Hoy, en Radio Alicante, ha habido una emisión especial dedicada al veterano locutor Vicente Hipólito, que se jubila. Este ha sido, oficialmente, su último programa de radio. Y yo he intervenido en él leyendo el artículo que os pongo ahora en el blog.
VICENTE, VICENTE.
Vicente Hipólito y yo tenemos la misma edad, nacimos con menos de una semana de diferencia; así que ya somos dos gloriosos carcamales. Y sin embargo, Vicente es actualidad, es presente, es ahora, porque su voz radiofónica, profunda, sosegada y abierta a todos los interlocutores, está por encima del tiempo. La diferencia entre Vicente y yo es que yo he ejercido una profesión que no me gustaba durante 36 años, y nací a mis potencialidades hace solo una década, cuando la prejubilación me permitió convertirme en el pintor y escritor que siempre quise ser. En cambio Vicente se ha pasado 50 años trabajando en lo que le gusta, haciendo lo que mejor sabe hacer: hablarnos desde la radio y hacernos felices. Y eso, amigo, no tiene precio. Vicente ha sido un hombre afortunado.
Mis dos libros “alicantinos” tienen mucho que ver con Vicente Hipólito. Sin él, mi novela “25 de Mayo, la tragedia olvidada” no sería la misma. Él puso a mi disposición la radio para contactar con los últimos testigos del terrible bombardeo y me dio la estupenda idea de investigar en los archivos del Cementerio Municipal. Mi libro “El Telescopio” es todavía más hijo de su programa “Alicante, hoy por hoy”, en el que todos los martes he ido leyendo mis artículos, que ahora perviven en sus páginas.
Ahora Vicente se va, se jubila, nos deja por imperativos cronológicos. Y todos nos sentimos un poco huérfanos. Lo echaremos mucho de menos, nos decimos; aunque conociendo a Hipólito dudo mucho que se suma en el silencio. Él es demasiado vital y demasiado importante para irse por el caminito como Chaplin al final de las películas. De eso nada, monada, nos dice con esa voz que se encuentra en su mejor momento profesional. Alicante no se puede permitir desaprovechar su experiencia, su habilidad dialéctica, su voz. Por eso espero que sigamos oyéndolo en los grandes eventos, en las circunstancias más apropiadas, porque ni él ni nosotros nos vamos a resignar a que un estúpido calendario nos lo arrebate. De eso nada, Vicente. Tú no te vas. Lo que pasa es que antes nos hablabas todos los días, en horario fijo, y ahora nos hablarás cuando te dé la gana. Que aquí seguimos todos, deseando escucharte.
Miguel Ángel Pérez Oca.
(Leído en Radio Alicante el 30-1-2009)
Vicente Hipólito y yo tenemos la misma edad, nacimos con menos de una semana de diferencia; así que ya somos dos gloriosos carcamales. Y sin embargo, Vicente es actualidad, es presente, es ahora, porque su voz radiofónica, profunda, sosegada y abierta a todos los interlocutores, está por encima del tiempo. La diferencia entre Vicente y yo es que yo he ejercido una profesión que no me gustaba durante 36 años, y nací a mis potencialidades hace solo una década, cuando la prejubilación me permitió convertirme en el pintor y escritor que siempre quise ser. En cambio Vicente se ha pasado 50 años trabajando en lo que le gusta, haciendo lo que mejor sabe hacer: hablarnos desde la radio y hacernos felices. Y eso, amigo, no tiene precio. Vicente ha sido un hombre afortunado.
Mis dos libros “alicantinos” tienen mucho que ver con Vicente Hipólito. Sin él, mi novela “25 de Mayo, la tragedia olvidada” no sería la misma. Él puso a mi disposición la radio para contactar con los últimos testigos del terrible bombardeo y me dio la estupenda idea de investigar en los archivos del Cementerio Municipal. Mi libro “El Telescopio” es todavía más hijo de su programa “Alicante, hoy por hoy”, en el que todos los martes he ido leyendo mis artículos, que ahora perviven en sus páginas.
Ahora Vicente se va, se jubila, nos deja por imperativos cronológicos. Y todos nos sentimos un poco huérfanos. Lo echaremos mucho de menos, nos decimos; aunque conociendo a Hipólito dudo mucho que se suma en el silencio. Él es demasiado vital y demasiado importante para irse por el caminito como Chaplin al final de las películas. De eso nada, monada, nos dice con esa voz que se encuentra en su mejor momento profesional. Alicante no se puede permitir desaprovechar su experiencia, su habilidad dialéctica, su voz. Por eso espero que sigamos oyéndolo en los grandes eventos, en las circunstancias más apropiadas, porque ni él ni nosotros nos vamos a resignar a que un estúpido calendario nos lo arrebate. De eso nada, Vicente. Tú no te vas. Lo que pasa es que antes nos hablabas todos los días, en horario fijo, y ahora nos hablarás cuando te dé la gana. Que aquí seguimos todos, deseando escucharte.
Miguel Ángel Pérez Oca.
(Leído en Radio Alicante el 30-1-2009)
7 comentarios:
Se nos va....
El Gran Vicente se nos va.
Tantos años escuchando su voz por la radio, y justo ahora que le vamos a entrevistar se nos va.
Es momento que comience una nueva etapa en su vida: llena de tranquilidad y tiempo libre para su familia.
¡Suerte, Vicente!
Al final, cuando ha salido hablando el director de Radio Alicante, no he podido evitar unas lagrimillas.
¡Se nos va un monstruo!
¿Y ahora qué, Miguel?
Nos quedamos huérfanos
De todos modos, no os privéis de entrevistarlo, porque él, ya lo sabeis, siempre tiene algo interesante que decir. Nada más que le saquéis unas cuantas anécdotas de las miles que seguramente guarda en su memoria de 50 años de radio, ya tenéis para llenar muchas páginas de blog.
Lo del director no lo ha podido oír, seguramente me ha pillado yendo de la radio a casa.
Una cuestión, Miguel Ángel. ¿Habría alguna posibilidad de conseguir la grabación del último programa y colgarla en Internet... no todos pudimos escuchar el homenaje de ayer?
No lo sé. Deberíais hablar con Radio Alicante y preguntarle a Alacid, el técnico de sonido, si es posible, con la autorización del director, naturalmente.
Hola, soy brasileño, no conocí Hipólito, pero ahora creo que él ha sido un hombre muy importante, como vos habla de él.
Un abrazo, amigo.
Gracias, palatus, por tu opinión. ¿Me escribes desde Brasil? Es estupendo poder tener amigos en todo el mundo.
Miguel ángel Pérez Oca.
Publicar un comentario