso malvados y corruptos. Porque lo malo de aquello, por encima de las personas, era el sistema. Ser un buen militar, humano y respetuoso del soldado, era doblemente encomiable porque además de que se era buena persona, se era porque uno quería, ya que se podía ser malo impúnemente. Los malos tratos y los atentados a los Derechos Humanos estaban a la orden del día. Así que uno agradecía la bondad de los que se portaban bien con nosotros. Yo guardaré siempre una enorme gratitud al que fue mi capitán, don Carlos Moreno, que dio la cara por mi para que pudiese ser escribiente de su compañía a pesar de tener un informe adverso en mi ficha política que me incapacitaba para ejercer este cargo. El informe desfavorable decía (lo pude leer a escondidas gracias a un compañero) que mi padre había sido Capitán del Ejército Republicano (ellos decían "rojo") y había sido condenado al final de la contienda por el supuesto delito de "Auxilio a la rebelión". ¡Él, que era, precisamente, el que no se había sublevado! Y por eso no solo se condenaba al reo sino a su familia, dado que su hijo no podía alcanzar ningún puesto de confianza en el ejército. En fin, sobran comentarios, a parte de reiterar mi agradecimiento a un militar intachable que supo comportarse con dignidad. Bueno, pues después de reunirnos ante la fachada del Museo Arqueológico, nos marchamos a la Playa de Muchavista, al restaurante La Ponderosa, famoso por sus excelentes arroces, donde entre batallita y batallita nos zampamos unas excelentes entradas de chipirones y boquerons fritos, arroz a la marinera y abanda, a elejir o combinar, un postre combinado de fruta, dulces y helado, ensaladas, cerveza, vino blanco y tinto, cava o sidra para brindar y unas copichuelas de coñac para el que pudiera tomar cosas fuertes y no tuviera que conducir. Lo pasamos muy bien.



Aunque lo más importante de esta comida fue que gracias a ella he podido localizar a dos de mis mejores compañeros de mili de los que nada sabía desde hacía ya 42 años: el castellonense José Herrera Boira, maestro de analfabetos entonces, y ahora feliz jubilado después de ejercer puestos de responsabilidad en la Consellería de Educiación (por desgracia no pudo acudir a Alicante), y a mi entrañable amigo el vasco Manolo Martín, el que rotulaba los murales que yo realizaba en el campamento y que era conocido como "Manolo el Hormiguita" por sus muchas habilidades y capacidad de trabajo, según el capitán Moreno. Vio en un blog el anuncio de la comida de Alicante y mi número de teléfono y me llamó. No pudo venir a la comida porque Euzkadi está muy lejos, pero los dos nos llevamos una gran alegría al saber que ambos vivimos y nos encontramos bien, y nos hemos propuesto vernos dentro de muy poco. Por estas cosas vale la pena organizar estos actos de reencuentro.



En fin, una semanita muy movida y llena de satisfacciones y experiencias muy interesantes. Aunque tanta actividad me ha mantenido alejado por unos días de este blog.



Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 8 de noviembre de 2009

CUANDO CAEN LOS MUROS


Hace veinte años que cayó el Muro de Berlín. La eliminación de esa frontera antinatural significaba el triunfo de la libertad para muchos berlineses del este y para muchos alemanes; también para muchas personas bienintencionadas de todo el mundo. Aunque tras esa primera impresión también se escondiera el triunfo ideológico de un modelo económico, el triunfo del capitalismo sobre el mal llamado comunismo. Después de sesenta y tantos años de un gobierno voluntarista de presunta izquierda, de una dictadura fundamentada en el marxismo, pero no consecuente con las ideas de Marx, la construcción artificial creada en Rusia por el visionario Lenin y el déspota Stalin, mantenida en equilibrio a duras penas por el ilusionista Kroustchef y agonizante y ya sin sentido bajo Breznief y los viejecitos de la Nomenclatura, era inevitable que el muro de Berlín se viniera abajo él solito, con la coreografía de los ilusionados berlineses que aspiraban a vivir mejor. Pero al otro lado del escaparate capitalista, en el Berlín occidental, lo que se mostraba como señuelo también era un espejismo injusto y desproporcionado. El capitalismo moderado y contenido ante la amenaza de la revolución de izquierdas y el enfrentamiento con la Unión Soviética se vio al fin libre de cortapisas para llevar a cabo, sin complejos, todos sus abusos tradicionales; había triunfado y los Estados Unidos eran ya la única superpotencia. Y el liberalismo prudente se convirtió en liberalismo salvaje. Era pecado el intervencionismo estatal, había que privatizarlo todo, el mercado debía ser quien se autorregulase. El Tercer Mundo se vería esquilmado como nunca, hasta la axfisia, los derechos sindicales deberían disminuirse, Reagan, la Tatcher y compañía eran los iconos políticos. Hasta nuestro Felipe González se rodeó de "beautiful people", con economistas derechizantes como Boyer y Solchaga, el apostol del enriquecimiento rápido. Y el caballo del mal llamado liberalismo marchó desbocado hasta que los pelotazos, la especulación y el descontrol produjeron el derrumbamiento de la economía capitalista en la crisis más terrible de los últimos tiempos. Es curioso que Wall Street, el epicentro del capitalismo, se llame como se llama: "la calle del muro". Era el otro muro, el de los dividendos, los contratos blindados y el despido libre, que también se estaba derrumbando. Curiosamente, en cuanto se vieron con dificultades, los apóstoles de la no intervención estatal pidieron ayuda a los estados. Se les vio el plumero...

