Estoy orgulloso de ser amigo de un judío descendiente de sefardíes. Es un hombre comprometido y concienciado con los problemas de Alicante, de España y del Mundo, el cual, con la amabilidad y la serenidad que le caracteriza, me ha mandado un correo haciéndome ver algunos aspectos que tienen mucho que ver con mi artículo anterior. Me dice mi amigo que no todos los judíos, ni mucho menos, son israelíes, sino que la gran mayoría de ellos son ciudadanos de distintos países en los que se encuentran perfectamente integrados. Que hay una gran cantidad de judíos en el Mundo que reprueban y se avergüenzan de las acciones del gobierno israelí en Palestina, por el que no se sienten representados en absoluto. Y que lamenta que nunca se hable de los movimientos pacifistas que fuera y dentro de Israel claman por la paz. Tiene toda la razón, y es a esa vergüenza honesta que honra a quien la siente, a la que me refería yo cuando decía que si fuera judío sentiría vergüenza. Aclarado esto, deseo dejar muy claro que no acuso a los judíos en general, sino a los políticos de Israel y a los que los apoyan, a los que critico y contra los que me indigno por la muerte de los niños palestinos, entre otras muchas barbaridades que están cometiendo.
Quede claro.
Miguel Ángel Perez Oca.
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