miércoles, 7 de abril de 2010

VIA CRUCIS DE MI AMIGO PEP BURNES



Y este viacrucis de Pep Burnes que tantos compartimos. Y eso que ya ha pasado la Semana Santa.


VIA CRUCIS

Le tengo poca fe a la justicia y es por ello que no se qué pensar del caso Matas. Parece que le han trincado bien, pero tengo mis dudas (lo siento señores jueces, han sido ustedes con sus actitudes quienes me las provocan), no sé si es debido a la prepotencia de este sujeto, a su descaro y desfachatez o si bien, debido a la que está cayendo en torno al PP, alguna pieza debería ofrecerse. En cualquier caso, tanto la fiscalía de Baleares como el Fiscal General del Estado nos deben una explicación acerca de su propuesta, en el principio de las investigaciones, de archivar el caso.
El señor Ratzinger, alias Benedicto XVI, echa balones fuera en el caso de los múltiples casos de abusos sexuales con niños y/o efebos. Ay, el pecado. No señor, no. ¡El delito! El señor Cañizares que es otro alto cargo de la jerarquía eclesiástica nos dice que la iglesia no está preocupada por estos casos. Obscenidad sobre obscenidad. El día que empiecen a denunciarse los casos en este país…
La señora Aguirre nombró para el observatorio contra la violencia de género a un señor (Neira se llama) que mediante su peregrinaje de televisión en televisión va mostrando el ser violento que lleva dentro; el ultra que en realidad es. El acto que lo llevó a ser homenajeado y admirado como héroe, ¿no sería una mera trifulca entre macarras? La defensa que hace de él la señora Aguirre me trae a la memoria la que hizo de otro ultra llamado German Terchs (o algo así).
Otra estación, esta local, me está causando verdadero quebranto. Me refiero a la disputa por el texto de la leyenda explicativa en el monumento a las víctimas del Mercado. Debo aclarar, que a mí no me gustan los monumentos. Quizás obedezca esta desafección al hartazgo que me produjeron las numerosas visitas a Guelgamuros, para cantar en la monstruosidad allí construida por un señor bajito y muy cruel que se llamaba Franco, durante mi niñez de internado en el Auxilio Social (pero todo eso es ya otra historia) y que me dejó exhausto; saturado. Según he leído en la prensa, no se trata ya de eliminar “fascista”, sino que la señora Castedo no quiere ninguna mención a “izquierda o derecha” en un alarde de venenosa asepsia (permítaseme el oxímoron). Pero bueno, es que no se entera, ¿Es que no hay nadie capaz de hacer entender a esta señora que no se trata de derecha o izquierda, sino de agresores y agredidos; de verdugos y víctimas? ¿O sí se entera y toma posición a favor de los agresores frente al pueblo llano alicantino? ¿Qué les debe a los agresores y qué al pueblo llano? Tengan en cuenta esto y lleguen a un acuerdo decente.
Son cuatro estaciones que me han dejado para el arrastre, necesito un Cirineo, pues hasta catorce queda mucho trecho.

Pep Burnes. (Alicante, 2 de abril 2010)

1 comentario:

Joaquín Botella dijo...

Lo mío, amigo Pep –los amigos de mis amigos… y de El loco de las estrellas me precio de serlo- no fue ni interno ni con el Auxilio Social, si no con los maristas, externo, diez años, hasta que me invitaron a abandonar la institución, pero a mí ya se me habían olvidado el número de estaciones (y mira que las miré veces, una tras otra, en los fríos muros de la capilla colegial, durante las anuales novenas del mes de mayo), que, te doy la razón, muchas son para cargar uno solo con tanta cruz, así que, complacido por tu artículo, tanto en contenido como en forma, he decidido echarme alguna de ellas al lomo:

Se ve que has leído a Juan Manuel de Prada, por lo del oxímoron. Yo también lo leía, hasta que me percaté de su ultraconservadurismo católico-monárquico, que no es que por eso escriba peor, que el hombre, todo sea dicho, escribe bien, pero yo, con tantos autores que no tendré tiempo de leer, hace ya tiempo que decidí borrar de la lista a los que no me caen bien, sea porque los he tratado personalmente y me parecen inaguantables, como Pérez-Reverte (a quien, al margen de lo dicho no me parece que pase de ser un escritor mediano); por estirados e hipócritas, como Luis Alberto de Cuenca (excesivamente alambicado en su primera época, que era lo que se llevaba entonces; e ingenioso y divertido, a veces, en la segunda, pero, vamos, que para escribir endecasílabos tampoco hay que ser Quevedo, es como todo, si insistes, al final salen como churros), por oportunistas, como… en fin, la lista es demasiado larga para ponerla entera. Aunque también he conocido famosos íntegros y buena gente, como Paca Aguirre (que se autodenominaba Paquita, hasta que José Hierro, en su juventud, le dijo: “Paquita es la peluquera, en el mundo de la poesía tú serás Paca) Lourdes Ortiz o Blanca Andreu.

La actitud de Alcaldesa con la placa del mercado, desde luego, clama al cielo, y yo lo siento mucho (por no decir que “es para cagarse en la hostia”, pero es que la Iglesia ha hecho tan bien su labor que incluso se nos ha colado en el lenguaje a los que abominamos de ella). Si yo viviera en Alicante, me convertiría en un hombre-anuncio y me colocaría el texto rechazado por la Alcaldesa cada vez que fuera al mercado. Y si perteneciese a alguno de los grupos que están enfrentados en este asunto a la Alcaldesa, propondría hacer esos anuncios en serie (se podrían hacer en papel, que no saldría muy caro) y pondría un puesto en la puerta del mercado donde regalarlos.

Amén,

Joaquín Botella