Pero hay otros muros que derribar, algunos tan físicos y tan evidentes como el muro de Begín en Palestina, o las alambradas de Ceuta y Melilla, o las de la frontera mexicano-estadounidense; y otros tan simbólicos como la falta de protección médica a los americanos pobres, el hambre en el Tercer Mundo... y tantos otros que, por no significar el derrumbamiento de un sistema rival no son tan aireados por la prensa. Pero están ahí, esperando su caída. En América están ocurriendo grandes cambios, los gobiernos de populistas de izquierda y socialdemócratas en América del Sur le plantan cara a los Estados Unidos; y en los mismos Estados Unidos, un negro reformista ha alcanzado la presidencia. Los paises emergentes, China, India, Brasil, se disponen a disputar la supremacía mundial. Y en el Mundo Islámico, que parece marchar al revés, como los cangrejos, los fundamentalismos se empecinan en remar contra corriente del progreso y sumen a una gran parte del mundo en el atraso y la parálisis cultural... aunque, por otro lado, se valen de la ciencia occidental que tanto desprecian para fabricar armas nucleares.

Los muros caen, pero no cuando los líderes de opinión quieren, sino cuando la situación está madura. Si esa idea marxista hubiera sido comprendida a tiempo por el voluntarista Lenin el mundo se hubiera ahorrado millones de muertos.

Los muros caen, pero hay que saltar al otro lado justo a tiempo, hay que aprovechar la ocasión de su caída para construir una nueva sociedad, más justa y democrática, antes de que vengan los poderosos a repararlos.

Los muros caen, pero también las torres. En Nueva York lo saben muy bien. Y cuando caen las torres a manos de un suicida convencido de que Dios quiere la masacre y el asesinato, hay que echarse a temblar.

Uno se pregunta, a la vista de como se presenta este siglo XXI, quién va a ganar al final, los que derriban muros o los que destruyen torres.

Ojalá los que destruyen torres llenas de trabajadores no amenacen demasiado a los que defienden los muros de sus mansiones de lujo y poder. Porque las economías de guerra siempre favorecen a los poderosos insolidarios que se esconden tras las banderas, los uniformes, los himnos... y los muros.

Qué miedo, señor, qué dificil es interpretar la Historia.



Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 2 de noviembre de 2009

UN LIBRO DE EMILIO VICTORIA.


El martes día 3 de noviembre a las 19,30 horas en el Ámbito Cultural del Corte Inglés, presentaré el libro de poesía de Emilio Victoria "VERSOS PARA EL ATARDECER" junto con el artista autor de las ilustraciones Antonio González "Antogonza". Emilio Victoria es una gran persona y un excelente escritor y poeta, entre otras muchas actividades con las que pone a prueba su buen hacer y su sensibilidad. Recientemente una sucesión de percances fatales le han creado una grave minusvalía física, de la que espero se reponga en breve tiempo. Todos sus amigos hemos colaborado de alguna manera a publicar su libro, prologándolo - como he hecho yo - o ilustrándolo - como ha hecho Antogonza - o, simplemente, animándolo, o gestionando ante el editor su aparición al público. Yo espero de mis amigos y los suyos que acudan al acto de presentación, para que Emilio sepa que, aunque ahora no pueda vernos, estamos todos presentes en la sala, dándole ánimos. El precio de esta buena obra será la posesión y lectura de un libro que, os aseguro, es una delicia y un consuelo para el espíritu. Porque, independientemente de que, ahora, Emilio nos necesite, él es un gran poeta de rara y profunda sensibilidad. Si nos llevamos su libro a nuestra biblioteca, Emilio se sentirá reconfortado, pero nosotros seremos los verdaderamente beneficiados, al haber tenido la ocasión de enriquecernos con sus versos.

No faltéis, por favor.

Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 26 de octubre de 2009

LA PÉRFIDA DERECHA.


Hoy os ofrezco un trabajo que acabo de escribir. ¿Es la derecha política malvada por naturaleza? Esa es la cuestión. Dedico este artículo a un opinante anónimo que en este mismo blog me acusaba de no ser equitativo. Nunca he pretendido ser equitativo y, mucho menos, neutral entre la derecha y la izquierda. Si soy de izquierdas es por razones éticas de mucho peso, como intento explicar en este artículo. Yo le recomiendo a mi anónimo crítico que lea el poema de Benedetti titulado "Soy un caso perdido".


