jueves, 13 de noviembre de 2008

EL PUERTO Y LA VERGÜENZA




Este es un artículo de opinión que he mandado a los medios. A ver qué os parece. También os pongo dos imágenes muy significativas.




¡QUÉ HORTERADA!

¿Han visto ustedes algo más feo y más hortera que la fachada del nuevo Casino Mediterráneo que están instalando en el Paseo del Puerto? Parece que han trasplantado a Alicante uno de los casinos de Las Vegas, esa ciudad en medio de la nada donde la sensibilidad americana se muestra con su peor mal gusto. Además de su fealdad formal y su vulgaridad artística, la Autoridad Competente, no sé si portuaria, municipal o autonómica, que para el caso es lo mismo, pues todas están en manos del PP., ha permitido que ese negocio rompa el equilibrio arquitectónico de la zona. Sus formas, sus colores y me temo que sus luces parpadeantes y agresivas, van a chocar con un conjunto de edificaciones uniformes, con sus características muy definidas - sus ventanas redondas, sus esquinas biseladas y su estuco de color claro -, como un pegote, como una solución de continuidad brusca e impactante, que es precisamente lo que sin duda pretenden sus promotores, en perjuicio del paisaje urbano y el tranquilo solaz de los paseantes por la zona lúdica del puerto. Sorprende que ningún técnico oficial haya puesto pegas a ese engendro que, desde ahora, definirá a nuestro puerto para cachondeo de visitantes foráneos con un mínimo de sensibilidad.
Contrasta lamentablemente esta facilidad concedida graciosamente a un negocio que, además, podría calificarse de insano, dado que la actividad que ofrece promueve la ludopatía, enfermedad antes considerada vicio de quien dilapida sus bienes jugándose los cuartos, que tantos disgustos y desastres económicos ocasiona a quienes la sufren y, sobre todo, a sus inocentes familias; contrasta, digo, con las dificultades, cortapisas y desprecios que ha sufrido la Comisión Cívica Para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, en su intento de colocar a la entrada del puerto un monumento, obra de Eusebio Sempere, en recuerdo de los miles de republicanos que se refugiaron en él en una vana espera de los barcos del exilio y que, al rendirse a las tropas italianas del general Gambara, colaborador del dictador Franco, determinaron el final de nuestra triste Guerra Civil. Eran unos patriotas que defendían la República votada por el pueblo español, que lucharon y entregaron su vida por la Democracia, y que fueron hacinados, el 1 de abril de 1939, en el tristemente famoso Campo de los Almendros, en los castillos de Santa Bárbara y San Fernando, en la Plaza de Toros y los cines de nuestra ciudad, para ser llevados a cárceles y campos de concentración donde serían fusilados o sufrirían largos y crueles cautiverios.
Qué cosas: Nuestras autoridades democráticas de hoy no ponen ninguna pega a un negocio de millones, perjudicial para la sociedad y, además, con una fachada más fea que un pecado, y sin embargo entorpecen con dificultades y exigencias absurdas la erección de un monumento que proclama la dignidad de unas personas honradas que ofrecieron su vida por la libertad y la democracia de nuestra Patria, y que es obra del artista más universal que ha dado nuestra tierra en los tiempos modernos. Pues, no sé qué decir, que si a las pruebas me remito, diría que estos señores tan honorables y democráticos que nos rigen parecen tener muy poco aprecio por quienes defendieron con su vida la democracia de la que ellos tanto alardean y la dignidad de los alicantinos. Y, en cambio, parece que les hace mucha gracia esa clase de negocios y pelotazos que se llevan en esta sociedad irresponsable y glamorosa del juego arriesgado y la especulación; esa que precisamente en estos días nos ha regalado la crisis económica más temible de todos los tiempos.
Es que duele, es que no se puede aguantar este comportamiento tan asimétrico, ese favoritismo por los que tienen la pasta y esa aversión a condenar el fascismo. Es que se les ve el plumero en cuanto uno analiza sus comportamientos. Es que la cosa se ve tan clara que uno no se explica qué votan los que les votan.
¿Qué ha sido del Alicante de los Mártires de la Libertad, del último reducto de la Constitución de 1812, de los exiliados y presos del puerto? ¿A dónde se ha ido nuestra ciudad? Quizá al nuevo casino a jugarse la pasta.
¿Ustedes lo entienden? Yo también. Vaya si lo entiendo.
Ya nos la han dado otra vez.

Miguel Ángel Pérez Oca.
(Para leer en radio Alicante el 18-11-2008)

2 comentarios:

Juan J. Amores dijo...

¿Ha sido publicado por algún medio, compañero?

Miguel Ángel Pérez Oca dijo...

No. Hasta ahora no se ha publicado en ningún sitio, salvo en este blog. El martes lo leeré en Radio Alicante.
Miguel Ángel Pérez Oca.