jueves, 10 de julio de 2014

EL GUAPO, EL SERIO Y EL ROJILLO.



Se disputan el liderazgo del PSOE y aportan su presencia y poco más. Se trataba de hacer un "menage a trois" de guante blanco. Y, claro, siguen sonando a rancio. La casta pesa mucho en el PSOE, la sombra de Felipe González, aquel que dijo la gran sandez de que "hay que ser socialistas antes que marxistas", es muy alargada. El uno, un tal Sánchez, confía en su buena planta para encandilar a las féminas del PSOE y a los que se dejan llevar por la estética; el otro, Madina, tan formalito él y con su pasado de víctima de ETA, parece que convence más a los sociatas reflexivos; en cuanto a Tapias, el de Izquierda Socialista (¿se dice así?), argumenta cosas que están bien, pero sonarían mejor fuera que dentro de su partido, y asusta a los social - liberales de la nueva y vieja escuela, además de ser mayor y recordar viejos tiempos. El PSOE arrastra un gran lastre histórico, el peso del bipartidismo, de la Casta, de las puertas giratorias, de los chollos para los líderes jubilados y de la Historia de la Transición; por no mentar los EREs y otras corruptelas de hoy y de ayer. Suenan a viejo, por mucho que se empeñen en mantener el bipartidismo con formas modernas... o más bien "modernistas". Se ve, se siente, que tanto a ellos como a los mentirosos profesionales del PP se les ha acabado el rollo. Ya no nos emocionan las sonrisas impostadas, las consignas y las operaciones de imagen. No nos gusta la gente que en lugar de hablar, recita. Nos atraen cada vez más las verdades del barquero, y si el barquero es profe de universidad, mejor aún.
Cuando Pablo Iglesias II cuenta su rollo, tiene varias ventajas sobre los aspirantes del PSOE: suena a nuevo, suena a verdad, a sinceridad y a saber de qué está hablando. Esa es la ventaja enorme de PODEMOS. Por eso el PP y el PSOE le tienen tanto miedo. Porque la verdad resplandece sobre los slogans y las consignas. Y por mucho que la prensa canalla se empeñe y los jerifaltes "populares" (qué nombre tan poco apropiado) fuercen los argumentos de sus discursitos, solo van a conseguir promocionar más a sus enemigos y llevarse alguna querella en los tribunales. ¿Es que no ven que utilizar argumentos tan miserables como llamarlos "bolivarianos" o pretender asociarlos con ETA, solo consigue convertirlos en víctimas de sus evidentes injuriadores y darles más apoyos? Son así de burros, o no serían "fachas", claro.
En cuanto a la izquierda de verdad, la otra izquierda de verdad, la Izquierda Unida, tiene que pensárselo. Si quiere ser tan creíble como PODEMOS debe ofrecer el mismo o parecido discurso; y eso solo lo puede ofrecer otro muchacho que, como Pablo Iglesias, procede del 15-M. Me refiero a Garzón. Los demás, en mayor o menor medida, ya suenan a rancio, a la época anterior, la época de don Juan Carlos I, heredero del Tío Paco. Así que a espabilarse, Cayo y Llamazares, que o ponéis a Garzón al frente o nadie se va a creer vuestro mensaje. La vida es cruel, pero es lo que hay: O vas a la moda o no te mira nadie; y la moda, hoy, son los chicos que dicen la verdad que les sale de las entretelas, eso sí, muy bien documentada y creíble, sobre todo si son universitarios y llevan coleta.
Qué divertidos van a resultar los meses próximos. ¿Eh?
Miguel Ángel Pérez Oca.

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