martes, 28 de mayo de 2013

RETRATO DE MI PRIMA.


El tema para para escribir en la pasada reunión de la Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo era "Retrato", y yo, rompiendo mi acostumbrada disciplina en cuanto a la extensión del relato, me he permitido presentar éste, que ya tiene algunos años y que dediqué en su día a mi amigo, el pintor abstracto Fermín Navarro. Va de Arte y de la relatividad de sus expresiones. Espero que os guste y que perdonéis la excesiva extensión.

RETRATO DE MI PRIMA

“Prescindir de la realidad es un empeño inútil. Por mucho que nos esforcemos en construir mundos alternativos, no podremos soslayar nuestro único y propio Universo como punto de referencia. La más depurada lógica nos dice que cualquier cosa es definible por sus opuestos; todo es “A” o “NO A”. Así, el más feroz arte abstracto lo es, precisamente, por “no ser figurativo”; es decir: sabemos que es abstracto porque no representa ni se parece a la realidad conocida. Pero, ¿cómo sabemos que esas manchas sin sentido con que nos obsequia el artista no son un paisaje cotidiano de otro planeta...?”

El que así habla es el profesor Llofriu, poeta, filósofo y crítico de arte, quien recorre las amplias salas del Museo Guggenheim, acompañado de un nutrido grupo de alumnos, que toman notas en sus libretas. Han venido de Barcelona con el exclusivo propósito de admirar una muestra antológica de la obra de Protasio Kamulak, el famoso pintor abstracto centroeuropeo.

“Como veis, en esta sala se pueden admirar cuarenta y dos cuadros de muy distintos estilos, pero todos ellos con un mismo titulo: “Retrato de mi prima Adelaida”. Adelaida Kamulak fue el primero, único y obsesivo amor del artista. A lo largo de su vida hizo unos mil doscientos retratos de esa joven, muerta a los 22 años. Los treinta primeros, desnudos hiperrealistas y marcadamente eróticos, fueron realizados en vida de la modelo. Después vino la “Epoca Lánguida”, en la que la figura de Adelaida, ya enferma, se estiliza, y los colores adquieren un melancólico aire otoñal. A la muerte de la amada, Kamulak se sumerge en el surrealismo más demencial; en su locura, el pintor intenta resucitar a Adelaida en sueños, o visitarla en el Más Allá. A partir de entonces, la carrera de Kamulak será una incansable fuga hacia adelante. Toca muchos temas diferentes, pero el espectro de Adelaida vuelve siempre, de forma recurrente, a ocupar el lienzo. El artista, sumido en una febril actividad creadora, no puede dejar de representar a su amada a la vez que busca nuevos estilos con que desfigurar su dolorosa presencia. En su huida de la figuración, pasa como un genio arrollador por el surrealismo, el cubismo, la abstracción... Pero en todas estas tendencias deja obras en las que, de manera obsesiva, está la presencia de Adelaida Kamulak. La podemos adivinar incluso en los cuadros abstractos, escondida entre las luces y las sombras; sus mejillas sonrosadas, sus ojos azules, están ahí, aunque ya no sean mejillas ni ojos...Es como si Adelaida, además de descomponerse en su tumba, fuera descomponiéndose en los pinceles de su primo, sin llegar nunca a desaparecer. Un día, Kamulak se rinde y está dos años sin pintar, recluido en un manicomio. Cuando los médicos le dan de alta y se decide a tomar de nuevo los pinceles, ha ocurrido un milagro. Recuperada la serenidad, nuestro pintor alcanza la madurez artística que lo ha llevado a la fama y se sumerge por completo en el abstracto más hermoso e irreal que jamás se ha visto. A partir de entonces ningún cuadro llevará ya el título de “Retrato de mi prima”. Kamulak se ha librado del fantasma y vuela libre por los cielos del arte.”

