sábado, 31 de enero de 2009

GALILEO Y LA IGLESIA, A BUENAS HORAS...




Lo malo de hablar en nombre de Dios es que no se puede rectificar sin hacer el ridículo. Y esto ha llevado a la Iglesia Católica a espectaculares huidas hacia delante y penosos empecinamientos que, entre otras cosas, la han enfrentado con la ciencia y el progreso. Las aberraciones legales, como la lapidación de adúlteras y ejecución de homosexuales, todavía hoy en algunas sociedades islámicas, y la muerte de herejes y brujas en la hoguera hace unos siglos en nuestra cristiana Europa, son ejemplos muy claros de las monstruosidades que produce la soberbia de los que pretenden hablar en nombre de la divinidad.
2009 es el Año Internacional de la Astronomía, en conmemoración del 400 aniversario del primer uso del telescopio astronómico por Galileo Galilei. Aquel científico genial miró al cielo con el recién inventado catalejo y vio que la Luna tiene montañas, que alrededor de Júpiter deambulan cuatro satélites, que Venus gira alrededor del Sol y no de la Tierra… y la vieja cosmología de Aristóteles, en la que la Iglesia apoyaba su cosmovisión, se vino abajo estrepitosamente. Se le prohibió enseñar la doctrina de Copérnico, se le juzgó, se le amenazó con la tortura y la hoguera hasta conseguir que renegase de sus descubrimientos, y se le condenó a arresto domiciliario de por vida.
Y ahora la Iglesia quiere hacerle un homenaje por todo lo alto, sin hacer demasiado hincapié, eso sí, en las barbaridades que hacía su Inquisición y la humillación a la que sometió a aquel precursor. Y dicen ahora de él que era un buen cristiano y fiel creyente. Pues para ser un buen cristiano casi se lo cargan en la hoguera, como hicieron con su colega Giordano Bruno; al que, por cierto, no van a homenajear en absoluto. Porque, claro, Bruno fue un hereje pertinaz, que además de sostener que el Universo es infinito y que las estrellas son otros soles, pecó contra la Santísima Trinidad. O sea que, como no era un católico fiel, hicieron bien en quemarlo.
Y no les da vergüenza, ni son capaces de reconocer su monstruoso pasado. Claro, como hablan en nombre de Dios y Dios no se equivoca…

Miguel Ángel Pérez Oca.

3 comentarios:

Juan J. Amores dijo...

¡Que lean tu libro!
¡Que lean tu libro!
Me costó mucho conseguirlo pero.... ¡¡es maravilloso!!

Anónimo dijo...

Las escopetas las carga el diablo y en la foto las usan los curas. No lo entiendo o lo entiendo demasiado. Recordar que la Inquisición, en tiempos del Deseado Fernando VII paseó por las calles de Valencia arrastrado por un caballo a un humilde y hambriento ciudadano de Tibi llamado Nicolas Bernabeu, fue ahorcado y descuartizado, su brazo derecho, frito para que no se descompusiera fué guardado en un baul de madera que en el palacio del Marque de Dos Aguas, en Onil, presidia las reuniones del Ayuntamiento de dicha ciudad. Su pecado, haber robado un copon de la iglesia de Onil, pero el castigo fué por que en él habia una hostia consagrada. 1840 y algo. No hace mucho, vamos. Han cambiado poco.

Eusebio Pérez Oca.

Anónimo dijo...

Es aberrante! Y que no me vengan con lo de conjugar ciencia y fe, porque esas acciones no tienen nada que ver con la fe! Que se lo contaran también a Vives, que tuvo que exiliarse tras haberle hecho un "juicio" a su madre muerta, que fue desenterrada y quemada en la hoguera por hereje!! Y luego hablan de perdón!! Será del divino, porque de humano poco tenían!!