viernes, 24 de diciembre de 2010

¿HABEIS VISTO "SERRALLONGA"?


Estos últimos días, después de "Cuéntame", hemos podido ver en la Primera de RTVE una magnífica miniserie en dos capítulos, producida por la televisión catalana, titulada "SERRALLONGA", dedicada a un famoso bandolero catalán del Siglo XVII, durante el reinado en España de Felipe IV. El realismo de la serie nos permite apreciar el lamentable estado de miseria y explotación en que se encontraban los campesinos catalanes en esa época. Los nobles catalanes querían independizar el Principado y sustraerlo de la férula castellana, pero para ser cabezas de ratón mejor que colas de león y seguir explotando sin ingerencias foráneas a sus siervos de la tierra. En el fondo, a estos señores "nacionalistas" la suerte del pueblo catalán les importaba un bledo, mientras lo pudieran exprimir hasta límites intolerables, tal como les permitían las medievales leyes mantenidas por los Austrias. Así que, ante esta situación humillante e injusta, Serrallonga y sus compañeros se rebelaron y se convirtieron en bandoleros, adorados por el pueblo que los consideraba unos libertadores.

Visto lo cual, no comprendo el amor que le tienen los actuales nacionalistas a las viejas leyes austracistas, y el odio que guardan a Felipe V y los siguientes Borbones, que intentaron uniformizar el Estado para que todos los ciudadanos (plebeyos, se entiende, que estos tampoco eran unos ángeles), tuvieran los mismos derechos y deberes. La Guerra de Sucesión, como todas las guerras, fue una colección de salvajadas, así que decidme por qué hemos de abominar del Caballero D'Asfeldt porque quemó Xátiva, y no de los "maulets" que saquearon los pueblos de la huerta alicantina y no arrasaron Alicante porque no se dejó, y porque tenía un castillo de Santa Bárbara muy bien artillado.

Si lo que añoran nuestros nacionalistas es la situación que sufría el pueblo antes de Felipe V estamos aviados.

Y es que, como dice mi hermano, "no hay rey bueno", como no sea este que tenemos ahora, que más que Soberano (que soberano es el pueblo) es una especie de presidente de la república, al estilo italiano pero vitalicio.

Así que, por favor, amigos nacionalistas, dejáos de tonterías históricas, que la Historia es la que es, y su función es dotarnos de la experiencia necesaria para no caer en los viejos vicios. Las leyes de los Austrias favorecían a los nobles y a los señoritos locales, y las de los Borbones lo mismo, pero con la ventaja de ser más modernas y más uniformes, que la igualdad, con la libertad y la fraternidad, son todavía virtudes revolucionarias.

No os inventéis traidores en la persona de quienes, como Nicolás Peris, defendieron una opción tan respetable, o poco respetable según se mire, como la contraria. Y pensad que los alicantinos de entonces fueron mayoritariamente botifleros, y a mucha honra, que lo moderno suele acompañar a la gente cosmopolita, mas ligada al mar abierto que al terruño cerrado.

Lo importante, amigos, no es un determinado cantón geográfico sino las personas en general, sean de donde sean, y las leyes que rigen la sociedad. Que hoy sigue habiendo señoritos explotadores como en tiempos de Serrallonga, aunque en lugar de llamarse condes, duques y marqueses, que ostentaban la propiedad de los medios de explotación "por la Gracia de Dios" y la pretendida nobleza de su sangre, ahora se denominan "mercados" y procuran mantener sus identidades anónimas, como sus sociedades, para poder esconder mejor sus latrocinios y sinvergonzonerías "legales".

Que la Historia debe servir para algo, mecachis.

Miguel Ángel Pérez Oca.

ZOOLOGÍA URBANA. LA EXTRAÑA SIMBIOSIS.


Uno no debería asombrarse de que haya gente con conciencia ciudadana, que cumple con sus obligaciones. Pero en este mundo insolidario y caníbal, ver al dueño de un perro recoger las cacas con una bolsa de plástico y tirarlas a la basura sigue siendo un espectáculo de agradecer. Cuando esto ocurre, uno ve lo que debe ver: una persona humana (valga la no sé si redundancia, porque me da que hay personas que no son humanas), paseando a su perro o perra y cuidándolo, o cuidándola, con el amor que debe esperarse de un ser superior hacia su inocente mascota.

Pero, ay, otras veces uno ve, o pisa, que es peor, una repugnante caca de can abandonada enmedio de la acera para disfrute de las suelas de los convencinos. Es curioso que estas mierdecillas, o mierdotas, que de todo hay, nunca se depositan ante el domicilio del dueño, o dueña, del animalito.

Los últimos estudios de eminentes zoologos de gran prestigio aseguran que en estos casos se da una original simbiosis urbana, la llamada SIMBIOSIS CATABÓLICA CÁNIDO-PORCINA, que es cuando un PERRO cagón va acompañado de un CERDO.

No somos nadie.

Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 19 de diciembre de 2010

PIOVE, PORCO GOBERNO. LA TRISTE HISTORIA DE LA CABEZA DE TURCO.


Cuando la gente se siente frustrada, cuando teme hundirse en el paro y la consiguiente miseria, o ya se ha hundido en él, o algún ser querido lo sufre, suele buscar un culpable sobre el que descargar su ira. Por esa razón, en los malos tiempos, suele irle tan mal a los gobiernos. Muy pocos jefes de gobierno sobreviven a una crisis. A eso se le llama "buscar una cabeza de turco", y la frase italiana de expresar la contrariedad porque esté lloviendo, con un insulto al Gobierno, es típica.

La verdad es que estoy más que harto de oir o leer frases de amigos que se desahogan tachando a ZP de culpable de todo lo que nos pasa. Y como algunos deshonestos politicos, empeñados en tapar sus corruptelas y la incapacidad de sus líderes, y hambrientos de votos que les den no solo el gobierno de la nación sino también la impunidad de sus presuntos delitos, se han empeñado en convencer a los más tontos de que toda la culpa de la crisis que nos atenaza la tiene Zapatero, nuestro sufrido Jefe de Gobierno se ha convertido en la cabeza de turco por antonomasia. Él es el culpable de todo, incluso de los problemas del resto del mundo occidental, de la huelga salvaje de los controladores, del dopaje de algunos atletas, de que nieve a destiempo y de que a mí no me toque la Lotería de Navidad. Zapatero es el más inútil de los gobernantes, tonto de baba, incapaz de sacarnos del atolladero, y urge, según esos mostrencos que aspiran a recuperar la finca del abuelito, que le demos a ellos la confianza para estar en el machito cuando pase la crisis y así colgarse la medalla y afianzar su dominio caciquil por unas cuantas décadas, o mejor para siempre jamás. Entonces si que les harán trajes de gorra y demás sobornos y prebendas, como es tradicional en los modos de la derecha carpetovetónica de toda la vida.

Y, claro, como la gente es tonta, van a ganar las elecciones de calle, ¿o no es tonta? ¿Lo saben que es tonta o solo lo creen? That is the question.

Sin embargo, yo sigo convencido de que el pobre Zapatero hace lo que puede, como todos los demás jefes europeos y americanos. Se le dice que es inconstante y que improvisa sobre la marcha; y yo creo que la que improvisa es la Crisis, y más que ella los hijos de puta que responden al evanescente nombre de "mercados". Y claro, ante un enemigo que ataca cada día con un nuevo y sofisticado golpe, hay que improvisar, hay que desarrollar una esgrima económica que nos permita defendernos. También se le acusa de haber negado la crisis, pero yo sé que esta economía de mierda se basa en la confianza y que la confianza se pierde cuando los agoreros nos cuentan una historia de miedo. Que Zapatero, como otros estadistas, negara la crisis, no fue más que una táctica para evitar el sálvese quien pueda y que las ratas abandonaran el barco antes de hora.

Pues, nada, lo que está de moda es echarle la culpa a Zapatero. y uno parece tonto si no lo hace. Si ZP intenta paliar los daños a los más necesitados es un socialistoide imprudente que nos llevará a la ruina, y si se pliega a las exigencias de los mercados, es un traidor que ha renegado de sus principios. Quisiera yo ver a todos esos críticos de salón en su lugar. Porque me temo que unos y otros, los derechones ansiosos y los izquierdosos puristas, en su lugar, harían exactamente lo mismo (o peor) que lo que está haciendo este "porco Goberno". Si no al tiempo.

Así que ZP está ya amortizado y quemado, se ha convertido en la Cabeza de Turco de la crisis. Los insidiosos del P.P. lo han conseguido con su habilidad dialéctica y sus medios mediáticos... o ha sido porque tenían delante a una buena persona incapaz de defenderse; pero no les arriendo la ganancia. Porque a fuerza de personalizar en ZP todos sus ataques, para conseguir su caída inmediata, han conseguido convencer a los bobos de que esta crisis tiene un solo padre y que hay que cortar la cabeza de ZP para que todo se solucione. Y con eso le han dado al PSOE un respiro y la probable solución a sus cuitas. Basta conque presenten a última hora otro candidato, alguien convincente y con facilidad de palabra (la gran carencia de ZP), que sepa desligarse a tiempo de la herencia de Zapatero, que sepa convencer al personal de que él, o ella, "es otra cosa", que tenga la suficiente mala leche como para saber devolver los mordiscos a la jauría derechona, alguien experimentado y curtido en viejas luchas, mejor que otro pollito inocente y sacrificable, porque la inocencia, el talante y la deportividad no son ya para estos tiempos de mala sangre, frustración, mentiras y jugarretas.

