domingo, 26 de abril de 2020

EL MAS VENDIDO DE LA CUARENTENA.

Propuesta nº0 en formato kindle para el fin del confinamiento: Si aún no te has decantado por ninguno de los títulos digitales de Premium, te mostramos aquí los 6 más vendidos hasta la fecha:
1º EL SIENCO DE LAS ESTRELLAS, de Miguel A. Pérez Oca.
2º Materia Oscura, de Gregorio Planchuelo.
3º El nuevo orden de las cosas, de Zoilo Andrés
4º Cuando sopla el viento de levante, de Alberto Martín García
5º Por si acaso te escribí, de Miguel Sandín
6º Ponzoña, de David Luna Lorenzo
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Títulos que podrás llevarte en tu dispositivo digital a cualquier parte: en el transporte para ir al trabajo, en un café, en tu casa o en la playa. Pronto saldremos todos. Mañana, los niños. En breve, los parques, los libreros, la cultura, las Ferias del Libro...
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Editor

lunes, 20 de abril de 2020

UN ALTO EN EL CAMINO.


El tema era libre,  y yo presente este "ciencuento" :

Ilustración de mi próxima novela "Cuando Dios despierte". 


UN ALTO EN EL CAMINO.
El robot gigantesco me llevaba en brazos mientras daba saltos enormes, que más parecían vuelos que otra cosa, sobre las montañas nevadas en cuyas nubes lucía un arco iris circular con nuestra sombra en el centro… Me va a salir una hermosa novela.
Levanto la vista del ordenador y mis ojos giran hacia la ventana. Ropa tendida se agita al viento en el amplio patio interior. Mi gato dormita en la mecedora, junto a mi butaca. Un silencio rancio y pegajoso satura la casa. Y a mí me duele cada vez más este tiempo de cuarentena.
¡Maldito virus de mierda! 
                                           Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                   (100 palabras)

martes, 7 de abril de 2020

UNA HISTORIA INVEROSÍMIL.

Con esto del confinamiento no hay reuniones de nuestra tertulia. Unos cuantos compañeros la celebran de manera virtual, con sus móviles, aunque yo, ayer, no estaba de humor para eso. Os pongo aquí mi escrito que hubiera presentado si hubiéramos acudido a El Godo a celebrarla. Espero que la leáis con el sentido del humor que la penosa situación que atravesamos necesita para no caer en el desánimo.


UNA HISTORIA INVEROSÍMIL.

Narciso López era un exitoso escritor de novelas de ciencia-ficción; aunque últimamente atravesaba un bache en su creatividad. Su fértil imaginación había culminado con la obtención del prestigioso premio Hal-2019. Pero, precisamente por eso, Narciso se sentía obligado a mantener la altura literaria propia de una primera figura en su género; y no encontraba el argumento apropiado para un nuevo libro. Debía descartar las distopías, la ópera espacial, los temas de inteligencia artificial, de viajes en el tiempo, de invasiones extraterrestres, de universos paralelos, de… Parecía que todos los temas estaban ya muy manidos, y él necesitaba una verdadera novedad, algo insólito, una historia que asombrase y entusiasmara a sus lectores.
Recapacitó. Y sin saber cómo, de algún oscuro rincón de su cerebro fue surgiendo una rara historia: En una aldea de China alguien comía el guiso de un animal que a un europeo le parecería repugnante. Días después, el glotón caía enfermo de una infección que afectaba gravemente a sus pulmones. El nuevo mal era altamente contagioso, y días después se había extendido por toda la provincia, antes de que los médicos se percataran de la epidemia. Aquella enfermedad no mataba a todos los contagiados, solo a algunos, pero avanzaba vertiginosamente, sin dar tiempo a reaccionar a los políticos, que cuando trataron de aislarla ya era tarde; e inevitablemente viajó por todo el planeta, causando desconcierto y alarma, y llegó a Europa y América. No había vacuna ni tratamientos que pudieran frenarla y la única opción era que cada cual se encerrase en su casa, evitando el contacto con cualquier otra persona. Y así pasaron los meses en un mundo silencioso por cuyas calles desiertas deambulaban las alimañas, mientras la mortandad se extendía por hospitales y residencias de ancianos, y  sanitarios y policías ofrecían al mundo su heroico tributo de vidas y contagios. Solo se salía de casa, con protección de mascarilla, guantes y ropa esterilizada, para adquirir lo indispensable.
La vida de confinamiento forzaba a convivencias no siempre felices. Las reacciones eran muy variadas, entre miedosas y mezquinas. Había políticos odiosos que antes habían recortado presupuestos de sanidad, y ahora, en lugar de ayudar a sus gobiernos a resolver la situación, la utilizaban para sembrar la desconfianza y sacar rédito electoral en futuras votaciones. Había empresarios inmorales que intentaban obtener beneficios comerciando con medicamentos y medios protectores. Había famosillos televisivos que luchaban por obtener mayor audiencia a costa de horrorizar a su clientela. Había maltratadores machistas que aprovechaban el aislamiento para torturar impunemente a sus parejas. Y había gente común malhumorada, impaciente, desesperada, cuyo único consuelo era salir al balcón a las 8 de la tarde para aplaudir, chillar y desahogar su impotencia.
Narciso torció el gesto. La historia le pareció inverosímil y desagradable. No le gustaba y dudaba de que le fuera a gustar a nadie. Aquel no era el argumento que necesitaba, porque eso no podría pasar nunca. La tecnología médica lo habría impedido y el ser humano no podía ser tan torpe, mezquino y miserable.