LA INEVITABLE PERFIDIA DE LA DERECHA.
No me gusta nada lo que voy a escribir, porque no me gusta descalificar a nadie, y menos todavía a un colectivo entero. Pero no me queda más remedio que hacerlo, entre otras cosas, para clarificar mis propias ideas al respecto. Decía Disraeli que cuando no entendía una cuestión escribía un libro sobre ella, precisamente, para aclarar sus ideas; yo no necesitaré tanto, seguramente me bastará con este artículo. En primer lugar, habría que reflexionar sobre lo que significa ser de izquierdas o de derechas y sobre el carácter de los que así se definen. En mi opinión, es fácil; bastaría con hacerles un test de una sola pregunta: “Dígame usted, por favor, qué querría legar a sus hijos y seres queridos el día que se muera: 1) Una inmensa fortuna para que vivan mejor que los demás. 2) Un Estado democrático y respetuoso con los derechos humanos que asegure el bienestar de todos los ciudadanos.” Si ha escogido usted la primera opción, es sin duda de derechas. Si ha escogido la segunda, es de izquierdas. Algunos de los que escogieron la primera respuesta lo habrán hecho por puro egoísmo, incluso por desprecio a todo aquel que no pertenezca a su entorno íntimo o su clase social; aunque también habrá quien prefiera la garantía de una gran fortuna por desconfianza en los políticos o por miedo a las veleidades propias del ser humano, al que supone malo por naturaleza. En cuanto al Estado Protector, la mayoría de los que optan por él lo hace tras una profunda reflexión solidaria e idealista, incluso utópica; aunque también habrá quienes lo hagan por mero rencor, desconfianza y deseos de revancha hacia los ricos, lo que, dadas las circunstancias, hasta podría estar justificado; o por una inconfesable intención de medrar en una formación política de izquierdas, lo que no tendría justificación alguna. Las motivaciones pueden ser muy variadas y, algunas veces, decepcionantes, pero está claro que la diferencia entre derecha e izquierda consiste en optar por el bien particular o por el bien colectivo. Naturalmente, aquellos que se sienten beneficiados respecto de la mayoría, o pretenden llegar a serlo, son conservadores; no quieren que la situación general cambie. Y aquellos que se sienten perjudicados desean cambiar la sociedad, son revolucionarios radicales o, más probablemente, progresistas, partidarios de un cambio más o menos paulatino, moderado y razonable de las condiciones sociales.
Las posiciones, pues, están claras. Aunque no podemos ni debemos clasificar a todo el mundo en dos casillas puras, absolutas y arquetípicas de la derecha o la izquierda. Nadie es absolutamente conservador o progresista, de la misma manera que nadie es absolutamente bueno o malo. Todos tenemos algo de ángel y algo de diablo, todos somos inconformistas en algunos aspectos y tradicionales en otros. Lo deseable es que lo bueno prevalezca sobre lo malo. Del mismo modo, no toda la política que preconiza un partido, cualquier partido, es puramente de derechas o de izquierdas. Y menos aún en una democracia parlamentaria donde hay que ganarse la voluntad y la confianza de los votantes. Y ahí está el quid de la inevitable perfidia de la derecha.
El diccionario define “perfidia” como una forma específica de maldad. El pérfido es un ser “desleal, traidor y que falta a su palabra”. En la actualidad, en una democracia parlamentaria donde es necesario alcanzar la mayoría de los votos para gobernar, la derecha lo tiene, en principio, más difícil que la izquierda; por una sencilla razón: La derecha defiende los intereses de los privilegiados, de los ricos, de los beneficiados por el sistema, que, naturalmente, son una minoría. La izquierda, por el contrario, defiende los intereses de los explotados, de los marginados y de los que se sienten perjudicados por el sistema, que, en principio, son la mayoría. Porque el sistema capitalista es, en su propia esencia, injusto y prima la aportación de capital sobre la aportación de trabajo de los individuos que se dedican a una actividad productiva. De donde se ve que unos pocos, a fuerza de beneficiarse de la plusvalía obtenida del trabajo de otros muchos, se enriquecen indebidamente desde el punto de vista ético, aunque desde el punto de vista legal no constituya delito. Y, ¿cómo puede una minoría alcanzar la mayoría de votos para gobernar, como de hecho la alcanza tan a menudo? Pues utilizando los poderosos y carísimos medios de que disponen para influir en las masas mediante la propaganda y la creación de opiniones. Pero si, en sus frases de campaña electoral, la derecha política desvelara abiertamente sus objetivos – preservar los beneficios de los privilegiados – alejaría de sí a sus presuntos votantes de las clases bajas y medias. Necesariamente, inevitablemente, tiene que recurrir a la mentira, a la manipulación de la verdad, a la perfidia, a la deslealtad con sus propios votantes, si quiere gobernar. No puede hacer otra cosa, puesto que si realmente defendiera los intereses de TODOS sus votantes, ya no haría política de derechas y su gestión de gobierno no interesaría a los poderosos que la patrocinan. De hecho, la derecha, en el pasado, ha gobernado de manera mucho más autoritaria y abiertamente despectiva, cuando el voto censitario, el analfabetismo de los pobres y el negro papel de los sacerdotes desde el púlpito dejaba fuera de juego a las clases inferiores. Con el tiempo, conforme el pueblo ha ido alcanzando mayores cotas de democracia y de cultura, la derecha ha tenido que ceder en la defensa de los más escandalosos de sus privilegios. Eso hace que se haga cada vez más sutil, más sofisticada y más pérfida en sus presuntos objetivos políticos. Y no debemos olvidar que hay muchos individuos que se identifican con los ricos, porque quisieran serlo ellos también, aunque jamás vayan a tener esa oportunidad. Son los que si obtuvieran ciertos privilegios, aunque solo fueran las migajas de la mesa de los señores, serían, y ya lo son a cuenta, abiertamente de derechas. Son los serviles, los abyectos, los que albergan la esperanza de ser algún día privilegiados en un mundo tan insolidario como ellos mismos. También están los mezquinos, los temerosos de que los pobres les quiten lo poco que tienen, cuando apenas tienen nada; y los ignorantes, dispuestos a creérselo todo, con tal de que salga en televisión, junto a la telebasura. Y los cómodos, sobre todo los cómodos, los que se sienten bien como están, en su soportable pobreza postmoderna, y prefieren que nada cambie, aunque a su alrededor, por todo el mundo, haya quien se muera de hambre. Como alguien dijo una vez: “No hay cosa más tonta que un pobre de derechas”. Todos esos individuos están dispuestos a dejarse engañar por la propaganda de la derecha, que así logra, mediante la perfidia, la mentira y las falsas promesas, alcanzar las mayorías de gobierno. Porque si las masas productoras se unieran y culturizasen hasta no consentir el engaño de la derecha, ésta perdería la mayoría, no podría controlar el hecho social y, a menos que pudiese quebrantar la democracia en su beneficio mediante la fuerza – no sería la primera vez que lo hace – acabaría siendo desbancada por mayorías de izquierdas que a un ritmo más o menos acelerado terminarían cambiando o controlando el sistema. Y los privilegiados verían disminuidos, si no abolidos, sus seculares privilegios.
Es por eso por lo que, por mucho que algunos políticos de derechas quieran aparecer como honestos, no tienen más remedio que recurrir a la mentira y a la perfidia si quieren gobernar. Y así vemos que los políticos de derechas mienten mejor que los de izquierdas. Y no digo que los de izquierdas no puedan mentir, que también lo hacen en ocasiones, sino que los de derechas no pueden dejar de hacerlo, a menos que estén dispuestos de dejar de ser de derechas. O sea que la supervivencia de la derecha está ligada a su capacidad de engañar a los más serviles y egoístas, y a los más desinformados e incautos, de los miembros de la clase productiva, que por si no fuera poca su generación de plusvalía, o su marginación, entregan gustosamente el poder a sus explotadores con la estrafalaria esperanza de llegar algún día a ser como ellos.
Por desgracia y como dijo una vez Galileo: “El número de los necios es infinito”. Y a consecuencia de eso, la derecha halla en la mentira a sus necios acólitos su último e inevitable caldo de cultivo para alcanzar el poder político.
Es lamentable, pero es así.
Para terminar, les voy a contar un chiste muy revelador: Dios decidió otorgar a los hombres dos virtudes, según su nacionalidad. “A los suizos los haré puntuales y ahorrativos - le decía al ángel amanuense - . A los franceses galantes y artistas. A los americanos emprendedores y valientes. A los españoles, buenos, inteligentes y de derechas…” “Pero, Señor – le corrigió el ángel –, a los españoles les habéis otorgado tres virtudes en lugar de dos” Y Dios rectificó: “Bien, pues si son buenos y de derechas no podrán ser inteligentes. Si son inteligentes y de derechas no podrán ser buenos. Y si son buenos e inteligentes no podrán ser de derechas.”
A veces un chiste puede decir más que uno de aquellos libros que escribía Disraeli.
Miguel Ángel Pérez Oca.