En fin, que nunca nos pase, que nadie pueda convencer nunca a los más tontos de que somos culpables de sus problemas y nos convierta así en su cabeza de turco.

Pensad, idiotas, que la alternativa es Rajoy, y temblad.

Pobre ZP.

Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 13 de diciembre de 2010

MARTA, MARTA, ¿QUÉ HAS HECHO?


Hay que ver cómo duelen las desilusiones. Uno se hace viejo con ellas y aprende a base de palos que no todo lo que reluce es oro. Y de oro va la cosa. De oro de medallas olímpicas y de oro de curso legal. No sé si es por el oro de una clase o de la otra, pero, si las imputaciones son ciertas, la más maravillosa sonrisa de nuestro atletismo nos habrá sumido en la desilusión más dolorosa, nos habrá hecho envejecer a todos y nos habrá dado un buen palo moral. Si se confirma lo que los jueces sospechan, nunca más podremos decir: "Una chica con esa sonrisa no puede defraudarnos". Porque entonces estaríamos equivocados y la mejor de las sonrisas podría esconder un espíritu mezquino y nada deportivo. Y tendríamos que olvidarnos del refrán que dice que: "La cara es el espejo del alma".

Pero el caso es que uno se resiste a creerlo, y se busca alguna explicación razonable: Todo es un complot urdido por los envidiosos... O la carne es débil, la voluntad se puede manipular, un espíritu malvado ha arrastrado a nuestra Marta a ese mundo escuro del dopaje y, lo que es peor, del tráfico de material dopante. ¿Y todo esto para qué? ¿Para qué necesita una persona que está en la cumbre, futura madre, campeona del mundo, con la vida resuelta y con la admiración y el cariño de millones de personas en todo el mundo; una persona que es profeta en su tierra donde sus paisanos la idolatran; para qué necesita, digo, lucrarse con una actividad delictiva y deshonrosa? Es algo que escapa a mi capacidad de comprensión, porque que no parece tener justificación alguna. Y entonces, cuando uno ve rostros que parecen ser tan sinceros, tan nobles, de gente tan esforzada, tan ejemplar, como el ciclista Contador y la atleta Marta, la más maravillosa sonrisa de nuestro deporte, amenazados por la imputación judicial de que puedan ser culpables del más vil delito deportivo, de que puedan ser culpables de haber obtenido sus laureles con trampas, con drogas estimulantes, con actividades castigadas por la ley, y que, además, en el caso de Marta, puedan verse agravadas por su tráfico lucrativo, a uno se le caen los palos del sombrajo y le dan ganas de llorar. O a uno se le ocurre pensar que algo no funciona en nuestra asquerosa sociedad, y que el verdadero culpable es este ambiente antinatural que reclama triunfadores ambiciosos y desalmados para los que lo que debe contar es el ego triunfante a costa de lo que sea. Y uno maldice a este mundo capitalista y consumista de moral calvinoide, sin otros valores que los que cotizan en bolsa, y se siente extraño, como un marciano en una procesión o un pulpo en un garaje.

En fin, que ya soy un poco más viejo, aunque todavía confíe en la presunción de inocencia; porque si se confirman las sospechas, maldita sea, no me voy a fiar nunca más de una sonrisa, por muy maravillosa que parezca.

Qué pena.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 4 de diciembre de 2010

UNA CALLE PARA AMADO GRANELL





































































































Amado Granell Mesado fue el héroe de la liberación de París, en la II Guerra Mundial, y fue vecino de Alicante en los últimos años de su vida. Vivió tres guerras y fue protagonista de aventuras que podrían servir de guión a excelentes películas bélicas e, incluso, de espías. Durante toda su existencia dio ejemplo de tesón, integridad, valor y lucha por la democracia. Poseedor de múltiples condecoraciones y distinciones, cuando fue nombrado caballero de la Legión de Honor francesa, el general Leclerc dijo: “Si la Legión de Honor fue creada por Napoleón para premiar a los bravos, nadie se la merece más que usted”.
Granell había nacido el 5 de noviembre de 1898 en Burriana (Castellón), y en 1921, indignado por lo acontecido en el Desastre de Anual, se enroló en la Legión y luchó en nuestra Guerra de África.
En 1927, ya licenciado, nos lo encontramos en Orihuela al frente de un negocio de bicicletas y motocicletas. Por entonces era militante de Izquierda Republicana y estaba afiliado al sindicato UGT. Al estallar la Guerra Civil, formó parte del comité que se hizo cargo del Ayuntamiento oriolano y ayudó a salvar las valiosas obras de arte del Colegio de Santo Domingo y otros templos de la población.
En noviembre de 1936 es ascendido a capitán, al frente del llamado “Batallón de Hierro”, unidad de motoristas armados de fusiles ametralladores cuya denominación oficial era Batallón Motorizado de Ametralladoras, que sería ampliado a Regimiento. Por entonces manda los blindados que participan en el sitio de Santa María de la Cabeza.
Ascendido a Comandante en diciembre de 1938, se hace cargo de la 49 Brigada Mixta, con la que participa en la ofensiva de Fuente Ovejuna.
Al mando de la 49 División, en 1939, se ocupa de la defensa de Castellón ante el avance de las tropas de Franco.
En los últimos días de la guerra, decidido a continuar la lucha desde el exilio, se embarca el 28 de marzo de 1939 en el vapor Stanbrook, del capitán Dickson, último buque que parte del puerto de Alicante con casi 3000 refugiados. Granell lleva consigo su fusil ametrallador, que tiene que entregar a las autoridades francesas de Orán, donde es internado en un campo de trabajo.
Pero Granell no se da por vencido, y en 1942 se une a los americanos que acaban de desembarcar en el norte de África y los ayuda a tomar Orán. A continuación se enrola en los Cuerpos Francos de África, junto a otros muchos exiliados republicanos españoles, y tiene que tragarse su orgullo aceptando el grado de subteniente que le otorga el Ejército Francés. Participa en la campaña de Túnez en 1943, luchando contra las tropas alemanas del Afrika Corps del general Rommel. Allí es herido de gravedad y ascendido a teniente.
Por entonces, el general Leclerc llega del Chad con sus tropas de la Francia Libre y funda la División Acorazada que lleva su nombre. Granell se integra en ella como adjunto del capitán Dronne, en la mítica compañía 9ª, conocida como “La Nueve” en castellano, por estar integrada casi en su totalidad por exiliados republicanos españoles. Embarcados en el buque Franconia son enviados a Gran Bretaña para su entrenamiento y preparación con vistas a un futuro desembarco en el continente.
Y el desembarco de Normandía tiene lugar el 6 de junio de 1944. Una vez acondicionados los puertos prefabricados para recibir material pesado, la División Leclerc desembarca a su vez en Normandía el 1 de agosto y participa en los combates que consolidan el establecimiento definitivo de la cabeza de puente, en los que se distingue Granell al frente de su sección.
Los aliados avanzan hacia el Este tratando de alcanzar Alemania, aplastando a las tropas enemigas que se retiran. En París, la Resistencia se ha alzado contra los ocupantes y se ha hecho fuerte en el Ayuntamiento, mientras los alemanes todavía se mantienen en su Cuartel General. La situación es muy tensa, con escaramuzas y combates callejeros, mientras el general Von Choltitz, gobernador de París, espera la llegada de alguna división Panzer para cumplir las órdenes de Hitler de destruir la capital con todos sus monumentos. Si los resistentes no reciben ayuda inmediata puede producirse una matanza como la que ha ocurrido en Varsovia, donde la resistencia no ha recibido ayuda de las tropas rusas y los alemanes la han aplastado sin contemplaciones, provocando una masacre. De Gaulle y Leclerc quieren ir en auxilio de París, pero Eisenhower, Patton y Montgomery tiene otros planes. Para ellos lo importante ahora es destruir a los enemigos en retirada y prefieren rodear la capital francesa. Leclerc no se resigna y manda hacia París a su mejor compañía, “La Nueve”, en una misión que oficialmente es de reconocimiento. El capitán Dronne, al frente de una sección de unos 50 hombres en sus vehículos blindados, y el teniente Granell, al mando de otra sección, se dirigen a París por dos caminos distintos. Dronne deberá ir hacia el cuartel general alemán con el fin de hostigarles y conminarles, si puede, a que se rindan. Granell irá al Ayuntamiento, a reforzar a los resistentes que lo han ocupado. Por el camino encuentran un puente que sospechan está minado, dispuesto para estallar cuando sea cruzado por un vehículo. La columna se detiene y Granell, solo sobre su jeep, lo cruza el primero, comprobando que no tiene cargas explosivas, tras lo cual anima a sus hombres a pasar al otro lado. Los parisinos desconfían de aquellos soldados que hablan un idioma extranjero y llevan en sus tanquetas la bandera de la II República española, así como exóticos nombres (Guadalajara, Brunete, Belchite, Madrid) pintados en sus costados. Pero cuando comprueban que pertenecen al ejército de la Francia Libre estalla el entusiasmo. La unidad de Granell se interna por las calles de París, recibiendo esporádicos disparos de los alemanes, hasta que llegan a la Plaza del Ayuntamiento, a primeras horas de la noche, y toman posiciones. “Hemos llegado a París, manden refuerzos”, dice el mensaje que envían por radio a Leclerc. El teniente Granell se presenta a los líderes de la Resistencia, en la que militan también muchos exiliados españoles, y estrecha la mano de Georges Bidault y Chaban-Delmas, que llegarán a ser importantes políticos franceses. Y así toma posesión oficial de la ciudad de París. Las vecinas campanas de Notre Dame comienzan a voltear. Un bombero francés, burlando la vigilancia alemana, se encarama a la Torre Eiffel y despliega una gigantesca bandera francesa. La gente se echa a la calle, en un júbilo imprudente que todavía se cobra algunas vidas bajo los disparos de francotiradores alemanes. Cuando el capitán Dronne llega por fin al Cuartel General alemán, el gobernador Von Choltitz cree que la División Leclerc en pleno ha invadido la capital y se rinde sin condiciones a un cabo extremeño al que regalará su reloj de pulsera. Cien españoles han conquistado una capital de 6 millones de habitantes. Ni Hernán Cortés se atrevió a tanto.
Ante los hechos consumados, el general Leclerc obtiene de sus superiores permiso para entrar en París con toda su división, lo que realiza la mañana siguiente. El día 26 el general De Gaulle, jefe del Gobierno Provisional francés, llega a París y recorre los Campos Elíseos a pie entre el Arco del Triunfo y la Plaza de la Concordia. Tras él, abriendo el desfile que tiene lugar a continuación, va Amado Granell en su destartalado jeep lleno de abolladuras e impactos, y detrás toda “La Nueve”, entre los gritos de entusiasmo de los parisinos. En la prensa de todo el mundo ha aparecido la foto de Granell y los jefes de la Resistencia parisina, bajo el lema “ Ils sont arrivés!”
De Gaulle propuso a Granell ascenderlo a comandante si se nacionalizaba francés, pero este le contestó: “Mi General, yo quiero a España como a mi madre y a Francia como a mi novia. No me pida usted que reniegue de mi madre”. Así que seguiría de teniente por todo lo que le quedaba de guerra. De todos modos, Granell recibiría la Cruz de Guerra con Palma, cinco menciones y sería nombrado Caballero de la Legión de Honor.
La División Leclerc siguió su avance hacia el este, en las campañas de Los Vosgos y Alsacia, en cuyos combates volvió a distinguirse Granell; pero cuando llegó por fin al Rhin y pisó tierra alemana, tuvo que ser evacuado y hospitalizado, aquejado de una intoxicación o envenenamiento que le retendría en retaguardia hasta la finalización del conflicto.
“La Nueve”, ya sin Granell, alcanzaría su último objetivo conquistando “El Nido del Águila” de Berchtesgaden, residencia veraniega de Hitler en los Alpes. El centenar de españoles que integraban al principio esta unidad, y los que se fueron incorporando para cubrir bajas, sufrieron 35 muertos y 97 heridos, quedando solo 16 supervivientes en activo al final de la guerra.
Pero la odisea de Granell no acaba aquí. Recién terminada la guerra, los aliados se plantean invadir España y desalojar a Franco del poder. Granell, con la tapadera de viajante de comercio, cruza España clandestinamente en repetidas ocasiones, poniendo en contacto a los líderes socialistas Largo Caballero e Indalecio Prieto, exiliados en Francia, con los monárquicos de D. Juan de Borbón y Gil Robles, exiliados en Portugal. Se trata de organizar un gobierno provisional con D. Juan como Rey Constitucional y Miguel Maura como primer ministro. A Granell se le ofreció el cargo de Ministro de Defensa.
Pero Don Juan prefiere asegurar la monarquía al precio de consolidar la dictadura franquista, y se entrevista con Franco en el yate Azor el 25 de agosto de 1948, pactando la sucesión en la figura de su hijo Juan Carlos. Franco, a su vez, pacta con los americanos la instalación de bases militares. Y las esperanzas de los demócratas españoles se ven frustradas definitivamente, hasta la muerte del Dictador.
Granell, desilusionado, decide regresar a España y se instala en Barcelona con su compañera Lina. Se dedican al comercio de electrodomésticos y aparatos y piezas de radio. Viven después en Madrid y en Valencia, y acaban instalándose definitivamente en Alicante en 1969, donde montan una tienda de electrodomésticos en la Avenida del Poeta Zorrilla.
Yo me casé en 1970 y compré los electrodomésticos de mi nuevo hogar en una tienda cercana, sin saber que aquel señor circunspecto y amable que me atendió era el héroe de París. Lo que son las cosas.
El 12 de mayo de 1972, Amado Granell murió cerca de Sueca en un oscuro accidente de tráfico, mientras se dirigía de Alicante a Valencia para formalizar en el consulado francés unos documentos referentes a su pensión. En su tumba del cementerio de Sueca hay una lápida pagada por el Gobierno de Francia, donde figura una palma de plata y las iniciales L. H. (Legión de Honor). Por solo tres años no pudo ver el regreso de la Democracia por la que tanto había luchado.
Quiero agradecer a Marcelina Gaubeca (Lina), compañera del héroe y vecina de Alicante, la aportación de toda la documentación y fotografías que figuran en este artículo.
Y quisiera que este trabajo sirviese como solicitud ante nuestro amigo y compañero de Alicante Vivo, Alfredo Campello, integrante de la Comisión que ha de revisar el callejero de nuestra ciudad, para que se le otorgue a nuestro convecino Amado Granell la calle que sin duda merece. Porque los alicantinos haríamos muy bien en sentirnos orgullosos de su memoria.
Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