Llofriu hace un amplio ademán, abarcando los diferentes retratos de Adelaida que llenan la sala. Después encabeza la comitiva hacia otra estancia contigua, más pequeña, que solo contiene un único e inmenso cuadro. ¿Cómo describirlo? Ninguna masa, ningún espacio está definido sobre la tela, ninguna luz insinuada incide desde ningún ángulo. Y, sin embargo, una hermosísima presencia escapa del lienzo, sorprendiendo al espectador. Abstracción pura, solo color constituyendo una realidad indescriptible. Belleza representándose a sí misma en un objeto, el cuadro, que es todo su propio Universo. El asombro se pinta en el rostro de los alumnos, la complacencia en el del profesor. Ningún artista ha llegado tan lejos. En su huida atormentada del doloroso mundo cotidiano, ha encontrado el secreto de lo no-real, donde no hay muerte, ni amor, ni angustia...

Las salas han quedado vacías tras la marcha del último grupo, el de Llofriu y sus discípulos. Ahora el Guggenheim queda solo, como una extraña nave alienígena posada en medio de un silencioso Bilbao durmiente. Los conserjes apagan las luces y se marchan a casa, dejando el raro edificio en manos de los guardias de seguridad. La noche, cargada de nieblas, se hace espesa. Alrededor de las farolas, miles de mosquitos se disputan las borrosas manchas amarillas de aire húmedo apenas iluminado...

De pronto, un pétreo silencio congela el aire. Los mosquitos, paralizados, caen unánimemente al suelo. Los guardias, en sus puestos de control, quedan inmóviles, en actitud catatónica. Frente al edificio surge un círculo negro. ¿Es una esfera o un agujero en el aire? ¿Ha aparecido de repente o ha llegado de algún sitio?. Puede ser que estas alternativas no sean antagónicas en espacios de dimensiones diferentes a las nuestras... El círculo se define finalmente como una esfera que se parte por la mitad, en dos hemisferios que se separan en vertical. Y de dentro surge la criatura... ¿Cómo definirla? Ni siquiera sabemos si tiene tres dimensiones, como nosotros. Ningún rasgo definido, ningún órgano identificable, ni siquiera podríamos decir que es un ser sólido...o líquido. ¿Dónde están sus fronteras? ¿Se mueve en nuestro espacio y en nuestro tiempo?¿Lo que de ella vemos es todo su ser o solo la parte que accede a nuestra realidad?... El ser indefinible avanza hacia el edificio metálico. De alguna manera que no sabría explicaros, se comunica con sus hermanos, no sé si lejanos o próximos.

-Me estoy acercando al objeto que hemos identificado como semejante a nuestros habitáculos. Tal como pensábamos, tiene un raro parecido con ellos en el aspecto externo, pero su desarrollo es solo tridimensional. Por lo demás, no le aprecio diferencias estructurales con los ingenios cúbicos que cubren extensas áreas del planeta y que hemos clasificado provisionalmente como viviendas. Me gustaría ver de cerca a los habitantes de algo tan primitivo como esto. Voy a entrar...

El ser indefinible se introduce en el museo a través de una pared, sin dañar ninguna de las estructuras, y mira ¿mira? a su alrededor...

-No veo ningún habitante racional. Quizá este planeta está abandonado y estas cosas son restos arqueológicos, creaciones de seres muy primitivos, sin inteligencia multidimensional. Veo estancias vacías cuyas paredes están cubiertas por rectángulos planos con unas curiosas irregularidades cromáticas... Si no fuera por su patético primitivismo, diría que estoy en un edificio dedicado a mostrar ...¿Cómo diría yo para no ser incorrecto? ¿obras de arte...?

Ahora pasa por la sala de los retratos de Adelaida...

-Parecen representaciones de objetos tridimensionales que no logro identificar. Quizá se trate de arte abstracto...

El ser indefinible ha pasado a la otra estancia. De pronto, sus incomprensibles estructuras sufren una violenta sacudida. Se diría que el asombro ha paralizado su capacidad de comprensión... O, por el contrario, que de repente lo ha comprendido todo. El ser indefinible se planta incrédulo ante el cuadro indefinible y lanza una rotunda exclamación.

-¡Coño, es un retrato de mi prima!

Miguel Ángel Pérez Oca.
(Dedicado a mi amigo Fermín Navarro)


25 DE MAYO, ALEGRÍA Y BOCHORNO.



En el diario INFORMACIÓN  de hoy aparece una carta mía que voy a reproducir a continuación. No he querido poner este artículo en el blog, hasta que el texto siguiente apareciera en la prensa.