lunes, 19 de octubre de 2009

EL LIBRO DE "POU DE LA NEU" YA ESTÁ EN LOS QUIOSCOS.


El libro "POU DE LA NEU, Premio literario-gastronómico 2004-2008", en el que figura mi relato "La última neu" (ganador de ese concurso en 2007), junto a otros cinco estupendos relatos que resultaron ganadores en las diversas convocatorias, ha salido a la venta. Al final figura un recetario de platos típicos de estas tierras, que acompañaban a los cuentos. El precio del libro, que se vende con el diario INFORMACIÓN, es de 1,95 € y los beneficios de la venta se destinarán a una Asociación de Paralíticos Cerebrales.

El libro se había presentado en el Club Información el jueves 15 y salió a la venta ayer, domingo, día 17.

Si os interesa, id al quiosco antes de que se agote.

Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 18 de octubre de 2009

¡Hi PP ócritas!


Ya hace falta tener cara dura para participar en una manifestación contra el aborto habiendo sido Jefe de Gobierno durante ocho años sin haber quitado la actual Ley del Aborto. Yo me pregunto cómo es posible que entre los miles de manifestantes de buena fe que están radicalmente contra el aborto, de acuerdo con sus creencias religiosas, no hubiera nadie que increpase a Aznar su desfachatez. Se diría que, para los convocantes de la manifestación, el aborto solo es condenable si lo legisla el PSOE, pero no si lo consiente el PP. Pero que los convocantes sean unos hipócritas cuya finalidad inconfesable no es combatir al aborto sino quitarle votos al Gobierno de izquierdas, no explica el silencio de la masa convocada. ¿Es una cuestión de mala memoria, de mala conciencia o de hipocresía generalizada? También me pregunto por qué todas estas personas que dicen militar a favor de la vida no se movilizan contra la pena de muerte y contra el hambre infantil y las muertes por simples diarreas o malaria de los niños del Tercer Mundo. ¿Por qué será que solo se soliviantan con una de las causas de muerte - por otra parte discutible y dependiente de la ideología de cada cual -, y no piden la excomunión de los gobiernos que mantienen la ejecución de reos, como Estados Unidos y China, y no condenan a los países ricos que no ayudan a la infancia pobre del Mundo.

Se les ve el plumero, ¿o no?

Dice la prensa que la visita del Papa a Valencia le costó al erario público valenciano, que pagamos todos, unos 12 millones de euros. Vamos a ver, porque yo, si no lo traduzco a pesetas de las de antes, no me hago una idea: 12 x 166 = 1.992 ¡Casi dos mil millones de pesetas! Presuntamente, se pagaron 6 millones para sonorizar la solemne visita papal, pero, presuntamente, los costos de esa sonorización eran solo de 3 millones, y lo demás se lo embolsaron, presuntamente, los de Gürtel y la empresa encargada del asunto que, por cierto, era una constructora (?). Gürtel cobró, presuntamente, 1 millón de euros en dinero negro en concepto de comisiones. Y todo eso para que un señor de blanco viniera aquí a darnos lecciones de moral, representando a una organización multinacional que tiene la más sórdida e inmoral de las historias a sus espaldas, una historia cimentada en la represión, las inquisiciones y el atraso más penoso e intransigente (más de mil años perdidos entre la muerte de Hipatia y la publicación del libro de Copérnico), y que no hace nada por los niños ya nacidos que se mueren en África rodeados de hambre y miseria. Y menos mal que algunos esforzados misioneros, de esos que están a pie de obra sacrificándose por sus semejantes, la dejan en un relativo buen lugar, si uno se conforma con eso. Me pregunto, ¿quién paga los viajes del papa a esos países donde la gente se muere de miseria? ¿cuantos niños del Tercer Mundo hubieran salvado la vida con el dinero que cuestan estos viajes "evangelizadores"? Pero a ellos, lo que les indigna y moviliza es el aborto. De los ya nacidos que se ocupen los pobres misioneros sin presupuesto y las ONG que reciben la ayuda de las gentes bienintencionadas. Qué cosas.

La Banca la ha armado y nos ha traído una crisis de la que no sabemos si saldremos con bien. La Banca pide ayuda y la obtiene de los gobiernos capitalistas que hasta ayer predicaban el mercado libre y la no intervención. Y un banco español acaba de jubilar a uno de sus ejecutivos, ese de apellido impronunciable y cara de despistado - no debe serlo aunque lo aparente -, con una pensión de 3 millones de euros al año. Veamos de nuevo: 166 X 3 = 498 ¡Casi 500 millones de pesetas! Y no hay dinero para hipotecas ni para créditos a la pequeña empresa. Parece ser que el 90 % de los banqueros vota al PP, como el resto de los patronos, faltaría más...

¡Maldita sea, no puedo callarme! Quizá estaría mejor con la boca cerrada, pero no puedo.

¡HIPÓCRITAS!


Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 14 de octubre de 2009

PRESENTACION DEL LIBRO "PREMIO POU DE LA NEU 2004 - 2008"


El jueves día 15, a las 20,30 horas, en el Club Información de Alicante, se presentará el libro "PREMIO POU DE LA NEU 2004 - 2008" con los relatos premiados en las cinco ediciones de este prestigioso concurso literario - gastronómico, organizado por el hotel restaurante Pou de la Neu, sito en lo alto de la Carrasqueta. Entre estos relatos figura mi cuento "LA ÚLTIMA NEU", con el que gané el correspondiente a 2007.

Espero vuestra asistencia.

Gracias.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 10 de octubre de 2009

ÁGORA Y LA MASA REFLEXIVA.

Biblioteca de Alejandría

San Cirilo.





Él cine americano nos había acostumbrado a que en las películas de masas y gran presupuesto primaba el espectáculo y los sentimientos simplistas sobre la reflexión y el rigor. La mejor película de masas de los tiempos recientes, "Gladiator", era, como siempre, una de buenos y malos: Máximo, el héroe de una pieza, en busca de justicia y venganza sobre el malísimo y retorcido emperador Cómodo. Y al final se consumaba el castigo del tirano al precio del sacrificio del héroe. ¡Qué bonito! ¡Qué ambientación más buena! ¡Y qué poco respeto a la historia! Evidentemente, Cómodo no murió en la arena del Coliseo, si bien sí lo hizo en un vestuario a manos de un gladiador alquilado por sus propios parientes para realizar el magnicidio. Y nunca existió el general Máximo, convertido en gladiador.
En el cine americano, y en el cine en general, las películas reflexivas, aquellas donde se hacen profundos estudios del alma y las razones humanas, aquellas en las que los personajes tienen verdadera entidad interior, aquellas que ponen a prueba la calidad de los personajes, suelen ser obras de presupuesto bajo o medio, desarrolladas en ambientes cerrados, limitados y con pocos actores, incluso cuando se ambientan en tiempos históricos.
Pero Amenabar es un genio, un cineasta profundo y versatil y, a diferencia de Almodovar, que siempre nos muestra la misma película, sorprendente y rompedora al principio de su trayectoria pero cansina y repetitiva, con las mismas obsesiones y los mismos tics, que llegan a fatigar al cabo de un tiempo, Amenabar no, Amenabar puede arrostrar cualquier clase de género cinematográfico, desde el terror más refinado (Los Otros), al drama psicológico y la denuncia de un tabú social como es el derecho al suicido (Mar Adentro), como, ahora, el "peplum", la "película de romanos", innovando en cada una, invitándonos en todo caso al análisis, a la reflexión. Y es en este contexto donde Amenabar revoluciona el mundo de las películas históricas haciendo posible que el gran espectáculo de masas encierre un análisis tan meticuloso y profundo de temas como la fe, la ciencia, la razón... No es una peli de buenos y malos, sino el análisis de un tiempo histórico donde todos creen tener la razón y donde medran los ambiciosos de poder, como "San" Cirilo o el prefecto Ortestes, y donde los fanáticos se encargan de realizar el trabajo sucio sin manchar la aureola de prestigio de los dirigentes.
La película es impecable en su faceta espectacular. Entre unos decorados que nos muestran la amalgama arquitectónica egipcia, griega y romana de la Alejandría de la decadencia, en pleno deterioro, se mueven los figurantes con una naturalidad asombrosa y Amenabar nos los muestra como personas con sus inquietudes y razones, cuando conviene, o como una masa de hormigas enloquecidas cuando así lo quiere. El respeto a las circunstancias históricas es abosoluto. Otro director menos escrupuloso hubiera puesto la muerte de Hipatia en los momentos de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, en una apoteosis final de la historia. Amenabar, no. Amenabar, entre otras cosas, pretende y consigue ser didáctico, y con ese respeto escrupuloso deja en ridículo a todo un género de cine pretendidamente histórico. El espectador puede ir a ver Ágora con la seguridad de quien acude a una amenísima clase de Historia, que a la vez es también clase de Psicología, de Sociología, de Astronomía... en el marco del más espectacular y fascinante de los espectáculos. Y nos demuestra que la amenidad cinematográfica no está reñida con el rigor.
Solo tengo que hacer una censura al guión, en lo referente al rigor. No sé si, a la hora de mostrarnos las inquietudes intelectuales de Hipatia, desgraciadamente perdidas con sus obras, los guionistas nos la muestran creyendo que los calores del Verano se deben a que el Sol se encuentra más cerca de la Tierra que en el Invierno, y de esa falsa premisa obtiene la intuición verdadera de la órbitas elípticas que un milenio más tarde propondrá Kepler o, por el contrario, los artífices del film han caído, ellos mismos, en este frecuente error y, lamentablemente, lo trasladan al público poco informado, que puede llegar a creer que este falso planteamiento es correcto. Convendría haber dejado aclarado este punto para que el rigor, además de histórico, también lo fuera cosmológico. Todos deben saber (están obligados a saber, a estas alturas) que la sucesión de las estaciones se debe a que el eje de la Tierra está inclinado 23 grados repecto de la Eclíptica, lo que hace que el Sol esté más alto sobre el horizonte en el Verano del hemisferio Norte que en el Invierno, y que esa diferencia es la que motiva la mayor temperatura. Ese fenómeno era perfectamante conocido por los astrónomos del tiempo de Hipatia; por lo que es bastante improbable que ella cayera en semejante error. Es un fallo y hay que decirlo.
Por todo lo demás, la película resulta emotiva, profunda y hermosa y sin duda marcará un hito en la historia de la cinematografía. Los actores están todos estupendos, y por encima de todos la extraordinaria Rachel Weisz, hermosa aún sin maquillar con su facultad de mostrarnos su interior, todavía más hermoso.
Aunque lamento una cosa respecto al casting: ¿Por qué razón Amenabar no ha contado con algún actor español en el reparto? Que aquí los hay muy buenos. Hubiera sido como un guiño: Ojo - nos hubiera dicho el director -, que esta película está rodada en inglés, pero está hecha por un español, dentro de una tradición cinematográfica en auge, como lo demuestran recientes premios internacionales. Hubiera sido un detalle de solidaridad con los compañeros.
Pese a esas dos objeciones, deseo con toda el alma que Ágora se lleve el Oscar a la mejor película, al mejor director, a la mejor actriz... Eso nos demostraría que la Era Obama también ha llegado al cine y que los norteamericanos, oh prodigio, se han puesto por fin a pensar.