VOTAR EN DEFENSA PROPIA.


Este es el texto de una carta que alguien ha mandado a alguien. Como no tiene desperdicio, no me resisto a mostrárosla. Que os aproveche.

"Irse a una isla desierta es una opción, o a una cabaña de troncos en plena Sierra Aitana, o a un país donde nos importe un bledo sus avatares políticos. No creas que no me lo pienso... hasta que oigo al señorito Rajoy y sus adláteres diciendo las sandeces de siempre, intentando meterle el dedo en el ojo a ZP a cuento de lo que sea, aunque con ello desprestigien a España ante el mundo y nos pongan las cosas más difíciles a todos los españoles. Entonces monto en cólera y quisiera estar presente y tener a mano una gran boñiga de vaca para lanzársela a la cara. Qué placer, que ilusión me haría; pero en fin, esas no dejan de ser fantasías en la oscuridad. Lo que quiero decirte es que no puedo sufrir el ejercicio de la resignación o la indiferencia ante esta pandilla de bellacos que han montado su ventilador para esparcir la mierda por toda España y hacer creer a los españoles incautos (que hay muchos, por desgracia) que todos los políticos son iguales y que la corrupción es cosa de todos, y que el que no roba es porque no ha tenido ocasión. ¡PUES NO, SEÑOR, TODOS LOS POLÍTICOS NO SON IGUALES! Lo que pasa es que cree el ladrón que todos son de su condición.
Yo no me voy a rendir. Así que me estoy planteando lo que debo hacer. Tengo claro que no voy a votar a nadie porque me caiga simpático o sea el más afín a mi concepto del Estado. El PSOE está en un mal momento, de acuerdo, con menos energía y capacidad de respuesta de las que le hacen falta, con muy pocos líderes con carisma y sin paraguas para aguantar el chaparrón económico. Izquierda Unida sería mi preferida, si tuviera la más mínima posibilidad de gobernar en mi Ayuntamiento, en mi Comunidad, en España. Los verdes están eso: verdes. El Bloc y demás nacionalistas, además de en una minúscula minoría, viven en la inopia histórica. Entonces, ¿qué debemos hacer? Mi querido amigo y maestro M……….. me ha dado la solución con una de esas frases que no tienen desperdicio y que no se olvidan nunca. Me dijo: Tú lo que quieres es que no gobierne ni un minuto más ese agresor político en que se ha convertido el PP, ¿verdad? Entonces, amigo, lo que tenemos que hacer es VOTAR EN DEFENSA PROPIA. ¿Te das cuenta del profundo significado del concepto? VOTAR EN DEFENSA PROPIA. O sea, votar para que no gane el PP, y todo lo demás es secundario, nos guste o no, porque acabar con el PP de los corruptos y los prepotentes es imprescindible. ¿Y quien puede vencer en las urnas al PP, después de todo y a pesar de su actual debilidad y sus muchos errores? Solo el PSOE. Yo quisiera que gobernase Izquierda Unida, pero si los votara mi papeleta se perdería en el limbo de los papelitos inútiles. Tengo que votar a aquel que pueda echar de una puñetera vez al PP de mi gobierno local y autonómico, a la vez que le impida acceder a la gobernación del Estado. Y no solo tengo que votarlo, sino que debo ayudarlo con toda mi alma para que supere ese bache anímico en el que está encenagado. Después, si triunfa, ya tendré tiempo de criticarlo y combatir todas aquellas de sus acciones políticas que me parezcan cobardes (¿Sahara?) o derechistas (¿medidas económicas, pensiones, edad de jubilación?). Pero ahora me tengo que poner el casco, taparme la nariz, subirme las mangas de la camisa y ponerme a la faena, mientras canto para mis adentros aquello de "No nos moverán". Esto es la guerra. En todas partes hay carotas e incapaces metidos a políticos, como en todas las demás profesiones, pero la mayoría de los sinvergüenzas corruptos están en la derecha (es su naturaleza) y la totalidad de los idealistas están en la izquierda (también es su naturaleza). El hecho de que la derecha se presente unida con un solo partido, mientras la izquierda se atomiza en partidos, partidillos y partidetes y, además, muchos izquierdistas se anarquicen y se abstengan, presas del desánimo, es lo que le da los triunfos a los señoritos de la derecha casposa y corrupta. ¡Y tenemos que ganar! Mejor dicho: ¡Tenemos que conseguir que no ganen los malos!
Así que: ¡A las barricadas! ¡Llenemos las urnas, aunque estemos votando a los tibios e ilusos! Porque esta vez el enfrentamiento va a ser la madre de todas las elecciones: Los ilusos contra los sinvergüenzas (que ya lo dijo en un lúcido artículo Cela hijo). Yo prefiero que me gobierne un iluso (quizá no lo sea tanto, si al final presentan a Rubalcaba) que un sinvergüenza de voz meliflua, que miente y sabe que está mintiendo... y sabe que nosotros sabemos que está mintiendo y lo sabe.
Y lo siento por los candidatos de la izquierda real, pero es que no tienen ninguna oportunidad, y solo van a conseguir dispersar el voto de la izquierda. Lo que tendrían que haber hecho hace tiempo, todos, es formar una sola candidatura de Izquierdas en toda España, un nuevo Frente Popular, recuperando la palabra “Popular” para el verdadero pueblo. ¿O es que la derecha puede unirse y la izquierda no?
Recibe un abrazo fuertote, con la esperanza de que, cuando llegue la fecha, te afiles las uñas, frunzas el ceño, saques pecho, pises firme camino del Colegio Electoral y, aunque sea tapándote la nariz, introduzcas la papeleta en la urna... EN DEFENSA PROPIA. Porque, como diría Benito XVI, "Votar en defensa propia no es pecado".
Tu amigo …………..