                                            LOS ABUCHEOS DEL 25 DE MAYO.
    Sería para mí más cómodo  no escribir esta carta, pero como autor del libro 25 de Mayo, la tragedia olvidada, me veo en la obligación de dar mi opinión. Me sentí avergonzado por la actitud de un sector del público asistente a la inauguración del memorial a los 300 muertos del bombardeo del 25-5-1938. Esos muertos eran los muertos de todos, pues todos acudían al Mercado a comprar comida fuesen de la ideología que fuesen; y no deben ser monopolizados por nadie, ni mucho menos utilizados como arma arrojadiza entre unos y otros grupos políticos. A mí me parece bien que se proteste a la puerta de los bancos contra el proceder de los banqueros, o a la puerta del Congreso o, incluso, de sus casas, cuando se trata de censurar el comportamiento de algunos políticos. Pero el sábado estábamos honrando la memoria de los muertos de todos. También eran los muertos del concejal Adrián Santos, del PP. Y yo me congratulo de que la derecha alicantina haya asumido el duelo de todos los alicantinos. Por eso me llenó de vergüenza ver a algunos amigos de la izquierda increpando al concejal que forma parte de la comisión que estudia el callejero y que colabora lealmente en la recuperación de la memoria histórica.
    Tiene mi apoyo, por mucho que pueda discrepar de su partido en otros temas. Me solidarizo con él y con la enérgica intervención de Luis Pesquera, que acusó de fascistas a los increpadores. En esto de honrar a nuestros muertos tenemos que estar todos juntos. Faltaría más.

Fuí a la inauguración con mi madre, de 94 años, y lamenté que otros muchos supervivientes del bombardeo no hayan visto puesto el monumento por culpa de las dilaciones en su instalación, motivadas por las disensiones entre la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica y el Ayuntamiento presidido por doña Sonia Castedo, sobre la conveniencia o no de poner la palabra "fascista" en el texto del mismo. Algunos viejecitos se murieron antes de tener la satisfacción de ver este reconocimiento público. No entraré otra vez en discusiones sobre quién tuvo la culpa de este retraso imperdonable, si la intransigencia de algunos ediles de la derecha o la falta de mano izquierda en los miembros de la Comisión. La negativa inicial tuvo la principal culpa, desde luego, pero una táctica más astuta por parte de los promotores, en esta lengua nuestra tan rica en sinónimos, podría haber salvado, momentáneamente, la situación. Y ahora tendríamos el monumento, puesto desde hace seis años, y con el texto actual, que también figura en la placa de la pared, desde hace dos, y los viejecitos se hubieran ido a la tumba con esa satisfacción. El tiempo juzgará la parte de responsabilidad que hay que atribuir a cada cual.
Y aún hay otra cuestión que me ha amargado relativamente la alegría de ver el monumento instalado al fin. La obra de Elena Albajar tiene un imperdonable error de diseño: Las luces de fibra óptica que deben encenderse todos los días a las 12 (¿por qué a las 12 si el bombardeo fue a las 11'15?) no se pueden ver bajo el brillo un sol muy vertical en la fecha más importante de la conmemoración, el 25 de mayo. Seguramente, el diseño se hizo en invierno, cuando la sombra del edificio del Mercado cubre la placa metálica que constituye el monumento y, entonces sí, las luces se ven con su tono rojo. Yo lo advertí, porque me lo temía, cuando vi la situación del emplazamiento sobre el suelo de la Plaza del 25 de Mayo, pero ¿quién se atreve a discutir con los titulados? Y que conste que yo formaba parte del jurado que aprobó el proyecto por unanimidad; pero entonces ni yo ni nadie podíamos ver el ángulo en que la luz del Sol incide en la plaza en las distintas épocas del año. Ese era trabajo y responsabilidad de las autoras del proyecto.
En fin, que todo no puede ser perfecto en esta vida. Aunque, cuando hay buena voluntad, todo tiene arreglo o por lo menos disculpa. Lástima que los fanatismos y los impulsos irracionales, colaboren tan a menudo con nuestra innata falta de serenidad para crear problemas donde no los debería haber.
Nuestros muertos, los muertos de todos, no se merecen estas cosas.
Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 23 de mayo de 2013

¿SON MOURINHO Y AZNAR DOS EJEMPLARES DE LA MISMA ESPECIE?