Miguel Ángel Pérez Oca.








domingo, 27 de septiembre de 2009

LOS LIBERALES ALICANTINOS Y SU LUCHA POR LA DEMOCRACIA.

Fusilamiento de Boné y sus compañeros (cuadro anónimo).


Estos días Juan José Amores y Alfredo Campello, de ALICANTE VIVO, han realizado, y publicado en ese blog, una magnífica investigación para esclarecer el paradero de los restos mortales de don ELEUTERIO MAISONNAVE, ilustre liberal alicantino, abogado y periodista, diputado a Cortes, ministro de Estado y de Gobernación en la I República, compañero político de D. Emilio Castellar, fundador de la Caja de Ahorros que hoy se llama CAM, director del periódico madrileño “El Globo”, miembro de la Institución Libre de Enseñanza y primer Alcalde de Alicante elegido por sufragio universal masculino.
Eleuterio Maisonnave representa la culminación de una larga y cruenta lucha llevada a cabo por los liberales alicantinos, y otros correligionarios que vinieron a morir aquí, por la Democracia y la Libertad.
Ya durante la Guerra de la Independencia, los alicantinos, entre los que abundaban los comerciantes y burgueses de origen francés (como el mismo Maisonnave), inglés y genovés, de formación ilustrada y culta, se decantaron inmediatamente por las ideas liberales promulgadas en la Constitución de 1812, bautizando ese mismo año la plaza que hoy se conoce como Portal de Elche, como “Plaza de la Constitución”.
Destacados liberales de ese periodo fundacional son D. Manuel Soler de Vargas, primer alcalde constitucional; D. Antonio Bernabéu, sacerdote liberal, diputado en las Cortes de Cádiz, que padeció cárcel y persecución por la Inquisición, y se exilió en Francia e Inglaterra donde las autoridades eclesiásticas, a petición del Obispo de Orihuela, le retiraron el permiso para celebrar misa, muriendo lejos de su patria chica; y el abogado D. Antonio Mira-Perceval, cuyas obras fueron retiradas y prohibidas por la Inquisición restaurada por el infausto Fernando VII.
Tras el primer periodo de absolutismo, volvió a entrar en vigor la Constitución de 1812, el 23 de marzo de 1819. En Alicante se fundó entonces la Sociedad de Amantes de la Constitución, integrada por Rafael Bernabéu, Mariano Piqueras, Joaquín Hernández de Padilla, Juan Faus, José Natino, Manuel Navarro, Miguel Ródenas y Estanislao Sevilla.
El mando de Alicante recayó en el gobernador militar D. Joaquín de Pablo Chapalangarra, quien en 1823 recibió al General Torrijos, que iba de paso para Cartagena. Sin embargo el 6 de noviembre de ese mismo año, Chapalangarra tuvo que rendirse a los “100.000 Hijos de San Luis”, tropa francesa enviada a España en apoyo del absolutismo de Fernando VII. Alicante fue la última capital tomada por los absolutistas, partiendo desde nuestro puerto los últimos liberales hacia Gibraltar. Alicante era así el último reducto de la democracia y el último lugar español donde rigió la Constitución de 1812, tal como un siglo después sería el último reducto de la República democrática.
Poco antes de esta derrota, el alicantino Bartolomé Arques había armado a sus expensas una partida de voluntarios en auxilio de los liberales de Valencia, cercados por los absolutistas. Desde el exilio organizó en 1826, junto a los hermanos Antonio y Juan Fernández Bazán, un desembarco en Guardamar con el ánimo de liberar a la provincia de Alicante. Arques murió en el combate y los hermanos Bazán fueron fusilados en penosas circunstancias, junto con todos los liberales que fueron capturados por el fanático y cruel gobernador absolutista Fermín de Iriberri, quien los torturó y les negó los sacramentos; siendo fusilados los heridos en sus camillas.
Poco después, a la muerte de Fernando VII y la coronación de Isabel II, el General Espartero, de ideología liberal, sería nombrado por los alicantinos su representante en el Senado con la nueva Constitución de 1837.
Los liberales se habían escindido en Progresistas y Moderados (más bien conservadores reaccionarios), y la nueva Constitución se vería pronto desvirtuada por los manejos del gobierno del general Narváez con la promulgación de la Ley de Ayuntamientos. En 1844, el coronel de carabineros Pantaleón Boné, progresista defensor de la Constitución y contrario a la Ley de Ayuntamientos, se apoderó de Alicante en un audaz golpe de mano. Formó una junta de gobierno de claro tinte liberal, formada por Manuel Carreras, Miguel España, José María Gaona y Marcelino Franco. Cercada la ciudad por el general Roncalli, que fusiló a 7 oficiales de Boné en Villafranqueza, el 14 de febrero, y traicionado el coronel por su lugarteniente Martín Empecinado (hijo o sobrino del famoso guerrillero), que entregó el Castillo de Santa Bárbara a Roncalli, Boné y 23 compañeros fueron fusilados en la actual Explanada el 8 de marzo. Algunos liberales civiles, entre los que se encontraba Carreras, pudieron huir a tiempo en buques extranjeros, siendo por segunda vez Alicante el último reducto de la Libertad.
Manuel Carreras regresó a Alicante algún tiempo después, acogiéndose a una amnistía. Participó en una supuesta conspiración republicana en 1848 y fue condenado a muerte. Conmutada la pena, fue desterrado a Filipinas, de donde regresó enfermo tras el triunfo liberal progresista, y aún pudo ser alcalde de Alicante en 1854, poco antes de morir.
Tras el derrocamiento de Isabel II, en la Revolución de 1868 (“La Gloriosa”), se formó en Alicante una Junta Revolucionaria formada por Tomás España, Francisco García López y nuestro ELEUTERIO MAISONNAVE; aunque todavía sería fusilado en Ibi el liberal republicano Froilán Carvajal, el 8 de octubre de 1869. Es en esta época turbulenta, con la brevísima monarquía de Amadeo de Saboya, la todavía más breve I República, con los desmanes de los catonalistas y la continuación de la guerra contra los carlistas, cuando nuestro Maisonnave es elegido Alcalde de Alicante, diputado a Cortes y ministro de Estado y Gobernación bajo los presidentes Salmerón y Castelar, organizando personalmente la defensa de Alicante frente a los ataques de fragatas catonalistas procedentes de Cartagena.
Con la restauración borbónica de Maura, en la figura de Alfonso XII, las aguas se calman y los liberales y los conservadores se turnan en un régimen político viciado por el caciquismo y una Constitución que reparte la soberanía entre el Rey y el pueblo; con un sistema electoral censitario, que no recuperará el sufragio universal hasta el "gobierno largo" del liberal Sagasta.
Poco a poco los trabajadores van ganando voz en la política española. Se avecinan nuevos tiempos en que los liberales serán sobrepasados en sus ansias democráticas por los republicanos de Lerroux, los socialistas de Pablo Iglesias y el movimiento anarquista. Los alicantinos, que todos los años, en la Plaza del Mar, acuden a honrar el monumento a los Mártires de la Libertad, como se denomina a Pantaleón Boné y sus compañeros, se mostrarán mayoritariamente republicanos, hasta el triunfo de los partidos de izquierda en las elecciones municipales que provocan el exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931.
En 1 de abril de 1939, Alicante será de nuevo el último reducto de la libertad, y su puerto el último lugar donde ondeará la bandera republicana que amparaba la Constitución democrática frente a la dictadura franquista.
Pero esta es ya otra historia.
Miguel Ángel Pérez Oca.