P.D. Puedes usar mis argumentos, aunque te ruego que no desveles mi identidad a los amigos. Que uno ya tiene bastante con discutir con su propia conciencia."

sábado, 20 de noviembre de 2010

AYER, EN LA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO.


Ayer, día 19, a las 20, estábamos ante el Ayuntamiento unas 400 personas para protestar contra la corrupción. Se exhibieron pancartas de partidos políticos y organizaciones ciudadanas, muchos asistentes llevaban velas encendidas en una simbólica reclamación de luz administrativa, y no se gritó ni se insultó a los presuntos corruptos, como hubieran deseado los no aludidos para poder acusar de calumniadores a los impecables manifestantes. Por su parte, los responsables del Ayuntamiento, una vez más, mostraron su mala fe dejando en funcionamiento los surtidores de la plaza, lo que restringía un gran espacio para los ciudadanos preocupados por el tema de la corrupción que pudieran acudir allí, con peligro de recibir un remojón.

400 asistentes, como dijo Manolo Alcaraz, son más de los que esperábamos, pero menos, muchos menos, de los que deseábamos. En esta ciudad de casi 400.000 habitantes se podría decir que solo uno de cada mil ciudadanos se ha molestado en manifestar públicamente su temor a que esta ciudad y toda la Comunidad Valenciana acabe transformándose en una nueva Sicilia, con su mafia y sus corruptelas y, sobre todo, con el silencio, la impotencia y la indiferencia de la población. Y eso es triste, muy triste. Yo no sé si la presencia de los partidos políticos fue contraproducente y si los ciudadanos no hubieran preferido una manifestación contra la corrupción política en general; pero es que salvo muy contados y poco importantes casos, la judicialmente presunta pero políticamente escandalosa corrupción recae sobre el P.P. y es lógico que los demás partidos muestren su radical rechazo. Por desgracia, ni siquiera los partidos y los sindicatos presentes fueron capaces de movilizar a sus propios militantes y afiliados para que la plaza estuviera llena hasta los topes - o hasta los chorros de la fuente, al menos - de ciudadanos indignados.

¿Qué nos pasa? ¿Por qué la corrupción, los abusos y los cohechos, los sobornos y los monopolios de hecho no inquietan, indignan y mueven a los ciudadanos? ¿Por qué somos los de siempre los que manifestamos nuestra preocupación por lo que ocurre en nuestra política local, autonómica y nacional?

Cuando la corrupción fue cosa de unos cuantos dirigentes del PSOE para "forrarse" o para financiar ilegalmente al partido, la indignación general hundió la carrera del presidente Felipe González, y acabó con el director de la Guardia Civil, un Ministro y un Director General en la cárcel. El PSOE tuvo que afrontar una larga travesía del desierto y hubo que recurrir a un político nuevo e inmaculado, Zapatero entonces, para poder aspirar de nuevo al poder.

En cambio ahora, el mal olor que viene del PP no inmuta a los imputados y sus correligionarios, y las encuestas no acusan el repudio general de un pueblo que permanece inerme e indiferente ante esta desgracia pública.

Yo creo que la funesta sombra de Aznar planea sobre la quiebra política de España. Aznar rompió la baraja con su estrategia de convertir al contrincante político en enemigo mortal. "A los socialistas ni agua, caiga quien caiga" enseñó el maestro del odio político a sus discípulos. Y así estamos ahora: Si el PSOE se muestra cauto antes de condenar lo que está pasando en el Sahara, los del PP dicen que ha traicionado vergonzosamente a los saharahuis; pero si se enfrentara a Marruecos de forma tajante, los del PP dirían que está poniendo en peligro los puestos de trabajo de los pescadores que faenarán en aguas saharauis con un acuerdo que hay que negociar en breve. Rajoy tiene la cara dura de decir que Zapatero se encontró un país próspero que ha arruinado con su incompetencia, como si el resto de Europa y el resto del Mundo no estuvieran acusando la misma crisis económica. Le exige a Zapatero que dimita y convoque elecciones ante sus reiterados fracasos, pero él no dimite después de haber perdido dos elecciones seguidas. Y ahora, en su desvergüenza "aznariana", además de desprestigiarnos ante las demás naciones en declaraciones que se podrían calificar de traición a esa Patria que dicen defender, han arruinado la política española propagando la falacia de que "todos los políticos son iguales", o como dijo el otro día Ripoll: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". El caso es propagar la caca para que manche a todos por igual, sean o no unos chorizos.

Pues, no, señor. Todos los políticos no son iguales. Y eso deberán comprenderlo los ciudadanos, pese a las insidias de los imputados y sus aliados, o la política española no podrá tener regeneración posible. La escasa comparecencia de ayer ante el Ayuntamiento es una prueba palpable de ello.

Como no reaccionemos a tiempo, estamos perdidos, y nos encaminaremos a una edición corregida y aumentada de la Sicilia mafiosa.

Las elecciones municipales están ahí. Y un poco más tarde, las generales. Solo nos queda una oportunidad para salvar nuestra Terreta, nuestra Comunidad y nuestra Democracia.

O nos espabilamos o estamos perdidos.

Hagan juego, señores.

Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

domingo, 14 de noviembre de 2010

OS LO RECUERDO, EL 19 A LAS 20 EN LA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO.


No os olvidéis. Con corrupción no hay democracia. La democracia se gana día a día, protestando de los desmanes de ciertos políticos, denunciando lo que haya que denunciar, vigilando siempre para que no se menoscabe la libertad imprescindible. Pasadlo a vuestros amigos y traed velas. A ver si llenamos la Plaza del Ayuntamiento hasta la bandera.

El que no vaya que luego no proteste.

Ya sabéis: EL 19 A LAS 20.

sábado, 13 de noviembre de 2010

LO DEL SAHARA YA PASÓ EN IFNI HACE DOS AÑOS.







¿De qué se sorprenden ustedes? La Monarquía absoluta tiene esas cosas. Es una dictadura hereditaria por la gracia de Dios (o de Alá, que es lo mismo). En un régimen como ese, o como en el nuestro de hace treinta y tantos años, la policía puede hacer lo que le dé la gana y cargarse a quien quiera, justificándolo con un papelito. De hecho, en un régimen como ese la policía da más miedo que los delincuentes, que yo bien me acuerdo. Se puede impedir que los periodistas informen de lo que pasa y hasta se puede acojonar a los gobiernos democráticos vecinos con chulerías y caprichitos del Monarca que ejerce el despotismo, sea este o no ilustrado.