Si yo les hablo de un señor de mirada torva, que acostumbra a fruncir el ceño, que no tiene el más mínimo sentido del humor, al que temen sus subordinados, que siempre está buscándose enemigos, que nunca reconoce un error, que jamás ha tenido la más mínima duda, que hasta sus correligionarios tienen que hacer titánicos esfuerzos para que no les resulte antipático, que se muestra siempre desconfiado y extremadamente celoso de su autoridad, que no admite discusiones, ni la más mínima objeción, que odia a la prensa que no le hace el caldo gordo, que se esfuerza por mostrarse fuerte y enérgico delante de su público, que no se resigna a permanecer fuera del centro de todas las atenciones, que uno sospecha de él que debe tener un tremendo complejo que superar... etc. etc. etc. ¿Saben a quién me refiero de estos dos indivíduos: a Mourinho o a Aznar?
Los dos, sin duda, pertenecen a la misma especie, a la del Homo Insoportábilis, a la que pertenecerían también gentes como Zarkosí, Napoleón, Hitler, Franco, y hasta la señora Teatcher. Uno no se imagina a un Insoportábilis gordo, alto y comilón, porque esa gente grande y vital no suele padecer complejos de inferioridad y, por tanto, no necesita salvar el ego a cualquier precio.
En fin, que después de oir de nuevo a Aznar, dando lecciones de política a su delfin Rajoy, y de enterarme de que el tal Mourinho se marcha del Real Madrid echándole la culpa de sus fracasos al lucero del alba, uno llega a la conclusión de que con gente incapaz de la más mínima autocrítica más vale no tener trato alguno.
Dios nos libre de estos tíos, aunque seas del Madrid o del PP.
Y más aún si no eres ni del uno ni del otro.
¿Verdad?
¡Qué palo de tíos!

Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 19 de mayo de 2013

DE NUEVO EN TABARCA

Otra vez hemos vuelto a la isla de Tabarca con nuestros telescopios, para hacer una noche de observaciones astronómicas en ese privilegiado lugar bastante a salvo de la contaminación lumínica; más en esta época del año en la que no duermen en la isla más de 20 ó 30 personas.
Salimos de Santa Pola a las cuatro de la tarde del sábado 18 de mayo, con mala mar. Íbamos Federico Pastor, presidente de la Agrupación Astronómica de Alicante, y yo como monitores de Astronomía, y nos acompañaban Pablo Sandoval, concejal de Juventud del Ayuntamientod e Alicante y Chema Pérez Burgos, director del Museo de Tabarca y excelente arqueólogo que está haciendo importantísimos trabajos en la isla. Venían con nosotros 25 jóvenes del Centro 14 con un monitor. El oleaje era tremendo y teníamos que sujetar los telescopios para que no salieran volando. Más de uno se puso amarillo, aunque nadie llegó a potar. A mí, lo confieso, me costó contenerme. Cuando llegamos, el cielo estaba amenazador y negruzco, y nada más llegar al CEMA (Centro de Educación del Medio Ambiente) donde daríamos las charlas y guardaríamos el material, se puso a llover.
No dábamos un euro por la suerte de la expedición y me veía encerrado en el CEMA hasta la hora de irnos el domingo... pero de pronto se abrieron las nubes y salió el Sol. Así que nos dimos prisa en montar el Solarscope y enseñar a los chicos y chicas las manchas solares. Después nos fuimos adentro y les dimos una charla sobre el Universo y la necesidad de cuidar nuestro planeta, porque es el único habitable que tenemos a mano. Anocheciendo ya, sacamos mi telescopio Newton de 200 mm. con motura Dobson y pudismo ver Júpiter con sus satélites, que estab a apunto de ponerse por el Oeste. Nos fuimos a cenar y a la vuelta montamos los dos telescopios, el mío y el catadióptrico computerizado de Federico, y mientras yo les mostraba a los chicos y a algunos habitantes de la isla que se habían acercado, la Luna y Saturno con sus anillos y satélites, Federico buscaba con ayuda del ordenador nebulosas, galaxias, estrellas dobles y otras maravillas celestes. Terminamos a las 2 de la madrugada, un poco atheridos de frío, y nos fuimos a dormir.
A la mañana del domingo, el mar era una balsa en calma y el sol lucía con toda su gloria, desayunamos y nos volvimos a Alicante con la satisfacción de haber corrido una preciosa aventura.
Tengo que destacar aquí el estupendo comportamiento de nuestros alumnos de una noche. Quien diga que la juventud de hoy no se interesa por nada, está muy equivocado. Esta gante es gente estupenda, ya lo creo. También recordaré siempre eol paseo matutino por las murallas de la ciudad de Tabarca que dimos con  Pablo y con Chema y la magnífica conversación con este último acerca del pasado de la isla y sus trabajos arqueológicos. Como dice Federico: "Da gusto escuchar al que sabe".
En fin, amigos, que hay veces que vale la pena marearse un poco a bordo de una barca.
Hasta la próxima en la isla.