Bibliografía recomendada.-
“RESEÑA HISTÓRICA DE LA CIUDAD DE ALICANTE” de Nicasio Camilo Jover (edición facsímil de Agatángelo Soler). Alicante. 1987.
“REFUGIO DE LIBERTAD” de Gerardo Muñoz Lorente. Ed. Equipo Sirius. Madrid. 2006.

domingo, 20 de septiembre de 2009

LAS PISADAS DE LOS ASTRONAUTAS







A falta de una, dos. Dos sondas espaciales, una hindú , la Chandrayaan 1, y otra de la NASA, la Lunar Reconnaissance Orbiter, nos han mandado fotografías donde se pueden ver con claridad las huellas que dejaron los astronautas que hace 40 años caminaron sobre nuestro satélite natural. También se ven los restos del módulo de alunizaje, la parte inferior de la famosa "araña" que quedó en el lugar de arribada, así como los instrumentos científicos, alguno de los cuales todavía funciona hoy día y transmite datos.

Con esta evidencia debería quedar demostrado para siempre que el hombre llegó a la Luna en seis ocasiones (Apolos 11 al 17, menos el 13 que sufrió una avería que lo obligó a volver a la Tierra en una trayectoria inercial tras rodear la Luna). Pero esos absurdos esotéricos, capaces de creer en las sicofonías, los fantasmas, los OVNI, la Astrología, el tarot y demás sandeces, siguen empeñados en no creer que la tecnología americana permitiera a doce astronautas pisar la Luna, y nos dirán ahora que las imágenes de las dos sondas han sido manipuladas. Porque ellos tienen que seguir erre que erre con sus tonterías para seguir vendiendo libros y programas de radio y televisión, y seguir forrándose a costa de los crédulos. El "misterio" vende mucho y produce dividendos.

Para apoyar su teoría de que los alunizajes fueron un montaje, aducen una serie de argumentos sobre las fotos que trajeron los astronautas. Los principales son:

1.- En las fotos no se ven las estrellas.
2.- La bandera plantada en la Luna se movía con la brisa, cuando se sabe que en la Luna no hay atmósfera.
3.- Las sombras en el traje blanco de los astronautas no son absolutamente negras, cuando en un ambiente sin aire no puede haber dispersión de la luz que las suavice.
4.- Las sombras del suelo no son paralelas como correspondería a un solo foco de luz: el sol.

Bueno, pues no se ven las estrellas porque para que salieran en la foto habría que dar al objetivo una exposición de varios segundos que quemaría las imágenes de la superficie lunar que se pretendía retratar. No se olvide que a causa de la falta de atmósfera, aunque el cielo se ve oscuro, no es de noche sino de día y la luz es muy intensa.

La bandera plantada en la Luna estuvo moviéndose durante varios minutos por un efecto de péndulo provocado por los movimientos del astronauta al clavar el asta en el suelo, de la misma manera que movemos el palo de una sombrilla cuando lo clavamos en la arena de la playa. La falta de aire que frenase ese movimiento pendular de la tela, colgante de una barra horizontal, hizo que el movimiento durase un tiempo.

Las sombras en el traje del astronauta no se ven negras sino grises por el reflejo de la luz que da en el suelo a su alrededor. Precisamente la falta de dispersión de la luz en el aire es la que hace que las sombras del suelo sí sean completamente negras y no grisáceas, como serían en un lugar con atmòsfera y dispersión lumínica.

La falta de paralalismo de las sombras se debe a una combinación de lo accidentado del terreno y la perspectiva.

Y todavía hay un argumento de gran peso en contra de la teoría de la conspiración: En aquellos momentos el mundo estaba en plena Guerra Fría. Los soviéticos, rivales de los americanos, vigilaban todas sus operaciones espaciales con la tecnología más avanzada de la época. En todo momento los americanos fueron observados por los soviéticos, que no hubieran consentido un fraude como el que nos proponen los partidarios de la falsificación. Menudo escándalo se hubiera armado. Por otro lado, hacen falta cientos de personas para llevar a cabo una filmación como la que nos dicen que hizo Stanley Kubrik, el de "2001, Odisea Espacial". Es imposible que tanta gente hubiera guardado el secreto.

