sábado, 3 de abril de 2010

DÉJÀ VU, LA HISTORIA SE REPITE.


No tenemos arreglo, la historia se repite con una tozudez desesperante. Y no hay nada que hacer. Uno quisiera dejar de predicar en el desierto y que las personas sensatas le escucharan alguna vez. Pero, ¿hay alguna persona sensata en Alicante? Seguro que sí, pero no tienen poder para decidir nada, porque ambicionar el poder es una de las cosas más insensatas que se pueden hacer en esta vida.
Hace ya cuatro años, el 27 de mayo de 2006, en la sección "Tribuna" del diario INFORMACIÓN de Alicante apareció este artículo mío quejumbroso y desilusionado que se diría que no ha perdido nada de actualidad. Entonces me resarcí haciendo el Camino de Santiago. Ahora, por motivos familiares, ni siquiera puedo salir corriendo, o andando, en busca del Finisterra.
Ya digo, no hay nada que hacer, los insensatos gobiernan el Mundo y a mí siguen dándome bofetadas. Lo tengo merecido por confiar en el ser humano y por ambicionar la Utopía.
Y es inútil decir que nunca más lo volveré a hacer, porque yo tampoco tengo arreglo.


LA PLACA.

Tener el juicio sereno, ecuánime y racional es lo más difícil del mundo. Y eso se ve, sobre todo, en las relaciones humanas. Pensar de manera fría y exponer las ideas de forma que las razones lleguen a sus destinatarios sin que nadie pueda ofenderse es un arte que yo no sé si poseo. Por eso, voy a intentar explicarme y, después, trataré de olvidarme del asunto, alejándome del escenario y del tema por una temporada.
Viene esta disquisición a propósito de los desagradables sucesos que han entristecido mi espíritu en estos días pasados. Días, por cierto, que yo esperaba hermosos y reconfortantes, como un digno colofón al trabajo emprendido hace meses, cuando me propuse escribir un libro sobre el horrible bombardeo que sufrió Alicante el 25 de mayo de 1938.
En la tarde del 25 pedí perdón a mis amigos por el lamentable error que había cometido al pensar que los regidores de nuestro Ayuntamiento iban a saber estar a la altura de las circunstancias, colocando una placa digna de ese nombre en la Plaza del Mercado. ¿La han visto ustedes? ¿No han sentido vergüenza ajena? Parece inconcebible que un Ayuntamiento que se gasta millones en esculturas como el “Busto de Agamenón” frente al Teatro Principal, pueda encargar esa plaquita de azulejos, enmarcada en una “caña” de madera y sujeta con dos alcayatas y dos tornillitos, para honrar a las víctimas del peor acto terrorista sufrido nunca en Alicante y, quizá, en toda España. ¿Cuánto tiempo piensan que va a durar “eso” en la fachada del Mercado, a disposición de los vándalos y los elementos? Yo me asombro de la falta de sensibilidad y de inteligencia política de nuestros ediles. ¿Tanto les hubiera costado convocar a la Comisión Municipal para la Memoria Histórica? Me consta que entre los integrantes del Grupo Socialista hubieran encontrado una buena disposición para acordar un texto adecuado y una placa de dimensiones y materiales decentes. Y con esa mayoría asegurada en el Ayuntamiento, invitar a la Comisión Cívica, a la Plataforma, a los sindicatos, partidos y asociaciones e intentar integrar a todos en un consenso final hubiera sido lo inteligente, para culminar un acto solemne y digno donde todos tuvieran cabida. En cambio, uno podría sospechar que ese desdén y ese desprecio a los sentimientos de los afectados, y a los alicantinos en general, de que han hecho gala nuestras autoridades es el reflejo delator de una ideología inconfesable, que aún perdura en nuestra derecha. Si no lo es, lo parece; y en política las apariencias son fundamentales.
En cuanto a mis amigos de la Comisión Cívica, con todo el cariño y la admiración que les tengo, siento que debo hacerles alguna objeción: Modestamente creo que para conseguir sus fines, que son también los míos, necesitan el apoyo de TODO el pueblo de Alicante, no sólo de los sectores de opinión más nostálgicos de la II República. Para mi la República es el régimen legítimo que fue violado y usurpado por los fascistas de Franco, y que tiene toda la legitimidad histórica que muy pocos le niegan hoy día. Pero a mí, como a muchos otros, el posible advenimiento de una III República no me quita el sueño. Lo que me quita el sueño es la Democracia. Porque conozco algunas repúblicas gobernadas por déspotas y algunas monarquías impecablemente democráticas. Lo que hay que hacer es perfeccionar la democracia incansablemente, de la forma menos traumática posible; que para traumas ya tuvimos la Guerra Civil, de la que el bombardeo del mercado es una clara muestra. Por esa razón, muchos ciudadanos prudentes se asustan de las banderas republicanas y apasionadas soflamas, y prefieren no asistir a actos como el del día 25, aunque de corazón estén con las víctimas. Si queremos un consenso general sobre la memoria histórica, debemos llamar a nuestro lado a toda la gente de buena voluntad, sea cual sea su ideología democrática.
No voy a mantener polémica alguna al respecto. Sólo pido a mis amigos alicantinos que reflexionen y escarmienten en la cabeza de este pobre escritor, que creía haber hecho un servicio a su “terreta” escribiendo una novela y ha recibido bofetadas por todos lados.
Así que me voy a hacer el Camino de Santiago, a ver si los bosques norteños, el Románico y las noches estrelladas me devuelven la alegría.

Miguel Ángel Pérez Oca.
(publicado en Información el 27-5-2006)

1 comentario:

Joaquín Botella dijo...

Así las cosas, son tres las posibilidades que nos quedan, mi buen amigo Miguel Ángel: hacer lo que la mayoría silenciosa: "laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même; subirse al carro de los oportunistas, que son la otra mayoría, los de la alborotadora corrupción; y, por último, embestir gigantes, que es lo que mejor se nos da a quienes creemos que D. Quijote aún vive.