viernes, 10 de mayo de 2013

UNA AGENDA A PUNTO DE EXPLOTAR.

Bueno, esta vez me voy a tener que multiplicar. Miro la agenda y creo que ya no me queda ni un huequecito para respirar. El lunes 13, como todos los lunes, voy a Onda 0 con Luz Sigüenza para hablar del incendio de la Fábrica de Tabacos del 20 de mayo de 1844. Por la noche, a la Tertulia de la Bodega Adolfo para la que tengo que escribir un relato sobre el tema de la "Traición". 
En esta semana y la siguiente hay varios actos de la PIC que no me pienso perder, sobre todo el día 15, en el que, en el salón de Actos de Comisiones Obreras, tendremos unas Palabras para Ramiro, en la que se entregará a nuestro queridísimo y llorado amigo Ramiro Muñoz el Premio Adrián López a título póstumo.
El sábado y el domingo 18 y 19 me voy a Tabarca con los chicos de Centro 14 para realizar observaciones astronómicas con mis telescopios y los de Federico Pastor, presidente de la Agrupación Astronómica de Alicante.
El lunes 20, otra vez en Onda 0, hablaremos del bombardeo del 25 de mayo de 1938 y la próxima colocación del monumento en la Plaza del 25 de Mayo, detrás del Mercado. Y por la tarde, a las 19,30, en el Ateneo, hablaré de los Mártires de la Libertad.
El miércoles 22, a las 8,15, en la Sede Universitaria de Ramón y Cajal tengo una sesión de Radio Atacantes con el tema del bombardeo del 25 de mayo.
El viernes 24, en Comisiones Obreras, hablaré del mismo tema con mi amigo Chema, todavía no sé a qué hora.
Y el sábado 25 de mayo... ¡Por fin la inauguración del monumento tantos años aplazado por un asunto de intransigencias del que prefiero no volver a opinar! Los viejecitos supervivientes, primero al bombardeo y después a la disputa dialéctica, podrán por fin ver inaugurado el monumento que debería haberse puesto hace muchos años, cuando volvió la democracia a este sufrido país. Pero entonces, ni los socialistas se atrevían a remover demasiado la memoria. Cosas de la transición, la puñetera transición, cuyas secuelas aún estamos padeciendo. Espero llevar a mi madre, en su sillita de ruedas y con sus 94 años a cuestas, para que tenga la satisfacción de ver que al final han ganado los buenos... Creo.
Y más cosas, además del trabajo literario que me he impuesto sobre la historia de Alacant. Ya estoy en la llegada del ferrocarril en tiempos de Isabel II. Aunque esta es una primera redacción y un maniático perfeccionista como yo le dará todavía un montón de vueltas.
En fin, que no me da tiempo para aburrirme. En realidad, nunca me he aburrido en toda mi vida.
Un abrazo a todos. 
Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 2 de mayo de 2013

MI CABEZA NO.



En la Tertulia de la Bodega Adolfo nos habíamos puesto como "deberes" escribir algo sobre el tema "MI CABEZA, NO". Y yo he presentado el trabajo que os pongo aquí. Espero que os guste, y que no os asuste ni os escandalice demasiado. Ya sabéis lo irrespetuoso que soy. Qué le vamos a hacer...
Feliz viaje a los compañeros que van a África a curar a nuestros hermanos menos afortunados que nosotros.
Adolfo Celdrán volvió el martes a estar con nosotros. Creo que se quedará. Y me alegro mucho.
Bienvenido.