Personalmente, conozco a un testigo presencial de absoluta confianza que me refuerza mi seguridad de que el hombre estuvo en la Luna: Mi amigo Luis Ruiz de Gopegui era entonces el jefe de la estación de seguimiento de la NASA en Fresnedillas. Cuando oye las tonterías de los esotéricos se ríe y me dice que él hablaba con los astronautas y sabe muy bien a qué punto de la Luna enfocaba su antena.

En las fotos que han proporcionado las dos sondas espaciales se pueden ver los asentamientos de varios alunizajes. El más interesante es el que que nos ha mostrado la sonda americana, del Apolo XIV. Se ve el módulo lunar y las huellas del carrito cargado de instrumentos y muestras lunares que arrastraba el astronauta Shepard, que antes de pisar la Luna había sido el primer americano en el espacio, en vuelo suborbital, y que ha fallecido hace unos meses.
Los negociantes del "misterio" y las conspiraciones deberían al menos respetar la memoria de aquellos héroes que arriesgaron su vida por el progreso de la ciencia. Pero eso significaría que son honestos, y se les acabaría el negocio.

Miguel Ángel Pérez Oca.



martes, 15 de septiembre de 2009

EL DESCONCIERTO DE UN CIUDADANO RESPONSABLE.



Ser o no ser, que diría Schakespeare. Pero, ser, ¿qué? Uno cree que hay gente honrada que piensa diferente a uno, por falta de información o por partir de unas premisas equivocadas; pero también le acosa la sospecha de que el equivocado pudiera ser uno mismo, porque la realidad es tan compleja que es muy difícil hacerse de ella una idea cabal, sobre todo si nos referimos a la realidad política. De acuerdo, los demás tienen derecho a pensar diferente y hay que respetarlos. Vale, eso es la Democracia. Pero hay veces que uno sospecha que el otro nos está mintiendo a sabiendas. No es que piense diferente, es que miente descaradamente, porque piensa que uno es tonto, que la gente es tonta, que sus propios votantes son tontos, y a lo mejor es verdad. Lo cual no lo libra de responsabilidad sino que acrecienta su delito, porque no hay nada más feo que aprovecharse de la debilidad mental de la víctima; y ya se sabe que no hay nada más tonto que un trabajador de derechas. Digo esto porque no me puedo creer que el señor González Pons no sepa cuál es la labor de un fiscal y se atreva a decir que “si la moción de censura de Benidorm se hubiera hecho en un ayuntamiento del PSOE ya estaría actuando el fiscal”. ¿Actuando contra qué? ¿Desde cuándo una moción de censura apoyada en un trásfuga es un delito? Esto está fuera de las competencias de un fiscal y el señor González Pons lo sabe muy bien, pero manipula, enreda y arma el cisco, desprestigiando a las instituciones del Estado y haciéndole más daño que el pseudorreferendum de ese pueblo catalán al que solo han ido a votar los independentistas. Pero, claro, los señoritos de la derecha pueden hacerle al Estado todo el daño que quieran, que para eso el Estado es suyo, “por la gracia de Dios”. ¿Y qué me dicen de Rajoy, escandalizándose de la moción de Benidorm, cuando en su día vino por aquí a apoyar a Zaplana, cuya carrera política empezó con una moción idéntica a esta pero al revés? Un olvido que no puede ser amnesia histórica sino pura desfachatez.
Estaría todo claro si del otro bando viéramos un liderazgo fuerte, con capacidad de respuesta, con la evidencia de unas ideas claras basadas en un propósito y unos conocimientos económicos inapelables. En una palabra, necesitábamos un Obama español, un “Obámez” en quien confiar. Hasta hace poco, los de la izquierda posibilista identificábamos a Obama con ZP, a nuestro nivel. Pero la fuga de los ex ministros, que dejan la política y el escaño y salen corriendo hacia Europa o la Universidad, nos hace sospechar que algo se resquebraja en las alturas del PSOE. ¿Qué está pasando? ¿Quién ha perdido el norte?
Almunia, un viejo socialista de pro y ahora Comisario de Economía de la Unión Europea, nos dice que el único país que no saldrá de la crisis este año será España. Que vamos a la cola de la economía y a la cabeza del paro.
Desde luego, uno puede pensar que la culpa no la tiene ZP, que él no fue quien le dio alas a los genios del pelotazo ladrillero que nos han puesto en una crisis local sobre otra internacional. Que bastante hace con aguantar el vendaval remendando descosidos y tapando agujeros para que no sufran los más indefensos. Que poco se puede hacer con una economía que depende de que los demás salgan a flote y vengan otra vez de vacaciones, compren chalets adosados en Torrevieja o nos importen jamón de pata negra y molinos eólicos, sino esperar que pase la tormenta. Pero, ¡narices!, es que este hombre de sonrisa angelical y optimismo a prueba de rayos y truenos no es capaz de plantarle cara al Rajoy y decirle, una y otra vez, machaconamente, insistentemente, como hacen los otros: “Vale, usted dice que lo que yo hago es erróneo, pues ahora diga usted lo que haría si gobernase: ¿pondría más barato el despido? ¿bajaría las prestaciones de desempleo y sanidad? ¿Qué coño haría usted, maldito demagogo? No me venga con monsergas y diga de una vez cual es su plan para salir de la crisis y quién quiere que lo pague sin subirle los impuestos a los ricos.” Porque, si no lo hace, si no sabe responder, los trabajadores de derechas, lo más tonto que hay en este mundo, se dejarán manipular una vez más, y la derechona que defiende los intereses de los privilegiados logrará de nuevo unas mayorías que no se merece.
Camilo José de Cela II, en su artículo de hoy en la prensa, nos dice que acabaremos teniendo que elegir entre los “tontilocos” y los “sinvergüenzas”. No deja de ser descorazonador.
Miguel Ángel Pérez Oca.