Hace dos años, en Sidi Ifni, que fue provincia española hasta que Franco regaló el territorio a su "hermano" Hassan II en 1969, se produjeron unos disturbios muy parecidos a los de estos días en la capital del Sahara occidental. En esta ocasión las reclamaciones también eran meramente económicas, sin trasfondo político, y como en esta ocasión la policía y el ejército se pasaron dando palos y reventando casas a diestro y siniestro. Resulta que en Ifni se había construido un excelente puerto pesquero que despertó las espectativas de encontrar trabajo por parte de la gente joven que, sin embargo, se vieron frustradas por el amiguismo y el enchufe con que se dieron los puestos a gente marroquí no autóctona. Los chicos, agobiados por el paro y la miseria, montaron en cólera y levantaron barricadas a la entrada de las instalaciones portuarias, impidiendo la salida de los camiones frigoríficos que llevan el pescado a ciudades del norte. El pescado se pudrió y las empresas pesqueras perdieron dinero. Y para sofocar esta actitud levantisca se mandaron a Ifni 5000 policías, para una población de 20000 habitantes (un policía para cada cuatro ifneños), se cercó la ciudad por parte del ejército y se apaleó a los manifestantes, así como se violaron y saquearon hogares particulares. Se habló de 7 muertos, aunque nunca pudieron comprobarse. Y como Ifni no tiene el caché mediático del Sahara, ni un solo periodista se molestó en informar de lo que estaba pasando. Los que habíamos viajado a Ifni el año anterior recibimos correos electrónicos con imágenes sacadas con teléfono móvil que ponían los pelos de punta (arriba pongo algunas). Yo escribí una carta de protesta al Embajador de Marruecos, otra al presidente del Gobierno señor Zapatero, y otra a Leire Pajín, que entonces ostentaba un cargo relacionado con la cooperación internacional. Lamentablemente, no recibí ninguna respuesta. En aquella ocasión, como en esta, nuestro Gobierno miró para otro lado de manera vergonzosa. Y es que las monarquías absolutas acojonan, ¿verdad? Eso de que un tío mande "por la gracia de Dios" suena muy serio. Recuerdo que en las viejas monedas del Tío Paco también aparecía la famosa frasecita, que justifica cualquier barbaridad impune.



Ahora la historia se repite y, al menos, esta vez sale en los periódicos y la tele y escandaliza a las buenas conciencias. Los pobres ifneños ni siquera tuvieron ese consuelo.



Ojalá un día los bahamaraníes de Ifni y los saharauis puedan decidir su propia suerte en un régimen democrático como Dios manda, o debiera mandar.



Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 11 de noviembre de 2010

LAS OPINIONES DE HERR RATZINGER.











He esperado unos días para calmar mis ánimos y no pasarme de rosca, pero la verdad es que las opiniones vertidas en discursos y declaraciones a la prensa de Herr Joseph Ratzinger, más conocido como Papa Benedicto XVI, con motivo de su reciente visita a España, en concreto a Santiago de Compostela y Barcelona, me han llenado de indignación. Ya a bordo del avión se atrevió a comparar la actual actitud de indiferencia religiosa de muchos españoles de hoy con el anticlericalismo violento de los años 30. Debería saber el señor Ratzinger que aquello era, realmente, anticlericalismo; lo de hoy es solo a-clericalismo. Hay una diferencia sustancial entre ambas actitudes: en los años 30, una gran multitud de españoles odiaba a los curas por su posicionamiento político en contra de los pobres y los obreros y su estrecha simbiosis con terratenientes, miembros de la alta burguesía conservadora, partidos derechistas e incluso abiertamente fascistas y militares golpistas. La jerarquía eclesiástica de entonces se apresuró a proclamar que la rebelión militar era una “Santa Cruzada”, justificando así masacres y actos de extrema crueldad. Esa animadversión, cuyo resultado final fue el asesinato y la persecución de clérigos y religiosas que en absoluto pretendo justificar aquí (yo soy enemigo de toda violencia), se la habían ganado a pulso dada la escandalosa índole de esas actitudes políticas y sociales, que no casaban en absoluto con la doctrina de Aquel que dijo que era más fácil que un camello pasara por el ojo de la aguja que un rico entrara en el Reino de los Cielos. De siempre se ha dicho en España por parte de muchos honrados creyentes: “Yo creo en Dios, pero no en los curas”. Y debo advertir que todo esto lo comento salvando la actitud personal y consecuente de algunos religiosos que se han comportado y se comportan de acuerdo con las enseñanzas de Jesucristo y que, en ocasiones, pagan injustamente la actitud acomodaticia y prepotente de sus colegas, que predominan en una tendencia que el Cristianismo sufre desde Constantino.
Lo de hoy, a pesar de lo que diga Ratzinger, es muy diferente. El descrédito y el fracaso de los dirigentes católicos, sobre todo desde que se alejaron de la propuesta de modernización del recordado Juan XXIII y se adhirieron a la proclama ultraconservadora de Juan Pablo II, tras la sospechosa muerte de su predecesor, es tan evidente que en la actualidad han perdido su tradicional influencia sobre la mayoría del pueblo. Ahora ya ni siquiera tienen enemigos. Simplemente, la gente, sobre todo la juventud, pasa de ellos, los ignora, no les hace ni caso, ni siquiera los que se siguen proclamando católicos, sobre todo en temas como la contracepción, el papel de las mujeres, la igualdad de los homosexuales, etc., en una proporción que crece de manera exponencial.
Así que herr Ratzinger haría bien en practicar la sana autocrítica y preguntarse qué han hecho mal, aunque quizá es simplemente que la religión y la cultura científica son incompatibles y el triunfo arrollador de la segunda está acabando con la primera. Yo no lo creo. Estoy seguro de que una Iglesia actualizada e integrada en la sociedad civil, con unos sacerdotes ciudadanos y ciudadanas, casados (el que quiera), cultos y trabajadores, seguiría siendo útil a una sociedad moderna, al menos para los que necesitan un remedio a su tanatofobia y un consuelo para sus ansias de trascendencia. En Sudamérica, la Teología de la Liberación ejerció y ejerce una saludable influencia sobre el pueblo castigado por la explotación y los abusos caciquiles, y ha dado valiosos mártires a la Iglesia (monseñor Romero, padre Ellacuría, etc.), que, por cierto, las actuales jerarquías, tan afines al Opus Dei, no han honrado debidamente.
En uno de los discursos de Benedicto XVI se hizo una sesuda disquisición teológica sobre la Libertad y la Verdad. Me gustaría leer el texto íntegro, que no he podido hallar en los medios, porque me temo lo peor. Poner en el mismo saco estos dos conceptos es muy peligroso, porque, ¿qué pretende decirnos Ratzinger, que para ser libre hay que estar en posesión de la Verdad? ¿Qué los que no saben la Verdad no pueden ser libres? Porque, claro, dado que la Religión Católica y sus dogmas pretenden ser la Verdad, volvemos al monopolio ideológico de siempre, ese que produjo en su día la Inquisición, las guerras religiosas y la enseñanza oficial en tiempos del franquismo. Yo diría que lo mejor que podría hacer la Iglesia sería ocuparse menos de la Verdad, que para eso están los científicos y, en todo caso y siempre con la salvaguardia de la tolerancia, los filósofos, y defender más la Libertad y la Justicia para los desfavorecidos por este sistema injusto impuesto por los que de ninguna manera pasarían por el ojo de una aguja.
Y lo que también me ha indignado es la actitud servil del Gobierno de España que, ante tales manifestaciones ni siquiera disiente ni protesta como es debido. Se obsequia a la Iglesia con la retirada de la Ley de Libertad Religiosa, se gasta un pastón en fastos y seguridad, dinero que estaría mejor empleado en África en manos de organizaciones de ayuda, se asiste a las ceremonias solemnes en pleno, por parte de los jefes del Estado, el Gobierno y las autonomías afectadas, y no se osa dar una merecida respuesta a las imprudentes y falsas afirmaciones de este señor que de jovencito perteneció a las Juventudes Hitlerianas y es jefe de una Iglesia que no excomulgó a Hitler, Mussolini y Franco por sus matanzas y su dictadura, sino que les apoyó políticamente y miró para otro lado cuando tocaba comprometerse con las enseñanzas de su Fundador.
Ya lo dijo Bertrand Russell: “Que una buena persona haga el bien es lo natural, pero para que una buena persona haga el mal hace falta la religión”. La religión mal entendida, añadiría yo.
Por mi parte, me gustaría no volver a pagar con mis impuestos otra enojosa visita como esta del señor Ratzinger.
Miguel Ángel Pérez Oca.

viernes, 5 de noviembre de 2010

ACABEMOS CON EL PARO VENDIENDO TANQUES.


No me cansaré nunca de leer el revelador y políticamente incorrecto discurso del fotógrafo de prensa Gervasio Sánchez al recibir el premio "Ortega y Gasset" que le otorgó el diario El País en 2008. Ante destacadas figuras del Gobierno y otras instituciones del Estado, Gervasio denunció la inmoralidad de todos los Gobiernos españoles de la democracia, desde Suarez a Zapatero, que han estado vendiendo minas personales y otras armas a países en conflicto, y que después no han hecho nada para indemnizar a las víctimas civiles e inocentes, o a sus deudos, por sus muertes, padecimientos y graves secuelas.

El discurso apenas salió en los medios, silenciado por quienes pueden hacerlo y también podrían no rebajar a este país al rango de los vergonzosos traficantes de armas, o lo que es lo mismo traficantes de muerte y dolor.

Ahora me entero con estupor, porque me lo dicen a bombo y platillo esos mismos medios que callaban ante las acusaciones de Gervasio, que el Gobierno de España va a vender una flota de 250 carros de combate Leopard a Arabia Saudí. Teniendo en cuenta que Arabia es un país gobernado por una aristocracia de integristas islámicos, donde hasta hace poco las mujeres no podían conducir y ahora mismo han de ir tapadas como las afganas, pero de negro, y que está en una zona caliente, demasiado cercana a Israel, Palestina, Somalia, Iraq, Siria, Afganistán, Pakistán, etc. me imagino que estos señores no han comprado los tanques para hacer desfiles, sino para matar, que es para lo que sirven los tanques.