MI CABEZA, NO.
Supongo que aquella fue una ceremonia de entrega de los Premios Nobel como cualquier otra, pero cuando el dichoso galardón se lo dan a uno todo parece excepcional. Recuerdo que, después de la cena de gala, una limusina negra me esperaba a la puerta del palacio para llevarme al hotel. Soy un solitario vocacional. No tengo familia ni amigos íntimos, así que nadie me acompañaba en este momento de gloria; solo el conductor del coche, que me sonrió con una mueca un tanto forzada que yo interpreté como un gesto profesional.
-¿Desea que le lleve al hotel?
-Sí , pero antes deme una vuelta por la ciudad, por favor... Nunca he estado en Estocolmo.
No sé cómo llegué a mi destino. Sin duda me había dormido, o me habían dormido. Lo primero que pude comprobar al despertar fue que no estaba en la habitación del hotel sino en un cubículo de cristal, o algún otro material transparente, y que me encontraba desnudo.
-Buenas noches, profesor – me dijo el hombre de blanco.
Yo conocía aquel rostro. En un principio lo asocié con el Emperador de la Guerra de las Galaxias, pero no era él, evidentemente. Era otro personaje muy conocido, aunque no me atreví a identificarlo con toda seguridad. Resultaba tan increíble que fuera él...
-¿Sabe, profesor? Hemos comprobado que es usted la persona con el índice intelectual más alto de todos los habitantes del planeta.
-No lo sabía – respondí, irritado -, pero dada la situación en la que me encuentro, no me consuela en absoluto.
Aquel hombre de aspecto malicioso y desconfiado, bajo una impostada pátina de bondad artificiosa, se permitió emitir unas leves carcajadas.
-Necesitamos su cabeza, profesor. Nuestros asuntos no van nada bien...
Empezaba a sospechar que aquel hombre era quien me parecía que era.
-¿Dónde estoy? - pregunté.
-Ah... en un sitio a cuatro kilómetros de profundidad bajo el Coliseo de Roma. Desde aquí hemos estado dominando el mundo durante más de dos mil años. Fue una buena idea venir a este pequeño planeta a colonizar a unos animalitos tan manejables como vosotros.
Estaba seguro. Sabía quién era. Y un sudor frío empezó a descender por mi frente.
-¿Qué quiere usted de mí? - exigí más que pregunté.
-Ya se lo he dicho. Quiero su cabeza. Nuestros métodos de siempre ya no nos sirven. Necesitamos una mente moderna, que sepa ganarse la voluntad de... nuestros... ¿súbditos?
-¡No! - protesté - ¡Mi cabeza, no! No conseguiréis que me ponga a vuestro servicio, jamás.
El hombre de blanco sonrió, con esa mirada clara y desconfiada que le había visto en la televisión tantas veces.
-No es tu voluntad la que necesitamos, si no tu inteligencia. Así que no utilizaremos todo tu cerebro si no solo su parte lógica. Será una sencilla operación quirúrgica. No te dolerá. Mi personalidad quedará implantada junto a tus magníficas circunvoluciones. Después, yo “dimitiré” y me “retiraré”, y tú ocuparás mi lugar, pero la voluntad que moverá tu inteligencia será la mía – y una sucesión de carcajadas malévolas surgió de su garganta aparentemente frágil.
-¡Noooo! ¡Mi cabeza, noooo! - terminé gritando mientras aquella aguja, surgida de no sé dónde, se iba introduciendo en mi cerebro.
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¡Habemus Papam...! – recitó el androide vestido de archidiácono desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Y yo me asomé a la plaza atestada de fieles. ¿Era yo? Bueno... mi inteligencia era mía, pero la voluntad pertenecía al melifluo y malvado hombre de blanco. Y ahora mi cabeza iba a ser el instrumento que idearía los cambios que necesitaba la Organización para perpetuarse en el poder.
-Antes de daros mi bendición, os pido que recéis por mí – dije a la multitud con mi acento argentino de siempre, y todos se dieron cuenta de que algo estaba cambiando en la cúspide de la Iglesia Católica. Algo estaba cambiando para que no cambiase nada.
Miguel Ángel Pérez Oca.