                                                           Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                                  (500 palabras)

domingo, 5 de abril de 2020

EQUIDISTANCIA.


EQUIDISTANCIA INMORAL.

            Por medio de este escrito que voy a publicar exclusivamente en mi blog y en mi cuenta de Facebook, pretendo demostrar que una posición de equidistancia entre dos bandos puede ser sumamente inmoral, si uno de los dos bandos no actúa honestamente de manera claramente manifiesta. No se puede ser equidistante a la hora de juzgar a los nazis y a sus víctimas, por ejemplo. Bien, pues en el caso de esta situación de emergencia que nos tiene a todos confinados y temiendo por nuestra salud y nuestra vida, yo estimo que no se puede ser honradamente equidistante. Los dos sectores políticos de este país se están comportando de forma muy diferente con respecto a la lucha contra la pandemia. Por parte de la derecha su utiliza la manipulación y la mentira sistemáticamente para desacreditar al Gobierno de coalición y sacar rédito político, a la vez que correr una cortina de humo sobre el hecho de que los recortes llevados a cabo por el pasado gobierno del PP en la última crisis han motivado la debilidad inicial de nuestra sanidad pública. Por parte de la izquierda gobernante no he visto nada de eso, sino un afán de arrimar el hombro en esta lucha. Así pues no concibo que se pueda decentemente ser equidistante en este doloroso tema.
            Esta situación pone a las personas honestas en una difícil situación. Si se esfuerzan por denunciar los deshonestos manejos de la oposición, se enfrentan a las descalificaciones de aquellas personas conservadoras que no quieren ver esta condenable actitud, o han sido hasta tal punto manipuladas que ya no tienen criterio libre. A mí me ha costado abandonar mi grupo de Wasap ante la actitud de cierto personaje que pretende hacer valer su alta condición universitaria para contribuir a la manipulación de su sector político, disfrazado de personaje ecuánime y equidistante. Si esto sigue así, tendré que abandonar mi queridísima tertulia literaria y el individuo en cuestión habrá logrado su propósito de neutralizar un foco de denuncias más que justificadas. Y ante esta situación, compañeros de la tertulia que coinciden conmigo, callan temerosamente para ahorrarse conflictos, y con eso le hacen el juego al personaje tóxico en cuestión.
            No se puede decir impunemente que todos los políticos son iguales y que todos manipulan porque no es verdad. Y no hay que consentir que nadie se atreva a decirlo.
            Es imprescindible ser honesto y denunciar valientemente estas actitudes que no hacen más que beneficiar a los políticos neofranquistas que están emponzoñando esta penosa situación. Si no somos valientes y honestos, nuestro país volverá a ser el coto de caza de los de siempre.
            Lo siento mucho, pero aunque resulte molesto, es así.
            Y perdonad por el rollo.
                                                                       Miguel Ángel Pérez Oca.

RECTIFICACIÓN.


HERMANO PÁJARO, HERMANA FLOR.

(Perdonadme, pero cada vez me siento más identificado con Francisco de Asís.)

Hermano pájaro, cómo te comprendo ahora.
Como yo antes, eras rico y libre
y alguien te cogió y te metió en una jaula.
Como a mí.

Hermana flor, que estás confinada en tu maceta,
y tu destino es ser decapitada
para formar parte de un inútil ramo funerario.
Como os comprendo en esta hora sin gente.

Nadie en las calles,
solo personas confinadas en sus pisos.
Yo, que siempre había denostado a la gente,
y ahora la echo de menos, tanto.

Hecho de menos a la multitud de personas a la que pertenezco,
que ya nunca llamaré masa,
con un desprecio que he olvidado.
Porque estoy deseoso de sumergirme en un baño de multitudes,
porque deseo fundirme con mi especie,
oler a Humanidad, ser una célula del mundo.
Y rozarme con la gente.
Y sentirme parte de un todo.
Y sonreír a los otros y a las otras.
Y decirles “Os quiero”.
Y fundirme de nuevo en mi amalgama.
No quiero ser oro solitario, sino bronce colectivo.

Y tener compañía.
                                               Miguel Ángel Pérez Oca.


sábado, 4 de abril de 2020

NUNCA.




NUNCA

Nunca encerraré a un pájaro en una jaula.
Nunca pisaré una flor.
Nunca negaré la sonrisa a un niño.
Nunca me callaré un te quiero.
Nunca dejaré solo a un viejo.
Nunca dejaré de sonreírle al sol de la mañana.
Nunca negaré un saludo de bienvenida.
Nunca me privaré de un paseo entre la gente.
Nunca esconderé la mano.
Nunca daré pábulo a los mentirosos.
Nunca dejaré de preocuparme por los desgraciados.
Nunca consentiré que ganen los ambiciosos.
Nunca me dejaré llevar por la mezquindad.
Nunca respetaré a los que se hacen ricos a costa de los demás.
Nunca dejaré de sentirme hermano de los otros.
Nunca olvidaré que soy humano.
Nunca olvidaré los aplausos a las ocho.
Porque yo era rico y no lo sabía.

                                                                                  Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 1 de abril de 2020

RESISTIRÉ.

Acabo de oír la generosa canción de Vanesa y la que han hecho entre todos sus compañeros y compañeras, y se me ha ocurrido poneros este dibujo mío, muy antiguo, pero que creo que viene bien para esta situación. Os quiero. Resistiremos.