Estos carros blindados y armados se hacen en Trubia, donde el contrato para su fabricación estaba a punto de expirar, una vez satisfecha la demanda del Ejército Español. Ahora, por lo visto, el Gobierno Saudí, que tiene mucha prisa por tener estas armas para combatir la insurgencia, no sabemos si democrática o todavía más integrista que ellos, se quedará con los ya fabricados y apenas usados de nuestro ejército, y la fábrica de Trubia hará otros 250 para España. Con lo cual se evitará el paro que se veía venir en la factoría.

Estupendo, combatiremos el paro vendiendo armas de destrucción masiva, y todos tan contentos. Y no se nos cae la cara de vergüenza. No hay otra manera digna de combatir el paro, de convertir la famosa factoría de Trubia en una fábrica de ambulancias blindadas, o de cochecitos y juguetes para niños sin piernas ni brazos que, al fin y al cabo, han sido sus víctimas y están tullidos o ciegos, los que no murieron, como consecuencia del empleo de las armas que ellos, u otros fabricantes de igual calaña, fabrican.

¿Es que nuestro Gobierno no tiene vergüenza? ¿A ustedes qué les parece, señor ministro de Industria y señora ministra de Defensa? ¿No tienen nada que decir? Señora ministra, usted ha sido madre hace poco y sabe lo que es preocuparse por la salud de un hijo. ¿Puede dormir por las noches con la conciencia tranquila? ¿Y usted, presidente Zapatero, cree que la mejor forma de solucionar el problema del paro consiste en vender muerte y dolor a los extranjeros, en lugar de utilizar la industria bélica nacional en la defensa exclusiva de nuestro Estado democrático? En cuanto a ustedes, ingenieros y trabajadores de Trubia: Hace unos pocos años había trabajo de sobra en España para gente de su calificación laboral. ¿No fueron capaces de renegar de esa vergonzosa industria y buscarse un empleo más digno? La industria de las energías renovables, por ejemplo, necesitaba gente con experiencia como ustedes. O también podían haberse ido voluntarios a una ONG de las muchas que intentan paliar el daño que ustedes hacen a la Humanidad.

Miren, yo he trabajado en la industria del tabaco y cuando me conciencié de que es un producto dañino para la salud, aproveché el primer ERE para jubilarme y dedicarme a otras cosas, entre las que está escribir en este blog y tocarles a ustedes, y a otros muchos, las narices.

Tomen ejemplo. Mejor dicho, haber tomado ejemplo cuando era posible, porque ahora se tendrán que fastidiar y en cuanto terminen de hacer esos dichosos 250 Leopard para echar más leña al fuego de Oriente Medio, se van ustedes al paro, que no sé de nadie que se lo merezca más.

Prefiero seguir perteneciendo a un país con problemas de paro que a uno con problemas de conciencia.


Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 1 de noviembre de 2010

el 19 a las 20



















Ante los aires Presuntamente Putrefactos que circulan por nuestra política local, la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) ha convocado una concentración en la Plaza del Ayuntamiento el Viernes 19 a las 20 horas, para exigir transparencia en los temas de corrupción ¡Ya! Se recomienda llevar velas. Los ciudadanos no podemos permanecer inpasibles ante los casos de presunta corrupción que están apareciendo en los medios, y el consiguiente silencio de los responsables. Los políticos del PP no tienen derecho a silbar y mirar para otro lado cuando circulan tan alarmantes noticias. Al menos, los del PSOE, por motivos mucho menos graves dimiten y se van a su casa, como Dios manda. Pero hay quien sostiene que los resultados de las urnas pueden absolver a los imputados por los jueces y confía en que los electores permanezcan adormecidos por su propaganda. Que se sepa todo con pelos y señales y que los votantes, si no quieren ser cómplices de la corrupción, se lo piensen muy bien antes de votar a quien no se lo merece. Así que, ya sabéis, el 19 a las 20 en la Plaza del Ayuntamiento. ¡TRANSPARENCIA YA!

Os lo recordaré cuando falten pocos días.











jueves, 28 de octubre de 2010

PEREZ REVERTE, UNA MIERDA EN LA CUMBRE.


De joven me gustaba mucho y practicaba el montañismo. Una vez, en la mismísima cumbre del Puig Campana, justo sobre el estrecho mojón que marca su vértice geodésico, me sorprendió la inesperada presencia de una mierda seca. Alguien se había molestado en hacer equilibrios sobre la columna de ladrillos para dejar su deposición en el punto más alto y vertiginoso de la montaña de más de 1400 metros de altura. Así que estaba en la cumbre, aunque no dejaba de ser una mierda, me dije a la hora de valorar la hazaña del cagón. Porque, realmente, se puede ser una mierda y estar en la cumbre. De la misma manera que se puede ser un gran escritor y ser una mala persona. Se puede incluso ser un escritor mediocre y llegar a académico. Porque puede uno echarse a perder por culpa de las urgencias que imponen los contratos millonarios con las grandes editoriales y compensarlo con la obtención del título de académico gracias a las influencias de esas mismas editoriales. Lo que no se puede - perdón: no se debe -, es ser un imbécil engreído y soberbio y arremeter contra las personas decentes por mera diversión o ansias de notoriedad o, peor aún, por un calculado interés en la promoción y venta de los propios libros.

No es la primera vez que el desalmado Pérez Reverte arremete contra una persona honorable por mera ambición de notoriedad. Ya se metió con Borges, llamándole gilipollas, o con el pobre Paco Umbral, cuando ya estaba moribundo. ¡Qué valiente! Respecto a Borges dijo lo siguiente: "Me preguntaron por Borges y dije lo que siempre he dicho. Como autor mi admiración es sin límites pero como persona era muy malvado y snob". Y lo dice precisamente este mastuerzo del que ni siquiera se puede decir lo mismo. La última novela que le leí fue la "Carta Esférica", y se le notaba demasiado su sometimiento a las exigencias contractuales de su editorial. Al principio la novela resulta premiosa, desvaída y sin ritmo, nos cansa con los silencios y pausas de los personajes, porque, claro, hay que llegar a las 300 páginas contratadas, para después, cuando ya se ha cubierto la extensión pactada con el editor, terminar el relato en un pis pas, con un final absurdo y precipitado: La chica se va en un barco, dejando a los malos con un palmo de narices... ¡Como si los malos no pudieran comprarse un billete de avión y esperarla en su destino! Lamentable, por no decir patético.

En fin, creo que se me nota que estoy cabreado con este sujeto de marras. Su desprecio a las lágrimas del bueno del ministro Moratinos el día de su despedida es de una crueldad solo comparable con el trato que ya le dio a un Umbral a las puertas de la muerte. Sin embargo, curiosamente, tras mandar a la mierda a todo bicho viviente, todavía no le he leído una sola crítica, si quiera comedida y suave, contra la Academia a la que pertenece o contra alguno de sus miembros, entre los que, como en toda comunidad, algún gilipollas habrá, digo yo. En fin, que al inclemente martillo de presuntos idiotas, vendidos y desgraciados se le ve el plumero.

Al principio de leer los exabruptos de Pérez Reverte, que entonces me llegaban a través de Internet, creí que se trataba de escritos espurios, falsamente atribuidos a un escritor que entonces admiraba, con el fin de dar autoridad a argumentos de la extrema derecha. Pero con el tiempo tuve que admitir que aquellos vómitos de insultos barriobajeros y despropósitos fuera de lugar venían del autor de Alatriste. Como no me resignaba a pensar que es idiota, tuve que considerar que es tan solo una mala persona dispuesta a aumentar su notoriedad para vender más libros. Porque lo triste de todo esto es que sus gritos tabernarios consiguen realmente aumentar las ventas entre los tontos de turno. Es desolador comprobar algo así, pero es la realidad de esta sociedad consumista, frívola y maleducada que nos ha tocado vivir. Qué pena.
En fin, que después de tener que sufrir como este "eminente" académico se burla de las nobles lágrimas del pobre ex ministro, ya no me extraña que haya salvajes que se regodeen con las hazañas de los torturadores y asesinos yankis en Iraq, con los improperios de un machista sobre los "morritos" de la Pajín o con los sufrimientos del inocente bovino sacrificado en el coso. Si hay algo en el mundo que desprecie con toda mi alma es la crueldad, y Pérez Reverte es un indivíduo cruel y soberbio, o lo que es lo mismo: despreciable. Por muy buen escritor que fuera, que tampoco.

Así que pienso que debería modificar el título de este artículo. En lugar de llamarse "Pérez Reverte, una mierda en la cumbre" debería titularse: "PÉREZ REVERTE, UN MIERDA EN LA CUMBRE".

De hecho, las cumbres están llenas de mierdas.

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 23 de octubre de 2010

¿QUÉ SOY YO?


Dicen los de la Mecánica Cuántica y los de la Relatividad que el tiempo no transcurre tal como lo percibimos, sino que es una dimensión más del espacio-tiempo, ese continente de todo cuanto existe que está dotado además de no se sabe cuántas otras dimensiones. Los de la Teoría de las Cuerdas dicen que hay más dimensiones, pero que se encuentran algo así como enrrolladas sobre sí mismas en espacios diminutos. Bueno, la famosa Teoría de las Cuerdas incluye en sus enunciados la imposibilidad de ser comprobada ni de efectuar predicciones, con lo cual nunca sabremos si tiene algo de cierto o es una especie de paja mental de sus creadores como aquellos epiciclos de Tolomeo con los que se quería explicar las cosas desde las premisas que nos imponían Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. En fin, que si hacemos caso a los físicos, por otro lado el único gremio fiable a la hora de explicar el mundo, la realidad apenas se parece a lo que nuestros sentidos nos permiten conocer. Si el espacio-tiempo tiene cuatro dimensiones, es decir, si es algo así como una estructura que abarca todos los fenómenos que nosotros interpetamos como acontecimientos pasados, presentes y futuros, tendríamos que reconocer que estos "acontecimientos" no "acontecen", sino que están cada uno en su presente, en su nivel de cuarta dimensión que nosotros percibimos como tiempo. Así pues, todo está ya predeterminado, como si se tratara de una película ya filmada que estamos viendo en una sala de cine y de la que ignoramos el final, aunque éste ya está en el último fotograma de la cinta que está pasando por el proyector, allá arriba en la cabina. Por otro lado, los de la Mecánica Cuántica nos aseguran que el comportamiento de las partículas subatómicas es azaroso y no obedece a la ley causa-efecto. O sea, que según ellos, cada piso de la dimensión tiempo se bifurcaría en sus infinitas posibilidades como un inmenso árbol por el que nosotros ascendemos como una hormiga que sube por la corteza sin saber por qué rama va. Y así la moderna Física, nos guste o no, niega el libre albedrío. Porque, tanto si el espacio-tiempo es atemporal (en el sentido de que el tiempo es algo que "transcurre") como si es o no azaroso, nada podemos hacer para dominarlo, dado que somos parte de su contenido. Si no transcurre sino en su representación ante nosotros como espectadores, no somos libres, ya que todo está ya "escrito", y si su transcurso depende del azar, tampoco, porque el azar por definición es imprevisible y no puede ser condicionado. Esto, en todo caso, es una película con final abierto o cerrado a la que asistimos como simples mirones. Leí una vez en un libro sobre Budismo Zen ("El camino del Zen" de Alan Watts) que si consideramos un acto voluntario a aquel que va precedido de la decisión de ser ejecutado, esta decisión, para ser voluntaria, debería ir precedida por la decisión de ser decidida, y esta por la precedente en una cadena interminable e imposible.

Sin embargo, permítaseme un paso más adelante en esta reflexión. Si el tiempo no transcurre pero "nosotros" lo vemos transcurrir, dado que percibimos 3 dimensiones como espacio y una cuarta como devenir, quiere decir que nuestro "yo" es el espectador pasivo de un superespacio "laminado" que percibimos como una sucesión de "acontecimientos". Vemos una estructura tetradimensional como una aventura en un mundo de tres dimensiones. ¿Es así? Pero nosotros también formamos parte de ese superpespacio de 4 dimensiones, ¿no? Y, claro, cuando decimos "nosotros", o "yo", pensamos en principio en nuestro cuerpo o en última instancia en nuestro intelecto individual, que vive aventuras y cambia con el tiempo, hasta que al final se muere. Pero, ¿a qué se debe la dinámica de nuestra percepción? ¿Quién o qué es lo que en realidad se traslada por nuestro interior a través del "tiempo dimensional" en forma de "tiempo temporal", creando así el devenir que transcurre? ¿Donde está la butaca del cine donde se proyecta la película de mi vida? ¿Quién o "qué" soy yo?

Alguien dijo una vez (no recuerdo si fui yo mismo) que no somos otra cosa que una perspectiva del Cosmos. O sea que somos un punto de vista (espacial y temporal)... ¿de quien? o ¿de Quién?

Sospecho que el día en que los físicos nos expliquen esto, si es que pueden hacerlo alguna vez, dejaremos de tenerle miedo a la muerte. Pero una especie sin miedo a la muerte se extingue por falta de motivación. Quizá ahí reside el secreto de que no nos hayamos tropezado todavía con civilizaciones extraterrestres, porque todas acaban extinguiéndose al conocer la verdad, la gozosa y tremenda verdad.

Vaya rollo que os he metido hoy, ¿Eh?

Miguel Ángel Pérez Oca.


lunes, 18 de octubre de 2010

EL EJEMPLO FRANCÉS.


Así, con un par. Sí, señor. En este sistema capitalista, basado en la explotación del trabajo, los trabajadores tienen el poder de decidir, si están unidos, si son capaces de paralizar el país y hacer pupa a los carotas que siguen beneficiándose de un sistema que prima al capital sobre el trabajo. La prueba de que lo único importante, lo que da el valor a las cosas, es el trabajo invertido en ellas, es que sin el trabajo nada puede funcionar. Podríamos prescindir del capital, pero no del trabajo. ¿Lo habéis pensado alguna vez? Mirad que sistema más "justo" tenemos: Un señor invierte una cantidad de dinero en una empresa y, a partir de entonces, tiene derecho a participar de sus beneficios para siempre, mientras la empresa exista. Otro señor iniverte su trabajo y su ingenio en esa misma empresa, y solo cobra puntualmente a cambio de cada nueva entrega de trabajo. Y, además, el del dinero toma las decisiones y puede expulsar de la empresa al del trabajo, cuando le salga de las gónadas. ¿Es eso justo? Pues el que tenga dudas que vea lo que pasa cuando a los trabajadores se les hinchan las narices y deciden hacer una huelga general DE VERDAD, como la de Francia; con el apoyo de los estudiantes y la comprensión de los afectados por los inconvenientes en el transporte y los combustibles. El que pone lo importante es el trabajdor, el otro, el capitalista, no nos engañemos, pone papelitos de curso legal, una inmensa cara dura, y una manipulación del concepto de propiedad que le favorece. ¿Estamos?

Claro, ahora salen los tontos de siempre, o los listos de siempre, ségún los casos, y nos comen el coco con el rollo de los piquetes, los liberados y lo necesario de las reformas en la edad de jubilación, congelación de sueldos o, como dice ese pirata arruina empresas que preside la banda de Alí Babá: "hay que trabajar más y cobrar menos". Lo que hay que tener es cara dura.

Lo que nos pasa en España es que somos un país al que todavía no se le ha pasado el Síndrome de Estokolmo del franquismo. Aquí hubo un genocidio horrible; la gente concienciada fue exterminada o tuvo que morirse de pena en el exilio. Se quedó la gente gris, la que en tiempos de libertad republicana no había tomado partido, o no lo había hecho a conciencia, los cómodos que no quieren nunca complicarse la vida, los sirvientes vocacionales y demás. Y ahora, sus descendientes se escandalizan de que los piquetes impidan la entrada a los pobrecitos esquiroles que quieren trabajar porque son obedientes y buenos; pero no se escandalizan de que los patronos amenacen con el despido a los que vayan a la huelga, o incluso a los que simplemente se afilien a un sindicato. Despotrican de los liberados a los que llaman aprovechados, y no se afilian a los sindicatos, salvo que vean amenaza de despido en el horizonte, en cuyo caso se apuntan para tener abogado gratis. Y ahí está el resultado. Aquí, para que, entre otras cosas, no aumenten la edad de jubilación de 65 a 67 años, solo somos capaces de hacer una huelga a medio gas de un solo día. En Francia, para que no se suba la edad de jubilación de 60 a 62, se arma la de Dios.

Al final, como siempre, un obrero francés vivirá mejor que un obrero español, porque, simplemente, le ha echado bemoles al asunto, y sabe defender sus intereses.

Pero, ¿no véis que los de siempre nos quieren tomar el pelo? "Las pensiones se hundirán dentro de no sé cuantos años, porque no se podrán financiar", nos dicen. Y el Ejército, que nunca se ha podido autofinanciar ¿también se hundirá? Las obras públicas ¿tendrían que ser todas de peaje? ¿No lo véis? Las pensiones, tarde o temprano, serán otra partida de los presupuestos que se financian con los impuestos que pagamos todos. Lo que hay que aumentar es la productividad y para eso están las nuevas técnicas, de manera que con el trabajo de unos pocos, o con el poco trabajo de muchos, puedan vivir todos. Y es así inevitablemente, conforme vayan progresando las ciencias y las tecnologías. Que no nos vengan con monsergas.

Aquí lo que pasa es que después del hundimiento del inoperante Capitalismo de Estado que era, en realidad, ese extraño invento anti marxista del señor Lenin que se llamó Comunismo, ahora le toca al capitalismo puro y duro. La crisis, las crisis, nos demuestran que el capitalismo, en su versión de liberalismo salvaje, es inviable; pero los economistas vendidos a sus señoritos se devanan los sesos para encontrar fórmulas que permitan la supervivencia del esclavismo y el timo moderno. Que no, que esto no tiene más arreglo que el reparto justo de las cargas y los beneficios. Que al final los trabajadores de todo el mundo acabarán imitando a los franceses y se plantarán y dejarán con el culo al aire a los pseudo economistas y a los hijos de Alí Babá.

Y si no, al tiempo.

Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 13 de octubre de 2010

DESCONSUELO POLÍTICO.


Acabo de comprender que vivimos en un tiempo de desconsuelo político. Quería discernir a qué partido he de dar mi voto en las futuras contiendas electorales y el alma se me ha caído al suelo. El panorama es tan negro que no sé si hacer como alguno de mis amigos, que ha decidido marcharse lejos de todo contacto humano, o al menos político, y dimitir de su condición de “homo sapiens sapiens” - que ya es petulancia pretender que se es “hombre sabio sabio”, con la que está cayendo -.
Y es que hay quien no puede más. Conozco amigos que se han ido a vivir al Norte, o a una casita perdida en el monte, porque ya no pueden soportar por más tiempo el tufo a corrupción, caspa y ordinariez que se respira en nuestra ciudad y en nuestra Comunidad, en estas tierras tradicionalmente progresistas, con una historia que nos podría llenar de orgullo si no viéramos en qué ha quedado tanta heroicidad, tanta lucha por la libertad y tanto sacrificio.
No es que yo diga que en el Partido Popular no pueda haber buenas personas, que las habrá, como en todas partes. No es que afirme que todas las imputaciones por corrupción se van a resolver con la condena de los imputados, que eso solo lo pueden decir los jueces. Pero el tufo nos ahoga, y, sobre todo, la mediocridad, la frivolidad, la vulgaridad de nuestra subvencionada “cultureta” fogueril, “semanasantera”, de “grandes eventos” y demás, mientras la verdadera cultura se muere de miseria en un rincón. Todavía no se sabe cuánto costó el viajecito del Papa ni, por lo que sé, se han reparado todas las deficiencias que provocaron el descarrilamiento del metro valenciano días antes de la visita pontificia. Me escandaliza la organización de inefables regatas y carreras de bólidos, mientras se cargan el Cabanyal, se hunde el conservatorio de danza “Pepe Espadero” de Alicante, los hospitales están cada vez peor y los niños estudian en barracones. Cuando el paro crece, los políticos del PP le echan la culpa al Gobierno, cuando el déficit crece también es cosa de la mala gestión de Zapatero, pero cuando los despilfarros nos atosigan y no hay dinero para las cosas verdaderamente importantes se ocultan las cifras y ya está. La actitud innoble, torticera, manipuladora, falsa y ocultista de la presunta corrupción de que hacen gala los mandamases de esta Comunidad Autónoma y de tantos de sus ayuntamientos escandaliza, al menos, a la gente que reúne unas cuantas virtudes imprescindibles: cierta inteligencia, la suficiente decencia y, sobre todo, vergüenza y dignidad.
Ya sabemos que no hay peor tonto que un trabajador de derechas. Pero es que hay gente que idolatra a los sinvergüenzas, porque en el fondo ven en ellos un modelo a seguir. Quisieran tener esa cara dura, esa amoralidad, esa prepotencia que los ha hecho ricos “por su propio esfuerzo” – yo diría que “por el esfuerzo de otros” - y ahí está el éxito de Berlusconi, al que muchos idiotas italianos envidian sus facultades de semental “de pago”; y ahí está el motivo por el que la corrupción hunde la carrera de los políticos de izquierda, mientras deja indemnes a los de derechas. Cuando unos cuantos carotas se aprovecharon del PSOE para forrarse en sus cargos políticos de la era de Felipe, les costó cárcel, finiquitó sus carreras políticas y llevó a su partido a la derrota electoral. Ahora, nuestra Comunidad huele a podrido, pero los políticos de la derecha siguen ganando en las encuestas. Y, claro, si uno es decente y está despierto, no puede soportar el tufo a mierda y hace planes para mudarse a vivir a un lugar más digno, si es que lo hay. Qué vergüenza.
Por eso se impone la regeneración de nuestra política. Y eso empieza por los ayuntamientos, sigue con las autonomías y acaba en el Estado. Urge reconquistar nuestro Ayuntamiento para el progresismo que siempre dignificó a esta ciudad, dos veces último refugio de la Libertad de España, ejemplo de ciudad democrática y liberal hasta que la debacle del felipismo nos trajo esta desgracia que hoy padecemos. Se impone también alejar de nuestro País Valenciano a gente tan funesta e impresentable como el no sé si iluminado, paranoico ciclotímico o maravilloso actor señor Camps, el impresentable Font de Mora con sus gracias y caprichos educativos, el empingorotado Riki Costa con sus extrañas idas y vueltas al y del ostracismo, como cabeza de turco mediática, “ma non troppo”, el Ripoll de “El que esté exento de pecado…” - ¿se ha visto alguna vez una confesión de culpabilidad más osada? – y demás ralea.
No podemos aguantar más, o al menos yo no puedo aguantar más. Esto se ha vuelto maloliente e insoportable. Se impone una regeneración política y ciudadana, precisamente ahora, en el peor momento para el PSOE, con su carga de errores tácticos, meteduras de pata y, sobre todo, su incapacidad para defenderse a mordiscos en las gónadas de sus falsarios competidores. La táctica de Zapatero estaba bien para los buenos tiempos. Era un buen chico que jamás devolvía una ofensa. Le llamaban “Bambi” y lo llevaba bien. Pero estos son tiempos de paro, hipotecas impagables, sangre, sudor y lágrimas. Así que basta ya de sonrisitas bienintencionadas, basta ya de renuncias ante la presión de los mercados, basta ya de silencios que los canallas entienden, o proclaman, como culpables. Gobierne usted, compañero ZP, para los trabajadores, denuncie y explique las verdaderas y poderosas razones de su cambio de política social, devuelva a las hienas de la derecha sus dentelladas… o dimita y váyase con la cabeza muy alta. Y una vez alejado del poder, escriba usted sus memorias y cuente toda la verdad, a ver si alguien acaba sonrojándose.
Porque España, por encima del País Valenciano, también necesita de una regeneración política. Hace falta que alguien con personalidad y carisma – ni Zapatero ni Rajoy lo tienen – tome las riendas y convoque a todas las fuerzas políticas, o al menos a aquellos de sus miembros que aún no han perdido la vergüenza, a una reforma profunda y efectiva de nuestras instituciones democráticas – o presuntamente democráticas - . Que se implante una nueva ley electoral verdaderamente proporcional, que no perjudique a las minorías, y con listas abiertas, para que se acabe de una vez la tiranía de los aparatos sobre los candidatos; que se hagan obligatorias las primarias y otras garantías de funcionamiento democrático interno de los partidos; que se solucione por fin el problema de la Justicia inoperante y politizada, la única pata del trípode de Montesquieu cuyos miembros no son elegidos libremente por el pueblo soberano; que se fortalezca el papel de los sindicatos y que se socialice el paro, acortando la jornada de trabajo en las empresas con dificultades, en lugar de los despidos en masa que se llevan por aquí; que los impuestos no hagan pagar siempre a los mismos las maniobras insolidarias de unos pocos; que se exija productividad y rigor a los funcionarios; que no nos manipulen más con las futuras penurias del sistema de pensiones - ¿por qué han de autofinanciarse en su totalidad, mientras otros estamentos del sistema viven exclusivamente del presupuesto? Por esta regla de tres habría que licenciar al Ejército, ya que no es capaz de autofinanciarse - ; que se organice un sistema federal en el que las competencias de los estados autonómicos estén definidas por la Constitución, no por el eterno regateo entre el Estado central y las Autonomías; y que de una vez se pregunte al pueblo cuál es el sistema político en el que quiere vivir; si quiere seguir con esta monarquía o quiere una república; y qué clase de república quiere, porque no todas son iguales.
Se impone la regeneración porque estamos en un callejón sin salida, en medio de una disputa estúpida entre dos partidos mayoritarios sin liderazgo ni programa definido, acosados por una crisis que genera un paro insoportable y dominados por los caprichos de esos que se denominan eufemísticamente “mercados”, pero que todos sabemos que tienen nombres y apellidos. Ahora o nunca, y sin aspavientos y, sobre todo, sin violencia. Hace falta un Gobierno capaz de recabar el consenso general, sólido, fuerte, democrático y valiente, a cuya sombra la gente decente de todos los partidos ponga la suerte del pueblo por encima de sus propias expectativas electorales y se afane en salir de este mal paso, de manera que los apuros presentes hayan servido al menos para regenerar nuestro papel ciudadano. Que los políticos honrados y consecuentes salgan de sus torres de marfil o de sus madrigueras, o que se vayan definitivamente, todos, a la mierda.
Pero, ojo, que nadie nos proponga un “salvador providencial de la Patria”, que de eso ya tuvimos y se llama fascismo. O lo hacemos entre todos o el remedio sería peor que la enfermedad. Y si no lo hacemos, por cobardía o por comodidad, tendremos que reconocer que “NO HAY NADA QUE HACER” y la verdadera Democracia se alejará de nosotros para siempre.
Si nuestros políticos no se deciden a encabezar ahora esta necesaria regeneración, que no nos pidan luego que sigamos jugando a esto de votar lo más útil, lo menos tonto, lo más bonito o lo que menos nos haga pensar. Porque para un triste viaje como éste no hacen falta alforjas.
Y que ningún pedante se atreva a decir que hoy ya estamos en una verdadera e inmejorable Democracia.
Si alguien se siente ofendido que me perdone, si quiere, o que se vaya a hacer puñetas.

Miguel Ángel Pérez Oca.